Copia y alteración
en la obra original de Berceo 

 


  Fco. Javier Grande Quejigo (1)  
Universidad de Extremadura

 

Biblioteca del Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla.

Biblioteca Gonzalo de Berceo

www.valleNajerilla.com

 

      Ofrecemos el epígrafe final conclusivo, "Copia y alteración en la obra original de Berceo" del capítulo inédito de la tesis del Profesor Grande Quejigo sobre la irregularidad de copia en la Vida de San Millán; en él se describen los diferentes tipos de irregularidad de los copistas y las tendencias propias de Berceo, trabajo ecótico que no había sido realizado hasta la fecha.
      Sirvan estas palabras de agradecimiento a este entusiasta investigador de la obra de Gonzalo de Berceo.


 

Irregularidad en la poesía de Berceo y en el Mester del XIII

      Aceptada generalmente la regularidad de Berceo, es inevitable constatar la irregularidad de su transmisión. Destaca la imprecisión de datos con la que parte de la crítica ha trabajado. Spurgeon W. Baldwin reconoce la regularidad de Berceo cifrándola superior al 90 %. Dana Nelson concluye el análisis de un fragmento representativo del Libro de Alexandre (en sus coincidencias entre O y P) afirmando que la obra es isométrica directamente en un 96 %. Estos redondeos al alza de las observaciones favorables a la regularidad coinciden con las imprecisas constataciones de la irregularidad de autor. Valga un ejemplo, tras considerar regular la cuaderna vía berceana, Henríquez Ureña sugiere que "Berceo pudo fallar de cuando en cuando en su aspiración a la regularidad absoluta (no todas las fallas han de atribuirse a los asendereados copistas)".

      La edición de Berceo aportó más precisión en las afirmaciones. Fruto de la labor editora de Fitz-Gerald fue el estudio de la versificación del Santo Domingo, en el que se nos listan las irregularidades métricas en dos clases distintas: los "Imperfect verses" y los "Indeterminable verses"; en total, 71 versos y 572. Con sus datos puede precisarse su regularidad: 2467 "perfect verses", un 79,32% .

      Mucho más precisas son las estadísticas realizadas por H.H. Arnold en sus diversos acercamientos al problema. Sus datos afectan a todo el Mester. Recojamos sus conclusiones en un cuadro:

                     

TABLA DE IRREGULARIDADES SEGÚN ARNOLD

  

 

 

 

 Ms.  

 

Tradición

 

% Irregularidad

 

Milagros 

I

Q

2,77

Sacrificio 

BN

Propia

5,91

S. Oria

No lo determina

F

6,34

Milagros

F

F

8,08

S. Domingo

F

F

8,84

Sacrificio

I

F

10,57

Apolonio

---

---

17,00

Alexandre

P

---

20,00

Alexandre

O

---

22,00

Loores

I

F

22,80

 

 

      Menéndez Pidal puede ampliarnos este cuadro de estadísticas con el porcentaje de irregularidad de la Historia Troyana Polimétrica: un 11 % en las estrofas heptasílabas y un 9,2 % en las octosílabas. Miguel Ángel Muro ha estudiado la transmisión del Poema de Fernán González. Con ello, ha podido cuantificar con exactitud la irregularidad que presenta en el manuscrito ESC.B-IV-21: 3323 hemistiquios isosilábicos (un 57,95 % del total) y 2410 hemistiquios anisosilábicos (un 42, 03 %).

      Tres elementos básicos hemos de tener en cuenta desde estos datos:

a) La media de irregularidad de Berceo es del 9,33 %, sensiblemente inferior a la media de obras no berceanas ( 20,84 %).

b) La elevadísima presencia de irregularidad en el Poema de Fernán González demuestra la alteración de su copia.

c) La distinta distribución de la irregularidad en Berceo presenta una constante: la fuente F es más irregular que Q, lo que señala la responsablidad del copista en estas alteraciones.

 

Alteración de copia o corrección de autor.

      Los datos anteriores vienen a sumarse a la opinión general que explica la irregularidad en Berceo como alteraciones del copista. Marden señaló a este propósito las diferencias de lenguaje que se dan entre Q y F, señalando cómo F castellaniza la lengua. Las estadísticas confirman esta desviación del copista de F sobre su modelo, opuesto al carácter conservador (documentalista) del copista de I.

      Arnold es uno de los estudiosos que con más ardor han defendido la alteración de copia y la regularidad del autor. Concluye así su estudio inicial sobre la irregularidad en Berceo:

The data presented throughout the study support the following conclusions in regard to Berceo's verse: (1) obligatory hiatus with no exceptions; (2) complete regularity of composition with no possibility of separating one type of manuscript irregularity (octosyllabes) from the others as to nature or origin; and (3) irregularity in comformity with the ametric formula may on occasion be the product of scribal transmission.

      Tomás Navarro Tomás, en su estudio histórico de la métrica clerical, se inclina matizadamente hacia la presencia de autor en las irregularidades transmitidas. Para ello, parte de dos premisas básicas:

1) El verso clerical no se ajusta a un isosilabismo perfecto, aunque rechaza la libertad métrica de la fluctuación juglaresca;

2) la mayor regularidad de los textos del XIII puede explicarse por un deseo consciente de superación de la métrica fluctuante de la épica y de los debates en pareados.

      Ante ello, propone una hipótesis explicativa de tipo fonológico:

Los grupos de siete y ocho sílabas ocupan los dos grados más altos de frecuencia en la fonología española. Ambos coinciden en la disposición y modificaciones de sus elementos rítmicos. No es extraño que antes que se fijase una clara perceptiva métrica, el octosílabo se mezclara con el heptasílabo en los hemistiquios del alejandrino.

      Las irregularidades métricas pueden deberse directamente al autor (al menos en lo que responda a la fluctuación heptasílabo / octosílabo). Sin entrar a discutir esta opinión del maestro de nuestros modernos estudios métricos, es evidente que esta tendencia a la fluctuación (más fuerte en el XIV que en el XIII, según sus datos) potenciará también las alteraciones del copista. Hay que recordar que la copia medieval tiende a actualizar el texto que transmite. Ello favorece la multiplicación de las alteraciones de copia, en especial aquellas tendencias de modernización fonológica, morfológica y léxica que transforman los heptasílabos en hemistiquios octosílabos muy cercanos rítmicamente.

      No obstante esta posibilidad , Navarro Tomás se inclina por proponer unos criterios críticos que respeten las alteraciones transmitidas:

No debería ponerse demasiado empeño en corregir estas interferencias. Un criterio absolutamente isosilábico es sin duda inadecuado, tanto para hacer el estudio crítico de la cuaderna vía del siglo XIV como para aplicarlo a la restauración de los poemas del XIII.

      Esta postura conservadora tuvo en Julio Saavedra Molina a su máximo defensor. Renunciando a la posibilidad crítica de conocer el texto original, propone:

Y, puesto que no tenemos textos fieles con que poder reconvertir en voz auténtica de los siglos XIII y XIV los versos mal copiados de Berceo o de Juan Ruiz, debemos aceptar los textos como están, como son para nosotros. Podemos hacer constar sus irregularidades ortográficas, gramaticales, métricas; podemos divagar acerca de cómo debieron de ser escritos por los autores o transcritos por los copistas; anotar y publicar todo eso, recopilar la conjugación, idear teorías métricas; pero no podemos juiciosamente enmendar los textos más allá de un prudentísimo límite, que es el de las erratas manifiestas. Las irregularidades pueden haber tenido un motivo ignorado, y el lector tiene interés en conocer los textos como son, en juzgar por sí mismo; pues donde uno no vió otro puede ver cosas nuevas.

      Es evidente nuestra imposibilidad de conocer directamente la obra de Berceo hasta que aparezcan sus autógrafos (deseo filológico poco menos que imposible). Pero no por ello debemos conformarnos críticamente con la mera contemplación de los textos transmitidos. Disponemos de herramientas filológicas fiables para analizar las tradiciones transmitidas y para elaborar tres tipos de tareas:

a) depuración de las alteraciones sufridas por el texto;

b) propuesta de reconstrucción crítica de un texto próximo al original;

c) deducción del usus scribendi , tanto lingüístico como retórico y métrico, del texto original.

 

Tipología de errores de copia.

      El estudio filológico de las versiones transmitidas ha permitido a diferentes autores realizar una tipología de sus errores de copia. La revisión de los trabajos nos señala una gran disparidad de criterios y una voluntad claramente descriptiva más que explicativa. Así ocurre con las clasificaciones de H.H. Arnold y Giménez Resano.

      Sin realizar una clasificación explícita de los errores, las labores ecdóticas y críticas de la edición de Berceo han ido catalogando las diferentes enmiendas necesarias. Aldo Ruffinatto clasifica las variantes con un criterio de filiación textual.

      P. Tesauro , en su edición del Martirio de San Lorenzo, se limita a listar las irregularidades de cada manuscrito (I, S, IS) proponiendo sus correcciones. Parecido sistema utilizó G. Koberstein en su edición, aunque partiendo del texto de I que debe corregirse desde el resto de la tradición textual o por conjetura del editor. Isabel Uría Maqua, en su edición del Poema de Santa Oria , sistematiza sus correcciones en una clasificación final que confirma las alteraciones de copia.

      Brian Dutton, atendiendo al San Millán, no clasifica los errores de copia, aunque de sus criterios de edición se deduce una clasificación de las deficiencias corregidas sobre el códice base I:

1) Adiciones de letras o palabras (6c).

2) Omisiones de palabras (6d, 16).

3) Apócope de -o final (7a-b).

4) Formas verbales (7c-d).

5) Léxico: valor monosílabo o bisílabo de ciertos vocablos (8,9); latinismos con diéresis por prosodia etimológica (11).

6) Enmiendas del editor por razones métricas (18).

      Estas diversas clasificaciones tienen un elemento común: los criterios utilizados son descriptivos, por lo que su variedad es explicable. Nuestro objetivo crítico (observar la huella del copista en las irregularidades métricas transmitidas) nos obliga a intentar sistematizar desde otro punto de vista las posibles alteraciones de copia. No pretendemos asegurar un texto crítico, sólidamente establecido por Dutton, por ello no nos interesa desde dónde corregir. Nos interesan las desviaciones si son explicables desde el error de copia o si presentan testimonios de la labor creadora del poeta riojano. Por ello, en nuestro estudio utilizaremos la clasificación de errores de copia utilizada por Alberto Blecua en su solvente Manual de crítica textual :

a) por adición (adiectio ) ; b) omisión ( detractatio ); c) alteración del orden (transmutatio ), y d) por sustitución ( inmutatio ).

 

Catálogo de irregularidades de San Millán

      Para la realización de este estudio de la irregularidad métrica en Berceo analizaremos la transmisión de una de sus obras: la Vida de san Millán, cuya métrica ha sido insuficientemente estudiada por la crítica.

      La edición de Koberstein estudia las diferentes enmiendas al manuscrito base (I), pero no estudia las irregularidades que puedan darse en las otras tradiciones. Al igual ocurre en Dutton, quien simplifica el aparato crítico y las enmiendas, relacionadas en los principios de edición de su obra. En ambos casos, la irregularidad estudiada se limita a I, desatendiendo el resto de la tradición crítica.

      Giménez Resano lista las irregularidades de San Millán en F y en I:

1) Hipermetría de San Millán en F: 13b, 34b, 35d, 45c, 55b.

2) Hipometría de San Millán en F: 43b, 69c, 120c.

3) Hipermetría de San Millán en I: 8b.

4) Hipometría de San Millán en I: 63b.

      Hemos de señalar que el enfoque del crítico, con independencia de su resultado, presenta un avance metodológico:

a) Compara dos tradiciones textuales: F e I;

b) centra su estudio en las diferencias métricas.

      En nuestro análisis utilizaremos un método comparativo, siguiendo las tradiciones textuales generalmente admitidas según el stemma que Dutton ofrece en su edición del San Millán con las precisiones que hicimos en nuestro artículo "Transmisión e irregularidad de la Vida de San Millán de la Cogolla". Resumimos en un cuadro general la presencia de las distintas irregularidades en la tradición común Z, en la rama Q (Q, I y S), en la rama F (F, O? y O) y en otras tradiciones ( R y L). Clasificamos las alteraciones según su efecto (hipermetría e hipometría) y según su causa (adición, omisión, alteración del orden o sustitución).

 

Irregularidad métrica y responsabilidad del copista.

      Las irregularidades métricas de las distintas tradiciones del San Millán presentan un claro dominio de la hipermetría del hemistiquio: un 67,68 %. Es fruto de la tendencia conservadora de la labor de copia: el copista pretende conservar el material que transmite, por lo que le pasa más inadvertida, o es más permisivo, la alteración que aumenta el material con el que trabaja que aquellas otras que lo reducen.

      Ello se ve favorecido por el cambio de métrica. El original de Berceo utiliza una prosodia muy especial: la dialefa obligatoria. Ya en el XIV los autores del Mester han roto la uniformidad métrica del hiato y escanden sus versos, a menudo, con sinalefa. En el XVIII ya es general y obligada la sinalefa. Este cambio hace que, en aquellos contextos posibles, el copista compense la adición de nuevas sílabas por sinalefa involuntaria que le dificulta descubrir su desvío del original.

      Cuando hay un cuidado de copia especial, se equilibra la hipometría con la hipermetría, afectando ambas casi al 50 % del material. Así ocurre con la Copia Ibarreta (I) compuesta con una voluntad casi paleográfica para ser un apéndice diplomático, o en las correcciones que el copista de Mecolaeta realiza en su primera copia del San Millán (R).

      Los errores por adición son los más abundantes en el proceso de transmisión: un 53.63 % de las irregularidades del hemistiquio (casi coincidente con el porcentaje de Z: 59.03 %). En los errores de adición pueden observarse dos tendencias diferentes:

a) Hay una clara voluntad de modernización del material lingüístico, especialmente presente en la abundante reconstrucción de la apócope en casi un veinticinco por ciento del texto (24.97 %).

b) Hay una voluntaria interpretación del texto copiado añadiendo palabras que, sin alterar su significado, aclaran su lectura (artículos, nexos, ponderativos, etc.): en un 17.28 % del texto se produce este fenómeno.

      Obsérvese que, aproximadamente, la mitad de la hipermetría puede explicarse desde las tendencias de adaptación (lingüística y de significado) propias de la copia. Son alteraciones menores (una vocal, un monosílabo) que se compensan por las nuevas tendencias prosódicas o lingüísticas.

      Los errores de omisión en el hemistiquio afectan a un cuarto de las alteraciones (26.13 %). Junto a ajustes lingüísticos, se suelen producir por errores de descuido que olvidan elementos no significativos (vocales, monosílabos sin carga semántica significativa - artículos, nexos recuperables por el contexto, etc.).

      La omisión vocálica (7.76 % de media) tiene una gran dispersión en su distribución: desde la ausencia total en Z al 14 % de Q. Ello es debido a que se liga su presencia a la de la apócope. El copista vacila ante ella: a veces repone la vocal apocopada (error por adición) en otras realiza apócope cuando la métrica exige una forma plena (fenómeno que estudiamos). Esta vacilación en los errores de copia se corresponde con la presencia en la tradición Z de las mismas palabras apocopadas o plenas según la exigencia de su contexto métrico. Ello nos muestra cómo el original debía presentar este uso métrico de la apócope para ajustar la medida silábica, según se aplicase o no a una palabra. El copista, especialmente del XVIII, al no encontrar una norma uniforme en el original, vacila en su aplicación cometiendo errores por reconstrucción o por apócope indebidas.

Los errores por orden son claramente marginales en la transmisión del hemistiquio: sólo afectan a un 2.24 %, con una distribución muy similar en todas las tradiciones (de su ausencia en O se llega a un máximo de 3.61 en Z).

Muy interesantes son los errores por sustitución, porque obligan a cambiar el original. El cambio, salvo en parónimos muy cercanos o en ciertos dobletes evolutivos o estilísticos (ej.: "mucho/muy"), ha de ser advertido por el copista y, por ello, voluntario.

Su media en el hemistiquio es muy engañosa: un tercio de las alteraciones de copia (29.85 %). Este porcentaje oculta una gran dispersión de resultados, que permiten clasificar las copias en tres niveles:

a) Nivel base, coincidente con la media estadística: Z, Q, O? y O.

b) Nivel documentalista que tiende a reproducir con la mayor fidelidad su copia. Por ello, reduce sensiblemente el porcentaje de alteraciones voluntarias: I (16.66%), S (10.22 %), R (12.5 %).

c) Nivel de libre adaptación. Los copistas adaptan, con cierta libertad, la lengua o el sentido de su fuente, elevando considerablemente el porcentaje de sus sustituciones: F (58.29 %) y L (42.9 %).

Hay un fenómeno de sustitución especial: el cambio de paradigma verbal, modernizando las terminaciones en -ié del XIII por las bisílabas modernas en -ía (14.13 % de media). Este cambio presenta grandes diferencias en su distribución, denunciando su carácter sistemático (en F, 42.3 % y L, 21.5 %) o esporádico ( en Z, 7.3 %; Q, 5.2 %; y S,3.4 %).

Ante estos datos parece ocioso preguntarnos si la irregularidad métrica se debe al autor o a la copia. No obstante, observemos los posibles índices de irregularidad de la Vida de San Millán de la Cogolla según su transmisión. En Z hemos observado que hay 85 hemistiquios no heptasílabos, además la tradición se ha perdido en otros 617. Z nos ofrece 3212 hemistiquios regulares o, lo que es lo mismo, un 17.94 % de irregularidad.

La tradición de Q reduce el índice en los hemistiquios a un 7.38 %. A su vez, I, que es un texto realmente conservado, presenta sólo un 4.37 % de irregularidad, frente a la otra copia del XVIII, S, que llega hasta el 5.85 %.

Veamos la tradición de la rama F. Los hemistiquios de F (sumando los casos del fragmento conservado de la copia del XIV y de aquellos errores de la copia de O rectificados por R) tiene un índice del 9.79 % de irregularidad. Pero, si añadimos los errores propios de O, el porcentaje alcanza el 10.40 %. Incluso una labor tan cuidadosa como la de R, cotejando F con Q, presenta un 5.11 % de errores. L, por el contrario, eleva su irregularidad al 17.97 %.

La media de estas irregularidades es de 9.85 % muy cercana al 9.33 % de media de los datos de Arnold. La conclusión se nos impone: la irregularidad en la métrica depende de la copia. Ello obliga a tener que diseñar tendencias de copia que justifiquen su mayor o menor deturpación.

Los copistas de Berceo.

Concluiremos nuestro estudio con el breve trazado del perfil del copista que pudo realizar cada copia o subarquetipo. Nuestra intención es señalar en qué medida es responsable de la alteración del material que transmite. Para ello, y como índice comparativo de su grado de fidelidad, presentaremos en cada copista dos índices porcentuales comparativos: el de la irregularidad en su corpus; y el de la proyección de la irregularidad en el conjunto del texto del San Millán.

El copista de Z es el representante del arquetipo, sólo presenta un índice de 2.66 % de irregularidad en su propio corpus. En el conjunto del San Millán su irregularidad se eleva a un 17.94 %. Contrasta su diferencia con la media: Z presenta un diferencial de - 32.1 en la irregularidad del propio corpus; de + 8.1 en su proyección sobre el conjunto del texto. Evidentemente, este aumento de la irregularidad no debe ser responsabilidad de su copia, sino alteraciones introducidas por los copistas posteriores que destruyeron su tradición común.

Ateniéndonos a las tendencias observadas en el corpus, Z es un fiel copista con alteraciones no sistemáticas, producto del descuido de copia. En ellas, destacan las abundantes adiciones en los hemistiquios (57.64 %), fruto de una presión lingüística que repone (en un 38.8 %) las vocales apocopadas en su original.

La tradición textual de Q, tal como se deduce de los 476 hemistiquios comunes a I y S (un 12.26 % del texto total del San Millán) es cuidadosa en su copia. Estos son sus índices comparativos: 11.97 % en su corpus y 7.38 % en su proyección total. Obsérvese cómo en ambos casos, mantiene un diferencial negativo con respecto a la media - 22.8 en su corpus y - 2.5 en el texto. La amplitud de las diferencias nos muestra su fidelidad. Aun así, presenta índices propios de casi un 12 % de irregularidad.

Se individualiza de su fuente (el arquetipo Z) por adición de palabras (19.3%) y por omisiones (28.07 %), en especial vocálicas (14 %). Se deben a problemas mecánicos de copia: la apócope se acerca en ocasiones a la haplografía; la adición de palabras (19.3 %) y las sustituciones (26.31 %) se justifican por necesidades de interpretar un texto original con dificultad de lectura (ejemplo paradigmático de ello son sus vacilaciones en la transcripción de nombres propios).

I, al igual que su fuente, se caracteriza por su fidelidad. No es de extrañar que, por ello, sea siempre el manuscrito base para las ediciones de Berceo. Sus índices comparativos así lo acreditan: 19.72 % en el propio corpus y 4.37 % en la proyección del texto. Sus diferenciales son parejos a los de su fuente: -15.09 y - 5.48 con respecto a las medias. Las tendencias de sus desvíos continúan las de Q en aquellos fragmentos en los que la tradición común (S e I) se ha perdido. A ella, se añaden muy ocasionalmente algunos ligeros descuidos de copia o, incluso, algún envejecimiento allí donde puede suponer un desliz de su fuente. La voluntad documentalista de su origen diplomático se evidencia en su corrección textual.

Si en el copista de I nos encontrábamos con un texto totalmente transmitido y físicamente presente: la copia que Ibarreta mandó realizar para su Diplomática Española, en la Colección Mecolaeta nos encontramos con dos tradiciones distintas en dos copias físicas distintas más una tercera conjetural: las correcciones que en un manuscrito, O, se realizan desde una fuente distinta. Esta complicada red de transmisión es de interés porque, con irregularidades muy distintas, encontramos en ella una misma orientación común: frente al documentalismo casi paleográfico de Ibarreta, su compañero benedictino pretende con dignidad erudita dar a conocer al "benedictino" Gonzalo de Berceo. Frente a la fidelidad, Mecolaeta busca la claridad, la comprensión.

Fruto de este interés es el mayor índice de irregularidad que se observa en S y en O, frente a Q e I:

a) S un 59.18 % en su corpus y un 5.85 % en el texto.

b) O un 33.8 % y un 10.40 % en el texto.

Sus diferenciales sobre la media son muy distintos:

a) S: + 24.37 en el corpus y - 4 en el texto.

b) O: - 1.01 en el corpus y +0,55.

El desequilibrio de los índices de S es fruto de su desvío sobre la fuente. Por ello, presenta un alto nivel de irregularidad en su propio corpus: Mecolaeta se diferencia de Q frente a la fidelidad de I. En su proyección sobre el conjunto del texto, su irregularidad disminuye mucho, porque las tendencias conservadoras de Z y Q reducen su alto nivel de desvío.

¿De qué tipo son los desvíos de S? Claramente domina la adición: un 70.45 % de las alteraciones. En el 58.6 % del corpus S ha reconstruido sistemáticamente las formas apocopadas de su fuente. Su modernización es clara: pretende facilitar la lectura y reconocimiento del texto que transmite. No es ajena a esta intención la presencia de cierto descuido de copia, no grave, aunque patente en casos como las diferencias del orden de versos en dos estrofas.

La intención divulgadora de Mecolaeta, y con ello su voluntad de ofrecer un texto fiel, pero de clara lectura en el XVIII, se pone en evidencia en la copia O. Como sabemos, Mecolaeta inició la copia de San Millán desde F por "el codice mas moderno de dos que hai en este Archivo, porque tiene mas limpios, y claros caracteres". Le interesa divulgar la obra, no aportar un documento literario. Pronto sus pruritos eruditos le llevan a corregir la fuente de F desde Q, porque observa cómo deturpa sistemáticamente el texto modernizando sus expresiones. De ahí que el códice O sea equilibradamente conservador, moviéndose en unos índices ligeramente menores que la media. Básicamente sigue a F (sin ninguna diferencia reseñada en la estrofa) y variando en las irregularidades del hemistiquio por ligeros descuidos (un 12.5 % de omisión de palabras) o por ligeras adiciones que precisan el texto (un 29.1 % de adición de palabras). Sus sustituciones (un 20.83 %) pueden responder a un intento de corregir ciertos pasajes con problemas de transmisión.

Las correcciones que Mecolaeta realiza en O tienen una importancia documental fundamental para el estudio de la transmisión berceana: se trata de un corpus que, a pesar de su brevedad (24 hemistiquios), se ha realizado con especial cuidado porque el copista atiende especialmente a su copia: lee lo copiado y lo contrasta con la fuente (F) y con el modelo de corrección (Q). Por ello llama la atención la alta media de irregularidad de su corpus: un 33.33 % (casi coincidente con la media de irregularidad en el corpus de hemistiquios : un 34.8 %). En el índice de proyección sobre el texto, debido a su escaso corpus, R presenta un índice menor: un 5.11 % (con una media del 9.85 %). La copia R nos documenta así cómo, aún en casos de cuidado extremo, el copista se equivoca. No es casual que en un 37.5 % de las ocasiones R cometa irregularidades mecánicas (haplografías y duplografías).

Diego de Mecolaeta pretende difundir a Berceo. Para ello busca su texto más claro y lo copia dignamente, siguiendo su fuente. Añade los descuidos y actualizaciones menores propias del proceso de copia, como documentan los errores de R. Estas correcciones deforman tanto el texto de su copia, que decide hacer otra en limpio, desde la nueva fuente más cercana al original: S. Pero no olvida su intención divulgadora, por ello, S sistemáticamente, dentro de ciertos límites de fidelidad, moderniza su modelo. En los tres casos, a Mecolaeta lo traiciona su necesidad de claridad lectora.

En los fragmentos conservados del códice, F es la única copia medieval del San Millán que se nos ha conservado. Y sus índices confirman las tradiciones de recreación que eran normales en la transmisión del XIV: un 59.06 % en su corpus y un 9.79 en el texto. La base textual de Z, y la fidelidad de copia en la estrofa (con seis ligeras modernizaciones en la rima y ligeros descuidos en el orden de los hemistiquios), hacen que el texto final de F reduzca su irregularidad en la proyección del texto (sobre una media muy elevada por la clara deturpación de L).

En sus hemistiquios, F moderniza sistemáticamente las formas apocopadas (21.8 % de sus deturpaciones), coincidiendo en ello con S. Pero F va más allá: sustituye el paradigma en -ié por el paradigma en -ía en el 42.3 % de su corpus original. Redondea su adaptación con sinónimos (8.4 %) y adición de palabras (13 %) que explicitan el sentido de su copia.

Esta recreación la transmite F, como fuente, a la copia O, en aquellos casos en los que no ha sido conscientemente rectificados por R (tradición O?). Por ello, aunque en menor medida que en su fuente, O? presenta un alto índice de deturpación en su corpus: 32.93 %. Continúa en sus irregularidades las tendencias de F, aunque con una incidencia algo menor, salvo en la adición de palabras (que se eleva al 27.7 % de su corpus). La progresiva aproximación de O a Q, a partir de la estrofa 220, coincide con esta individualización de O?: aumenta la adición de palabras porque coincide con la intención lectora de Mecolaeta común a S y a O.

Las cifras no mienten: el copista de L deturpa claramente su "orixinal". Un índice del 60.64 % en el corpus y del 17.97 % en el texto presentan unos diferenciales de + 25.83 y de + 8.12 casi escandalosos. La conclusión para la crítica ha sido evidente: L es un mal copista. Pero no sólo es eso. En un 4.3 % del texto L lee mal y en un 4.3% L presenta deturpaciones mecánicas.

Las irregularidades de L han de explicarse por otras razones que complementen su probada impericia y su evidente descuido. Tres han de ser estas razones:

1) L moderniza sistemáticamente, como F, las formas apocopadas (11.6 %) y el paradigma verbal en -ié (21.5 %). La modernización justifica al menos un tercio de sus hemistiquios. A demás, al menos un 6.4 % de su corpus son sustituciones por modernización.

2) L interpreta a menudo el texto para explicitar el sentido de su lectura, claramente hagiográfica: pretende admirar al receptor con las maravillas del santo. Por ello, con mayor o menor fortuna creativa añade palabras (12.9 %) o las omite (13.1 %). Sus sinonimias (6.9 %) se reparten entre malas lecturas e interpretaciones. Al igual ocurre con un fenómeno muy particular: la recreación original de la tradición de Z en un 10.3% de su transmisión.

3) La tercera tendencia tiene que ver con la prosodia de L: lee sus versos con sinalefa. Ello le lleva a no reconocer un patrón métrico rígidamente heptasílabo. Dependiendo de su fuente, los hemistiquios heptasílabos con una dialefa son para el copista hexasílabos, aunque regulares. Por ello, los nuevos hemistiquios octosílabos que transcribe, si son compensables por sinalefa, entran dentro del patrón flexible que reconoce y que hace que las medidas de 6, 7 y 8 sílabas le resulten equivalente (en un principio compensables por sinalefa, posteriormente equivalentes sean o no compensables). Este patrón métrico le permite una libertad de recreación en la medida silábica que concurre con sus modernizaciones e interpretaciones.

Y, evidentemente, con sus impericias. ¿Y con sus fuentes originales? Al menos hay tres estrofas y 32 hemistiquios (4.88 %) que ofrecen una tradición propia en su deturpación. En ellas, el copista no sigue un modelo directamente comparable con Z. ¿De dónde toma L este material? ¿Del mismo original en el que encuentra 18 casos de lecturas que corrigen a I?

La pregunta sólo puede explicarse desde la intención del copista de L: quiere divulgar a su santo patrón. Para ello, desde su admiración y dificultades de lengua y estilo, recrea los pasajes que no entiende o que pretende subrayar. El resultado, como su metro, no puede ser más fluctuante: del acierto expresivo, al "dibujo" casi paleográfico de un sinsentido textual que reproduce; del texto ecdóticamente más cercano al original, a la recreación más aberrante. Sobre ello, la fidelidad de un contenido que puede leerse y entenderse con continuidad. Sirva de descargo del anónimo y denostado copista de L que, hasta que Mecolaeta vuelva a reparar en la obra berceana, es el primero y, casi único, estudioso de la historia eclesiástica que recurre a Berceo para conocer la Vita Beati Emiliani . Incluso, el propio Berceo recurrió a san Braulio para hacer su hagiografía. Y hasta Minguella en el XIX y aun una moderna publicación de 1976 siguen tratando la biografía del santo desde la fuente latina del obispo zaragozano. Permítase al copista de L alterar el texto de Berceo, al menos en pago de ser un posible polemista sobre el patronazgo de España que, para basar su defensa de san Millán, recurre al clérigo riojano en lugar de a la común fuente latino-eclesiástica.

 

 

NOTAS

1.- Vid. "Irregular versification in the Libro de Alexandre and the possibility of a cursus in old spanish verse", Romanische Forschungen , 85 (1973), pp. 299.

2.- Vid. NELSO D. (ed.), Gonzalo de Berceo, Libro de Alixandre. reconstrucción crítica, Madrid, Gredos, 1979, pp. 76-77.

3.- "La cuaderna vía", RFH 7 (1945),p. 47.

4.- Vid. Versification of the cuaderna via as found in Berceo's "Vida de Santo Domingo", AMS Press, Nueva York, 1966 ( reimprime la ed. de 1905) , pp. 9-28.

5.- Fitz- Gerald realiza sus porcentajes sólo sobre el esquema métrico dominante 7+7, y sumando los versos "perfectos e imperfectos", lo que le da entre el 54% y el 55% del poema ( que eleva hasta el 67 % o 68% si no se tienen en cuenta los versos "indeterminados").

6.- Vid. sobre todo sus artículos : "Irregular hemistichs in the Milagros of Gonzalo de Berceo" (PMLA 50 -1935-, pp. 335-351), "Notes on the versification of El Libro de Alexandre " (Hispania 19 -1936- , pp. 245-254) y "A Reconsideration of the Metrical Form of El Libro de Apolonio (HR 6 -1938- , pp. 46-56).

7.- Ofrecemos en esta tabla los datos del último artículo de Arnold en el que estudia la irregularidad: "A Reconsideration of the Metrical Form ...", p.56. Hemos corregido las siglas de manuscritos , unificándolas con las utilizadas en el cuerpo de nuestro trabajo. Para justificar sus porcentajes y desglosarlos en las diversas medidas hiper o hipométricas remitimos a los trabajos citados en la nota anterior, aunque la cifra de los Loores ha de cotejarse en ARNOLD,H.H.: "Synalepha in old Spanish poetry: Berceo", HR 4 (1936), pp. 157-158.

8.- MENÉNDEZ PIDAL, R.: "Historia Troyana en prosa y verso. Texto de hacia 1270", Textos medievales españoles , Espasa Calpe, Madrid, 1976, p. 207.

9.- Nuevos materiales filológicos para una edición del Poema de Fernán González, IER, Logroño, pp. 51-56.

10.- El estudio de Marden se realiza entre la copia de Ibarreta y los fragmentos recuperados de F (que denomina A). Vid. su estudio en Cuatro poemas de Berceo (Milagros de la Iglesia robada y de Teófilo y Vidas de Santa Oria y de San Millán). Nuevo manuscrito de la Real Academia Española , Anejo IX de la R.F.E., Madrid, 1928, pp. 29-33.

11.- "Irregular hemistichs...", p. 351.

12.- Vid. capítulo "Clerecía" de Guadarrama, Madrid-Barcelona, 19785, pp. 106-108.

13.- Ya lo había supuesto Giménez Resano en un artículo de 1968 ["En torno al problema textual de los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo", Berceo 79 (1968), pp. 147-158 y 80 (1968)]. Defiende en él la prioridad de la versión F sobre la dada por Ibarreta. Berceo realizaría una segunda versión de su obra en la que mejora el texto (suposición en la que coincide con el padre Andrés -- pág.. XXXII y XXXIV de su edición del Santo Domingo [Padres Benedictinos, Madrid, 1958]). El trabajo de Gaudioso Giménez ofrece un grave error metodológico al renunciar a un enfoque filológico que atienda a problemas de lengua y limitarse a un mero enfoque estilístico. En su manual posterior, El mester poético de Gonzalo de Berceo , Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1976 , corrige sus excesos.

14.- NAVARRO TOMÁS, T: Ibídem ,pp. 107-108.

15.- Vid. BLECUA, A.: Manual de crítica textual, Castalia, Madrid, 1983, pp. 163-164.

16.- Métrica Española. , p.108.

17.- "El verso de clerecía. Sus irregularidades y las doctrinas de D. Federico Hanssen", Boletin de Filología (Chile) 6 (1950-51), p. 266.

18.- Vid. a este respecto el fundamental manual de Alberto Blecua .

19.- Vid. "Irregular hemistics in Milagros... " y a "A Reconsideration of the Metrical ...". El modelo clasificatorio es similar en ambos, aunque más detallado en el primer artículo. Básicamente presenta una lista de posibles alteraciones lingüísticas.

20.- Vid. su artículo "En torno al problema textual...". Tiene la ventaja de ser un intento de clasificación funcional, aunque es en exceso simple.

21.- Vid. La Vida de Santo Domingo de Silos de Gonzalo de Berceo, Instituto de Estudios Riojanos , Logroño, 1978, pp. 56-63.

22.- Luguori- Napoli, 1971, pp. 11-16.

23.- Vid. KOBERSTEIN,G. (ed.): Estoria de San Millán , Aschendorff, Münster Westfalen, 1964, pp. 46-78.

24.- En sus pág. 38-65.

25.- Pág.. 65.

26.- Sintetizamos a continuación los errores de copia deducibles de las correcciones de posible valor métrico realizadas por Dutton. Entre paréntesis indicamos el número del principio de edición utilizado para la deducción: Vid. DUTTON, B.: Vida de San Millán de la Cogolla. Estudio y edición crítica, 19842 (amplía y revisa la 1ª ed. de 1967), pp. 79-83.

27.- Labor poco efectiva sería intentar enmendar la plana a su texto crítico, en especial tras las mejoras de su segunda edición. Algún verso podrá ser discutido, alguna conjetura corregida. Pero su texto seguirá siendo básico y, al menos a efectos de estudio métrico, estos cambios no alterarían ni sus fundamentos ni sus conclusiones.

28.- Vid. pp. 17-30. Cita de pág. 20.

29.- Estas tradiciones se recogen escrupulosamente en el aparato crítico, pero no se estudian sus tendencias. Vid: Estoria de San Millán , pp. 46-78 y aparato crítico al pie de las páginas 101-211.

30.- En su cuerpo crítico, Dutton renuncia a reseñar las diferencias gráficas en las que no observa diferencias lingüísticas o métricas. De sus principios de edición pueden deducirse las principales enmiendas realizadas, pero no da una lista ordenada de las irregularidades. Como Koberstein siempre se basa en I. Vid. San Millán , pp. 79-83 y notas al pie de las páginas 85-174.

31.- Vid El mester poético de Gonzalo de Berceo, p. 21. Obsérvese lo limitado de su cómputo, que no se corresponde con nuestros propios datos ni con las listas de enmiendas realizadas por los editores de Berceo.

32.- Anuario de Estudios Filológicos 22 (1999), pp. 151-176.

33.- A lo largo de estas conclusiones vamos a referirnos siempre a resultados porcentuales, y no a resultados absolutos, para poder comparar la incidencia de los fenómenos en las distintas tradiciones, con independencia de su corpus. Al comienzo de cada fenómeno damos la media general de incidencia, contrastándola posteriormente con la que presentan las tradiciones más representativas. Para conocer el número absoluto de incidencias, consúltese el cuadro del apartado anterior.

34.- Vid. a este respecto las tesis definitivas de J. Fitz-Gerald (Versification ), A. Ruffinatto ("Sillavas cuntadas e quaderna via in Berceo: regole e supposte infrazione", Medioevo Romanzo 1 (1974), pp. 23-43) , e I. Uría Maqua ("Sobre la unidad del mester de clerecía del siglo XIII: hacia un replanteamiento de la cuestión", en Actas de las III Jornadas de Estudios Berceanos , Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 1981, pp. 179-188) .

35.- Vid. T. Navarro Tomás: Métrica española , pp. 104-5 y, a propósito de Juan Ruiz, las ediciones de J. Josset ( Taurus, Madrid, 1990) y A. Blecua (Cátedra, Madrid, 1992).

36.- Muy curiosamente Q ofrece un 14 % de reconstrucciones vocálicas , I un 10.3 %, S sólo un 5.7 %, pero O? presenta un 9.6 % y O un 12.5 %. Frente a ello, F sólo tiene un 1.8 %.

37.- Calculada con los errores de Z (85) más los propios (57) y los 147 hemistiquios en los que Q no presenta tradición, por no corresponderse S con I.

38.- Que suma los errores de Z (85), los de Q (57) y los propios (29). Al igual hace S ( con 87 propios en lugar de los 29 de I).

39.- A este efecto, las bases de comparación son las siguientes: la media de irregularidad en el propio corpus es de 34,81 % y de proyección en el texto de 9.85 %.

40.- Porcentajes referidos al conjunto de alteraciones presentes en Z.

41.- Estos porcentajes hacen referencia al conjunto de irregularidades de Q.

42.- DUTTON,B.: A New Berceo Manuscript: Madrid , Biblioteca Nacional Ms. 13149: Description, Study and Partial Edition , Univ. of Exeter, 1982, p. x.

43.- No tiene sentido realizar su proyección textual, pues, como mixto que es, tendría que coincidir con F o con O, proyección que ya hemos realizado.

44.- Nos referimos a las dos estrofas que añade el copista tras la estrofa 480 y la recomposición que de la estrofa 87 hace por salto de copia.

45.- Así lo afirma DUTTON: San Millán, p. 72.

46.- MINGUELLA Y ARNEDO, T.: San Millán de la Cogolla, Madrid, 1883.

47.- Se trata de la obra colectiva, editada en honor del XV Centenario de San Millán de la Cogolla, y dirigida por J. B. OLARTE : San Millán de la Cogolla, Lib. Ed. Augustinus, Madrid, 1976.

 

 

 

 

 Francisco Javier Grande Quejigo es profesor de Literatura española en la Universidad de Extremadura y dedica el grueso de su investigación a la literatura medieval, con especial atención a Gonzalo de Berceo y al Mester de Clerecía.
      Entre sus publicaciones berceanas destacan los libros "Hagiografía y difusión en la Vida de San Millán de la Cogolla" (Logroño, IER, 2000), "El formulismo en Gonzalo de Berceo" (Cáceres, UEx, 2001) y "Ritmo y sintaxis en Gonzalo de Berceo" (Cáceres, UEx, 2001) 

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