La cabecera se pudo comenzar a finales del siglo XII, y la nave se terminó muy avanzado el XIII, de acuerdo a los gustos protogóticos cistercienses. En el XIV o XV se construyeron el torreón del hastial oeste, convertido luego en torre-campanario; el único resto conservado de la muralla, alineado con el hastial oeste del templo, con una puerta gótica en arco apuntado; y una casa fuerte de la que todavía queda una ventana gótica geminada en el muro sur del último tramo de la nave, junto a la portada.El remate de la torre es del siglo XVII.

 

 

Biblioteca Gonzalo de Berceo

 

      

NOTA INTRODUCTORIA 

 

 

Esta obra, la más extensa y conocida de Berceo, narra veinticinco hechos milagrosos llevados a cabo por la Virgen Maria en favor de sus devotos, precedidos de una introducción de carácter alegórico. Se trata de una colección antológica de milagros cuya selección podría relacionarse, según Gariano 1 y Cacho 2, con un múltiplo de cinco, número mariano por excelencia y, en este caso, verosímil fundamento de la articulación formal del libro. Respecto de la fecha de su composición, según Dutton 3, «por la copla 325 sabemos que Berceo escribía antes de 1246, pero por la copla 869 sabemos que también escribía, por lo menos este milagro [el 24, "La iglesia robada"], después de 1252».

Como es bien sabido, Berceo no inventa los temas de sus composiciones, sino que su actividad creadora se centra en divulgar en romance los relatos escritos en latín. De ahí que para sus narraciones milagrosas dispondría de aquellas colecciones latinas de milagros marianos que eran difundidas por los monasterios más notables. Entre dichas fuentes latinas, el ms. Thott 128, de la Biblioteca Real de Copenhague, parece ser la copia más cercana del manuscrito que utilizaría Berceo, ya que en ese texto se comprueba el mismo orden de los relatos que sigue el poeta riojano en su obra. Berceo únicamente añade el mencionado milagro 24, "La iglesia robada" 4, cercano a él en el espacio y en el tiempo y del que no hay rastro en las colecciones latinas. Tampoco se han encontrado huellas de la fuente directa de la Introducción, si bien para la elaboración de este excepcional prólogo no debe descartarse la idea de que se inspirase en los motivos y tópicos tradicionales en la literatura de su tiempo, y muy socorridos en la formación cultural de los educados en San Millán.

Si nos adentramos en la cuestión de la intencionalidad en esta obra de Berceo, habremos de reconocer un evidente propósito didáctico-moralizador y el objetivo razonable de entretener a los peregrinos que llegaban al monasterio de San Millán. No rechazamos, desde luego, un cierto deseo propagandístico a favor del cenobio emilianense y, por supuesto, estamos de acuerdo con Dutton en que Berceo «dedicaba sus obras marianas a esta Virgen [la de Yuso; muy probablemente, Nuestra Señora de Marzo] más que a la "Virgen universal" o, mejor dicho, cuando pensaba en la Virgen universal la representaba en la forma de "su" Virgen de Yuso» 5. Es incuestionable, asimismo, el objetivo artístico-literario, manifiesto para la filología en todos y cada uno de los hemistiquios del poema. Pero creemos, con Montoya, que el autor de los Milagros de Nuestra Señora perseguía, ante todo, «exaltar a María, narrándonos sus intervenciones maravillosas en favor de sus siervos. Más aún, al dramatizárnoslas, intentaba sobrecoger nuestro ánimo, emocionamos e inspiramos la acción de gracias y la consiguiente alabanza»6.

El texto crítico establecido es resultado de la selección de las lecturas transmitidas por la tradición manuscrita de los Milagros. El análisis previo -individuado y contrastivo-- de las características métricas y lingüísticas de los manuscritos evidencia, por una parte, que el ms. Ibarreta presenta las versiones más fidedignas respecto al texto original (se distingue, en efecto, por una notable regularidad métrica y escasa concesión a la lengua de su tiempo -siglo XVIII-), y muestra, por otra, que en bastantes ocasiones las lecturas del ms. Mecolaeta o del códice in folio son, sin embargo, más aceptables o, incluso, las correctas. Por ello, las lecciones que incorporo al texto siguen preferentemente la versión de I y, en menor número de casos, la transmitida por M, M2 o F 7. En la reconstrucción del texto crítico perseguimos, pues, de un lado, el mantenimiento exacto del isosilabismo de las cuadernas, basándonos en los principios que rigen y conforman el paradigma métrico-rítmico del verso alejandrino (pausa hemistiquial, pronunciación con dialefa, hiato, etc. ), y de otro, una aproximación al presumible sistema lingüístico de Berceo.

Ahora bien, dado el tipo de edición y público al que se dirige esta obra, no ha de sorprender que no se recojan aclaraciones textuales o explicaciones de las enmiendas introducidas. A esa tarea, que constituye el capítulo central de toda versión crítica, me entregué con particular empeño en otro momento 8. No se ofrecen regularmente explicaciones técnicas lingüísticas o literarias ni abundan, consecuentemente, las referencias bibliográficas. Tampoco acudo, por lo común, a los demás poemas de Berceo y a otras fuentes de la literatura medieval para ilustrar los términos y reforzar su autoridad. En esta ocasión prodigo, en cambio, los comentarios históricos, geográficos y literarios op.rtunos; abro la mano al esclarecimiento de imágenes, temas, motivos, menciones bíblicas y litúrgicas, etc, Pretendo, de manera particular, aclarar el sentido de todas aquellas voces, frases, versos o estrofas que seguramente desconocen las personas no especializadas en la lengua y literatura medievales. A tal fin, cuando me parece necesario y sus glosas no coinciden con las mías, incorporo las definiciones e interpretaciones de los editores, lexicógrafos y glosadores anteriores 9; hago notar que tomo en cuenta de un modo especial las interpretaciones y comentarios de Devoto, Dutton y Narbona 10, De gran utilidad han sido, asimismo, algunas equivalencias latinas del ms. Thott a la hora de resolver problemas semánticos intrincados, Además, con el fin de facilitar la comprensión del texto, no escatimo las referencias a pasajes análogos de la misma obra. Sigo, por último, las normas de transcripción trazadas por la «coordinación» de la edición del libro.

 

 

 

NOTAS

 

1  Gariano, Análisis estilístico, págs. 180-183.2

2  Cacho Blecua, Milagros de Nuestra Señora, págs. 24-26.

  3  Dutton, Gonzalo de Berceo. Obras Completas, II, pág. 248.

  4  Como Devoto, Milagros de Nuestra Señora, pág. 17, y Dutton (op. cit., pág. 17), adopto el orden de F para los dos últimos milagros. Devoto justifica así dicha modificación: «Lo cierto es que con la disposición que adoptamos quedan al final de la obra, en su lugar verdadero, las últimas estrofas del Milagro de Teófilo, verdaderamente conclusivas y coronadas por sus tres Amén definitivos.»

  5  Dutton, op. cit., pág. 248.

  6  Montoya, El Libro de los Milagros de Nuestra Señora, pág. 24.

7 Llamo M al fragmento del ms. Mecolaeta (folios 21r-55v) que transmite las coplas 1-415 y 615-910 de los Milagros, y M2 al que transcribe la Introducción de este mismo poema (folios 68r-70v). Como en el caso de I, Q sirvió de base a M,. M2, en cambio, está sacado, sin lugar a dudas, de F.

8  García Turza, Los Milagros de Nuestra Señora.

  9 Solalinde, Milagros de Nuestra Señora; Boggs, Tentative Dictionary (TD); Beltrán, Milagros de Nuestra Señora; Gerli, Milagros de Nuestra Señora; Rozas, Milagros de Nuestra Señora; Montoya, op. cit.; Cacho Blecua, op. cit., y J. Cororninas y J. A. Pascual, Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico (DCECH). Alguna vez recurro a las lecciones, interpretaciones o comentarios de Janer, Milagros de Nuestra Señora; G. Menéndez Pidal, Milagros de Nuestra Señora; y Devoto, Textos y contextos.
 
10 Devoto, op. cit.; Dutton, op. cit.; y Narbona, Los Milagros de Nuestra Señora.

   


 

 

 
 

EDICIÓN Y COMENTARIO en formato PDF

 
 
 

- INTRODUCCIÓN

- MILAGRO XIII  :  El nuevo obispo

- MILAGRO I  :  La casulla de San Ildefonso

- MILAGRO XIV  :  La imagen respetada

- MILAGRO II:  El sacristán fornicario

- MILAGRO XV  :  La boda y la Virgen

- MILAGRO III : El clérigo y la flor

- MILAGRO XVI  :  El niño judío

- MILAGRO VI :  El premio de la Virgen

- MILAGRO XVII  :  La iglesia profanada

- MILAGRO V :  El pobre caritativo

- MILAGRO XVIII  :  Los judíos de Toledo

- MILAGRO VI :  El ladrón devoto

- MILAGRO XIX  :  Un parto maravilloso

- MILAGRO VII :  El monje y san Pedro

- MILAGRO XX  :  Un monje borracho

- MILAGRO VIII :  El romero de Santiago

- MILAGRO XXI  :  La abadesa preñada

- MILAGRO IX :  El clérigo ignorante

- MILAGRO XXII  :  El náufrago salvado

- MILAGRO X :  Los dos hermanos

- MILAGRO XXIII  :  La deuda pagada

- MILAGRO XI :  El labrador avaro

- MILAGRO XXIV  :  La iglesia robada

- MILAGRO XII :  El prior y el sacristán

- MILAGRO XXV  :  El milagro de Teófilo

 

NORMAS DE TRANSCRIPCIÓN Y ABREVIATURAS

 
ÁBSIDE  DE LA IGLESIA  DE  SAN  ROMÁN DE VILLASECA (LA RIOJA)
 
 

 

 

 

Gonzalo de Berceo
OBRA COMPLETA
Edición y estudios de varios autores
Coordinado por Isabel Uría

CLÁSICOS CASTELLANOS
ESPASA-CALPE
MADRID 1992
Edición patrocinada por el Gobierno de La Rioja  

 

 

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