La Orden de la Terraza o de la Jarra |
El rey Don García de Nájera ( García III Sánchez de Navarra) quiso engrandecer su monasterio de Santa María la Real de Nájera dotándolo de "muchas y crecidas rentas, de iglesias, villas y pueblos, ennoblecido con muchas reliquias de Santos", e instituyendo y fundando la orden militar de caballeros de La Terraza, en honor de la Virgen.
La divisa de dicha orden, una jarra de azucenas de oro pendiente de un collar, también de oro, tiene como origen la jarra de azucenas, que adornaba el altar de la cueva, donde, el propio rey Don García,en un lance de caza, encontró la imagen de Nuestra Señora, y que dió lugar a la fundación de este monasterio de Santa María la Real, a mediados del siglo XI.
( terraza: jarro de barro para beber agua [Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, J.Corominas y J.A.Pascual, Gredos 1983]).Dice la historia que mandó labrar ricamente, Don García, "muchos collares de finísimo oro y otras tantas jarras de azucenas de lo mismo pendientes de ellos. Luego hizo llamamiento de las personas de más calidad de sus reinos, y habiendo ordenado, que señaladamente se juntasen a 25 de Marzo, fiesta de la Anunciación,en la iglesia de Santa María la Real, despues de celebrada la misa con mucha solemnidad, para que esta divisa e insignia fuese tenida en más estima, el mismo señor Rey se puso el primer collar y jarra de azucenas de él pendiente, y luego lo dió a cinco hijos suyos echándoselo por sus manos mismas al cuello, que fueron los dos Sanchos que le sucedieron en el reino, y el infante Don Ramiro señor de Calahorra, de Torrecilla de los Cameros y de Ribafrecha y sus villas, y el infante Don Fernando Señor de Jubera y Lagunilla, y el infante Don Ramón señor de Murillo y Agoncillo. Y después por el mismo orden lo fue dando a muchos caballeros de cuenta a quienes quiso honrar y favorecer con aquella divisa aquel día, entre los cuales fueron señaladamente Don Garcí Sanchez y Don Iñigo Sánchez, hijos de Don Sancho López V señor de Vizcaya que se hallan confirmando privilegios de este señor Rey por el año de 1046".
Una de las obligaciones que tenían que cumplir estos caballeros era asistir a los oficios de visperas y misa de las fiestas de la Virgen, especialmente la Anunciación, revestidos con la divisa de la orden.
La muerte de Don García "y la turbación que hubo en las cosas de aquel reino...retardó por entonces, y aún por muchos años el efecto de su acrecentamiento.."En 1403 volvió a refrescar la tradición Don Fernando infante de Castilla, llamado de Antequera; que en Medina del Campo, a 15 de Agosto, fiesta de la Asunción de Nuestra Señora, como hiciera Don García de Nájera, entregó a sus hijos la divisa "... al infante Don Alonso que después de su padre fue rey de Aragón...,el segundo dío al infante Don Juan, que fue rey de Navarra por su mujer Doña Blanca, y asimismo rey de Aragón, después que murió su hermano Don Alonso, en tercer lugar le dió al infante Don Enrique, gran Maestre de Santiago, en cuarto lugar al infante Don Sancho, que fue Maestre de Calatrava, y en quinto a Don Pedro...,y en honrando a sus hijos con esta divisa esclarecida de la Virgen, le fue dando por su orden a muchos caballeros válidos suyos".
Más tarde en la rendición por las armas de la ciudad de Balaguer, siendo ya Don Fernado rey de Aragón, entregó la divisa a ochenta caballeros castellanos y aragoneses que se habían distinguido en la batalla, añadiendo en esta ocasión a la Jarra de Azucenas un grifo (animal mitológico, mitad águila, mitad león) que la tenía asida.
Llegó a ser estimada en toda Europa, donde la portaron con orgullo el emperador y los más principales de Alemania, Austria, Hungría y Polonia.
Según las tradiciones griálicas más remotas de la península Ibérica, encontramos evidententes connotaciones de este tipo en en esta orden de la Terraza o de la Jarra.
Este relato supera los limites de la leyenda y se adentra de lleno en la historia, y también en el de las significaciones iniciáticas. Como inmejorablemente refiere Atienza, "Ahí está la caverna, la ancestral virgen negra Madre primordial, la destrucción de la enemistad de los opuestos –paloma y alcor- y la simbología arcaica del recipiente griálico hecho enseñanza de fines trascendentes. Ahí está el soberano descubriendo el secreto del vaso sagrado y convirtiéndolo en enseña de una Orden Solar de la que tendrían que formar parte los grandes caballeros del mundo medieval. Y ahí están los monjes de San Benito –blancos o negros- guardando el lugar sagrado, dándole sentido y configurando la leyenda esotérica en los límites estrictos de la ortodoxia. Ahí está, en el monasterio de Santa María la Real, la cueva que nace a los pies del templo y los sepulcros de los reyes e infantes de Navarra custodiándola. Están la iglesia cisterciense, sobria; y la virgen y la jarra griálica en el altar mayor y todos los símbolos de la iniciación en las ménsulas y en los capiteles del claustro de los Caballeros y las medidas exactas, escalofriantes de grandeza, del templo".
Esta orden de auténticos custodios del Grial agrupó en su seno a una nueva Tabla Redonda de Caballeros entregados a la defensa y protección de aquel prodigio y de su manifestación inmediata: la imagen de Nuestra Señora y el recipiente sacro; un soterraño grialismo que desde entonces constituye el símbolo específico del ideario de aquel lugar.
Modernamente los Caballeros de la orden de la Terraza se reunen una vez al año en el Monasterio de la Virgen de Valvanera, en los Montes Distercios, donde renuevan su fidelidad a la Virgen, personalizada en la imagen de la patrona de La Rioja, la Virgen de Valvanera.
Como dato anecdótico podemos reseñar que la Orquesta de Laudes españoles de Nájera ha tomado para su denominación el nombre de esta orden, La Orden de la Terraza.