Cotos trucheros

     La Trucha Común es un pez emblemático de las sierras riojanas,"reina de los ríos". Vigoroso, agresivo perfectamente adaptado y a las aguas frías y cristalinas de los tramos altos.
Este Salmónido presenta a lo largo de su cuerpo ocelos de rojo circundados por un aura blanquecina y abundantes pintas negras en el tercio superior del cuerpo. Se distingue de la Trucha Arco Iris, por carecer de manchas negras en la aleta caudal y, de presentarlas, nunca dispuestas en hileras.
     La cabeza es relativamente pequeña, concluida en un hocico achatado, cuya mandíbula suele curvarse hacia arriba en los machos adultos. La boca está dotada de unos finos dientecillos.
Aunque lo normal son los individuos de unos 25 a 35 cm. la Trucha Común puede alcanzar tallas de hasta 90 y pesos excepcionalmente superiores a los 7 kg. (según J. Roig en zonas lacustres un ejemplar capturado en 1956 midió 140 cm. y pesó 13 kg.). Las Truchas pueden presentar diferentes tonalidades, incluso de un río a otro, aún próximos. La Rioja puede considerarse una zona privilegiada en cuanto a la distribución de las poblaciones
trucheras, pues habita en todos los ríos excepto en el más oriental ,el Alhama.El río Najerillo a su paso por Nájera; al fondo el puente de San Juan Tampoco se encuentra en el río Ebro, debido a la bajísima calidad de sus aguas, lo que no es óbice para que hace unos años sí lo ocupara;actualmente en su cabecera sigue manteniendo aceptables poblaciones.
     En los últimos años, los efectivos de la "reina de nuestros ríos", han descendido de forma alarmante. En el Cidacos, donde fue muy abundante, queda una población prácticamente testimonial relegada al cauce más alto, adentrándose ya en la provincia de Soria.
En el río Leza se da una situación muy parecida.
     Las mejores poblaciones se encuentran en los ríos Iregua y Najerilla, aunque en el primero de ellos parecen haber descendido bastante debido a las nefastas obras del embalse de Pajares. El límite inferior de distribución en este río se sitúa en la zona de Nalda y Alberite, donde el agua comienza a escasear por su uso para riego agrícola. En el Najerilla se distribuye desde sus afluentes en cabecera hasta su desembocadura en el Ebro, siendo menos abundante cuanto más nos acercamos a este último.
     Los ríos Oja y Tirón mantienen en parte superior poblaciones más o abundantes de Trucha Común, aunque en claro declive.
Como se puede deducir, a la vista las zonas que la Trucha Común ocupa en nuestros ríos, su habitat óptimo se sitúa en los tramos altos y los arroyos de montaña, donde las aguas son frías, oxigenadas y exentas de contaminación.
Embalse de Pajares, al fondo las nieves del puerto de Piqueras No soporta temperaturas superiores del agua a los 15ºC, dado que a mayor temperatura disminuye la concentración de oxígeno y, por lo tanto, sus posibilidades de supervivencia. La contaminación le afecta en gran medida, siendo ésta una de las múltiples causas del descenso paulatino de sus poblaciones.
    
En los primeros estadios de su vida, cuando aún son alevines, muestran un carácter marcadamente gregario, concentrándose en pequeños bancos y alimentándose de todo tipo de animalillos presentes en las aguas. A medida que van creciendo, y ya notoriamente cuando son adultas, son claramente territoriales, adueñándose cada individuo de ciertas zonas del río que le resultan más propicias para alimentarse, esconderse o descansar. Cuando se alimenta, ya sea en el fondo, a medias aguas, o en la superficie, se suele colocar frente a la corriente, al acecho de los insectos que derivan aguas abajo empujados por el flujo natural del agua. Aprovecha obstáculos naturales del cauce, como troncos y piedras, así como las márgenes de las corrientes, donde el fluir de las aguas pierde violencia, para dominar el mayor área posible con el menor gasto de energía.
     Captura todo tipo de presas, con predominio de la fracción entomófaga, (insectos acuáticos adultos, sus larvas e insectos terrestres caídos al agua) y alevines de otras especies, incluyendo la suya propia. Los ejemplares de más edad, en especial, tienen una dieta básicamente ictiófaga, dándose en muchos casos el canibalismo. Muestran una acusada tendencia a capturar su sustento en las horas crepusculares o nocturnas, o cuando las condiciones climatológicas (días nublados) se asemejan a los momentos citados. Aún con todo, si el alimento es abundante a plena luz del día, no dudan en dedicarse a capturar a sus presas, so pena de verse a su vez apresada por sus predadores, como la Garza o la Nutria.Embalse de Pajares... Sin lugar a dudas, su mayor predador en este momento es el propio hombre.
     En los períodos de inactividad, suele permanecer camuflada bajo las piedras o al abrigo de la maraña de raíces de las orillas, notándose un claro dominio de los individuos mayores sobre los más pequeños en la ocupación de estos lugares de descanso u ocultación.
     Llegado el momento de la reproducción (allá por los meses de diciembre y enero en la mayoría de los ríos, o en febrero- marzo en las aguas de alta montaña) un instinto innato en la Trucha hace que comience a remontar el cauce del río hacia zonas más altas, buscando los arroyos de freza y alevinaje, en aguas someras y de corriente moderada. Una vez allí, la hembra, cortejada por uno o varios machos, cava una pequeña depresión en la gravilla del fondo valiéndose de su aleta caudal. Terminada esta labor, deposita su carga de huevos, unos 1.500 por Kg. de pez, que inmediatamente serán fecundados por el o los machos. La puesta será cubierta de nuevo con gravilla para preservarla de los depredadores. La eclosión de los huevos se producirá unos días después, aproximadamente a los 400°C día (40 días a 10°C,80 días a 5°C,...). El número de alevines nacidos de estos huevos parece ser bastante reducido en comparación al número de huevos depositados.
     La madurez sexual se produce entre los 2 y los 4 años, siendo más precoces los machos (fértiles a los 2-3 años) que las hembras (habitualmente fértiles a los 3-4 años en la Península Ibérica).
     La conservación de esta especie pasa por la adopción de medidas urgentes que frenen las causas de su rápido y progresivo declive. Una de ellas es la falta de agua en nuestros cauces fluviales por la extracción para uso agrícola, tanto directamente del río, como de los acuíferos circundantes. Es necesaria y urgente la instalación de depuradoras en todas las poblaciones que vierten sus aguas en los ríos. Tratándose de núcleos urbanos no demasiado grandes y de sustancias contaminantes en su mayoría no industriales, el costo de las mismas no debería ser excesivamente alto. En poblaciones como Villoslada de Cameros, Torrecilla en Cameros, en la cuenca del río Iregua; Villavelayo, Anguiano, Bobadilla, Baños de Río Tobía y Nájera, en la del Najerilla, son urgentes este tipo de instalaciones.
     Otra de las causas que inciden en el deterioro de las poblaciones trucheras es la continua alteración de su hábitat natural, mediante el encauzamiento de los ríos y la construcción de presas insalvables por este Salmónido. Las zonas encauzadas mediante malecones de piedra se convierten en inhabitables para la Trucha, al carecer de los refugios naturales, tan necesarios para su desarrollo. Las presas, en su mayor parte mal proyectadas, carecen de pasos apropiados para permi tir las migraciones; las poblaciones, aisladas entre sí, van envejeciendo paulatinamente al no renovarse genéticamente con Truchas procedentes de otras zonas del mismo río.
     Por último, hay que destacar la nefasta gestión en materia de pesca; las repoblaciones con ejemplares procedentes de otras zonas de Europa contaminan genéticamente nuestras fario autóctonas y la falta de protección, tanto en los ríos menos favorecidos, como en los que aún mantienen buenas poblaciones; van a conseguir (de continuar así) que este maravilloso pez sea pronto un recuerdo del que hablar con las futuras generaciones. LJ.P., F.L.F. y J.Mª.G. (Fauna de La Rioja)


Los cotos trucheros estan señalados en el mapa adjunto; los más importantes y numerosos se encuentran en el río Najerilla y sus afluentes.
     Neila y Urbión, con sus aguas heladas y cristalinas destacan en la Sierras del Alto Najerilla. Los pescadores disfrutan aquí con unos paisajes extraordinarios y capturas bravías y retadoras.
     Anguiano, entre cortados y recovecos es un coto magnifico; es habitual para los romeros de Valvanera encontrar a cada paso a los pescadores lanzando la cucharilla en zonas bravas, mientras que otros demuestran sus habilidades con la cola de rata en remansos y pozos rocosos.
     El coto de San Asensio, en el último tramo del Najerilla, y al que se puede acceder por la carretera Nájera-Cenicero,frente a la Cooperativa El Patrocionio de Uruñuela, carretera de Somalo, es el más abierto. Las choperas y viñedos son el paisaje que acompaña al Najerilla en esta zona; sotos, retazos de monte y densos macizos de zarzamoras jalonan un tramo amplio, poco profundo y perezoso mientras se acerca, para desaparecer en el Ebro, en tierras de Torremontalbo.

El río Najerilla a su paso bajo el puente de la N-232 en Torremontalbo


     Es urgente que la Mancomunidad del Najerilla se tome en serio y con urgencia la depuración de las aguas que se vierten a nuestro río, si queremos disfrutar de este enclave ecológico,fuente vital para todo nuestro valle.

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