22. EL NÁUFRAGO SALVADO


583 Señores, si quisiéssedes, mientre dura el día,
d’estos tales miraclos aún más vos dizría;
si vós non vos quessássedes, yo non me quessaría,
ca como pozo fondo tal es Sancta María.

584 Tal es Sancta María como el cabdal río,
que todos beven d’elli, bestias e el gentío;
tan grand es cras com eri, e non es más vazío,
en todo tiempo corre, en calient e en frío.

585 Siempre acorre Ella en todos los lugares,
por valles e por montes, por tierras e por mares;
qui rogarla sopiesse con limpios paladares
no lo podrién torzones prender a los ijares.

586 Leemos un miraclo de la su santidat
que cuntió a un bispo, omne de caridat,
que fo omne católico de grand autoridat;
víolo por sus ojos, bien sabié la verdat.

587 Assín como lo vio, assín lo escribió,
non menguó d’ello nada, nada non eñadió;
Dios li dé Paraíso ca bien lo mereció,
alguna missa disso que tanto no·l valió.

588 Cruzáronse romeos por ir en Ultramar
saludar el Sepulcro, la Vera Cruz orar;
metiéronse en naves por a Acre passar,
si el Padre del Cielo los quisiesse guiar.

589 Ovieron vientos bonos luego de la entrada,
oraje muy sabroso, toda la mar pagada;
avién grand alegría la alegre mesnada,
con tal tiempo aína avrién la mar passada.

590 Avién buena partida de la mar travessada,
que la avrién aína a l’otra part passada,
mas tóvolis su fado una mala celada,
fo la grand alegría en tristicia tornada.

591 Moviose la tempesta, una oriella brava,
desarró el maestro que la nave guiava:
nin a sí nin a otri nul consejo non dava,
toda su maestría non valié una hava.

592 Cuntiolis otra cosa, otra grand ocasión:
rompióselis la nave yuso en el fondón;
vedién entrar grand agua, rompié cada rencón,
avié a ir la cosa toda a perdición.

593 Cerca la mayor nave trayén otra pocaza,
non sé si li dizién galea o pinaza;
que si fuessen cuitados de oriella malvaza,
en ésa estorciessen de la mala pelaza.

594 Fizo el marinero como leal christiano:
a su señor el bispo tomolo por la mano
con otros bonos omnes de pleito más lozano;
metiolos en la barca, priso consejo sano.

595 Un de los peregrinos cuidó seer artero,
dio salto de la nave, ca era bien ligero;
cuidó enna galea entrar por compañero,
enfogó·s en la agua, murió mas non señero.

596 Abés podrié seer media ora complida,
quísolo Dios sofrir, fo la nave somida;
de la turma que era entro remanecida
por medicina uno non escapó a vida.

597 El bispo e los otros que con elli issieron,
issieron a terreno do más cerca podieron;
fizieron muy grand duelo por los que perecieron,
pesávalis porqué con ellos non murieron.

598 Abiendo de los muertos duelo grand e pesar,
estendieron los ojos, catavan a la mar
si verién de los muertos algunos arribar,
ca el mar nunca quiere cosa muerta celar.

599 Catando si algunos muertos podrién veer,
por darlis cimiterio, so tierra los meter,
vidieron palombiellas de so la mar nacer,
cuantos fueron los muertos tantas podrién seer.

600 Vidieron palombiellas essir de so la mar,
más blancas que las nieves contra’l cielo volar;
credién que eran almas que querié Dios levar
al sancto Paraíso, un glorioso logar.

601 De derecha envidia se querién desquizar,
porque fincaron vivos avién un grand pesar,
ca credién bien afirmes, non era de dubdar,
que almas eran d’éssos los que sumió la mar.

602 Dicién: «¡Aÿ, romeos!, vós fuestes venturados,
que ya sodes per ignem e per aquam passados;
nós fincamos en yermo como desamparados,
nós velamos, ca vós dormides segurados.

603 Grado al Padre Sancto e a Sancta María,
ya vestides la palma de vuestra romería;
nós somos en tristicia e vós en alegría,
nós cuidamos fer seso e fiziemos follía».

604 Aviendo grand quebranto del daño que lis vino,
querién prender carrera, entrar en su camino;
vidieron de la mar essir un peregrino,
semejava que era romeruelo mesquino.

605 Cuando vino a ellos, que fue en la ribera,
conociéronlo todos que el que salió era;
santiguáronse todos: «¿Cómo, por cuál manera
fincó en el mar vivo una ora señera?».

606 Disso el peregrino: «Oídme, ¡sí vivades!,
yo vos faré certeros en esso que dubdades;
cómo escapé vivo quiero que lo sepades,
dizredes Deo gratias luego que lo udades.

607 Cuando de la grand nave quisi fuera salir,
ca parecié por ojo que se querié somir,
vedía que de muerte non podía guarir,
“¡Valme, Sancta María!”, empecé a decir.

608 Dissi esta palabra: “¡Valme, Sancta María!”,
non podí más dizir ca vagar non avía;
fue luego Ella presta por su placentería;
si non fuesse por Ella, enfogado sería.

609 Luego fo Ella presta, adusso un buen paño,
paño era de precio, nunca vid su calaño;
echómelo de suso, disso: “Non prendrás daño,
cuenta que te dormiste o que yoguist en vaño”.

610 Nunca tan rica obra vïo omne carnal,
obra era angélica, ca non materïal;
tan folgado yacía como so un tendal,
o como qui se duerme en un verde pradal.

611 Feliz será la alma e bienaventurada
que so tan rica sombra fuere asolazada;
nin frío nin calura nin viento nin elada
non li fará enojo que sea embargada.

612 So esti paño folgan alegres e pagadas
las vírgenes gloriosas de don Christo amadas,
que cantan a su Madre laudes multiplicadas
e tienen las coronas preciosas e onradas.

613 La sombra d’aquel paño trae tal tempradura
omne con el ardor trova so él fridura;
trova el fridoliento temprada calentura,
¡Dios, qué rico consejo en ora de ardura!

614 Tantas son sus mercedes, tantas sus caridades,
tantas las sus virtudes, tantas las sus vondades,
que non las contarién obispos nin abades,
nin las podrién asmar reïs nin podestades».

615 El pesar que ovieron de los que periglaron
con sabor del miraclo todo lo oblidaron;
rendieron a Dios gracias, el Te Dëum cantaron,
desend Salve Regina dulzement la finaron.

616 Cumplieron los romeos desend su romería,
plegaron al Sepulcro con muy grand alegría,
adoraron la Cruz del Fijo de María;
nunca en este sieglo vidieron tan buen día.

617 Contaron el miraclo de la Madre gloriosa,
cómo livró al omne de la mar periglosa;
dizién todos que fuera una estraña cosa,
fizieron end escripto, leyenda muy sabrosa.

618 Cuantos que la udieron esta sancta razón
todos a la Gloriosa dizién su bendición;
avién pora servirla mejor devocïón
ca esperavan d’Ella mercet e gualardón.

619 La fama d’esti fecho voló sobre los mares,
no la retovo viento, pobló muchos solares;
metiéronla en libros por diversos lugares,
ond es oÿ bendicha de muchos paladares.

620 Cuantos que la vendizen a la Madre gloriosa
—¡par el Reÿ de Gloria!— facen derecha cosa,
ca por Ella issiemos de la cárcel penosa
en que todos yaziemos, foya muy periglosa.

621 Los que por Eva fuemos en perdición caídos
por Ella recombramos los solares perdidos;
si por Ella non fuesse, yazriemos amortidos,
mas el so sancto fructo nos ovo redemidos.

622 Por el so sancto fructo que Ella concibió,
que por salud del mundo passión e muert sufrió,
issiemos de la foya que Adán nos abrió
cuando sobre deviedo del mal muesso mordió.

623 Desend siempre contiende en valer a cuitados,
governar los mesquinos, revocar los errados,
por tierras e por mares fer miraclos granados,
tales e muy mayores de los que son contados.

624 Ella que es de gracia plena e avondada,
guíe nuestra fazienda, nuestra vida lazrada;
guárdenos en est mundo de mala sorrostrada,
gánenos en el otro con los sanctos posada.
(Amén.)
 

 

   
    Grabado de Ascensión Biosca