8. EL ROMERO DE SANTIAGO


182 Señores e amigos, por Dios e caridat
oíd otro miraclo, fermoso por verdat:
Sant Ugo lo escripso, de Gruñiego abat,
que cuntió a un monge de su socïedat.

183 Un fraire de su casa, Guiralt era clamado,
ante que fuesse monge era non bien senado;
facié a las debeces follía e pecado
como omne soltero que non es apremiado.

184 Víno·l en corazón do se sedié un día
al apóstol d?España de ir en romería;
aguisó su facienda, buscó su compañía,
destajaron el término como fuessen su vía.

185 Cuando a essir ovieron, fizo una nemiga:
en logar de vigilia yogo con su amiga.
Non tomó penitencia como la ley prediga,
metiose al camino con su mala hortiga.

186 Poco avié andado aún de la carrera,
avés podrié seer la jornada tercera,
ovo un encontrado cabo una carrera,
mostrávase por bueno, en berdat no lo era.

187 El dïablo antigo siempre fo traïdor,
es de toda nemiga maestro sabidor;
semeja a las vezes ángel del Crïador
e es dïablo fino, de mal sosacador.

188 Transformose el falso en ángel verdadero,
paróseli delante en medio un sendero:
«Bien seas tú venido ?díssoli al romero?,
seméjasme cossiella simple como cordero.

189 Essiste de tu cassa por venir a la mía;
cuando essir quisiste fizist una follía:
cuidas sin penitencia complir tal romería,
non te lo gradirá esto Sancta María».

190 «¿Quién sodes vós, señor?», díssoli el romeo.
Recudio·l: «Yo só Jacobo, fijo de Zebedeo;
sépaslo bien, amigo, andas en devaneo,
semeja que non aves de salvarte deseo».

191 Disso Guirald: «Señor, pues vós, ¿qué me mandades?
Complirlo quiero todo, quequier que me digades,
ca véolo que fizi grandes iniquitades,
non prisi el castigo que dicen los abades».

192 Disso el falso Jácob: «Esti es el judicio:
que te cortes los miembros que facen el fornicio;
dessent que te degüelles, farás a Dios servicio,
que de tu carne misma li farás sacrificio».

193 Crediolo el astroso, loco e desessado,
sacó su cuchellijo que tenié amolado,
cortó sus genitales el fol malventurado,
dessende degollose, murió descomulgado.

194 Cuando los compañeros que con elli isieron
plegaron a Guiraldo e atal lo vidieron,
fueron en fiera cueita en cual nunca sovieron;
esto cómo avino asmar no lo pudieron.

195 Vidién que de ladrones non era degollado,
ca no·l tollieran nada ni·l avién ren robado;
non era de ninguno omne desafïado,
non sabién de cuál guisa fuera ocasionado.

196 Fussieron luego todos e fueron derramados,
teniénse d?esta muerte que serién sospechados;
porque ellos non eran enna cosa culpados,
que serién por ventura presos e achacados.

197 El que dio el consejo con sus atenedores,
los grandes e los chicos, menudos e mayores,
travaron de la alma los falsos traïdores,
levávanla al fuego, a los malos süores.

198 Ellos que la levavan non de buena manera,
víolo Sanctïago cuyo romeo era;
issiolis a grand priessa luego a la carrera,
paróselis delante enna az delantera.

199 «Dessad ?disso?, maliellos, la preda que levades,
non vos yaz tan en salvo como vós lo cuidades;
tenedla a derecho, fuerza no li fagades,
creo que non podredes, maguer que lo querades».

200 Recudioli un diablo, paróseli refacio:
«Yago, ¿quiéreste fer de todos nós escarnio?
¿A la razón derecha quieres venir contrario?
Traes mala cubierta so el escapulario.

201 Guirald fezo nemiga, matosse con su mano,
deve seer judgado por de Judas ermano;
es por todas las guisas nuestro parroquïano;
non quieras contra nós, Yago, seer villano».

202 Díssoli Sanctïago: «Don traïdor parlero,
non vos puet vuestra parla valer un mal dinero:
trayendo la mi voz como falsso vozero,
diste consejo malo, matest al mi romero.

203 Si tú no li dissiesses que Santïago eras,
tú no li demostrasses señal de mis veneras,
non dañarié su cuerpo con sus mismes tiseras
nin yazdrié como yaze fuera por las carreras.

204 Prissi muy grand superbia de la vuestra partida,
tengo que la mi forma es de vós escarnida;
matastes mi romeo con mentira sabida,
demás veo agora la alma mal traída.

205 Seedme a judizio de la Virgo María,
yo a Ella me clamo en esta pleitesía;
otra guisa de vós yo non me quitaría,
ca veo que traedes muy grand alevosía».

206 Propusieron sus vozes ante la Glorïosa,
fo bien de cada parte afincada la cosa;
entendió las razones la Reïna preciosa,
terminó la varaja de manera sabrosa.

207 El engaño que prisso pro li devié tener,
elli a Santïago cuidó obedecer,
ca tenié que por esso podrié salvo seer;
mas el engañador lo devié padecer.

208 Disso: «Yo esto mando e dolo por sentencia:
la alma sobre quien avedes la entencia
que torne en el cuerpo, faga su penitencia;
desend cual mereciere, avrá tal audïencia».

209 Valió esta sentencia, fue de Dios otorgada,
fue la alma mesquina en el cuerpo tornada;
que pesó al dïablo, a toda su mesnada,
a tornar fo la alma a la vieja posada.

210 Levantose el cuerpo que yazié trastornado,
alimpiava su cara Guirald el degollado;
estido un ratiello como qui descordado,
como omne que duerme e despierta irado.

211 La plaga que oviera de la degolladura
abés parecié d?ella la sobresanadura;
perdió él la dolor e toda la cochura;
todos dizién: «Est omne fue de buena ventura».

212 Era de lo ál todo sano e mejorado,
fuera de un filiello que tenié travessado;
mas lo de la natura, cuanto que fo cortado,
no li creció un punto, fincó en su estado.

213 De todo era sano, todo bien encorado;
pora verter su agua fincoli el forado;
requirió su repuesto, lo que trayé trossado,
pensó de ir su vía alegre e pagado.

214 Rendió gracias a Dios e a Sancta María,
e al santo apóstolo do va la romería;
cueitose de andar, trobó la compañía,
avién esti miraclo por solaz cada día.

215 Sonó por Compostela esta grand maravilla,
vinienlo a veer todos los de la villa;
dicién: «Esta tal cosa deviemos escrivilla,
los que son por venir plazralis de oílla».

216 Cuando fo en su tierra, la carrera complida,
e udieron la cosa que avié contecida,
tenién grandes clamores, era la gent movida
por veer esti Lázaro dado de muert a vida.

217 Metió en su facienda esti romeo mientes,
cómo lo quitó Dios de maleítos dientes;
desemparó el mundo, amigos e parientes,
metiose en Gruñiego, vistió paños punientes.

218 Don Ugo, omne bueno, de Gruñiego abat,
varón religïoso, de muy grand santidat,
contava est miraclo que cuntió en verdat;
metiolo en escripto, fizo grand onestat.

219 Guirald finó en orden, vida buena faciendo,
en dichos e en fechos al Criador sirviendo,
en bien perseverando, del mal se repindiendo;
el enemigo malo non se fo d?él ridiendo.
De cuanto que pecara dio a Dios buen emiendo.

 

   
   

Grabado de Ascensión Biosca