1.- La década 1949 – 1959.
1.1.- “Una mujer sin pasado”, de “El Caballero Audaz”.
Acabo de leer la novela, “Una mujer sin pasado”, de “El Caballero
Audaz”, terminada en Madrid el 31 de enero de 1950 e impresa en marzo
del mismo año. Es una de las últimas escritas por el autor que moriría
en esta ciudad en 1951.
“El Caballero Audaz” fue el seudónimo de José María Carretero Novillo,
nacido en Montilla en 1890. Como periodista fue uno de los creadores de
la entrevista. Escribió novelas siempre folletinescas y, a veces, de mal
disimulado erotismo como “La virgen desnuda”, “Una cualquiera”, “De
pecado en pecado” o “Te esperaré siempre”; no hay que olvidar las
nacidas de sus desvelos como fervoroso propagandista del bando nacional
en la Guerra Civil y en la Posguerra.
Sus novelas alcanzaron, en vida, tiradas de decenas de miles de
ejemplares, y se vendían el año 1950 a buen precio, entre 20 y 30
pesetas de las de entonces (10 € de ahora). Tenía lectores varones, como
lo demuestra
el exlibris del ejemplar que manejo; lectores muy piadosos, como se ve
por el marcapáginas encontrado en este libro, un saluda de la Cofradía
de la Virgen de Lourdes, sita en Madrid, en C/ Buen Suceso 22, con la
convocatoria rellenable de la “junta reglamentaria”, doblado en tres
pliegues, y en cuyo reverso están cuidadosamente anotadas por mano de
culto varón “las medallas entregadas a la sta. Purita”, “las devueltas
por Dª. Mercedes” y “las que quedan sueltas”, con las cuentas
consiguientes.
Pero hoy nadie se acuerda de él. Y por la que acabo de leer, me lo
explico perfectamente. Se trata, en efecto, de una novela que describe
una poco verosímil variación del tópico triángulo amoroso formado por
dos amigos que se enredan en amoríos con la misma “divina” mujer que los
maneja a su antojo.
La clase social descrita es la alta sociedad madrileña de la posguerra, pero idealizada
y vista como si los años 50 hubiesen sido una renovada y fantástica
“Belle Epoque”. Todos son muy malos al principio, pero requetebuenísimos
al final dentro de una eterna sociedad aristocrática donde los nobles lo
son como Dios manda y los villanos se comportan como su nombre indica.
Es tratada la vida desocupada, amatoria y canallesca de los pijorricos
de forma muy similar a como se hace en las vidas de los santos. En
cuanto a lo erótico, pues no pasa de ser una especie de coco para “Hijas
de María”.
1.2.- Pensando en los años 50.
Terminado el folletón, me pregunto por qué tuvo tanto éxito una
pseudoliteratura como ésta. Y me pongo a pensar en los reales años 50 de
los que esto era una mala evasión.
Creo haber leído en Rainer Maria Rilke que la única patria verdadera de
los humanos es su infancia, pero en ninguna parte se ha escrito que esa
infancia tenga que ser necesariamente un fabuloso paraíso. Los años 50
españoles no lo fueron.
De los relatos amorosos trasmitidos por La Mitología Clásica uno de los
más hermosos, y el que mejor explica la refinada crueldad de los dioses,
es el de Orfeo y Eurídice. Cuando vi en el Museo Arqueológico de Nápoles
el maravilloso bajorrelieve que representa la ruptura definitiva de la
desventurada pareja, no pude evitar que los ojos se me llenasen de
lágrimas. Pero de ello no toca hablar ahora.
Orfeo demostró que es verdad que la música amansa a las fieras y que es
un mágico evocador de recuerdos. Va a ser a través de unas muy cantadas
canciones como voy a revivir aquella muy difícil época.
1.3.- La omnipresente Guerra Civil. “El frente de Gandesa”. Desgraciadamente la Guerra Civil no ha terminado. Ni a la derecha ni a
la izquierda les conviene acabar con ella. Si hoy envenena nuestra vida
¡hasta qué extremo no lo haría en la década de los 50! Hay una canción que se cantó sin grandes diferencias a ambos lados de
las trincheras y que de vez en cuando se oía cantar en el primer
franquismo. Era ésta:
El frente de Gandesa. Si me quieres escribir
ya sabes mi paradero. Si me quieres escribir ya sabes mi paradero. En el frente de Gandesa primera línea de fuego. En el frente de Gandesa primera línea de fuego. Si tú quieres comer bien para morir en plena forma. Si tú quieres comer bien para morir en plena forma, en el frente de Gandesa allí tienes una fonda. En el frente de Gandesa allí tienes una fonda. A la entrada de la fonda hay un moro Mohamed. A la entrada de la fonda hay un moro Mohamed, que te dice — Pasa "paisa" ¿qué quieres para comer?—. Que te dice — Pasa "paisa" ¿qué quieres para comer?—. El primer plato que dan son granadas rompedoras. El primer plato que dan son granadas rompedoras, el segundo de metralla para recordar memoria. El segundo de metralla para recordar memoria. Si me quieres escribir ya sabes mi paradero. Si me quieres escribir ya sabes mi paradero. En el frente de Gandesa primera línea de fuego. En el frente de Gandesa primera línea de fuego.
En ambos lados, con su música, se cantó igualmente a los aprovechados de
turno. A “los que heroicamente hicieron la guerra sin moverse de casa” y
sin disparar un solo tiro en el frente. En la retaguardia muchos de
ellos fueron la mejor representación de la más atroz y repugnante
barbarie humana. En todo caso, ellos fueron los verdaderos vencedores de
ambos bandos. Hablamos de “los emboscados”.
Los emboscados. Cuando vamos de permiso, lo primero qué se ve. Cuando vamos de permiso,
lo primero qué se ve, son milicianos de pega que están tomando café. Son milicianos de pega que están tomando café. A todos los emboscados les debían de poner. A todos los emboscados les debían de poner primera línea de fuego, sin tabaco y sin comer Primera línea de fuego, sin tabaco y sin comer.
1.4.- El omnipresente Nacionalcatolicismo. “Ven, Corazón Sagrado”.
El verdadero sostén ideológico del franquismo fue la Iglesia Católica
española, aniquilada en territorio rojo, pero que en territorio nacional
y sobre todo durante el cenit del franquismo tuvo un poder
verdaderamente omnímodo. La Falange, primero, y El Movimiento Nacional,
después, fueron poco más que la vistosa parafernalia del Régimen. El símbolo— y la síntesis de la suspirada totalitaria teocracia— del
Nacionalcatolicismo fue la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, base de
lo que entonces se llamaba “el reinado social de Cristo”. He aquí una
representativa canción de aquella indeseable ideología.
Ven, Corazón sagrado.
Ven Corazón sagrado de nuestro Redentor, comience ya el reinado de tu divino amor. Ven tuya es España entera, Tuyo su invicto blasón. Ven y vence, reina e impera, Oh sagrado Corazón.
1.5.- La realidad tal como era. “Todos queremos más”.
Una cosa era la política, la religión, la ideología… y otra la real
realidad. En la realidad objetiva de un país destrozado, empobrecido,
lleno de frío, de hambre y de ruinas—todo ello gracias a la suicida
obsesión de la derecha y de la izquierda por hacer “el mundo a su
manera”—, lo que la gente ansiaba era el dinero suficiente para poder
vivir y convivir dignamente. No era interés materialista. Era pura y
simple necesidad. Eso sí, se veía como ambición, como avaricia, incluso.
Pero sólo era ganas de perder de vista el hambre, el frío, la tristeza y
la soledad. Tocaban las charangas en las fiestas de los pueblos y la
gente aplaudía y cantaba la gran verdad de:
Todos queremos más
Todos queremos más todos queremos más todos queremos más y más y más y mucho más.
El pobre quiere más el rico mucho más y nadie con su suerte se quiere conformar.
El que tiene un duro quiere tener dos, el que tiene cinco quiere tener diez, el que tiene veinte busca los cuarenta, y el de los cincuenta
quiere tener cien.
La vida es interés el mundo es ambición pero no hay que olvidar que uno tiene corazón.
1.6.- Poniéndonos filosóficos en serio. “Salud, dinero y amor”.
En 1941, Rodolfo Anníbal Sciammarella (Buenos Aires, 8 de octubre de
1902 – Buenos Aires, 24 de junio de 1973), compositor y poeta argentino
autodidacta, compuso y estrenó la música y letra de la genial canción,
Salud, dinero y amor, que, gracias a la radio, enseguida se convirtió en
un éxito internacional (especialmente entre los países de habla
española). Con la revolución musical de los 60 la canción de fue
olvidando, pero, a partir de 1967, le dieron nueva vida Palito Ortega y,
después, Los tres Sudamericanos y los Stop. Volvió a ser un gran éxito
en España. En la División Azul se utilizó su melodía para improvisar muchas coplas
referentes a esas “tres cosas”, coplas que, desgraciadamente, se han
perdido. Pero también ocurrió lo mismo en España, haciendo referencia,
por ejemplo, al obligatorio racionamiento de alimentos que duró hasta
1952. Veamos un ejemplo:
El que tenga un jamón, que lo coma, que lo coma. Porque vienen los de Abastos, y lo racionan, y lo racionan.
Volviendo a lo nuestro, la canción pone de manifiesto cuáles son las
radicales necesidades humanas, aquellas carencias que en todos los
momentos de nuestra vida nos afligen. De salud, dinero y amor, todos,
siempre, andamos más que necesitados.
Salud, dinero y amor. Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. El que tenga esas tres cosas que le dé gracias a Dios. Pues, con ellas uno vive libre de preocupación, por eso quiero que aprendan el refrán de esta canción.
El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide. La salud y la platita, que no la tire, que no la tire. Hay que guardar, eso conviene que aquel que guarda, siempre tiene. El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide. La salud y la platita, que no la tire, que no la tire.
Un gran amor he tenido y tanto en él me confié. Nunca pensé que un descuido pudo hacérmelo perder. Con la salud y el dinero lo mismo me sucedió, por eso pido que canten el refrán de esta canción. El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide. La salud y la platita, que no la tire, que no la tire. Hay que guardar, eso conviene que aquel que guarda, siempre tiene. El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide. La salud y la platita, que no la tire, que no la tire
1.7.- Una película retrata una década. “Mirando al mar”. “Solamente una
vez”. El 1 de enero de 1963 se estrena una buena “película española”, dirigida
por Manuel Summers, que retrata la voluntad invencible de vivir de los
que más estaban sufriendo las duras condiciones del final del primer
franquismo: los niños y los ancianos. De paso se hacía una crítica feroz
a todo lo que formaba parte de aquel maldito sistema. Me estoy
refiriendo a “Del rosa al amarillo”. Dos historias de amor componen la
película: dos niños de 12 y 13 años, Guillermo y Margarita, obligados a
dejar de verse durante el verano, y una pareja de ancianos, Valentín y
Josefa, que se aman en silencio en el asilo donde viven. Yo tengo dos
maravillosas canciones asociadas a esa película: “Mirando al mar” de
Jorge Sepúlveda y “Solamente una vez” de Agustín Lara. “Jorge Sepúlveda” fue el nombre artístico de Luis Sancho Monleón
(Valencia, 1917-Palma de Mallorca, 16 de junio de 1983), cantante
español de boleros y pasodobles. Inicia su carrera artística en la
madrileña Sala Casablanca en 1942. Empezó a grabar discos y sus
canciones se popularizaron a través de la radio, en programas de
“canciones dedicadas” muy escuchados en la época. Ahí va “Mirando al
mar”:
Mirando al mar
Bajo el palio de la luz crepuscular, cuando el cielo va perdiendo su color, quedo a solas con las olas espumosas que me mandan su rumor.
Ni un lejano barquichuelo que mirar, ni una blanca gaviota sobre el mar... Yo tan sólo recordando la aventura que se fue, la aventura que en tus brazos amorosos disfruté, bajo el palio sonrosado de la luz crepuscular.
Mirando al mar soñé que estabas junto a mí. Mirando al mar yo no sé qué sentí, que acordándome de ti, lloré.
La dicha que perdí yo sé que ha de tornar, y sé que ha de volver a mí cuando yo esté mirando al mar...
Mirando al mar soñé que estabas junto a mí. Mirando al mar yo no sé qué sentí, que acordándome de ti, lloré.
La dicha que perdí yo sé que ha de tornar, y sé que ha de volver a mí cuando yo esté mirando al mar...
Agustín Lara (1897—1970), mejicano, genial compositor e intérprete de
canciones y boleros inolvidables. Aquí está su “Solamente una vez”:
Solamente una vez. Solamente una vez amé en la vida; solamente una vez y nada más. Una vez nada más en mi pecho brilló la esperanza; la esperanza que alumbra el camino de mi soledad. Solamente una vez se entrega el alma, con la dulce y total renunciación; y cuando ese milagro realiza el prodigio de amarse, hay campanas de fiesta que cantan en el corazón.
2.-El comienzo de la década de los 60.
2.1.- 1959, un año decisivo. “Las hojas verdes”.
El Plan Nacional de Estabilización Económica de 1959 supuso el abandono
de la política de autarquía del franquismo y el lanzamiento de la
economía española. Era la segunda y definitiva derrota que sufría el
franquismo en el corto espacio de 6 años. La Guerra Fría había salvado al franquismo a cambio de que éste se
convirtiera en una “dictablanda” cada vez más próxima a los usos y
costumbres del Mundo Libre. En 1953 se firman el Concordato entre España
y la Santa Sede y los Acuerdos Bilaterales con los Estados Unidos, que
permitieron la instalación de bases militares norteamericanas en España.
Ese fue el comienzo del fin del proyecto político del franquismo. En 1959, seis años después de que se firmase el histórico convenio
hispano-norteamericano, sucede la visita del general Dwight D.
Eisenhower a España. Y lo que es más importante, el 6 de marzo de ese
mismo año es aprobado por el Gobierno el Plan Nacional de Estabilización
Económica, que es presentado a las Cortes el 22 de julio. Es el final
del proyecto económico del franquismo y el comienzo del imparable
proceso hacia la Democracia. Las consecuencias son inmediatas: · Las reservas de divisas del Banco de España se incrementaron.
· La inflación se redujo desde el 12,6 por ciento en 1958 hasta el 2,4
por ciento en 1960. · Incremento de la inversión exterior en España y del turismo. · Mejoraron las condiciones de competencia en el país y la incorporación
de modernas tecnologías
Además, ya en 1957 había ocurrido un hecho que facilitaría decisivamente
la libertad de movimientos de la población española. El 27 de junio
salió de la factoría de la Zona Franca de Barcelona el primer ejemplar
de SEAT 600, que se puso a la venta al precio de 73. 500 pesetas de las
de entonces. Unos 24.000 €, ahora. Fue en 1959 cuando, para desgracia de Franco y de la Falange, realmente
“en España comenzó a manecer”. Ese amanecer a mí me lo recuerda una canción que oí por primera vez
tocada en el armonio parroquial de Manjarrés en la misa del patrón. Me
refiero a “The Green Leaves of Summer”, traducido como “Las hojas
verdes”. Pertenece a la banda sonora de “El Alamo”, un western de 1960, dirigido
y protagonizado por John Wayne, con Richard Widmark y Laurence Harvey
interpretando los papeles principales. La película ganaría el Óscar al
mejor sonido. Había sido nominada al Óscar a la mejor canción por The
Green Leaves of Summer de Dimitri Tiomkin (música) y Paul Francis
Webster (letra).
The Green Leaves of Summer
La voz de los campos llegó nuevamente Sentí su llamada, oí su cantar. La canción del verano el hogar me recuerda Y el verdor de las hojas tu dulce mirar Nació la alegría llegó el verano Y el sol resplandece Igual mi querer
Nacerán hojas verdes Nacerán otra vez Y al cubrir la campiña Contigo estaré
Igual hoy que siempre llorando por tu ausencia soñando tu regreso rezar y esperar Juventud que se pierde al llegar el verano verdes hojas sin flores tu amor he de encontrar
Nacerán hojas verdes Nacerán otra vez Y al cubrir la campiña Contigo estaré
Igual hoy que siempre la vida se apaga los años se agrandan y tú, ya no estas, pero yo que te adoro se muy bien que vendrás si un verano te fuiste con el volverás
Nacerán hojas verdes Nacerán otra vez Y al cubrir la campiña Contigo estaré
2.2.-Las grietas del nacionalcatolicismo. “Cerca de ti, Señor”. “Nana,
nanita, nana, nanita, ea” 1952 había sido el año del fastuoso Congreso Eucarístico Internacional
de Barcelona. 1953 había sido el año de la firma del Concordato. Todo parecía atado y
bien atado en el estado católico más perfecto del mundo. Media docena de años adelante y ya las cosas no estaban tan claras. Aire
nuevo empezaba a entrar en la Iglesia Católica y en las iglesias
católicas españolas empezaba a sonar un himno protestante que invitaba a
la fe individualizada e interiorizada, sin tanto colectivismo y tanta
teatralería. Me refiero a “Cerca de Ti, Señor”. Es un himno protestante, basado en el texto del Génesis 28,11-19. Fue
escrito por la actriz británica Sarah Flower Adams (1805-1848) en 1841. El himno es cantado con varias melodías. En Gran Bretaña lo es con la
melodía del himno "Horbury" de John Bacchus Dykes, mientras que en el
resto del mundo está asociado a la melodía del tema "Bethany" (1856) de
Lowell Mason. La Iglesia Metodista prefiere la melodía de "Propior Deo"
(Cerca de Dios), escrita por Arthur Sullivan en 1872. Este himno está relacionado con el Titanic debido a que los pasajeros
sobrevivientes contaron que la orquesta del barco entonó el himno
mientras se hundía. Era sabido que al director de la banda, Wallace
Hartley, quien se hundió con el barco al igual que todos los músicos, le
gustaba mucho esta canción y había deseado que se interpretara durante
su funeral. Como Wallace era británico y metodista, seguramente estaba
familiarizado con las versiones "Horbury" y "Propior Deo", siendo esta
última la que tiene mayor probabilidad de haber sido interpretada
durante el hundimiento del Titanic
Cerca de Ti, Señor.
Cerca de Ti, Señor, quiero morar. Tu grande y tierno amor, quiero gozar. Llena mi pobre ser, limpia mi corazón, hazme Tu Rostro ver en comunión.
Pasos inciertos doy, el sol se va; mas si contigo estoy, no temo ya. Himnos de gratitud ferviente cantaré,
y fiel a Ti, Jesús, siempre seré.
Día feliz veré, creyendo en Ti, en que yo habitaré, cerca de Ti. Mi voz alabará Tu Dulce Nombre allí, Y mi alma gozará cerca de Ti.
También los villancicos tradicionales se renovaban. Comenzó a tener
cierta fama un villancico español del repertorio de la familia von Trapp.
Veámoslo:
A la nanita nana, nanita ea, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea.
Fuentecilla que corres clara y sonora ruiseñor en la selva cantando lloras callad mientras la cuna se balancea a la nanita nana, nanita ea.
A la nanita nana, nanita ea, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea.
Manojito de rosas y de alelíes ¿qué es lo que estás soñando que te sonríes? Cuáles son tus sueños, dilo alma mía, mas ¿qué es lo que murmuras? Eucaristía.
A la nanita nana, nanita ea, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea.
Pajaritos y fuentes, auras y brisas respetad ese sueño y esas sonrisas callad mientras la cuna se balancea que el Niño está soñando, bendito sea.
A la nanita nana, nanita ea, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea.
Pero los viejos villancicos seguían cantándose, como, por ejemplo, aquel
realista que dice:
La Nochebuena se viene, La Nochebuena se va, Y nosotros nos iremos Y no volveremos más.
Ante esa negra perspectiva, la única solución es aturdirse:
Esta noche es Nochebuena Y mañana es Navidad… Saca la bota María,
que me voy a emborrachar
|