Imágenes de Hormilla (La Rioja)

 

 

 

 

Hormilla — 2009. La víspera de la fiesta de la Santísima Trinidad.

 

 

1.   Introducción.

El próximo 6 de junio, sábado, víspera de la fiesta de la Santísima Trinidad,  se celebrarán unos actos muy especiales en Hormilla. Ese día La Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios reúne allí a soldados beneméritos, orgullosos de serlo, que quieren honrar a los suyos. Los suyos son un cabo legionario, Suceso Terrero López,  nacido en Hormilla en 1896, enrolado en la recién fundada Legión a los 24 años, y el pelotón de 15 hombres que mandaba; todos ellos, menos uno, muertos la madrugada del 16 de septiembre de 1921, en combate, en el heroico cumplimiento de su deber, defendiendo Melilla, cuando sólo había pasado un poco más de un año desde la fundación de la Legión.

 

 Los hombres de los que estamos hablando son:

 

1.   Cabo (Legionario de 1ª)  Suceso Terrero López

2.   Leg. Lorenzo Camps Puigredón
3.   Leg. José Toledano Rodríguez
4.   Leg. Gumersindo Rodríguez
5.   Leg. Francisco López Velázquez
6.   Leg. Rafael Martínez Rodenas
7.   Leg. Ángel Lorinz Berber
8.   Leg. Félix de las Ajeras Alba
9.   Leg. Juan Vicente Cardona
10. Leg. Manuel Duarte Sosa
11. Leg. Juan Amorós Lerix
12. Leg. Enrique García Rodríguez
13. Leg. Francisco López Hernández
14. Leg. José Fuentes Valera

15. Leg. Antonio Martínez Villena

 

 

Falta el 16,  Ernesto Miralles Borrás, al que el cabo Suceso Terrero López envió  a pedir ayuda, cuando la situación se hacía insostenible. Obedeció la orden y la cumplió arriesgando para ello su vida. Gracias a él sabemos cómo se desarrollaron los acontecimientos.

El comportamiento de estos 16 hombres fue la lección práctica de valor, de honor, de dignidad y espíritu de sacrificio que todo legionario, desde que la Legión existe, ha querido aprender y ha procurado repetir. La Legión en Hormilla vuelve a reflejarse en su espejo más originario y autentico y los legionarios veteranos, cada año, vuelven a recibir sobre el terreno la “teórica” que los ha hecho como de verdad han querido ser.

Ese es, ni más ni menos, el sentido del solemne acto castrense que se celebra en Hormilla desde 1988. El centro del acto es el monumento a Terrero López, inaugurado el 10 de Marzo de 1986.

Repasemos los hechos que en Hormilla se van a recordar.

 

 

 

2.   Fundación de la Legión. (28 y 31 de enero de 1920).

 

Las campañas de Marruecos habían puesto de manifiesto que para obtener la victoria en ellas se necesitaba una fuerza armada de élite, especializada en combatir eficazmente a los rebeldes marroquíes en su propio terreno.

 La idea de crearla partió del comandante Millán Astray que tenía una larga experiencia en la Policía Indígena y en los Regulares de Marruecos. Millán Astray concibió la Legión como una unidad militar de élite que reuniese en sí la organización de la Legión Extranjera Francesa y la tradición militar española del Siglo de Oro. La Legión sería la depositaria del espíritu de los Tercios, de su idea del honor, del deber y del sacrificio.

Pero ese espíritu Millán Astray lo interpretó a la luz del “bushido” japonés, el código de honor samurai que exalta el servició, el deber y la muerte en combate con honor.

El espíritu del nuevo Tercio Millán Astray lo sintetizó en el “credo legionario”,  la norma de conducta que caracteriza la Legión.

Su emblema será tomado del armamento de los Tercios, ballesta y arcabuz cruzados en aspa sobre una pica vertical, pero su lema será: “Legionarios a luchar, Legionarios a morir”. Los legionarios se entenderán a sí mismos como  los “novios de la muerte”.

La Legión, así concebida, recibirá el nombre de “Tercio de Extranjeros” y será oficialmente fundada por real decreto de Alfonso XIII, a propuesta del ministro de la Guerra, el 28 de enero de 1920. La publicación en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra apareció el día 31 de enero.

 

 

 

3.   La Legión defiende Melilla (22 de julio – 9 de octubre de 1921).

 

Las acciones de guerra importantes empezarán para la Legión el 22 de Julio de 1921. La Legión, que operaba en el Oeste marroquí para dominar la rebelión de El Raisuni, recibe ese día la orden de acudir en auxilio de la ciudad de Melilla, en gravísimo peligro de caer en manos de los rifeños de Abd – el – Krim   tras el “desastre de Annual”, en el que, ese mismo día 22 de julio, el ejercito español de la zona había sido aniquilado al sufrir diez mil muertos y casi seiscientos prisioneros.

La Legión avanza a marchas forzadas hasta Tetuán, recorriendo 100 kilómetros en día y medio. Allí se embarcará hacia Melilla, después de jurar ante Millán Astray morir todos antes que permitir que la ciudad cayese en manos del enemigo. Las tropas rifeñas rebeldes avanzan imparables, conquistando todas las posiciones españolas alrededor de Melilla y poniendo en graves dificultades la defensa de la ciudad.
La Legión llega a Melilla el 24 de Julio. Levanta rápidamente la baja moral de la población civil, y se dedica a reforzar las defensas de la plaza. La legión será encargada de defender los “blocaos” o posiciones defensivas avanzadas en el exterior de la ciudad que sufrían continuos ataques por parte de las harkas, las bandas rebeldes.

Las penosas condiciones materiales en las que los defensores de Melilla debían combatir quedan muy claras si describimos cómo eran las posiciones que defendían.

Los “blocaos” estaban construidos con unos cuantos sacos terreros, protegidos por alambradas de un metro o metro y medio de altura y en ocasiones con algún modesto refuerzo de troncos, ramas o lo que el terreno ofreciese. Por  cubierta tenían una lámina ondulada de cinc, que los soldados eliminaban rapidamente, dado el calor insoportable que, recalentada por el sol del mediodía, provocaba la tal placa en el interior del reducido habitáculo. Los ocupaban un pelotón o una sección, según su importancia estratégica. Completamente aislados entre sí, se comunicaban a través del heliógrafo y de noche, mediante señales luminosas.

Uno de estos blocaos era el de “Dar Hamed”, llamado “el Malo” por sus características y posición. Situado en una ladera del monte Gurugú, su situación estratégica era de vital importancia para la defensa de Melilla. Efectivamente, garantizaba el paso por la carretera de Nador, cubriendo el frente del barranco de Sidi-Musa. Si los otros ya eran malos de por sí ¿cómo sería éste para ser denominado “el Malo” por antonomasia?

 

 

 

4.   La defensa del blocao de Dar Hamed (13 — 16 de septiembre. 1921).

 

13 de septiembre. Las fuerzas de la Legión que defendían el blocao de Dar Hamed recibieron la orden de ser relevadas para incorporarse inmediatamente a su Bandera. La fuerza de relevo era una sección reducida de la Brigada Disciplinaria de Melilla al mando del teniente D. José Fernández Ferrer.

14 de septiembre. Se consiguió realizar el relevo en las primeras horas de la mañana, con enorme dificultadpor estar la posición sometida a un continuo e intenso fuego enemigo.

El blocao, durante todo ese día y la noche siguiente, fue atacado por los rifeños. Los defensores sufrieron las primeras bajas, entre ellas la del teniente que continuó manteniendo su autoridad al frente del destacamento.

15 de septiembre.

 Hacia las tres de la tarde. Al amanecer cesó el fuego, retirándose los cabileños. Pero hacia las tres de la tarde volvió el enemigo a atacar el blocao.

La aplastante superioridad numérica de los rifeños y las muchas bajas que ya le habían causado a la reducida guarnición, impulsan al teniente Fernández Ferrer a pedir auxilio a través del heliógrafo y desplazando un soldado hasta la “Segunda Caseta” guarnecida por legionarios, para hacerles saber la angustiosa situación en que se encontraban.

A las cinco de la tarde. El teniente de infantería D. Eduardo Agulla Jiménez-Coronado que manda las fuerzas de la Legión, destacadas en el Atalayón, pide permiso para acudir con sus hombres en auxilio de los defensores del blocao de Dar Hamed. El mando no se lo permite, pues su presencia y la de su fuerza son muy necesarias en la posición que ocupa;  sí se le autoriza para que envíe en auxilio del blocao de Dar Hamed un pelotón al mando de un legionario de primera clase.

El teniente Agulla elige a 15 legionarios de segunda que pone bajo el mando del legionario de primera—que ya venía desempeñando funciones de cabo—Suceso Terrero López.

Hacia las 21 horas. Suceso Terrero y su pelotón, ya atardecido, llegan al blocao, encontrándolo totalmente cercado por el enemigo, que al darse cuenta de su presencia, los ataca con furia. El pelotón logra alcanzar las alambradas donde caen heridos de gravedad dos legionarios, que son inmediatamente recogidos e introducidos en la posición. Ocupan los legionarios sus puestos junto a los pocos soldados de la Brigada Disciplinaria que aún quedaban ilesos, y nada mas cerrar la noche arrecia el enemigo la intensidad del fuego, no sólo ya de fusil sino también de cañón.

Un disparo mortal alcanza al teniente Fernández Ferrer. Le sucede como jefe del destacamento el suboficial D. Aquilino Cadarso, segundo jefe de la sección que, herido en la cara, sigue en su puesto.

Sobre las 23 horas. Un cañonazo, destruye un ángulo del blocao y mata al suboficial Cadarso y a los soldados y legionarios que allí estaban. Queda entonces al mando de la reducida guarnición el cabo Sergio Vergara, también del “Disciplinario”, y también herido desde la tarde anterior.

16 de septiembre de 1921

Hacia la 1 de la mañana. Muere alcanzado de nuevo por el fuego enemigo el cabo Sergio Vergara. Fallecidos todos sus superiores, queda el blocao de Dar Hamed al mando del Legionario de Primera Suceso Terrero López en funciones de cabo. El enemigo, muy superior en número, ataca con fiereza a los ya muy escasos defensores de la posición, pues la mayoría ya ha muerto o se encuentran gravemente heridos. A pesar de todo, el cabo Terrero López, con la autoridad que siempre da  la decisión inteligente, el arrojo y la entrega personal, logra mantener la posición que está a su cargo.

Sobre las dos de la madrugada. En vista de la ya muy menguada capacidad de ataque y defensa de la posición a su cargo, el cabo Terrero López ordena al legionario Ernesto Miralles Borrás y al soldado disciplinario Marcelino Mediel Casanova, buenos conocedores del terreno y duchos en la orientación nocturna, que abandonen el blocao y, rompiendo el cerco, por distintos itinerarios intenten alcanzar la “Segunda Caseta” guarnecida por tropas propias y den cuenta al mando de la desesperada situación en que se encuentra.

 Hacia las tres y media de la madrugada. El enemigo logra acercar una pieza de artillería a unos cien metros del blocao, la dispara y Dar Hamed queda sembrado de muerte y destrucción. A continuación sucede el asalto enemigo que tiene que rematar a los defensores que, aun  heridos, se obstinan en oponer resistencia. El blocao de Dar Hamed, ya conocido con el sobrenombre de “el Malo”, pasó a llamarse: “El blocao de la Muerte”.

Las ocho y media de la mañana. La petición de auxilio llegó a su destino y, al mando del sargento Ruperto Valle Donaire,  una pequeña fuerza legionaria de socorro llega hasta el blocao, abandonado ya por los moros, y allí entre los escombros encuentran los cadáveres de todos sus defensores.

 

 

 

5.   Conclusión.

 

Era la primera vez que el enemigo le tomaba una posición a la Legión, pero después de que todos su defensores hubiesen vendido cara su vida. Se había hecho realidad la metáfora de “los novios de la muerte”. Su ejemplo sería puesto en el futuro miles de veces como el modelo del comportamiento legionario.

Tan sólo unos modestos galones de cabo fueron depositados “a título póstumo” sobre el féretro de Terrero López. Y sin embargo, su nombre y el de sus legionarios han quedado grabados en letras de oro en la Historia de la Legión, junto al de los insignes Millán Astray, Franco y Valenzuela.

Termina así un historiador de la Legión: “Tras la eficaz defensa de los blocaos y la llegada de refuerzos,  la Legión se encargará de recobrar el territorio perdido. Con la toma de Nador y la reconquista del monte Gurugú, el 9 de octubre, se conseguirá poner a salvo a la ciudad de Melilla. La Legión llegará a Annual el 14 de octubre y verá con rabia los restos del desastre ocurrido en Julio: los cadáveres de los españoles sin enterrar, descompuestos, mutilados y vejados horriblemente. A partir de entonces la Legión no tendrá piedad con los enemigos que caigan en sus manos; la dureza de los legionarios se hará legendaria.[1]

 

 

 

6.   La guerra olvidada.

 

 

Entre octubre de 1957 y abril de 1958 sucedió la Guerra de Ifni. Seguramente algunos de los Legionarios que van a estar en Hormilla estuvieron peleando valerosamente en aquella guerra censurada, nunca del todo reconocida y hoy olvidada.

Aquella guerra, en la que luchó el Ejercito Español incomprensiblemente “con alpargatas”, fue ocasión de actos de heroismo individual y colectivo, dentro y fuera de la Legión, que en nada desmerecen de la defensa del blocao de Dar Hamed. Y como sucedió con la citada heróica defensa, no todos fueron debidamente recompensados. Pudiéra ser que algún benémerito Legionario recordase con emoción, repito, en la mañana de Hormilla, hechos y personajes, aún en silencio, que mucho tienen que ver con el estricto sentido del deber, con el honor, con la dignidad personal, con la grandeza de alma, no por más calladas menos admirables.Otra vez en medio de la más deplorable falta de medios materiales y de una política interior y exterior mínimamente inteligente.

 

 

 

 

7.   Volviendo la vista hacia atrás.

 

Bien está lo que esta bien. Pero uno es realista y trata de ser lógico y está harto de que en  la Historia de España el heroísmo personal haya tenido que suplir la radical falta de recursos materiales y de buenos gobiernos, gobiernos inteligentes y previsores en lo civil y en lo militar. Está uno hasta las narices de repetir la vieja queja que ya está en el comienzo del Cantar de Mío Cid: “¡Oh Dios qué buen vasallo si tuviese buen señor!”.

Y la  verdad es que la Historia ofrece curiosas coincidencias. Suceso Terrero López, nacido en Hormilla, se alistó en el Tercio de Extranjeros fundado en 1920. El Tercio se llamaba así recordando aquellas unidades del Ejército Español que en los siglos XVI y XVII habían asombrado a Europa. Hablamos de los viejos Tercios.

Curiosamente, también nació en Hormilla, pero cuatro siglos antes, alguien sin el que esos viejos Tercios no se entienden. Alguien que tenía una idea del Ejército mucho más moderna y mucho más aceptada en la sociedad occidental, en la sociedad más avanzada y con mayor nivel de vida del mundo, que la interpretación “a lo medieval japonés” que de esa idea hizo Millán Astray. No fueron los samuráis los que construyeron el Japón del futuro. No. Fue la Revolución Meiji la que lo hizo. No fueron los kamikazes los que, por suerte para todos, ganaron la Guerra del Pacífico, la ganó la inteligencia del almirante Nimitz  y la tozudez del general McArthur, con el poderío democrático e industrial norteamericano detrás.

Pasemos al gran s. XVI, el siglo en el que a los españoles se nos quedó pequeña América (México, 1519 – 1521; Perú, 1532 – 1533) y decidimos, porque nos aburríamos,  no sólo calcular exactamente cuánto medía la circunferencia de la Tierra, recorriéndola palmo a palmo por primera vez (Magallanes y Elcano, agosto de 1519 – setiembre de 1522),  sino también, pues… explorar el Pacífico, porque el Atlántico y el Índico estaban ya muy vistos (N. de Balboa, 26 de septiembre de 1513; Magallanes, 1520 – 1521; Legazpi, 21 de noviembre de 1564, [Manila, 24 de junio de 1571; 3 de julio de 1573]; Urdaneta, 1 de junio – 8 de octubre de 1565; Torres, 1607).

¡Ah!,  y de paso, pues… intentar mantener unida a Europa bajo el liderazgo político y religioso de los Habsburgo (Guerra de la Independencia de Holanda o Guerra de los Ochenta Años, 1568 – 1648, una de las más polémicas decisiones de la Historia de España).

 

 

 

 

8.    Sancho de Londoño.

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En la segunda década de ese siglo de vértigo  nace en Hormilla Sancho de Londoño. Se forma nada menos que en la Universidad de Alcalá de Henares. Posteriormente ingresa en el Ejército Español en 1542, como piquero a las órdenes del duque de Alba.

Como militar recorrió Europa peleando y gobernando. Solo unos pocos detalles.  

¨      El 24 de abril de 1547 participó, a las órdenes del Emperador, en la célebre e imposible victoria de Mühlberg, inmortalizada por Tiziano en uno de los grandes cuadros de la Historia de la Pintura. En ese prodigioso crepúsculo está el ocaso de la cristiandad unida y de Alemania, antes de lanzarse por primera vez al suicidio.

¨      En 1554 accedió al preciado hábito de la Orden de Santiago.

¨      En 1565 participó en el socorro a Malta asediada por los turcos.

¨      En 1568, anduvo metido en faena en la también heróica, pero más que polémica, guerra de Flandes, y ya muy enfermo, tomó parte en la batalla de Dalen, 25 de abril de 1568,  donde brillantemente provocó la derrota del ejército de Guillermo de Orange.

¨      Murió en Flandes a finales de mayo de 1569.

Pero Sancho de Londoño no es sólo uno de los mejores capitanes de la Infantería Española. Es uno de sus creadores. Vamos a verlo, pero antes déjenme que les presente la fuente.

En 1956, las Ediciones de la Caja Provincial de Ahorros de Logroño publicaban, de don Alejandro Manzanares, Tierra Riojana. Lecturas Escolares. Es un libro que a muchos nos ha hecho “Riojanos por decisión propia”. Para querer una tierra hay que conocerla de verdad. A mis 8 añitos, ese libro me dejó muy claro que los riojanos, por nuestra aportación a la historia común de la gente civilizada de este planeta,  no éramos unos “donnadie”.  

Vaya, que en la Rioja había algo más que “jotas, pimientos, vino y mujeres”, como rezaba a finales de los 70 una obscena e insultante pegatina puesta desde dentro en el cristal trasero de un coche de matrícula LO,  que una mañana me encontré aparcado en la zona del Rectorado de la U. Complutense y me amargó el día.

Voy a transcribir aquí la página dedicada en ese libro a este soldado de un ejército considerado entonces el mejor de Europa.

 

“Este egregio maestre de campo, nata de nuestra gloriosa infantería, nació en la pequeña localidad de Hormilla hacia el año 1535. Hízose célebre en las campañas de Flandes a las órdenes del famoso duque de Alba, llegando a alcanzar la bengala de mariscal. Fue ejemplo de lealtad y claro espejo de disciplina. Sus soldados queríanle entrañablemente, pues si bien era en extremo rígido en lo tocante al servicio, sus nobles sentimientos no los rebasa ningún otro jefe con los inferiores. Su serenidad y pericia en los trances difíciles teniánle conquistada merecida reputación.

Cuando don Fernando Álvarez de Toledo fue nombrado Gobernador general de los Países Bajos encargó a nuestro muy ilustre paisano la redacción de unas ordenanzas militares, las primeras en nuestro Ejército, que sirvieran de norma, guía y enseñanza a los Tercios españoles. Sancho de Londoño pidió y obtuvo permiso entonces para retirarse a escribirlas a Leiva, siendo autorizado por el Virrey.

Y en la patria chica de otro no menos esclarecido personaje, el esforzado héroe de Pavía, compuso su memorable “Discurso sobre la forma de reducir la disciplina a mejor y antiguo estado”, obra acabada en 1568, y que comprende la organización de la compañía, el Tercio y el ejército, que por aquel tiempo, constituían las tres unidades tácticas de la tropa sometida a reglamento; contenía, asimismo, dicho trabajo los deberes y funciones de los grados, algunas advertencias acerca del armamento, entre ellas las dimensiones de las picas, marchas, paradas, desfiles y artículos penales para los infractores. Este libro, aparte de su gran valor como fuente histórica de primer orden, da una visión completa del espíritu guerrero de su época.

 Salió impreso en 1587, con suma complacencia de Felipe II, en los talleres de Bruselas, divulgándose prontamente por casi todas las cortes de Europa, proporcionando a su autor un justísimo renombre.”

 

Hay que hacerle a lo leído algunas anotaciones:

- Don Sancho de Londoño nació hacia 1515, sin que sepamos la fecha exacta.
- El Discurso sobre la forma de reducir la disciplina a mejor y antiguo estado lo escribió don Sancho de Londoño en tres meses, durante una convalecencia. Lo concluyó en Lier (Bélgica, entre Amberes y Malinas) el 8 de abril de 1568. La edición príncipe la hizo Roger Velpius, en Bruselas, en 1589. 


 

nota

[1] Para reconstruir la hazaña del cabo Suceso Terrero López he leído todo lo mucho que sobre él hay en Internet. Me ha servido especialmente el artículo “La Heróica Defensa del Blocao de “Dar Hamed” en su 85º aniversario (septiembre 1921—septiembre 2006)”, escrito por D. Francisco Ángel Cañete Páez, Comandante de Infantería, Caballero Legionario de Honor, Sevilla, Septiembre de 2006, publicado por el portal  ASASVE (Asociaciones, Amigos, Soldados y Veteranos de las FAS y GC)
    
También la Historia de la Legión publicada por el portal LA LEGION en www.lalegion.es/5/51.html

 

 

 
 

 

 

HORMILLA.
DE LA LEGIÓN A LOS TERCIOS

Antonino M. Pérez Rodríguez
Catedrático del IES "Lope de Vega", Madrid