Tiene el recordado Padre Joaquín Peña unas magníficas páginas demostrando cómo el Maestro Gonzalo de Berceo es a veces ininteligible si no se conocen la lengua y costumbres del Valle de San Millán y las tierras vecinas. Él explicaba que el muy citado y mal explicado "...vaso de buen vino..." sólo se entendía correctamente si se sabía que los labradores riojalteños —nuestros abuelos, nuestros padres, nuestros tíos—, durante siglos, han tenido la costumbre de comenzar las duras labores del campo santiguándose ("En el nombre del Padre que hizo toda cosa ...") y seguidamente echándose al coleto un estimulante trago de buen vino ("...bien valdrá, según creo, un vaso de buen vino")

Llevaba razón el Padre Peña. Conociendo esta tierra y queriéndola se entiende mucho mejor a ese hombre culto, universitario, nada ingenuo como buen jurista, pero también cura de pueblo, animador de la fe de sus buenas gentes, labradores, artesanos, pequeños comerciantes, unos pocos de profesiones liberales..., que fue don Gonzalo de Berceo.

Para animar al lector a conocer y querer esta tierra riojalteña que llamamos Valle del Najerilla y a sus gentes se escriben estas páginas. Esta tierra fue siempre tierra de libros y de lectores y escritores. A nadie puede extrañar que a veces sea la tierra la que nos lleve a los textos y que otras veces suceda al revés.

El punto de partida será la vieja y noble Nájera, pero no olvidaremos su muy sugestivo entorno.

Nos proponemos, imitando a Nebrija, abrir tienda de sano amor a estas tierras del Najerilla y a sus gentes. Quien crea que va a salir ganando, que entre y se sirva. Quien juzgue lo contrario que siga con Dios su camino.

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