Biblioteca Gonzalo de Berceo Detalle del mural que cubre el ábside de la iglesia de Arenzana de Arriba.

 

 

 

En el capítulo anterior hablábamos de la Ruta Nájera – Uruñuela – Cenicero o el Camino al Ferrocarril. En éste vamos a ir en la dirección contraria, vamos a seguir el viejo Camino de la rogativa a Santa Coloma y lo vamos a prolongar hasta Castroviejo. Luego al volver visitaremos Alesón y Tricio.

El itinerario completo es Nájera – Arenzana de Abajo –  Arenzana de Arriba – Bezares – Santa Coloma – Castroviejo – Manjarrés – Alesón – Tricio – Nájera.

 

 

1.   Los viejos caminos.

 

La ventaja que tiene ser hijo de campesino, nieto de campesino y… tataranieto de campesino, si ya eras mozo cuando el verano de 57 estalló la Revolución del Seat  600, es que conoces bien, por haberlos andado a pie o caballero en burro o mulo, los viejos caminos vecinales.

Hagamos un necesario inciso. La Revolución del Seat 600 fue una auténtica revolución, un radical cambio en la manera de pensar y de vivir, tan auténtica que aún no se estudia como tal en los libros de Historia. El 27 de junio de 1957 comienza la fabricación del Seat 600 en España y, con ella, el inicio en el país de la motorización masiva. Su nacimiento no sólo dio un vuelco a la industria automovilística española, sino que cambió por completo la vida de los españoles. En Comunicaciones, supuso el paso del mulo al automóvil y del camino a la carretera asfaltada. En Comercio y Civilización,  permitió el incremento exponencial del libre tráfico de personas. Y en Evolución Histórica, la revolución del Seat 600 junto con la política económica inaugurada con el Plan de Estabilización de la peseta  (1959), fueron los verdaderos causantes de que España,  en dos prodigiosas décadas, se convirtiera inevitablemente en una nación plenamente europea. El franquismo y antifranquismo habían sido, por fin, arrojados al cubo de la basura de la Historia. El futuro había comenzado.

Sigamos. Aparte del automóvil, la concentración parcelaria se ha llevado también por delante muchos de los antiquísimos caminos y gran parte del paisaje tradicional. Por eso es bueno aprovecharse de lo poquito que nos queda.

 

2.  Moncalvillo y Serradero.

 

Entre Nájera y Torrecilla de Cameros, entre la vertiente del Najerilla y la del Iregua, allí donde el Yalde nace y se hace río dividiéndola en dos, se encuentra una sierra de cumbres continuas, redondeadas, convertidas en pastizales o “serraderos”, montes roturados desde siempre, llenos de “calvas” o “calveros”, que no pasan de los 1500 m. de altura, donde ayer hubo carboneros y hoy se asientan todo tipo de antenas. Estamos en la sierra de Moncalvillo o en las cumbres de Serradero. Son la antesala del Camero Nuevo y la ladera descendente donde se asientan Castoviejo (alt. 955 m.), Santa Coloma (alt. 763 m.), Bezares (alt. 717 m.) y Manjarrés (alt. 629 m.). En la base se sitúan Arenzana de Arriba (alt. 598 m.), Alesón (alt. 576 m.), Tricio (alt. 564 m.) y Arenzana de Abajo (alt. 543 m.). Nájera, el punto de partida en la subida, está a 485 m. de altura.

 

3.  La Rogativa.

 

Dejemos las cosas claras. En el valle alto del Yalde, “la Virgen” es la Virgen de la Antigua de Arenzana de Abajo; “la Santa”, santa Coloma; “las Santitas” son las hermanas santas, Nunilo y Alodia, de Bezares y Castroviejo y “los Santos”, el niño san Ramiro de Arenzana de Arriba y el igual niño san Mamés de Manjarrés. La jerarquía entre ellos la establece la, en otros tiempos, muy frecuentada rogativa a santa Coloma en tiempo de sequía. El desarrollo de la Rogativa era así.

 

a)      Cuando la primavera iba muy seca, los ayuntamientos de Arenzana de Arriba, Manjarrés, Bezares y Santa Coloma a acudían al Ayuntamiento de Arenzana de Abajo con el ruego de que pidiese a sus Cofrades de la Virgen de la Antigua que fijasen la fecha para subir a Santa Coloma con la Virgen, acompañada de los Santos y las Santitas.

b)      Fijada la fecha se hacía una novena de preparación y, acabada ésta, al día siguiente Arenzana de Abajo salía al alba en procesión con la Virgen de la Antigua, comenzando la peregrinación penitencial a Santa Coloma.

c)      La primera etapa tenía su meta en Arenzana de Arriba que se unía a los zancarrones llevando en andas a su patrón san Ramiro como escolta de la Virgen.

d)      La segunda etapa terminaba cuando las dos Arenzanas llegaban al punto de encuentro donde Manjarrés, llevando en procesión a su patrón San Mamés,  se les unía  en la subida a Santa Coloma. El camino era paralelo al cauce del Yalde. En todo momento se procuraba la mezcla solidaria de los pueblos de forma que al final resaltaba la unión de todos ellos en una comunidad única de suplicantes unidos por una necesidad común.

e)      La tercera se cumplía con la llegada a Bezares de los tres pueblos. Allí se les unían los bezaringos llevando en andas a sus Santitas.

f)        La meta era la llegada a Santa Coloma de los cuatro pueblos, llevando a la Virgen de la Antigua escoltada por las Santitas, San Mamés y san Ramiro. Solía ser mediodía. Los colominos recibían a sus huéspedes y los cinco pueblos se concentraban en la plaza de la iglesia de Santa Coloma. Allí se celebraba la misa para pedir a Dios agua por la intercesión de la Santa. Luego se celebraba una comida en común y por la tarde se organizaba el regreso.

 

Tanto la subida como la bajada se hacían en devota procesión en la que se suplicaba a Dios la lluvia con cantos y rezos. Conservamos los cantos de los que voy a transcribir algunas muestras.

 

santitas de Bezares, Nonilo y Alodya. Al fondo iglesia de San Martín, actualmente en ruina.  

Mamés peregrino,

A la Santa ruega

Que para los campos

Agua nos conceda.

 

Pide, bella aurora,

Pide, bella gracia,

A Dios sempiterno

Que nos mande agua.

 

Santitas preciosas,

Hijas de Bezares,

Salid al camino,

Dejad los altares,

 

Vamos a Coloma

Todos en unión.

Se rieguen los campos

Por su intercesión.

 

 

 

Organizada así, la Rogativa a santa Coloma se celebró durante siglos y contó con una gran afluencia de gentes, representantes de pueblos y corporaciones de la Rioja y de fuera de ella. De generación en generación se transmitió el convencimiento de que era eficaz. Aquí no pasó nunca lo que cuenta Camilo José Cela en su hermoso Viaje a la Alcarría:

 

“No he visto gente más bruta

Que la gente de Alcocer

Que echaron el cristo al río

Porque no quiso llover”.

 

La unidad entre los pueblos participantes era ya una victoria, dados los piques continuos que entre ellos se daban debido a su vecindad. Recordemos que corrían refranes tan expresivos como:

 

“En Bezares no te pares,

En Santa Coloma no comas

Y en llegando a Manjarrés,

“Liberános Dominé” (sic).

 

“Mujer de Arenzanarriba

Y vino de Manjarrés,

 “Liberános Dominé” (sic).

 

“Virgen de la Antigua,

Madre soberana,

No les hagas caso

A esos de Arenzana.

 

Existía también pique entre los pueblos cercanos a Nájera y Nájera. Ahí van dos jotas de picadillo que lo demuestran:

 

“En Santa María dan vino

Y en San Francisco dan pan,

Por eso a los najerinos

Bien les va, ni golpe dan”

 

“En  Santa María dan carne,

En San Francisco dan pan.

Donde dormir no nos falta,

¿Quién nos manda trabajar?”

 

 

 

La Rogativa dejó de celebrarse definitivamente cuando venturosamente, a finales de los 50 del siglo XX, comenzaron a aparecer los pantanos, los canales, y los distintos sistemas mecanizados de riego. La Rogativa murió cuando la industrialización hizo desaparecer, por fin, una civilización que no había sido alterada sustancialmente desde el Neolítico. La cultura se había mantenido igual que a finales de la Edad Media, La Restauración aportó alguna esperanza que quedó frustrada por la nefasta larguísima época que comprende la II Republica, la Guerra Civil y el primer franquismo (1931 – 1959), las desgraciadas Revolución y Contrarrevolución Españolas de comienzos de s. XX.

 

 

4.  El Viaje.

 

Comencemos nuestro viaje de subida a los escenarios de la Rogativa.

 

     1.  Arenzana de Abajo.

     Subiendo a pie de Nájera a Arenzana de Abajo, a la altura de Tricio, empiezan a sorprender al caminante los abundantes restos cerámicos y de construcción que aparecen en las tierras labradas y que dejan muy clara la profunda indoeuropeización primero y la romanización a fondo después que sufrieron estas tierras. El terreno, donde en otro tiempo florecieron ricas villas y florecientes alfares, hoy produce excelentes patatas, magníficas hortalizas o sabrosos vinos.

Arenzana de Abajo es un buen pueblo viejo con magníficas casas nobles e hidalgas. Tiene una magnífica Iglesia Parroquial del s. XVII con buenas tallas, mejores cuadros al óleo y unos finísimos frescos. Cuida de la iglesia una buena persona que hubiera sido hace mucho su inmejorable párroco si la Iglesia tuviese dos dedos de frente y mirase por sus intereses. Me refiero al bueno de Pedro Moral que cuida durante el año y monta, invierno tras invierno, en la parroquia un viejo belén mecánico que ya pertenece al paisaje navideño tradicional.

Tiene dos hermosos cruceros y la Carrera es la calle de las hospitalarias bodegas. En el Carmen está la ermita de la Virgen de su nombre y una central eléctrica donde, de chico, de la mano de mi abuelo materno, empecé a entender cómo se produce la energía eléctrica.

 

     2.  Arenzana de Arriba.

    Arenzana de Arriba conserva milagrosamente en su iglesia, que siempre perteneció a la abadía najerina, los retablos pintados en la pared.

     3.  Bezares

     Entre Arenzana de Arriba y Bezares se excavaron a finales de los 70 magníficos alfares romanos que dejaron muy claro el importante negocio industrial que suponía la terra sigillata hispánica de esta zona en los primeros siglos de nuestra era.

Bezares tiene una altiva iglesia abandonada dedicada a san Martín cuyos retablos pintados por Andrés de Melgar se encuentran hoy en la logroñesa catedral de la Redonda.

Aquí floreció uno de los más primitivos monasterios femeninos gobernado por la Regla de San Benito. El manuscrito de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, hoy catalogado como Aemilianensis 62, es una regla monástica tomada casi totalmente de la Regla de san Benito, a través del comentario que hizo de ella el abad Smaragdus.  Fue trascrito el año 976 por Eneco Garseani, presbítero, adscrito al monasterio femenino de las Santas Nunilo y Alodia, inmediato a Nájera. Parece que ese cenobio estuvo exactamente emplazado donde todavía hoy puede verse una ermita, en el paraje llamado de Los Horcajos, entre Bezares y Castroviejo.

El barranco de Bezares era rico en ranas y excelentes cangrejos que pescaban mi padre y mi tío, teniéndome, a mí, entonces un crio, como ayudante. Mi madre los cocinaba con una rica salsa de tomate.

En Bezares estaba el molino de harina mas frecuentado de la zona. Recuerdo que tenía el ambiente que siempre se ha atribuido a los molinos y que me vino muy bien conocerlo.

 

Terra sigillata. Máscaras teatrales de Arenzana de Arribaa

     4.  Santa Coloma.

 La identidad de la Santa ha sufrido graves alteraciones en el transcurso del tiempo.

a)      La santa mozárabe cordobesa. A comienzos del siglo X, nada más reconquistadas Nájera y Viguera, se funda  el monasterio de santa Coloma para cobijar en su cripta los restos de la mártir mozárabe de este nombre, traídos desde Córdoba musulmana. La cabeza sería trasladada más tarde a la catedral fundada por el rey don García en Nájera. Restos del monasterio y la cripta se encuentran embutidos en la actual iglesia parroquial. Dominio de la reina doña Estefanía, pasa el monasterio colomino a formar parte del patrimonio de Santa María la Real de Nájera.

b)      La santa mártir francesa. Cuando Alfonso VI entrega  la iglesia najerina a Cluny, Santa Coloma es gobernada, desde Nájera, por los cluniacenses y la Santa es identificada con la mártir francesa del mismo nombre. El documento fundacional del monasterio de Santa Coloma fue falsificado a fondo. Pedro el Venerable, el último gran abad de Cluny, escuchó en 1142 en el monasterio de Santa Coloma de labios del monje estellés Pedro Engelberto el portentoso relato que tituló “La aparición de un difunto en España”. Relato que publicó en su célebre obra De miraculis libri duo.

c)      La santa mártir indígena. Al final los eruditos locales terminan inventándose que la Santa nació y fue martirizada en Tricio, antiguamente denominada Senonas, el nombre del territorio tribal donde había efectivamente vivido y sufrido martirio la santa Coloma francesa. Así figura en el altar mayor barroco de la iglesia parroquial de Tricio.

            Conserva la iglesia parroquial un magnífico altar mayor donde no se sabe si los verdugos de la Santa son romanos o moros. Una hermosa arca de plata guarda el precioso tesoro de las reliquias de la mártir cordobesa.

En la plaza existe un monumento que recuerda los primeros pasos para crear la provincia de la Rioja aquí dados el 8 de diciembre de 1812.

 Santa Coloma era un buen pueblo, siempre famoso por su excelente pan y su ganadería. Allí residía el temido guardián del monte, el Guarda Forestal. Allí hacía noche el mítico y renqueante autobús de viajeros que iba y venía de Logroño diariamente, el célebre Garrido.

 

 

 

     5. Castroviejo.

     Castroviejo era el mundo de la Sierra, de la vida en el Monte. La agricultura era escasa y las tierras cultivables eran pequeñas terrazas arrancadas a las laderas del monte y algunas escasísimas huertas siempre machacadas por el duro clima. La ganadería era abundante y resistente. También era muy importante el mundo de la riqueza forestal: las cargas de leña, las inapreciables mulas y machos con sus salmas, el mundo de las abarcas, de las almadreñas fabricadas a golpe de azuela.

    La gente era noble y trabajadora como un rayo. Las mujeres iguales que los hombres en todas las tareas y además tenían que cuidar la casa y la familia. Mujeres fuertes, dignas de aparecer como ejemplo en la mismísima santa Biblia. Recuerdo a mis queridos introductores en el mundo del monte, mi nunca olvidado Teodoro Lacalle y su mujer, Lupe, desgraciadamente ya fallecidos, y mi admirado Julio Ceniceros, que luego se hizo taxista en Nájera y al que le tengo verdadero afecto.

    Castroviejo conservaba su patrón visigodo, San Ildefonso de Toledo, cuya fiesta celebraba en mayo. Y las ruinas de un viejo Castillo donde estuvo prisionero nada menos que Fernán González.

 

Deténganse  en esta hermosa historia de amor:

 

“Preso está Fernán González,    el gran conde de Castilla;

tiénelo el rey de Navarra    maltratado a maravilla.     

Vino allí un conde normando    que pasaba en romería,

supo qu` este hombre famoso    en cárceles padecía.

Fuése para Castroviejo,    donde el conde residía;

dádivas daba al alcaide    si dejar verle quería:

el alcaide fue contento    y las prisiones le abría.

Mucho los condes hablaron.    El normando se salía,

fuese donde estaba el rey    con lo que pensado había.

 

Procuró ver a la infanta,    que era hermosa y cumplida,

animosa y muy discreta,    de persona muy crecida.

Tanto procura de verla,    qu` esto le hablara un día:

--Dios vos lo perdone, infanta,    Dios, también Santa María,  

que por vos se pierde un hombre,    el mejor que se sabía;     

por vos se causa gran daño,    por vos se pierde Castilla:

los moros entran en ella    por no ver quién la regía,

que por veros muere preso;    por amor de vos moría.  

¡Mal pagáis amor, infanta,    a quien tanto en vos confía!

Si no remediáis al conde    seréis muy aborrecida,  

y si por vos saliese    seréis reina de Castilla.—

 

Tan bien le habla el normando    que a la infanta enternecía,

determina de librarlo    si por mujer la quería.

El conde se lo promete;    a verlo la infanta iba.

--No temáis--, dijo, --señor,    que, yo os daré la salida. —

Y engañando aquel alcaide,    salen los dos de la villa. 

 

Toda la noche anduvieron    hasta que el alba reía.

Escondidos en un bosque,    un arcipreste los vía,  

que venía andando a caza    con un azor que traía.

Amenázalos con muerte,    si la infanta no ofrecía

de folgar allí con ella,    si no, que al rey los traería.

El conde, más cruda muerte    quisiera que lo que oía;

pero la discreta infanta    dando esfuerzo le decía:

 --Por vuestra vida, señor,    más que esto hacer debría,

que no se sabrá esta afrenta    ni se dirá en esta vida. —

Priesa daba el arcipreste,    y amenaza todavía.

Con grillos estaba el conde.    y sin armas se veía;

mas, viendo que era forzado,    como puede se desvía.

Apártala el arcipreste;    de la mano la traía,

y cuando abrazarla quiso    ella de él muy fuerte huía:

los brazos le ha embarazado,    socorro al conde pedía,

el cual vino apresurado,    aunque correr no podía.  

Quitádole ha al arcipreste    un cuchillo que traía,

y con él le diera el pago    que su aleve merecía.

Ayudándole la infanta,    camina todo aquel día.

 A la bajada de un puente    ven muy gran caballería;

gran miedo tienen en verla,    porque creen que el rey la envía.

La infanta tiembla y se muere,    en el monte se escondía;

mas el conde, más mirando,    daba voces de alegría:

--Salid, salid, doña Sancha,    ved el pendón de Castilla,

Míos son los caballeros,    que a mi socorro venían. —

La infanta con gran placer    a vellos luego salía.

Conocidos de los suyos,    con alarido venían:

--Castilla--, vienen diciendo,    --cumplida es la jura hoy día. —

A los dos besan la mano,    a caballo los subían.     

Así los traen en salvo    al condado de Castilla”.

 

a)      Manjarrés.

 

     Desde Castroviejo descendemos a Santa Coloma y desde allí a Manjarrés.

En el descenso hay espectaculares vistas del valle del Yalde y también de los del Najerilla y del Ebro.

Manjarrés es un pueblo construido a lo largo de la carretera que sube de Alesón a Santa Coloma. Tiene 4 barrios: El de Arriba y el de Abajo a lo largo de la carretera; Crúzanse en el centro con el de poniente, llamado de San Martín o el barrio de la Alpargata,  y el levante, la calle de la Iglesia.

Pueblo de buena tierra de secano y de regadío. De vino no muy bueno por estar ya en la Sierra. Abundante agua, buenos sotos y excelente huerta.

Pueblo viejo. Tiene abundantes yacimientos de alfares celtibericos y romanos. En sus calles quedan restos de casas solariegas con blasones de los Fernández de Bobadilla y de los González Ramírez de Arellano, cuyo escudo en piedra en los muros de lo que fuera la Escuela es espectacular. La Iglesia es pequeña pero tiene un magnífico calvario gótico muy francés, una delicada talla de la  Virgen llamada del Rosario, también del último gótico, y un magnífico retablo mayor de Pedro de Arbulo.

Lo mejor de Manjarrés es pasear por el campo en cualquier dirección y gozar del paisaje. Tuvo un delicioso bajo monte poblado de robles centenarios y de numerosos manantiales que fueron la magnífica sala de lectura de mi infancia y juventud.

 

b)      Alesón.

 

     De Manjarrés a Alesón hay 2 km. Entre excelentes viñas y fincas de cereal, patata o remolacha. Alesón era el pueblo por el que pasa la carretera general Burgos – Logroño. Una de las vías básicas de comunicación entre el Levante y Galicia.

Alesón tenía una fábrica de licores que guardaba una exquisita bodega de buen coñac.

     Tiene una iglesia con un magnífico retablo plateresco y es un pueblo recoleto y que ha sabido sacarle partido a la inversión municipal.

Alesón tuvo fuero que regulaba su relación con el monasterio najerino. Transcribo la parte más antigua.

 

Año 1123. Fuero que recibieron los pobladores de Alesón por mandato del rey D. Alfonso I de Aragón.

 

“In nomine Domini nostri Jesu Christi. Haec est carta, quam facio ego Bernaldus, Sacrista de Sancta Maria, ad vos, Populatores de Aleson, de illo foro que vos dono pro mandado de Rege Ildefonso, qui dedit Aleson ad me, et ad Altare de S . Maria, et cum consílio de Donno Petro Priore, et de cunctis Sanioribus de Sancta Maria. Ego Bernaldus dico vobis quo modo estis in illa Villa de Aleson, que ad nullum seniorem serviatis vos, nec illí qui post vos venturi sunt nisi ad me, el ad Sacristam qui post me suecessurus est.

Foro do vobis sicut michi placuit, et ad vos; unaquaque casa de Aleson almude de trigo et almude de ordeo et duos caravidos de vino, et sex denaríos de Nativitate ad Nativítatem.

Si alíquis homo fuerit, qui isto foro voluerít disrumpere sit maledictus et excomunicatus, et anathematizatus.

Facta carta Era M.C.LXI, Luna xxiiii. Raguante Rege Ildefonso in Aragona, et in Castella. Fortum Garceiz Caissar in Naiara. Episcopus Sancíus testis.- Didaco Lopiz ts. -Ennegot en Tobia ts. -Fortum Lopez de Castro Veillo . -Petro Mornez in Maranon.  -De Naíara Sancio Nuno. -Domingo de Grannon. - Et Dn. Bonet, et Dn. Adal, et Bernardus Durandus.—Discurrente judicio Michael Alcaide. -Domingo Ioannes, de Maíarres.- De Orcanos Domingo Madarra. -De Tricío Petrus Durannus. -Fortun Fortunez.-

Isti sunt testes.”

 

           Luego se añadieron sucesivas actualizaciones.

 

 

c)      Tricio.

 

     Tricio es el mejor broche que se le puede poner a este viaje.

De Alesón a Tricio se puede bajar por una vieja calzada romana bien conservada hasta antes de ayer. Poblado celtibérico, muy romanizado. Tuvo escuela municipal donde los niños aprendían latinidad ya en el siglo II.

      De riquísima agricultura y gran industria alfarera en tiempos prerromanos y romanos de la que quedan arruinados un sin fin de alfares. Hay reutilizadas en su casas e iglesia expresivas lápidas funerarias romanas. Tiene una excelente colección de escudos en piedra en las fachadas de sus casas solariegas.

     La iglesia es un cuidado museo del Barroco y del Neoclásico. En la sacristía hay muy bellas tallas góticas, romanistas y barrocas. La Ermita de Nuestra Señora de Arcos fue una  antiquísima iglesia de tres naves de desigual altura. Hoy conserva una inscripción funeraria romana, encontrada en los alrededores, que es uno de los más antiguos testimonios del cristianismo en nuestra zona. Su cabecera es un edificio funerario romano de excelente factura y los arcos de sus naves están construidos sobre basas y capiteles romanos espectaculares. Fue la sede del obispo de Calahorra – Nájera, cuando en 1079, Alfonso VI convirtió la catedral najerina en monasterio cluniacense y echó de Nájera al obispo. Los obispos de Calahorra, ante la imposible convivencia con los monjes cluniacenses najerinos terminarían por asentarse definitivamente en Santo Domingo de la Calzada. Así nació la actual diócesis de Calahorra y la Calzada.

    En la plaza del pueblo hay un sobrio monumento dedicado al que fuera director del Jardín Botánico del Paseo del Prado madrileño, Paz Graelles.

     Para mí Tricio será siempre el lugar en el que, durante más de treinta años, me encontré a gusto con mi querido don Manuel Hernáez Urraca, buena persona y mejor cura de pueblo al que me unió una entrañable amistad. Quiso a Tricio y Tricio lo quiso a él. Hoy lo echamos de menos todos.

    Tricio es también un inolvidable paisaje de campo abierto y bien trabajado hacia San Lorenzo y hacia el valle del Najerilla. El agua de sus acequias, canales y muelos es la música que nos acaricia, mientras nos dedicamos a nuestros pensamientos.

 

 

 
 

 

 

EL MEDIO Y ALTO YALDE
o LOS PUEBLOS DE LA ROGATIVA

Antonino M. Pérez Rodríguez
Catedrático del IES "Lope de Vega", Madrid