Alejandro Magno, envenenado por su hermana
La historia textual
El texto de la Chronica Naiarensis editado por Juan Estévez Sola incluye el dato, aparentemente sorprendente, del envenenamiento de Alejandro Magno a manos de su hermana :
Cumque redisset Alexander in Babilonem, sumpto a sorore sua ueneno usum lingue amisit et extremam uoluntatem suam scripto expresit et sic animam exalauit1.
La cláusula « sumpto a sorore sua ueneno » forma parte del libro I de la crónica, y cierra el relato de la vida del conquistador griego2. Cierto es que, ya desde la Antigüedad, los historiadores se perdieron en conjeturas acerca de las causas reales de la muerte de Alejandro Magno, si bien acabó prevaleciendo la opinión de que éste había sido envenenado por el traidor Antípatro, con la ayuda de su hijo o sobrino, Iollas, escanciador real3. El que fuera el best-seller medieval sobre la figura del conquistador, la Alexandreis de Gautier de Châtillon, contemporánea de la Chronica Naiarensis4, desarrolló esta teoría, retomada por sus adaptaciones en lengua romance5. Nuestra crónica parece haber optado, sin embargo, como vemos, por no seguir la explicación de las causas de la muerte de Alejandro que de mayor éxito gozó en los círculos literarios, atribuyendo el envenenamiento del rey a una hermana, desprovista de nombre.
Pudiérase pensar que sea éste un error producido en el momento de la copia del arquetipo najerense a los dos manuscritos conocidos6. El copista del manuscrito S, procedente de la biblioteca de Luis Salazar y Castro, hoy custodiado en la Real Academia de la Historia con la signatura 9/450 y copiado a fines del siglo XV o principios del XVI7, no parece haber entendido la información, pues escribe sorere en lugar de sorore8. Pero no estamos ante un error de transmisión : el dato procede de la Historia scholastica de Pedro Coméstor, más precisamente de la Historia libri Esther. Pedro Coméstor, magisterhistoriarum, compuso esta parte de su compendio bíblico a partir de capítulos que leyó en las Antigüedades judaicas de Josefo, relacionados con los soberanos persas, con Alejandro Magno y con su sucesión9; los capítulos IV y V de la historia de Esther están así dedicados al conquistador macedonio : en la Historia scholastica leyó pues el anónimo autor de la Chronica Naiarensis el relato de la vida y muerte del hijo de Filipo.
Juan Estévez Sola fue el primero en establecer que la Historia Scholastica había sido efectivamente la fuente de la Chronica Naiarensis para esta parte de la narración histórica universal, resaltando de paso el empleo fiel del texto de Coméstor por parte del cronista anónimo10. Esto sentado, si leemos el texto de Pedro Coméstor en la Patrología latina, que utiliza a su vez la edición de Madrid, publicada en 1699 por el benedictino Emanuel Navarrus, no encontraremos el dato que nos interesa. Reza la edición de Migne :
Itaque cum venisset Alexander ad montes Caspios, miserunt ad eum filii captivitatis decem tribuum. Ex edicto enim tenebantur egredi non licere, postulantes ab eo egrediendi copiam. Cumque quaesisset causam captivitatis, accepit eos recessisse aperte a Deo Israel, vitulis aureis immolando, et per prophetas Dei praedictum esse eos a captivitate non redituros. Tunc respondit, quod arctius eos includerent. Cumque angustia viarum obstrueret molibus bituminatis, videns laborem humanum non sufficere, oravit Deum Israel, ut opus illud compleret. Et accesserunt ad se invicem praerupta montium, et factus est locus immeabilis. Ex quo liquido apparet non esse Dei voluntatem, ut exeant. Egredientur tamen circa finem mundI, magnam hominum stragem facturi. Et, ut ait Josephus, Deus quid facturus est pro fidelibus suis, si tantum fecit pro infideli? Cumque rediisset Alexander in Babylonem, sumpto veneno usum linguae amisit, et extremam voluntatem suam scripto expressit. Et noluit monarchiam suam in aliquem transferre […]11,
mientras que leemos en la Chronica Naiarensis :
Hic cum uenisset ad montes Caspios, miserunt ad eum filii captiuitatis X tribuum, ex edi<c>to enim tenebantur egredi non licere, postulantes ab eo egrediendi licenciam. Cumque quesisset causam captiuitatis, accepit eos recessisse aperte a Deo Israelis uitulis aureis inmolando, et per prophetas dictum est eos a captiuitate non reddituros. Tunc ei<s> Alexander respondit quod arcius includeret eos. Cumque angusta uiarum obstrueret molibus bituminatis, uidens laborem humanum non posse sufficere, orauit Dominum Deum Israelis, ut opus illud compleret. Et accesserunt ad se inuicem prerupta montium et factus est locus immeabilis. Ex quo liquido apparet non esse Dei uoluntatem ut exeant; egredientur tamen circa finem mundI, magnam hominum stragem facturi. Cumque redisset Alexander in Babilonem, sumpto a sorore sua ueneno usum lingue amisit et extremam uoluntatem suam scripto expresit et sic animam exalauit. Iadus Iudeorum sacerdos L armorum. Successores Alexandri orbem uniuersum, qui Macedonum uiribus subactus erat, inter se partiti sunt. Set postea uario bellorum sorte confligentes ad paucos potestas collecta est12.
El texto editado por Migne no contiene huella alguna de la hermana (soror)13, a la que sin embargo se le adjudica en la crónica hispánica un papel más que relevante, al igual que sucede en una obra posterior, el Speculum historiale de Vicente Belovacense, donde se lee (VI, 1) : « Cum enim redisset Alexander in Babylonem, sumpto veneno a sorore sua, usum lingue amisit et extremam voluntatem suam scripto expressit »14. ¿ Cómo explicar estas divergencias ? Sencillamente, Migne no editó un estado del texto de Pedro Coméstor que corresponde al dato que estamos comentando15.
La Historia Scholastica (o Scolastica Historia, como recomienda Agneta Sylwan) fue reimpresa, como es bien sabido, en la Patrología latina, 198, 1053-164416. Pero antes de ser publicada por Migne, la obra había conocido un éxito inmenso : dos décadas tras su finalización, alrededor de 1170, circulaban ya 25 manuscritos de la misma ; de ella se conocen hoy al menos 800 manuscritos. En 1173 Pedro Coméstor, el más influente de los maestros parisinos, era célebre en toda Francia17 ; su manual bíblico conoció un éxito rotundo. De la Historia Scholastica se hicieron numerosísimas copias, destinadas inmediatamente al uso de estudiantes que añadieron glosas y pergeñaron nuevas adiciones al texto base, por lo que la obra de Coméstor muy pronto se convirtió en un texto vivo, que secretaba comentarios, lo que podría justificar la contaminación que explica el enigmático dato. Fue posiblemente un manuscrito adicionado el utilizado por el anónimo autor de la Chronica Naiarensis18.
Ahora bien, mientras no dispongamos de una edición fiable del Libro de Esther de Coméstor, difícil será pronunciarse definitivamente : la hermana asesina pudo no haber surgido del cálamo del ‘maestro de historias’, sino aparecer como prolongación natural del relato bíblico de la muerte de Alejandro Magno, añadida a éste último en el proceso de transmisión y lectura de la Historia ; pero también cabe la posibilidad de que hubiera sido Coméstor quien le abriera las puertas de su obra19. Sea como sea, por el momento, baste con asegurar que desde fines del siglo XII circularon dos versiones de la Historia scholastica relativas a la muerte de Alejandro Magno, una con hermana y otra sin ella, una sin additio alguna en el pasaje en cuestión, otra con ella20.
Dadas estas premisas, convendría ahora preguntarse qué sentido tuvo la inclusión de la Historia scholastica en la Naiarensis, examinando cuáles pudieron ser las posibilidades estructurales y significativas que introdujo en el diseño global de la crónica la aparición de una figura femenina criminal en su primer libro. Es sin embargo aconsejable recordar en este punto que si la datación de la Naiarensis a fines del siglo XII se debe en muy gran parte al determinación de la deuda de la crónica respecto de la historia bíblica de Coméstor21, igualmente podría depender de dicha deuda la interpretación de su autoría : ¿ podemos estar de acuerdo con Juan Estévez Sola cuando sugiere que los párrafos procedentes de la Historia Scholastica no fueran sino « interpolaciones de un copista listillo », o bien que la obra es el resultado de dos manos ?22 Tiendo a pensar, por lo que se va a decir a continuación, que nos hallamos ante la obra de un solo autor, consciente del valor de la utilización de fragmentos de la historia de Pedro Coméstor y, más precisamente, del relato alejandrino, en un contexto político determinado, el de la afirmación de la hegemonía del reino de Castilla23.
Una construcción prefigurativa eficaz
El primer libro de la Naiarensis se elaboró sobre la base textual de la Chronica de Isidoro, que cedió ante la entrada de material procedente de Coméstor24. Cinco son las ocasiones en que el anónimo autor de la Naiarensis rompe la Chronica isidoriana para contruir más perfectamente una historia de las gestas de los reyes griegos y asirios. En I, 20 se lee la fundación de Nínive; en I, 22, se cuenta la elevación de los muros de Babilonia y la escritura, por parte de Zoroastro, de las siete artes liberales en catorce columnas de bronce y de ladrillos, « como precaución contra ambos diluvios »25; en I, 31 se evoca la translación del imperio a Micenas; en I, 51 se enumeran los últimos reyes asirios, aludiendo otra vez a Nínive; por fin, en I, 72 se incluye el fragmento que narra la reclusión de las diez tribus y de la muerte de Alejandro Magno.
Se exponen pues, en los capítulos seleccionados por el autor anónimo tras la lectura de la Historia Scholastica, algunos datos que preparan el que es el relato central de este bloque homogéneo temáticamente. Esa narración representa (presenta, da a ver) una de las acciones memorables de Alejandro, el encierro de las tribus perdidas, donde se declara la sumisión del poder temporal al poder espiritual, tanto más impactante en este caso cuanto que quien se somete a Dios es un rey pagano : la interpretación de dicho episodio por los exegetas de los textos alejandrinos fue en general sumamente favorable al macedonio26. No dejó de subrayar este hecho el propio Pedro Coméstor, a la zaga de Josefo : « Et, ut ait Josephus, Deus quid facturus est pro fidelibus suis, si tantum fecit pro infideli ? »27; idéntica actitud adoptó, poco después, el anónimo autor del Libro de Alexandre;28 curiosamente, no forma parte de la Naiarensis esta analogía, pese a hallarse explícita en la Scholastica.
Sí recordó la crónica cómo el monarca había orado al Señor Dios de Israel, « oravit Deum Israel », renovando la prueba de que Alejandro actuó como instrumento divino. Se establece así la contigüidad entre monarquía terrenal y divina. Al pasar inmediatamente al sucinto relato de la muerte en Babilonia, el relato de la Naiarensis alcanza un momento histórico de capital importancia, preparado por los capítulos procedentes del texto de Coméstor, todos ellos relacionados, como se ha apuntado, con el auge y el fin de los imperios y con la ilustración del traslado de poder. En lugares textuales cercanos y relacionados entre sí, que aglutinaban la información, el autor de la crónica hispánica dio pues cuenta del devenir de las monarquías orientales, cuyo más brillante representante, Alejandro el conquistador, murió (según el texto copiado por el autor anónimo) a manos de su hermana.
Bien pudiera ser, al fin y al cabo, que tenga su importancia el que sea la mano de la hermana, y no otra mano, la que acabe con el héroe en el libro I de la Chronica Naiarensis. Que dicho dato, bebido de la fuente, supusiera para el autor anónimo una posibilidad real de articulación significativa de la materia con la que estaba construyendo su crónica. Pudiera ser que la identificación de la supuesta asesina del rey Alejandro apoyase la tesis de que la Naiarensis fue toda ella compuesta en aras de la representación del traslado de poder de León a Castilla, y de que en dicha representación desempeñó un papel no pequeño el riesgo corrido por los héroes masculinos ante mujeres malvadas, en particular ante hermanas traicioneras. Entiendo por tanto que las palabras « sumpto a sorore sua ueneno » facilitaron una construcción temática y prefigurativa eficaz, tendente a facilitar el uso político de la obra. Pese a que, por supuesto, no cabe perder de vista el que se analicen aquí « correspondencias más o menos curiosas o ajustadas »29, me atrevo a sugerir la presencia de un proyecto de escritura ya en esos folios iniciales de la Naiarensis, un proyecto que excedería la reconstrucción de un pasado universal en el cual enmarcar los destinos de Castilla, para proponer un esquema modélico que explicase los tiempos presentes y por venir. Llegados a este punto, se tratará pues de enumerar muy brevemente30, las relaciones sintácticas de esta cláusula con otros episodios de la crónica, a partir del supuesto que el autor anónimo coordinó algunas secuencias, fijándolas en el relato inicial, interpretándolas a la luz de esas palabras heredadas de una versión de la Historia Scholastica donde se afirmaba que un héroe caía ante una figura femenina traidora.
Letales mujeres, mortíferas hermanas
Uno de los relatos más conocidos de la Chronica Naiarensis es el de la condesa traidora, que narra el intento de envenenamiento de Sancho García por su madre y la subsiguiente muerte de ésta como consecuencia de su propia estratagema (libro II, 36-39). Francisco Bautista, en un excelente artículo, ha demostrado que Sancho García aparece en la Naiarensis como un segundo redentor del reino, como defensor de Castilla y garante de su futuro, justificando así la translatio imperii de la que se beneficia la monarquía castellana :
De esta forma, con el personaje de Sancho, la CN crea un paralelo con la figura de Pelayo a través del que se explica no solo la motivación del cambio del favor divino, sino también las implicaciones de la historia, que sanciona de esa forma la emergencia de Castilla31.
Insiste Bautista en las semejanzas existentes entre la leyenda de Pelayo y la de Sancho García, pues de ambos depende la salvación de Hispania. Añadiré otra equivalencia posible entre los personajes que pueblan la crónica, la de Sancho García como eco del Alejandro Magno representado en la Naiarensis en el libro I. En la propia sintaxis de la crónica, aparece Sancho García (II, 39) como sosias plausible de Alejandro por sufrir la traición de un personaje femenino perteneciente al círculo familiar – su madre en este caso, y no su hermana :
Mater autem eius comitissa spe nubendi cum Almazor, non contenta quod patrem occidi fecerat ut inanis glorie cupiditatem saciaret et sue libidini liberius deseruiret, filium ex quo solo salus totius pendebat Hyspanie necare potionibus attemptauit, set Dominus, qui consilia hominum dissipat impiorum, contra quem non est consilium, qui omnia scit ante quam fiant, malignantis matris malignum consilium dissipauit32.
Los desarrollos relativos a la omnipotencia divina que vertebran ambos episodios retoman con idéntico aparato efectista la idea del amparo de Dios sobre las biografías de Alejandro y de Sancho García, amenazados ambos por sendas pociones administradas por una mano femenina. La presencia inicial de « sumpto a sorore sua ueneno » en las puertas del relato continuado de la historia peninsular parece pues poder funcionar eficazmente, tanto en la serie de secuencias que configuran la continuidad narrativa de la crónica como en la tradición alejandrina. El autor de la Naiarensis ordenó y dio sentido a una serie de personajes que completaron una determinada visión del héroe necesario que se enfrentó, con mayor o menor fortuna, a la traición femenina, a la traición sororal, accediendo a la glorificación política en caso de responder a un modelo positivo de monarquía.
Otra de las trayectorias que funcionan en la Chronica Naiarensis como patrón ético-político, la de Sancho II de Castilla, también parece ajustarse al esquema amenaza sororal-caída. No trataré ahora del relato de su asesinato durante el Cerco de Zamora33, sino que traeré a colación un texto vinculado íntimamente con la crónica y ligado con la figura de la hermana traicionera y asesina. Se trata del epitafio en verso de Sancho II que se encuentra en el monasterio de San Salvador de Oña, concebido acaso a fines del siglo XI, acaso, como sugiere Helena de Carlos, más cerca de la fecha de composición de la Najerense :34
Sanctius, forma Paris et ferox Hector in armis,
clauditur hac tumba iam factus puluis et umbra.
foemina mente dira, soror, hunc uita expoliauit
iure quidem dempto, non fleuit fratre perempto35.
Ahora mismo, me interesa el tercer verso de esta composición : « la mujer de mente perversa, su hermana, lo despojó de la vida ». El verso está muy probablemente corrompido36, y parece que la palabra soror, que podría ser una glosa intercalada para explicar mejor quién era la mujer de la que se hablaba, haya causado, precisamente, dicha corrupción. Se habría entonces añadido a posteriori la identificación de la asesina, a despecho de producir un verso amétrico. Este elemento, además de cierta relación formal entre el verso y la cláusula « sumpto a sorore sua ueneno usum lingue amisit », me hace pensar que acaso nos encontremos aquí ante variaciones vecinas sobre un tema, el de la traición sororal. Entiendo que estamos ante una prefiguración tipológica : el Alejandro Magno del libro I de la Chronica Naiarensis prefiguraría el Sancho García del libro II y el Sancho II de Castilla del libro III. Semejante equilibrio estructural consolidaría la representación deseada : un monarca admirable pero imperfecto, por pagano, anunciaría un futuro héroe castellano, Sancho García, y un anti-héroe, Sancho II. Tal modelización bifronte da a ver un arquetipo comprensible, el del soberano sumiso a la voluntad divina y sujeto a un destino cruel. No olvidemos que en la serie que estamos comentando tendría cabida otro Sancho, el Gordo, muerto por la traición del conde Gonzalo, quien según la Najerense inflitró en un pero una pócima venenosa (II, 31) :
Deinde missis nuntiis et coniuratione facta, ut exsolueret tributum ex ipsa terra quam tenebat, callide aduersus regem cogitans inter cetera diuersarum epularum fercula ueneni potionem illi in piro direxit. Quod dum gustaret, sensit cor suum immutatum et silenter musitans festinus cepit remeare Legionem. In ipso itinere die tertio uitam finiuit37.
No existen equivalencias absolutas entre el relato alejandrino del Libro I y los otros episodios comentados : si medimos la construcción narrativa a partir del trazado inicial, es decir el envenenamiento del conquistador por su hermana, comprobaremos las similitudes y las diferencias. Idéntico es el procedimiento letal (una poción venenosa) en los casos de Sancho García y de Sancho el Gordo; difieren ambos en la conclusión, allí feliz, aquí fúnebre. Distinta es la identificación del traidor, allí la madre, aquí el conde Gonzalo. En cuanto al rey Sancho II, muere, como Alejandro, a causa de una traición acaso debida a su hermana38, pero no muere envenenado. La crónica najerense y la inscripción funeraria oniense probablemente estén relacionados con la construcción fragmentada de una representación de la traición femenina, que parece surgir de la materia antigua, es decir alejandrina y troyana (pues de tal índole es el epitafio)39, debida sin duda a una común atmósfera de intereses entre monasterios y acaso a la circulación de manuscritos entre Nájera y Oña.
Conclusión
La pertinencia histórica y política de las representaciones de Alejandro Magno en los textos producidos en los ámbitos de poder del norte de la península desde fines del siglo XII no parece poder ser puesta en duda40. Muchos son los elementos que van consolidando esta hipótesis, y es larga la lista de textos hispánicos, muy a menudo (o siempre) relacionados con la ideología monárquica, que se abren a la figura del conquistador. Hay visos razonables pues en la historia literaria de los siglos XII y XIII como para pensar que la brevísima clausula leída por el autor de la Naiarensis en la obra de Coméstor e incluída como colofón capital en su particular compilación alejandrina tuviera una función altamente pragmática. Un último apunte en este sentido pondrá punto final a estas páginas : detengámonos en una frase que forma parte del Forum Conche, texto ya puesto en relación con la Naiarensis por Francisco Bautista en su trabajo sobre la condesa traidora41.
Este prólogo al texto de ley dado a Cuenca tras su conquista, compuesto en 1189-119042, fue uno de los frutos más granados de la máquina de propaganda lanzada por la cancillería de Alfonso VIII, destinada a imponer la idea de la superioridad del reino de Castilla sobre los otros reinos y de la encarnación en este monarca del sueño de la conquista y de la supremacía sobre la cristiandad. Cabe fechar los comienzos de esa representación, a partir del estudio de los documentos de la cancillería de Castilla, en los años 1172-1173, que fueron los años primeros de la campaña en Navarra del rey castellano43.
Pues bien : en el prólogo en prosa del Forum Conche se lee lo que sigue frase : « […] cuius inmense celsitudinis et consone uero fame preconium a solis ortus cardine ad usque terre limitem longue lateque dispersum insonuit […] »44. Esta frase está construida a partir de la profecía de Daniel, 8, 21 (« Porro hircus caprarum, rex Graecorum est »), del salmo Regnum Messiae (71, 8) (« et dominabitur a mari usque ad mare, / et a flumine usque ad terminos orbis terrarum »), y de la representación ancestral de Alejandro Magno como puente entre el Este y el Oeste45. Alfonso es figurado en este texto (paratexto de la compilación legal), estrictamente contemporáneo de la Naiarensis, en términos muy semejantes, casi idénticos, a los que identificaban al conquistador macedonio en numerosos panegíricos reales compuestos por los clérigos de la corte Plantagenêt a fines del siglo XII46. Muchos más son los elementos que alimentan la certeza de la afición de la monarquía castellana por el modelo alejandrino47; baste lo expuesto en estas páginas para sugerir que ese ambicioso proyecto textual del que son piezas escogidas la Naiarensis y el Forum Conche tuvo en la figura de Alejandro Magno una de sus bazas preferidas : la representación del conquistador generó por sí sola, desde los últimos veinticinco años del siglo XII, una mitología de la antigüedad, de raíz clerical, producida por eclesiásticos próximos de la corte y promovida por la corona, tendente a establecer los criterios de identificación del buen soberano, así como sus límites.
Va quedando por consiguiente meridianamente claro que Alfonso VIII impulsó la escritura de textos propagandísticos, y que la Chronica Naiarensis fue una pieza más de esa construcción textual compleja que se levantó en las últimas décadas del XII y en los primeros años del siglo XIII, en vida de dicho monarca. Su nieto Fernando recogió la herencia de Alfonso VIII, no sólo en lo relativo a las prácticas políticas, sino también a las culturales ; en el reinado de Fernando III de Castilla y León se compuso el Libro de Alexandre y otros textos que asentaron la larga sombra de Alejandro Magno en la elaboración de un imaginario monárquico deseado por la corona, y formalizado por los clérigos de corte. La breve frase que nos ha ocupado concentra pues posibilidades y deseos, y da a ver (representa) de otra manera el panorama literario hispánico de los siglos XII y XIII. No estará de más recordar que entre 1170 et 1184, según los documentos cancillerescos, Alfonso VIII pasó al menos ocho temporadas en Nájera48. Quizá no sea descabellado pensar que la Chronica Naiarensis fuera compuesta en los años del inicio de la circulación de la Historia scholastica más allá de las fronteras de Francia, y ofrecida a Alfonso VIII en una de dichas visitas49.
Notes
1 Juan Antonio Estévez Sola (ed.),Chronica Naierensis,Turnhout : Brepols, 1995, p. 27.
2 Ibid., p. 26-27, I, 72 : « Alexander Macedo regnauit annos V […] sic animam exalauit ».
3 Sobre la historia y la tradición textual antigua de Alejandro Magno (y de su muerte), Olivier Battistini & Pascal CHARVET (dirs.), Alexandre le Grand. Histoire et dictionnaire, Paris : Robert Laffont, 2004. Para la tradición medieval, Mariantonia LIBORIO (dir.), Alessandro nel Medievo Occidentale, Roma : Fondazione Lorenzo Valla-Arnaldo Mondadori Editore, 1997.
4 La fecha de composición de la Alexandreis debió rondar 1180. Véase ahora Claudia Wiener, Proles vesana PhilippI, totius malleus orbis : Die Alexandreis des Walter von Châtillon und ihre Neudeutung von Lucans Pharsalia im Sinne des typologischen Geschichtsverständnis, Munich and Leipzig : K. G. Saur, 2000. La Chronica Naierensis fue muy probablemente escrita tras 1180-1185; véase al respecto la contribución de Carlos Reglero de la Fuente en este mismo número de e-Spania 7, « La Crónica Najerense, Santa María de Nájera y Cluny ».
5 El último libro del poema de Gautier informa de que los sirvientes del macedonio trajeron unas copas de vino y que el veneno actuó con rapidez ; X, 382-383 y ss : « […] uina ministris / Circumferre iubet » ; con anterioridad, X, 143-155, se había identificado a quien introdujera el veneno en el vino : Antípatro; cf. Marvin COLKER (ed.), Galteri de Castellione. Alexandreis, Padova : Antenore, 1978, p. 259-260 y p. 270. El anónimo Libro de Alexandre no deja lugar a dudas acerca de la identidad del asesino de Alejandro, también Antípatro (estrofa 2605 : « Antípater el falso, ministro del pecado, / essa noche lo puso, quando ovo çenado, / que en el otro día, quando fuesse yantado, / con el primer bever fuesse empoçoñado », con Jobas (<Iollas) como brazo ejecutor (estrofas 2610-2615); cf. Juan CASAS RIGALL (ed.), Libro de Alexandre, Madrid : Castalia, 2007, p. 709-712.
6 Sobre el arquetipo de la Chronica Naiarensis y su transmisión textual, téngase siempre en cuenta el trabajo de A. Montaner Frutos en este número de e-Spania 7, « El proyecto historiográfico del Archetypum Naiarense ».
7 J. A. Estévez Sola, ed. cit, p. xiii-xiv.
8 Ibid., p. 27.
9 De necesaria consulta es ahora la reciente y minuciosa edición del primer libro de la Historia Scholastica :Agneta Sylwan (ed.), Scolastica Historia. Liber Genesis, Turnhout : Brepols, 2005.
10 J. A. Estévez Sola, ed. cit, p. lxxv-lxxvi.
11 Patrologia latina, col. 1498A y B.
12 Ver nota 2.
13 El monarca macedonio tuvo en efecto una hermana, llamada Cleopatra ; véase O. Battistini & P. CHARVET (dirs.), Alexandre le Grand…, p. 645-646. El número de hermanas de Alejandro parece haber confundido a los escritores medievales : el Libro de Alexandre, 259a, poco posterior a la Chronica Naierensis, alude a la existencia de dos hermanas cuando narra la arenga del conquistador a sus hombres antes de abandonar Grecia para dirigirse a Asia : « Yo lexo buena madre e buenas dos hermanas » ; cf. J. CASAS RIGALL (ed.), op. cit. J. CASAS RIGALL recuerda, p. 200, nota 259a, que « En este punto de la Alexandreis (I, 376), la alusión a los parens y sores dejados atrás resulta ambigua, por cuanto sintácticamente podría estar referida tanto a Alejandro como a sus tropas […]. El Alexandre se decanta por la primera posibilidad, y precisa en dos el número de hermanas del protagonista, como la glosa V de la Alexandreis [«‘oblivio tanta sororum’ quia duas habuit sorores »] y el propio Gautier en un pasaje posterior (VII, 485) [« Optarem, matrem geminasque uidere sorores »]. Cf. M. COLKER (ed.), Galteri de Castellione…, p. 195 y p. 367.
14 Véase la base de datos del Atelier Vincent de Beauvais / ARTeM / UMR 7002 « Moyen Age », Université de Nancy 2, con transcripción establecida por M. Paulmier-Foucart y M.C. Duchenne a partir del manuscrito Douai 797, del siglo XIV.
15 J. A. Estévez Sola, ed. cit, p. 54, nota 86, apunta : « Hay que hacer notar que la alusión a la hermana no aparece en todos los manuscritos de la obra del canciller de París ; así, la edición al uso de la Historia Scholastica en la Patrología latina no la incluye y sí, por ejemplo, el manuscrito del que Vicente de Beauvais copió los capítulos que en su Speculum Historiale dedica a Alejandro Magno ».
16 La editio princeps había visto la luz en 1473, en Ausburgo, en las prensas de Günther Zainer.
17 A. SYLWAN, op. cit, p. xiii.
18 A modo de ejemplo, cabe aducir los manuscritos 459, 460 y 462 de la Bibliothèque d’Étude et du Patrimoine de Toulouse, ejemplos de manuscrito adicionado. Estoy preparando un estudio específico sobre la tradición manuscrita del relato de la hermana envenenadora, a partir de los manuscritos de la Bibliothèque d’Étude et du Patrimoine de Toulouse, que vendrá a completar lo expuesto en estas páginas. Sería por supuesto necesario en este momento, para confirmar lo aquí sugerido, referirnos a los manuscritos de la Historia scholastica que circularon en la península a fines del siglo XII, puesto que uno de éstos habría sido, razonablemente, el consultado por el anónimo autor de la crónica. Sólo un manuscrito, el d-III-16 de la Real Biblioteca de El Escorial, parece datar de los años finales del siglo XII. De fechas cercanas, de inicios del XIII, parecen ser los códices 11 y 70 de la Real Academia de la Historia, el primero procedente de San Millán de la Cogolla, y el segundo de San Pedro de Cardeña, monasterios próximos a Nájera. Cf. el trabajo de Reglero de la Fuente antes citado.
19 Para George CARY, The Medieval Alexander, Cambridge : Cambridge University Press, 1956, p. 73, Pedro Coméstor se hacía aquí eco de una leyenda judía (para el material hebreo en la Historia, véase A. SYLWAN, op. cit., p. xxi). David J. ROSS, Alexander Historiatus. A Guide to Medieval Illustrated Alexander Literature, Londres : The Warbourg Institute, p. 37, al referirse a los aportes originales de la Historia Scholastica, afirmaba tajantemente : « Its principal contributions to medieval Alexander traditions are an account of the visit to Jerusalem based on Josephus, the crossing of the Pamphylian sea from the same source, the erroneous tradition that Alexander was poisoned by his sister (a misunderstanding of a passage in the Epistola ad Aristotelem), and the account of Alexander’s enclosing of the ten lost tribes of Israel as a punishment for their apostasy, this last a deformation of the Gog and Magog story which Pfister regards as Comestor’s invention ». Sabemos ahora que el relato del encierro de las Diez Tribus en la Scholastica procede de la Crónica del Pseudo Metodio ; cf. Helena de CARLOS, « Alejandro en el Códice de Roda (Madrid RAH, ms. 78)”, Troianalexandrina, 8, 2008, p. 39-58 ; Sylvain PIRON, « Anciennes sibylles et nouveaux oracles. Remarques sur la diffusion des textes prophétiques en Occident, VIIe-XIVe siècles », in :Stéphane GIOANNI et Benoît GREVIN(dirs.), L’Antiquité tardive dans les collections médiévales : textes et représentations, VIe-XIVe siècle, Rome : Ecole Française de Rome, 2008, p. 261-304. Agradezco a S. Piron el haberme permitido consultar su trabajo antes de su publicación.
20 Buena prueba de esta convivencia de versiones son los fondos de la Bibliothèque d’Étude et du Patrimoine de Toulouse : los ya citados manuscritos 459, 460 y 462 contienen el dato de la hermana asesina; no sucede así con el manuscrito 461, ni con el incunable Chambéry 101.
21 Sobre la datación de la crónica a partir del uso de la Historia Scholastica, véase J. A. Estévez Sola, ed. cit., p. lxxxiv-lxxxix, e infra. Las intervenciones presentadas en el coloquio Chronica Naiarensis (langue, sources, connexions, sens et influence), cuyas actas se recogen aquí, concordaron en aceptar que la crónica fue compuesta a fines del siglo XII, en un ámbito de influencia castellano.
22 J. A. Estévez Sola, ibid., p. lxxvii y lxxix : « Otra posibilidad sería el admitir que, como la datación tardía depende de noticias dudosas y de unos párrafos incorporados a una de sus fuentes básicas, en realidad todo ello fueran interpolaciones de un copista listillo que tuvo a su diposición otros textos que el verdadero autor de la CN no pudo manejar por haber sido escritos después de la redacción de la obra [o bien] esta segunda mano fue la que incluyó los añadidos procedentes de la Historia Scholastica de Pedro Coméstor, y bien pudo hacer lo mismo con las fechas incluidas al hablar de los desposorios de Alfonso VI y las notas aducidas acerca de los reinados de Alfonso VII y Alfonso Enríquez de Portugal. Con esta segunda redacción ya estamos en las postrimerías del siglo XII. Pero tal vez todo esto sea hilar demasiado fino ».
23 Francisco Bautista, « Pseudo-historia y leyenda en la historiografía medieval : la condesa traidora », in : Francisco BAUTISTA (ed.), El relato historiográfico : textos y tradiciones en la España medieval, London : University of London, p. 59-101, p. 75.
24 Para J. A. Estévez Sola, ibid., p. xxv : « [...] se han introducido otro tipo de añadidos no isidorianos, como es el caso de los capítulos 32a, 149a y 169a-b, que cedieron ante la entrada de tres añadidos procedentes de la Historia Scholastica del maestro de Teología de París Pedro Coméstor [...] ».
25 Juan Antonio Estévez Sola (ed. y trad.), Crónica Najerense, Madrid : Akal, 2003, p. 45.
26 Veáse George CARY, « Alexander the Great in Mediaeval Theology», Journal of the Warburg and Courtauld Institutes, 17, 1.2, 1954, p. 98-114.
27 Cf. supra.
28 J. CASAS RIGALL (ed. cit.), 2116ab : « Quando Dios tanto fizo por un omne pagano, / tanto o más farié por un fïel cristiano ».
29 F. bautista, op. cit, p. 63, refiriéndose a los paralelismos invocados por la crítica para explicar los detalles que configuran la leyenda de la condesa traidora.
30 Me apoyaré fundamentalmente para esbozar esta modesta posibilidad interpretativa en los trabajos de F. Bautista, ya citado, y en el de Helena de Carlos, « Algunas huellas de materia troyana en el medievo hispano », in : Claudio LEONARDI (ed.), Gli umanesimi medievali. Atti del II Congresso dell "Internationales Mittellateinerkomitee", Firenze : Sismel/Edizioni del Galluzzo, 1998, p. 85-95.
31 F. BAUTISTA, op. cit, p. 68.
32 J. A. Estévez Sola (ed.), Chronica Naiarensis, p. 145-146.
33 Convendrá cotejar lo aquí expuesto con el análisis de Georges Martin en estas mismas actas («Mujeres de la Najerense»). Merece la pena citar sus palabras : « Los historiadores najerenses vuelven a la tradición castellana que hacía de Urraca la principal responsable de la muerte de Sancho II, pero, en contra de dicha tradición – y de la apreciación que hizo de su relato Ramón Menéndez Pidal –, valoran muy positivamente el papel de la infanta. En la Crónica Najerense, la imagen histórica de Sancho II sufre una degradación tremenda. Sólo el sobrado castellanismo de don Ramón puede explicar que el maestro no se percatara de ello. Destemplado e influenciable, engañoso, injusto y cruel, impaciente e irascible, vanidoso, desconfiado y sordo al buen consejo, cegado al contrario por las burdas mentiras de Bellido y concediéndole neciamente a éste su confianza, el rey de Castilla muere en medio de sus excrementos, alanceado a traición mientras hace sus necesidades ». Sobre las diferentes versiones de la muerte de Sancho en la historiografía contemporánea a la Naiarensis, ver G. MARTIN, Les Juges de Castille. Mentalités et discours historique dans l’Espagne médiévale, Annexes des Cahiers de linguistique hispanique médiévale, 6, 1992, p. 100-102.
34 H. de CARLOS, op. cit., p. 95, quien evoca una « común atmósfera cultural y de intereses » entre el monasterio de Oña y Santa María de Nájera. Véase el trabajo de C. Reglero de la Fuente en estas actas.
35 En Ramón MENÉNDEZ PIDAL, La España del Cid, vol. I, Madrid : Espasa-Calpe, 1947, p. 186, citado en H. de CARLOS, op. cit, p. 86.
36 Ibid, p. 86, nota 4 : recuerda H. de Carlos que Menéndez Pidal recogió la lectura « foemina mente dira », mientras que Flórez prefirió « foemina mente dura », y añade : « En virtud de la rima interna que caracteriza a estos versos, sería lógico suponer que en el segundo hemistiquio el orden correcto de palabras es : foemina mente dira, soror, hunc expoliavit uita ». Pero desde el punto de vista métrico clásico, es decir, del hexámetro, esta solución no es válida, mientras que por el contrario el final hunc uita expoliauit es más correcto. Probablemente el verso esté corrompido, y me parece que tal vez la palabra soror, que podría ser una glosa intercalada par explicar mejor quién era la mujer de la que se hablaba, juegue un papel en su corrupción ».
37 J. A. Estévez Sola, ed. cit, p. 136.
38 Cf. supra, el trabajo de G. MARTIN en estas mismas actas.
39 Cf. Helena de Carlos, op. cit.
40 Como llevo planteándolo en varios trabajos, entre los cuales me permito citar : Amaia ARIZALETA, La translation d’Alexandre. Recherches sur les structures et les significations du ‘Libro de Alexandre’, Annexes des Cahiers de linguistique hispanique médiévale, 12, Publication du Séminaire d’Études Médiévales Hispaniques de l’Université Paris 13, Paris : ENS-LSH, 1999 ; « La figure d’Alexandre le Grand comme modèle d’écriture dans la littérature médiévale castillane », in : Laurence HARF-LANCNER, Claire KAPPLER et François SUARD (eds.), Alexandre le Grand dans les littératures occidentales et proche-orientale, Paris : Université Paris X-Nanterre, 1999, p. 173-186 ; « The Libro de Alexandre », in : G. GREENIA and F. DOMINGUEZ (eds.), Dictionary of Literary Biography. 337 : Castilian Writers, 1200 to 1400, Farmington Hills : Bruccoli Clark Layman, 2007, p. 122-131 ; « "Ut lector agnosceret" : discurso y recepción en la obra de Rodrigo Jiménez de Rada (primera mitad del siglo XIII)”, Cahiers de Linguistique et de Civilisation Hispaniques Médiévales, 26, 2003, p. 163-186 ; « Las "estorias" de Alexandre : Rodrigo Jiménez de Rada, historiador de Alejandro Magno”, in : Carmen PARRILLA y Mercedes PAMPIN (eds.), Actas del IX Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, La Coruña : Universidad-Editorial Toxosoutos, 2005, p. 343-359 ; « Imágenes de la muerte del rey : Libro de Alexandre y Chronica latina regum Castellae », in :Victor GARCIA RUIZ y Ramón GONZALEZ RUIZ (eds.),De varia lección hispánica. Rilce, 23.2, 2007, p. 299-317 ; « Aetas alexandrina : les figures d’Alexandre le Grand dans les textes hispaniques des XIIe etXIIIe siècles (avec un excursus sur la datation du Libro de Alexandre) », in : Françoise CAZAL (ed.), Hommage à Francis Cerdan, Toulouse : Méridiennes, 2008, p. 49-65 ; « El Libro de Alexandre : el clérigo al servicio del rey », Troianalexandrina, 8, 2008, p. 73-114. A estos análisis habrá que añadir un estudio sobre la materia alejandrina en los textos hispánicos, actualmente en preparación, para el volumen Le mythe d’Alexandre le Grand dans l’Europe médiévale (XIIe-XVe siècle) : Réécritures et re-créations, coordinado por Catherine Gaullier-Bougassas.
41 F. BAUTISTA, op. cit., p. 75-76 : « En este sentido, el proyecto que se dibuja en la CN se sitúa muy cerca del que puede leerse en el prólogo al Forum Conche, en el que Alfonso VIII aparece como rey 'regnum iberiensium potentissimus [...] quo rectore regna superbiunt hibera'. Tras la renuncia hacia 1180 del rey de León a titularse 'Hispaniarum rex', el uso de 'Iberia' por Alfonso VIII sugiere el intento de rehabilitar la idea de un príncipe rector de los designios de la península, a todo lo cual se ajusta como un guante el proyecto historiográfico de la CN, que con la fabricación de una mitología castellana, y la apropiación de la ideología gótica traducía y apoyaba la confianza, aun si efímera, surgida con la conquista de Cuenca y que parecía confirmar el vasallaje de Alfonso IX de León ». Un amplio estudio sobre el Forum Conche y su papel en la elaboración de una poderosa propaganda por parte de la cancillería de Alfonso VIII figura en mi Les clercs au palais. Chancellerie et écriture du pouvoir royal (Castille, 1157-1230), ouvrage original en vue de l’Habilitation à diriger des recherches, 2006, de próxima aparición en su versión en castellano. Se verá también A. ARIZALETA, « Le bonheur d’écrire chez les clercs de la cour de Castille : le prologue en vers du Forum Conche », in : Monique GÜELL (ed.), Le plaisir des formes, Toulouse : Méridiennes, 2008, p. 23-33.
42 Texto editado por Rafael de Ureña y Smenjaud, Fuero de Cuenca (formas primitiva y sistemática: texto latino, texto castellano y adaptación del fuero de Iznatoraf), Madrid, Academia de la Historia, 1935. En cuanto al cuestión de la fecha del texto, Ana María Barrero García, « El proceso de formación del Fuero de Cuenca (notas para su estudio) », in :Cuenca y su territorio en la Edad Media. Actas del I Simposio Internacional de Historia de Cuenca (Cuenca, 5-9 de septiembre de 1977), Madrid-Barcelona : CSIC, 1982, p. 41-58. Contra los argumentos avanzados por dicha estudiosa y en defensa de una datación a fines del siglo XII (ya propuesta por R. de Ureña y Smenjaud),habré de referirme una vez más a mis propios trabajos : véase Les clercs...., op. cit. Problema diferente es el de la fecha de los ultimos 4 versos del prólogo en verso, que bien pudieran haber sido añadidos con posterioridad.
43 He de referirme de nuevo a mi monografía, Les clercs...
44 R. de Ureña y Smenjaud, Fuero de Cuenca..., p. 111. La traducción de Alfredo VALMAÑA VICENTE, El Fuero de Cuenca, Tormo : Cuenca, p. 32 es : « […] el más poderoso de los reyes hispánicos [Alfonso VIII], el anuncio de cuya inmensa grandeza e incluso de su concordante fama resonó esparcido a lo largo y a lo ancho, desde la salida del sol hasta el confín de la tierra ».
45 François de POLIGNAC, « Alexandre, maître des seuils et des passages : de la légende antique au mythe arabe », in : Laurence HARF-LANCNER, Claire KAPPLER et François SUARD (eds.), Alexandre le Grand…, p. 215-225.
46 Se puede ver un estudio pormenorizado de estas semejanzas en A. ARIZALETA, « El Libro de Alexandre : el clérigo al servicio del rey...».
47 Cf. supra.
48 Documentos datados en las fechas siguientes : 5 y 7 noviembre 1170, 4 noviembre 1171, 22 y 23 de agosto de 1176, 10 al 18 junio 1180, 1 diciembre 1184; cf. Julio González, El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, 3 vols., Madrid : C.S.I.C, 1960.
49 Se completará lo dicho aquí con las observaciones de Georges Martin en estas mismas actas respecto de la utilidad política de la Naiarensis en el contexto hereditario de Alfonso VIII.