Biblioteca Gonzalo de Berceo CONVENTO DE SANTA CLARA en Tordesillas (Valladolid), antiguo palacio mudéjar. Fue construido por Alfonso XI en el siglo XIV, pero en tiempos de Pedro el Cruel, se transformó en convento para alojar a las monjas de la orden de Santa Clara

 




I. El tema de la pérdida de la sombra está documentado en literaturas populares y cultas de distintos países y tiempos y presenta diferentes variantes, según esta privación tenga unas u otras causas y según provoque diversas consecuencias. Y es satisfactorio  descubrir que también hallamos tal cosa en la literatura helena, según hemos de ver en el citado fragmento del historiador de Quíos.
      Tornando a los relatos folclóricos posteriores, creemos poder afirmar que en ellos  está más testimoniado el tópico dicho que en las obras de autores conocidos. Sabido es que en algunos pueblos primitivos es considerada la sombra como cosa en íntima relación con la vida y el alma de su poseedor1, hasta el punto de que pueda ser tenida como “prenda de la vida” o, empleando la expresión inglesa, “life–token”2. De ahí también que, en otras consejas populares, la sombra sea capaz de sanar a un enfermo, dejar embarazada a una mujer o proteger a los seres sobre los que se proyecte3.
      No extrañe entonces que la venta de la sombra resulte una típica transacción comercial con un espíritu maligno, como subtipo del vender el alma al demonio, tema pululante en narraciones folclóricas y en las letras cultas4. Mas la variante de la sombra vendida es de origen popular5 y aparece, en patética peripecia, en uno de los más importantes trasuntos de la literatura culta: “Peter Schlemihls wundersame Geschichte” (= “La portentosa historia de Peter Schlemihl”)6 de Louis – Charles Adélaide Chamisso de Boncourt, más conocido por su nueva nominación germanizada de Adalbert von Chamisso7.
      Ante la dificultad que entraña una clasificación cronológica de los casos hallados, porque la data de los relatos populares suele resultar muy discutible; nos proponemos hacer a continuación un examen de este lugar común literario ateniéndonos a sus principales variantes, a saber:

II. a) La pérdida de la sombra como castigo:
Aquí tiene cabida el fragmento de Teopompo (343 Jacoby), que dice así:



 

Esto es, en español:


“Pues el afirmar que algunos de los cuerpos colocados bajo la luz no dan sombra es propio de un espíritu extraviado; lo cual ha hecho Teopompo al sostener que los que entraban en el lugar sacrosanto de Zeus, en Arcadia, se quedaban sin sombra”.



     Como puede verse, Polibio, fuente transmisora del fragmento que nos ocupa, censura a Teopompo por su aserto 8.
     Por lo que toca a los relatos folclóricos de tiempos posteriores, hallamos el caso de ciertas mujeres que, por evitar el embarazo o el parto 9, se quedan sin sombra. Tal hecho nos surge en los “Märchen” de los países nórdicos 10.
      Otra posible punición con la pérdida de la sombra es la sufrida por algunos seres monstruosos y perversos que, quizá por razón de su maldad, tampoco proyectan sombra. Esto se nos dice de un ogro, un fantasma y de un demonio 11.

b) La pérdida de la sombra por tratos con el maligno:

      Bajo este epígrafe cabe colocar, ante todo, al llamado ‘Milagro de Teófilo’, un ejemplo más de los milagros de la Virgen contados por Berceo12:

 

El fondo de la imagen pertenece al Códice Albeldense o Vigilano.Seguir hipervínculo para ver el Códice Albeldense.


 

      Asimismo el malhadado protagonista de la narración de von Chamisso vende su sombra al demonio. El espíritu malo dobla y guarda en su bolsillo esta silueta, que aquí se identifica también con el alma, y tal privación lleva al héroe del relato a pasar graves apuros y tribulaciones.
      Otras veces el hombre que sufre la pérdida de su sombra ha asistido primero a una pavorosa escuela, en la que el mismísimo Satanás impartía enseñanzas a un grupo de audaces. Terminadas estas clases sobre saberes ocultos, el demonio trata de apoderarse de uno de sus discípulos e intenta coger al que sale en último lugar, pero sólo consigue asir la sombra del alumno rezagado. Por ello éste queda desombrado, como dice Berceo. Tales cosas ocurren en un cuento popular escocés13 y en otro de Navarra14, en el que se nos cuentan las aventuras del intrépido Atarrabio, párroco de Goñi.
      Y asimismo queda sin sombra un tal Johanes, alias “Juan sin sombra”, alias “el brujo de Bargota”15, persona con pésima fama de hechicero y perseguida que fue por la inquisición. Esta privación la sufre por un encuentro, tal vez fortuito, con un sujeto de traza demoníaca (y digamos, de pasada, que este brujo de Bargota comparte con su paisano Atarrabio, con el licenciado Torralba –del cual nos da noticia Cervantes16- y con cierto legendario obispo de Jaén 17; un supuesto vuelo portentoso, por obra del Maligno, que asimismo hizo volar, muchos siglos antes, a Simón Mago 18).

c) Dos variantes risueñas: la sombra se pierde por accidente o por broma:

      Frente a estos negros sucesos y tratos con los poderes del Averno, que deparan tales desapariciones de la silueta humana, contrasta el percance que dejó a Peter Pan, aquel niño que no quería crecer, sin su sombra durante un breve tiempo. Y es también suave avatar la chanza de la luz vespertina al niño loco, en los versos lorquianos.

      Veamos ambos casos:
 

“… Trató de pegarse su sombra con el jabón del cuarto de baño, pero esto también le falló. Peter Pan se estremeció violentamente y, sentándose en el suelo, lloró.
Sus sollozos despertaron a Wendy, que se sentó en la cama…”19
 

      No seguimos la cita para no alargarnos en demasía, pero creemos que con ella basta para mostrar el tierno humor sin hiel del creador del niño de Nunca Jamás.
 

“… Aquella era pequeña
y comía granadas.
Esta es grandota y verde, yo no puedo
tomarla en brazos ni vestirla.
¿No vendrá? ¿Cómo era?
(Y la luz que se iba dio una broma.
Separó al niño loco de su sombra)”20.

d) La sombra escapada abandona a su propietario por propia voluntad:

     Sabida es la vena triste y muy original de Hans Christian Andersen. En un cuento de poco más de diez páginas titulado “La sombra” (= “Skyggen”) el bardo de Odense nos narra tal cosa: la sombra de un sabio abandona a su propietario, como si fuera un criado infiel, y luego regresa, en traza de ricachón ostentoso, y consigue que el sabio acepte ahora el papel de sombra. Después, por medio de la intriga y la calumnia, lleva a su ex–dueño, a la muerte. Es de notar que Andersen hace alusión a la obra de von Chamisso21, por lo que no es difícil colegir que, de algún modo, se ha inspirado en la narración de éste:
 

“… Por la noche toda la ciudad estaba iluminada y los cañones hicieron ¡pum! y los soldados presentaron armas. ¡Qué boda aquella! La princesa y la sombra se asomaron al balcón para mostrarse y recibir una vez más las aclamaciones.
El sabio no se enteró de nada, porque le habían quitado la vida”.22
 

     Y de nuevo el melancólico autor danés nos conmueve con una historia aflictiva, en la que satiriza de pasada a los parásitos y advenedizos, como ha señalado Alberto Adell 23.


Seguir hipervínculo para ver el artículo completo sobre "Johanes, el brujo de Bargota" de Gil del Río.


III. Sentiríamos que la pluralidad de autores y épocas y los varios sentires y decires en ellas implicados suscitaran el cansancio del lector. Mas creemos que sólo así, bajo esta mirada calidoscópica, podemos dar idea de la rica diversidad del tópico estudiado: mucho media entre los desaprensivos que pierden su sombra por tratos con Satán y el inocente Peter Pan, desombrado por un trivial incidente en la ventana de la casa de Wendy. Y asimismo hay distancia abismal entre las malas mujeres despojadas de sus sombras como castigo a sus prácticas abortivas y el pobre niño loco, cuya silueta arrebata la luz vespertina, en los versos de Federico García.
     Y de otro lado, y con esto acabamos, estimamos que el tema presente es en especial interesante por estas dos causas:

a) Porque no es muy conocido y no es tan frecuente como otros lugares comunes  literarios que a diario topamos.

b) Porque, tal sucede en otros muchos casos de la temática literaria, está documentado a la par en los relatos populares y en las obras de autores cultos.

 

 

NOTAS

1 Vid. J.G. Frazer, La rama dorada, trad. esp., México, 1951², pp. 230-235.

2 Vid. S. Thompson, Motif-Index of Folk-Literature, 6 vols., Bloomington (Indiana), 1966², II, pp. 510-517; Frazer, op. cit., p. 230 s.; M. Benavente, “Seis tópicos del folclore universal en Diodoro de Sicilia”, en J. Lens (ed.), Estudios sobre Diodoro de Sicilia, Univ. de Granada, 1994, pp. 255-258, en especial.

3 Vid., respectivamente, J.P. Cross, Motif-Index of Early Irish Literature, Bloomington (Indiana), 1952, ad loc.; S. Thompson – J. Balys, Motif and Type Index of Oral Tales of India, Bloomington (Indiana), 1967, ad loc.; VT, Psalm. 91, 1; NT, Act. 5, 12; y W. Wundt, Völkerpsychologie, IV, p. 125 ss., Berlín, desde 1900.

4 Vid., verbigracia, por lo que hace a los relatos populares: A. Aarne – S. Thompson, The Types of the Folk-Tale, Helsinki, 1982, v. Types 330, 360, 361, 756B, 810, 812 y 1170-1199; y Grimm, 101 (“Der Bärennhäuter” = “Piel de Oso”) y 125 (“Der Teufel und seine Grossmütter” = “El Diablo y su Abuela”); y, en lo tocante a relatos cultos: E. Frenzel, Diccionario de motivos de la literatura universal, trad. esp., Madrid, 1980, pp. 8-14.

5 Vid. H.F. Feilberg, Bidrag til en Ordborg over jyske Almuesmal ( = Ensayo para un léxico sobre la jutlandesa Almuesmal), 4 vols., København, 1886-1914, s.u. “sjael” (= “alma”) en III 214b; y Frenzel, op. cit., p. 13.

6 Se publicó esta obra en 1814, un siglo antes de que estallara la primera Guerra Mundial, y fue vertida al inglés mucho después, en 1827, bajo el título de Peter Schlemihl’s Remarkable Story. Como quiera que el autor era galo, es posible que hiciera una primera redacción en francés y que sobre este texto, inédito, realizara luego la definitiva redacción en alemán.

7 Louis-Charles Adélaide Chamisso de Boncourt era de Champagne y huyó de la Revolución Francesa a tierras germanas. En ellas tomó su nombre de Adalbert von Chamisso.

8 Cf. Polibio XVI 12, 7.

9 En las literaturas populares es frecuente el tema del aborto castigado. Cf., p. e., G.P. Malalasekera, Dictionary of Pali Proper Names, Londres, 2 vols., 1937, II, p. 918; Feilberg, op. cit., s.u. “skygge” (= “sombra”) en III 347ab; Aame – Thompson, op. cit., Type 755.

10 Cf. Feilberg, op. cit., loc. cit. En la nota precedente; y V.E.V. Wessman, Förteckning över Sägentyperna (= Disposición en los tipos de las sagas (?)), Helsingfors, 1931, p. 19, nº 186.

11 Cf., respectivamente, E.B. Cowell y otros, The Jäkata or Stories of the Buddha’s Former Births, 6 vols. And index, Cambridge, 1895-1913, vol. V, p. 18; Feilberg, op. cit., s.u. “skygge” (“sombra”) en III 347a; y Dov. Neuman, Motif-Index to the Talmudic-Midrashic Literature, Ann Arbor (Michigan), 1954, ad loc.

12 Vid. G. de Berceo, Milagros de Nuestra Señora (ed. J.M. Cacho Blecua), Madrid (Col. Austral), 199112, pp. 198-223 y, en especial, p. 205. (Nota redacción web: "Introducción a los Milagros de Ntra. Señora)

13 Vid. E.W. Baughman, A Comparative Study of the England and North America, Ann Arbor (Michigan), 1954, ad loc.

14 Vid. Anónimo, Leyendas del País Vasco y Navarra, Barcelona, 1985, “El hombre que perdió su sombra”, en pp. 117-121.

15 Vid. A. Gil del Río, Inquisición y brujería, Madrid, 1992, pp. 161-179 “El brujo de Bargota”, y, en especial, pp. 169-170.

16 Cf. Quijote, Parte Segunda, capítulo XLI.

17 Vid. J. Eslava Galán, Catedral, Barcelona, 1991², pp. 30, 47, 69, 161, 170, 179 y 187.

18 Cf., p. e., D. Muñoz León, “Apócrifos Bíblicos” en p. 479 del tomo II de la GER (= Gran Enciclopedia Rialp), Madrid, 1971, pp. 475-482, y, en especial, la p. dicha, la 479, en que se hace mención y estudio de los “Hechos de San Pedro”.Vid. asimismo s.u. “Simon Magus” en p. 219 del tomo IX de la “Micropaedia”, en The New Encyclopaedia Britannica, 30 vols., Chicago – Londres
1943-1973.

19 Vid. J.M. Barrie, Peter Pan y Wendy, trad. esp., Barcelona, 19538, p. 29.

20 Vid. F. García Lorca, Obras completas, tomo I, Verso (ed. A. del Hoyo), Madrid (Aguilar), 1986
22, p. 362, poema “El niño loco”.

21 Vid. H.Chr. Andersen, La sombra y otros cuentos, trad. esp., (ed. A. Adell), Madrid, 1983³, pp. 31-43, y, en especial, p. 34.

22 Vid. op. cit. en nota precedente, p. 43.

23 Vid. esta misma op. cit. de Andersen, p. 26.


 

TEOPOMPO, FR. 343 JACOBY
Y EL TÓPICO DE LA PÉRDIDA DE LA SOMBRA

MARIANO BENAVENTE
Universidad de Jaén


KOINÒS LÓGOS. Homenaje al profesor José García López
E. Calderón, A. Morales, M. Valverde (eds.), Murcia, 2006, pp. 93-97
 

 

CONVENTO DE SANTA CLARA en Tordesillas (Valladolid), antiguo palacio mudéjar. Fue construido por Alfonso XI en el siglo XIV, pero en tiempos de Pedro el Cruel, se transformó en convento para alojar a las monjas de la orden de Santa Clara

 

CONVENTO DE SANTA CLARA en Tordesillas (Valladolid), antiguo palacio mudéjar. Fue construido por Alfonso XI en el siglo XIV, pero en tiempos de Pedro el Cruel, se transformó en convento para alojar a las monjas de la orden de Santa Clara y se tuvo que adaptar a las nuevas necesidades. El actual Convento de Santa Clara es por tanto, una mezcla de estilos que van desde el siglo XIV hasta el XVIII.
     El palacio estaba compuesto por amplias estancias distribuidas alrededor de un patio central. Se conservan la portada del antiguo palacio, la Capilla Dorada, el vestíbulo y el patio de entrada.
     La fachada está decorada según el gusto almohade. Aparecen incrustadas en cerámica vidriada verde, las llaves del Paraíso, que era un motivo utilizado en el mundo árabe como símbolo del poder de abrir y cerrar las puertas del cielo.
La Capilla Dorada presenta arcos apuntados lobulados y arcos de herradura.
     El vestíbulo del palacio está cubierto con bóveda de crucería sobre ménsulas. Quedan restos de pinturas góticas de temática religiosa y de yeserías policromadas mudéjares.
     A partir de 1363 comienzan las obras para adaptar el edificio a su nueva función. El gran patio central, "El Vergel", de estilo mudéjar, se convierte en un claustro clasicista. Entre el siglo XV y principios del XVI se construye la actual iglesia de estilo gótico, en ladrillo y con una sola nave dividida en cuatro tramos que se cubren con bóvedas de crucería simples.

     Las fotografías de portada y final recogen la imagen de María enmarcada entre arcos mudéjares, adaptando la estancia a los nuevos usos religiosos.

 

 

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