Biblioteca Gonzalo de Berceo Hacer clic para ver una imagen general de la iglesia de la Santa Cruz, s.XII.

   

 

 

En una región como la Rioja, donde la riqueza forestal está muy extendida, era de prever existiese un apreciable testimonio de la lírica volátil y, muy particularmente, pajarera. Aquella que está a la vista del hombre es la que suscita - al cantar popular- anhelos espirituales.

El pájaro ha sido en todo tiempo un tema del que se han ocupado los poetas clásicos y modernos, para expresar sentimientos de ternura, lo mismo creando imágenes piadosas que determinando aspectos relacionados con la naturaleza o el amor.

La cantiga CIII de Alfonso el Sabio.

«Como Santa María feze estar o monje
trezentos anos ao canto do passariya,
porque lIe pedía que lIe mosstrasse qual

era o ben que avían os que eran en Paraíso,»

pertenece a la escatología medieval cuyos antecedentes cristianos o paganos no se han logrado localizar con certeza.

Se conocen en el antiguo continente numerosas leyendas que guardan relación con el pajarillo, principalmente las dedicadas a durmientes (abreviación del tiempo por sueño y abreviación del tiempo por gozo), dando lugar a narraciones de todo género y a diversas clases de poesía.

El famoso romance de «El Prisionero», del siglo XVI, del que se han hecho numerosas tradiciones,

«Por el mes de Mayo era
cuando hace la calor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilIa
que me cantaba al albor:
matómela un baIlestero;
déle Dios mal galardón ... »,

 

se ha perdido en la actual tradición, quedando sólo reminiscencias que han derivado hacia otros asuntos, incluso con cambios de asonancia, y a la creación moderna de la canción carcelera que aún se canta en algunas prisiones.

 

         «Preso en la cárcel estoy»

 

     De este romance y aun de la actual canción narrativa, nada he hallado en nuestra tierra. Mas cabe el consuelo de encontrar una serie de ejemplos muy varia, pues abarca la mayoría de la vida demosófica de la Rioja. Veamos:

 

Aves y pajarillos en los romances

1. En el de «Blancaflor y filomena», versión de Autol, el pajarillo actúa como mensajero. El marido (Tarquino en la mayoría de los ejemplos peninsulares, Juan en varios sitios de la Rioja), al ser descubierta la afrenta a Filomena, pregunta a su esposa:

-Cállate ahí, picarona;
¿quién te ha traído esta noticia?,

contestando Blancaflor, la hermana de aquélla:

Me la ha traído un pajarito

que hasta la ventana llega.

 

2. En el conocido asunto «La boda estorbada» (o «La condesita»), según se conoce en Baños de Río Tobía, comienza el romance como queriendo anunciar el gran acontecimiento del Nacimiento del Señor asociándolo a la hora suprema:


A las doce de la noche
los gallos quieren cantar,
cuando el conde y la condesa
a misa del gallo van ...

 

5. Del mismo pueblo procede este asunto bíblico, «Tamar», donde el rey David pregunta a su hijo Ammón que se finge enfermo:

... -¿Qué te pasa, hijo, Tranquilo;
qué te pasa, hijo del alma?;
¿quieres que te mate un ave
de esos que vuelan por casa?
- Mátamela, padre mío,
que me la suba mi hermana ...

 

Esta mención del ave consta en todos los romances del mismo título. Parece acusar una muestra de la magnificencia de las casas reales de Israel y su afición por las aves domésticas o quizá paradisíacas.

 

4. En «El conde Olinos», no siempre comprende el pasaje de las aves filarmónicas que se paran a escuchar durante el bello canto del enamorado conde, canto que sin duda sirve para anunciar su presencia ante el palacio de la infanta. Mas un romance de Ezcaray asi lo expresa:

 

Mientras el caballo bebe,

conde «Olindo» echa un cantar,

y las aves que pasaban

se quedaban a escuchar,

y la infanta de la reina

desde su palacio «rial» ...

 

5. A últimos del pasado siglo surgió por varias regiones un romance que los cantores ambulantes interpretaban por las calles. La tradición oral y posiblemente escrita, se encargó de introducir profundas modificaciones en su parte episódico, pues una versión que anoté en la Serena (Badajoz) difiere en mucho de la riojana. Lo oí de niño en mi ciudad natal donde se cantaba durante las labores caseras. Trátase de «La pastorcita y el pajarito ». Este metafóricamente, actúa de burlador. Más el texto sólo contiene imágenes discretas con anuncio de consejos para las almas sencillas que da el propio «pajarillo» :

 

Estaba una pastorcita

sencilla de corazón

con sus tiernos corderitos

por el campo alrededor ...

De pronto vio un pajarito

volando de flor en flor

¡Qué bonito, qué bonito;

ay, si lo tuviera yo!

Qué plumitas más rizadas,

qué matizado color;

ay, que si yo lo tuviera

sería mi diversión.

Ya le coge, ya le ama,

ya le da su corazón.

Y el pajarito, volando,

para el cielo se subió.

Sube, sube, pastorcita.

mira cómo subo yo;

déjate ya de este mundo,

de este mundo engañador,

que las cosas de este mundo,

de este mundo engañador,

todas son falsas mentiras

que roban el corazón.

 

 

El pajarillo en la Navidad

 

6. En Calahorra requieren la compañía y colaboración de un pajarillo, percatados de que sus trinos agradarán al Niño Dios:

 

Inocente pajarillo,

ven conmigo a Belén,

que yo sé que de tus trinos

gusta mucho mi Manuel.

Estribillo: Canta, pues; canta, pues;

todos cantemos a Manuel.

 

7. Inventada la octavilla que sigue por el organista y sacristán Adjutorio Hernández Royo, de 77 años, de Autol, cántase en la parroquia durante la adoración del Niño en la misa del Gallo. Los fieles, metafóricamente, se valen de un pajarillo para que sus trinos les gusten y puedan así trasladar su emoción a quien adoran.

 

Yo, bajo un manto,

humilde zagal,

traigo un pajarito

que sabe cantar.

Verás qué bien canta,

qué lindo que es;

su trino gracioso

nos va a complacer.

 

Pajarillos y aves en el folklore infantil

 

Los niños y los jóvenes, como se verá en el apartado que sigue, son los que muestran mayor fervor por las aves y avecillas, elemento unido a sus almas, pletóricas de poesía.

Sus ejemplos cabe subdividirlos en varios grupos.  

a) Formulillas

 

8. En Arnedo cantan las niñas, cuando llueve, una formulilla que es muy popular en toda España, mas precediéndole una copla pajareril con rasgo amatorio que a su vez es continuación de una pieza que lleva por título «A la rueda de la fortuna ».

 

Aquel pajarito, madre,

que canta en aquel momento, (1)

dígale usted que no cante,

que está mi amante durmiendo. (2)

Que llueva, que llueva,

la Virgen de la Cueva,

los pajaritos cantan,

las nubes se levantan...

 

(1) Variante de Ezcaray que cantan los mozos en sus expansiones: tomillo.
      
(2) Id. íd.: dormido.

 

 

9. En la misma ciudad son los niños los que cantan a principios de Febrero, cuando vienen las cigüeñas :

 

Cigüeña, cigüeña,

la casa «te se » quema,

los hijos «te se» van;

escribe una carta,

que ellos volverán.

 

Luego añaden humorísticamente :

La cigüeña está en la torre

con la pata levantada

enseñándoles el cu ...

a las chicas de Navarra.

 

b) Romances y canciones de corro

10. Del ya conocido asunto de «La golondrina herida», se conoce de este modo en Castañares de Rioja, su terminación:

Mi abuelo tiene un peral

que cría las peras finas,

y en la ramita más alta

cantaba una golondrina.

Por el pico echaba sangre,

por la boquita decía:

«Pa» los chicos, escobazos;

«pa» las mujeres, rosquillas.

 

11. En el final de la canción del «Mambrú », precediendo un diálogo entre el corro y el paje mensajero, canta éste lo que sigue (Versión que anoté en Baños de Río Tobía) : .

...Encima de la Caja
tres pajaritos van
cantando el pío, pío,
cantando el pío pan

12. Procedente de Logroño, sigue otra canción dialogada en metro de seguidilla, muy extendida en la tradición española :

Grupo de niñas:

Ya está el pájaro verde

puesto en la esquina

esperando que salga

la golondrina.

 

Niña sola:

Pues si soy golondrina,

tú eres muñeca.

que cuando vas al baile

te pones hueca ...

 

 

 

c) Canciones con mímica

13. «La pájara pinta» es canción de abolengo. Alonso de Ledesma la cita ya a principios del siglo XVII. Se usa en Nájera con una niña en el centro del corro. No se detallan los movimientos dada la índole específica del trabajo:

Estando la pájara pinta

sentadita en su verde limón,

con el pico picaba la hoja

con el pico picaba la flor ...

 

14. «Hilaré» es también canción de corro que se destina para que las niñas imiten las tareas del hilado. Fue anotada en Calahorra. Parece una copla heptasílaba truncada:

Los pajaritos cantan

y a la arboleda van.

Hilará, hilaré,

si se me rompe
lo anudaré ...

 

El pajarillo en las rondas de enamorados 

Se agrupan también las composiciones que los jóvenes destinan en sus expansiones por calles y bares.

15. Es muy popular en toda la Rioja y otras poblaciones del resto de Castilla. Su música contiene encendidos rasgos líricos

... Tú serás el bien de mi vida,

tú serás el bien de mi alma,

tú serás el pájaro pinto

que alegre canta por la mañana.

16. Lleva una preciosa música de jota. Se canta en Cervera de Río Alhama para ronda y como canción callejera. Las imágenes giran siempre en torno al pajarillo:

Pajarito lisonjero (bis)

que al río vas a beber,

ya se ha secado la rama

que te solías poner (bis)

a cantar por las mañanas (bis)

a eso del amanecer.

17. Es una canción irregular, asociada a un matiz amatorio. Cántase en Alfaro:.

Pobre jilguero, (bis)

no sabes tú la pena

que da un cariño - tan verdadero.

Con un jilguero (bis)

he «ganau» - la alternativa

de los primeros. (bis)

18. La mención de los pájaros sirve para mostrar la alegría de la juventud, según esta copla de Ezcaray

Canta el jilguero en el árbol

y en el prado el ruiseñor,

y aquí cantamos los mozos

que nos sobra el buen humor.

 

19. Fragmento de una canción que se oía muy a menudo en los partidos de Haro y Santo Domingo hacia el año 1912 Precedían y seguían a aquélla anhelos amatorios:

 

Pajarillos que venís cantando

a la orilla de la fuente;

yo pasé por la acera de enfrente

para ver los rayillos del sol, (1).

(1) Variante: y al momento por ti pregunté.

 

Las aves en las faenas

20. En Muro de Carneros aún se usa una antigua canción de esquiladores con posible intención telúrica :

¿Quién ha visto la lucha
de la culebra
cuando se ve acosada
de la cigüeña?
¡Cómo. la picotea,
cómo la «segundea»
cómo le tiende el ala
a la culebra!

 

 

21. Este fragmento, en tiempo de vals, lo oí a principios de siglo en mi ciudad natal durante las labores caseras, reminiscencia -acaso- de una canción de moda:

Como paloma y pichón

nos iremos a volar;

en tu balcón (bis)

nos iremos a posar ...

 

22. En Cornago, con el título «La tortolita», se emplea esta canción encadenada en las tareas de la casa. Posiblemente se habrá cantado anteriormente para dormir a los niños o en los corros infantiles:

 

Ya canta la tortolita

en la rama de un verde limón,

«ay, ay, ay,»

en la rama de un verde limón.

Del limón salió María;

de María, el Redentor.

 

Los pájaros en Ias fieslas profanas

23. Durante las Iuminarias, con ocasión de las fiestas locales, canta la muchedumbre en Canales de la Sierra esta composición en esdrújulos, tan propicios a la jocosidad, contando por otro lado lo festivo del texto en la segunda estrofa. Cabe también destacar las onomatopeyas.

I Cuando los pájaros vérderes
se suben a los tejábados
y cantan las pajaríbitas:
cáscaras, cáscaras, cáscaras,
cáscaras, cáscaras de pájaro.
       II.El cura de Valdemúndili
y el sacristán de Sardápalos
han comprado unos pajárillos
para guisar unos pájaros,
pájaros, pájaros, vérderes.
 

Los pájaros en Ias danzas populares

Como continuación de las fiestas profanas, va una canción y una estrofilla que usan en Cameros durante las danzas de palos («troquiáus»), si bien el texto se emplea para los ensayos o cuando a las gentes se les ocurre.

 

24. La primera se interpreta en Rabanera. Acusa una construcción irregular:

 

Entre mis ajos

y entre mis puerros

tengo yo un nido

de pájaros nuevos.

Ellos se harán grandes,

ellos se harán nuevos,

y ellos se han de hacer

pajaritos volanderos.

 

25. La segunda procede de Soto en Cameros. Por sus puntos de contacto con la anterior puede considerarse como variante:

Entre mis ajos
hay unos tordos;
ellos eran grandes,
ellos eran gordos.

Los pajaritos en la Semana Santa

26. En Nájera, durante las procesiones del Jueves y Viernes Santo, emplean una extensa canción que narra la «Pasión del Señor». El final, en versos aconsonantados y paralelísticos, recoge un pasaje fiel de aquélla, extremo curiosísimo en la tradición popular:

 

 

 

 

 

 

 

El gallo y la gallina en la las leyendas piadosas

 

27. El pueblo suele recitar este dístico :

 

En Santo Domingo de la Calzada

cantó la gallina después de asada. 

 

Según la leyenda, por intercesión del Santo anacoreta, para probar la inocencia del hijo de un peregrino francés (1) que en unión de sus padres se detuvo en la Ciudad donde fue ahorcado injustamente, cantaron un gallo y una gallina asados que el corregidor con su familia se disponían a comer. En recuerdo de este portentoso milagro conserva el cabildo vivos un gallo y una gallina blancos en un artístico gallinero situado frente al altar del Santo Patrono. De ello se conserva esta seguidilla:

 

28. El buen Santo Domingo

de la Calzada

dio vida a una gallina

después de asada (2).

 

29. También los franceses se ocuparon de esta leyenda según unas coplas que los peregrinos de Moisac cantaban ante el sepulcro del Santo Ingeniero:

 

Oh que nos fumes joyeus
quand nous fumes a Saint-Dominique
en entendant le coq chanter
en aussi la blanque gelline.
Nous sommes,allés vers la Justice
ou resta trente six jo.urs l' enfant
que son pére trouva en vie
de Saint Jacques en 'revenant (3).

 

30. En los «Gozos del Santo» que se recitan en su novena, consta una estrofa que resume el hecho milagroso:

La calumnia fementida
pudo ahorcar al peregrino,
mas con impulso divino
tú le vuelves honra y vida:
Gallo y Gallina a un tenor
lo cantan, si bien se advierte.
«Sednos, Domingo, en la muerte
amoroso protector» (4).

31. Como complemento cabe consignar una cuarteta que mis paisanos suelen recordar. Alude al escudo de la Ciudad:

En medio la plaza «el» Santo

ha nacido un arbolito

con la gallina y el gallo

y en medio el Santo Bendito.

(1) De procedencia teutónica, según otros testimonios.
(2) Vergara Martín.
Diccionario geográfico popular.
(3) BERCEO, nº XV. 1950, pág. 466.

(4) Ignacio Alonso. Santo Domingo de la Calzada. (Haro, 1890).


 

 

 

Las aves en el humor

Para dar unidad expositiva he dejado para este apartado los ejemplos festivos que usan los mozos en sus expansiones, separándolos de los que tratan de avecillas (pájaros) y del concepto amatorio que generalmente consta en la ronda de que ya se ha hecho mérito.

32. Cuarteta de Arnedillo :

Si yo fuera cazador

compraría una escopeta

y mataría perdices

de las que llevan peineta.

M. Otra de Navarrete :

Caramba con el gallo

de mi vecina,

que anda arrastrando

el ala con mi gallina·,

34. Otra de Alfaro :

Quién tuviera la dicha

que el gallo tiene,

de andar con las gallinas

que no mantiene

35. Variante, en su principio, de Rabanera de Carneros.

Con el epígrafe «La canción del gallo» figura en la colección, de Kurt Schindler, obra que di a conocer en esta Revista n.º XLI. pág. 391). El recopilador se limitó a consignar entre paréntesis el término «Corro». Por el texto y hasta por su música, en tesitura bastante aguda, no es de creer se destine para uso de los niños, y sí para mozos de ambos sexos, quizá con ocasión de las fiestas locales;

 

Quién tuviera la suerte
que tiene el gallo,
que en saliendo a la calle
monta a caballo.
La gallina se agacha.
y el gallo sube;
echa su mojadita
y se sacuden,
La gallina «carraca» (1)
y el gallo canta,
y marchan callandito
para su casa.
 

(1) Cacarea

 

36. Canción de .Baños de Río Tobía. Se usa también en las labores caseras:

 

Tengo yo, ¡tengo yo para hacer cría
una po, / una pollila en mi casa,
cantando, I cantando «na» más lo pasa
y no po, / y no pone todavía.
Dicen que le hace,
pero no le hace,
tan pequeñita
quiere casarse.
 

Compasión por el pavo real

37. Sin determinar uso, se canta en el mismo pueblo con música de «colombiana» :

Ya se secó el arbolito
que dormía el pavo «rial»;
ahora, sí, duerme en el suelo
como cualquier animal.
y esto sí que es verdad,
porque le he visto yo.


Las golondrinas en los dictados tópicos

Son también dictados tópicos los números 27 al 31, ambos inclusive, que se han expuesto bajo otro concepto ideológico.

 

38. Copla de mi ciudad, compuesta bajo un fin onomatopéyico aunque poco afortunado:

A las orillás del Oja
las golondrinas cantaban,
y en sus trinos repetían:
«¿qué es, qué es la Calzada?».

 

Curiosidades

 

   39. «El gallo de Calahorra».

Don Pedro - Gutiérrez Achúlegui, de 78 años, organista, compositor y archivero del Excmo. Ayuntamiento de Calahorra, cuya musicalidad, cuando le visité en su ciudad en el verano de 1958, me merece entero crédito, publicó en el programa de fiestas de Calahorra, año 1954, un curioso estudio con el título «El gallo de la Enramada», en cuya calle vive tan notable investigador. Los datos más interesantes son los que siguen: Tenía un gallo en su propia casa de unos dos años. Cantaba desde antes de amanecer hasta muy avanzada la tarde. Cada canto lo repetía unas siete veces. El recopilador observó que los cantos de aquél eran distintos a los de su especie; esto es, que contenían motivos musicales.
Durante una larga convalecencia del propietario observó que el gallo comenzaba con un tema que repetía casi todo el día.
Al siguiente, producía una variación, y así varios días hasta desarrollar siete variaciones sobre el tema original.
Entonces se decidió a transcribirlas en papel pautado, publicándolas en el programa de referencia.
El tema principal coincide con el que escribió el Mtro. Chueca en la zarzuela La alegría de la huerta, cuando el tenor canta «¿ Por qué estás triste ... ?», precisamente las cinco notas: sol-do-Ia-si-sol considerado el tono Do mayor.
Las variaciones no eran solamente rítmicas y melódicas, sino que evidenciaban cambios tonísticos convirtiendo el si natural en si bemol.
Más tarde el Sr. Gutiérrez observó otros gallos de la localidad. Tan sólo encontró uno en el llamado «Camino de Murillo» que cantaba un giro parecido a una de las variaciones.
Como el caso resultaba excepcional, don Pedro requirió la presencia de varias personas calificadas, entre ellas tres religiosos agustinos, uno de ellos el Padre Argimiro Turrado, profesor actual de la Universidad Pontificia de Roma, oyendo al famoso gallo en varias ocasiones.
Vuelto yo a Madrid y recordando que el Sr. Gutiérrez Achútegui reunía en su domicilio a varios grupos de jóvenes a quienes enseñaba, trozos u obras completas de zarzuela que eran destinadas a funciones de sociedad, se me ocurrió preguntarle si en esas reuniones se ensayó alguna vez La alegría de la huerta, basándome en la práctica musical que sobre el tordo referiré a continuación; esto es, que el gallo hubiese oído el fragmento en cuestión. Me contestó, contundentemente, que en su casa nunca se ensayó la citada zarzuela.

 

40. «Lecciones» de canto al tordo.

Para domesticar musicalmente al tordo, una vez cogido del nido, se le sitúa en una habitación, colocando en el suelo -enfrente- un espejo del tamaño suficiente para que él se vea. Un músico, escondido en la sala, toca con un clarinete o flauta una melodía fácil de corta duración.
El tordo, creyendo que uno de su especie es el que toca, va poco a poco aprendiendo, por acción que se puede considerar mimética, el breve canto. Cuando ya lo sabe por completo, le enseñan otro, llegando a aprender varios.
(Datos facilitados en 1945 por Valentín Latorre Alonso, de 46 años, vendedor de helados y tabernero, residente y natural de Ezcaray).
Hasta aquí cuarenta; ejemplos- (entre ochocientos que poseo, esto es un cinco por ciento) de índole volátil, proporción muy importante que coloca a la Rioja en un lugar muy destacado en esta faceta de la tradición popular, tan propicio para afinar el sentimiento hacia esas maravillas de la naturaleza que ha creado Quien todo lo puede.

 

 

Aves y pajarillos en la tradición riojana
BONIFAClO GIL

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