I.  Preliminar

 

En un trabajo recientemente publicado en la Zeitschrift für romanische Philologie, Helmut y Walter Berschin (1987), propugnan la necesidad del estudio paleográfico de las primeras manifestaciones romances, teniendo en cuenta su, por así decir, envoltura latina. En este sentido, W. Berschin lleva a cabo en el citado trabajo un detenido análisis de la composición del fol. 3r del cód. lxxxix de la Biblioteca Capitular de Verona —un oracional visigótico de finales del siglo vn o comienzos del VIII—, en cuya parte superior, justo encima de un dibujo miniado de la rosa de los vientos que ocupa la mayor parte del folio, se encuentra un añadido de alrededor del 800, dos renglones de desigual extensión que componen el texto italiano de una célebre adivinanza, el célebre Indovinello Veronese.

Según W. Berschin (1987, págs. 10-15), la clave para la interpretación de este texto viene dada por un tercer renglón, que aparece inmediatamente debajo de los dos renglones del Indovinello. Dicho renglón está escrito por la misma mano que aquéllos, aunque en un latín muy correcto, superior a lo habitual en los manuscritos de la época, incluido el propio oracional visigótico.

En el caso de las Glosas Emilianenses que aquí nos ocupa, la paleografía ha estado siempre en la base de los estudios filológicos y lingüísticos que de ellas se han hecho[1]; y es de esperar que nuevos análisis paleográficos nos propor­cionen nuevas pistas para su interpretación. En el presente trabajo intentaré mostrar la utilidad de un análisis paleográfico de los pasajes glosados del códice Emilianense 60 de cara a abordar aspectos tan diferentes como el testimonio de las abreviaturas para la datación de las glosas en el siglo XI o el estudio detenido de añadidos y anotaciones al manuscrito original, así como propuestas de posibles lecturas y explicaciones alternativas de algunas de las glosas.

Casi sin solución de continuidad, de la paleografía tendríamos que pasar a la sociolingüística histórica; del texto a su contexto histórico y cultural. No obstante, razones de espacio y de tiempo me impiden tratar aquí sobre posi­bles implicaciones mutuas de ambas disciplinas en relación con el estudio de las Glosas Emilianenses, tarea que dejaré para otra ocasión. Únicamente apun­taré a este respecto que de los dos modelos con que se describe la situación sociolingüística de los territorios de habla romance hasta la época de las pri­meras manifestaciones escritas en la variedad vernácula (en concreto, el modelo de la diglosia latín-romance[2] y el que postula la existencia de comunidades romances monolingües[3]) considero que el primero sigue teniendo validez, y que, por lo tanto, puede servir como soporte teórico del presente trabajo.

 

 

II.  El testimonio de las abreviaturas

 

El sistema de abreviaturas que utiliza el glosador se aleja de las usadas en los códices visigóticos del último tercio del siglo X, y muestra el influjo cre­ciente que fue alcanzando el sistema de abreviaciones carolino durante todo el siglo xi, hasta imponerse del todo.

a) Abreviación de ueL-La, forma ordinaria de abreviar ueles uL Así parece haberlo hecho también el glosador en el fol. 72v (gl. 90): «es... ela u/deritura». En cambio, hay otros dos casos bien legibles en los cuales uel es abreviado en la forma t(una / con un trazo que corta la parte alta del astil). Véase:

parare  t aplecare (fol. 69v; glosa 59)

pauoroso  t temeroso (fol. 73r; glosa 107)[4].

 

En el cód. Emilianense 62 (Nájera, año 976), parafraseado posteriormente con glosas latinas, en el fol. 10r, se explica la palabra misericordiam añadiendo entre líneas: «t medelam». En este caso, el glosador escribe en letra netamente Carolina de fines del siglo XI, o ya del XII[5].

b)       Abreviación de per.-Cuando tiene que escribir la preposición per, el glosador lo hace siempre abreviado, pero se muestra inseguro en cuanto a la abreviatura que debe utilizar. En el fol. 70r, líneas 11 y 12, abrevia per como en la minúscula visigótica, con un trazo en semicírculo cortando el bajante de la p, pero en el fol. 65r, línea 8: «per ke, per montes», abrevia con una p muy bien rematada la cabeza, con trazo transversal arriba y una línea que corta casi en horizontal el bajante, con lacito a la izquierda. La forma de la letra y el lazo son semejantes a los que aparecen en algunos documentos de cursiva visigótica de finales del siglo X y de todo el siglo XI[6]. Finalmente, en el fol. 72v, línea 2, interlinea «per opera», abreviando el per con un trazo horizontal sobre el bajante del astil, que en la escritura visigótica se usa durante todo el siglo XI, delatando claro influjo carolino.

c)        Abreviación de in.-No es corriente que en la escritura visigótica se abrevie in, sustituyendo la n por un trazo horizontal que corta la i, si ésta es alta. Esto, que es propio de la letra Carolina, se encuentra también en docu­mentos de letra visigótica, con influencias Carolinas, de los siglos XI y XII[7]. En el fol. 66r, línea 6, aparece tpii (— impii), y en el fol. 75r, líneas 3 y 4, añade por tres veces la palabra infantes en la forma tfantes. Igualmente, en toda su labor gramatical para expresar el complemento in quo escribe in ke, muchas veces abreviado en la forma tk, cortando ambas letras con un trazo horizontal en la parte superior.

d)      Abreviación de de. -El de abreviado aparece en algunos documentos del siglo X escritos en letra cursiva. De los códices de escritura visigótica sólo abrevian de los que tienen influencias Carolinas. En este códice se abrevia de en la forma d en la famosa glosa núm. 89, fol. 72r: «d nuestro dueño», y en la glosa 102, fol. 73v: «d fueras»; igualmente en la abreviatura dk (de ke) y en el verbo «debuit», abreviado dbuit (fol. 73r, líneas 12 y 13)[8].

En definitiva, estas observaciones sobre las abreviaturas de las Glosas Emilianenses creo que vienen a confirmar la datación propuesta por M. C. Díaz y Díaz (1978, págs. 29-30), basándose, precisamente, en rasgos paleográficos.

 

III.    AÑADIDOS Y ANOTACIONES AL TEXTO

A diferencia de las Glosas Silenses, constituidas únicamente por apostillas de carácter léxico y, en no pocas ocasiones, por intentos de trasladar del latín frases enteras del texto, las Glosas Emilianenses ofrecen también, al lado de las explicaciones propiamente léxicas, una copiosa maraña de añadidos y anotaciones de índole gramatical. De ellos voy a tratar a continuación distinguiendo entre añadidos al texto latino y las anotaciones gramaticales.

 

Añadidos al texto latino

 

En ocasiones, el escriba interviene para completar o aclarar el texto del códice. Así, en el fol. 87r, lín. 8, donde el original dice:

 

1a)  Nescitis quia templum Dei habitat in uobis?

 

 

 

 

el escriba lo completa según la frase de San Pablo (1.ª Cor. 6,19):

 

                                                     estis et Spiritus Dei

1 b)  Nescitis quia templum Dei              habitat in uobis?

 

 

 

Otras intervenciones al margen tratan de aclarar el texto por medio de pronombres interrogativos latinos de sujeto (qui) o de objeto (ad ke / cui). Veamos algunos ejemplos:

 

 

2)     dicit qui doctor ad ke
ad omnern pleuem?
et dicebit
qui ángelus
cuius domini quomodo

(fol. 67r, marg. derecho, entre líns. 9-12)

 

3)     ille homo bonus
chrisrianus est

qui homo (fol. 69r, marg. derecho, líns. 3-5)

 

4)     dicet qui populus
ad ke ad ipsum
sacerdotem:

o sacerdote

(fol. 71v, marg. izq., líns. 8-9).

 

Otros añadidos son para hacer explícito algún elemento sobreentendido en sobreentendido en el discurso:

 

 

5)     Ecce sunt  qua

        draginta annos   ego impugnaui quedam

        monacum

        (fol. 27v, líns. 10-11)

 

6)     exiebit ke malum initium

(fol. 66r, lín. 14)

 

7)     abens qui

Antichristus

(fol. 66r, líns. 15-16)

 

8)         monaci

Qui      aliqui meliores in

in ke in opus cuius Dei

ueniuntur

(fol. 71v, lín. 2)

 

9)    deinde  debet    intelligere

       (fol. 72 v, lín. 1)

 

10)    Et ueniens qui alius hostis niger

        (fol. 73r, lín. 3)

 

11)    et tu ibis

(fol. 73v, lín. 6)

et tu abebis

(fol. 73v, lín. 7)

 

12)     tenuit qui iste uir
(fol. 74v, lín. 1)

et tenuit

(fol. 74v, lín. 2)

 

13)    uidebis ke claritatem

         (fol. 74v, lín. 15)

 

14)    Dicit qui Micael: O socii

         (fol. 74v, lín. 15)

 

15)    ángelus in dexteram qui ángelus ad ke ad sinistram (fol. 75r, lín. 16).

 

 

 
 

 

En el fol. 27v, al margen izquierdo (entre las líns. 10 y 12), hay un añadido del glosador que parece no tener relación con lo que dice el texto del códice: En el marco de una asamblea de diablos uno de ellos podría —según la mano glosadora— haber contado un caso de tentación:

 

 

 

16)     Dixit qui diabolus
cui ebreo: Uas
bacuum, et uas
signatum
[9].

 

 

 

Anotaciones gramaticales

 

1) Las cruces.-A lo largo del texto se encuentra diseminada una gran profusión de signos en forma de cruz, generalmente colocados sobre la primera palabra de cada oración. No está del todo claro el que por medio de las cruces se quisiera indicar exclusivamente la separación de las oraciones, como se ha dicho en alguna ocasión. A este respecto se observa que hay muchas oraciones que carecen de dicho signo, o que la cruz está colocada sobre ele­mentos no iniciales; así, cuando la segunda palabra de la oración es una conjunción pospositiva (enim, uero, autem, quidem), va la cruz sobre ella (ejemplos: fol. 71v, lín. 2; fol. 72r, última línea; fol. 74r, líns. 8 y 12). En ocasiones, también la cruz sirve para señalar el verbo, independientemente de su posición sintáctica (fol. 64v, lín. 1; fol. 66r, lín. 2; fol. 69r, lín. 4). De igual modo, la cruz puede marcar el principio de una comparación:

 

17)           + sicut stella matutina

quo

modo

(fol. 66r, lín. 16)

 

 

18)      quomodo
+

sicut luna alba

(fol. 73r, lín. 2).

 

 

Por regla general, tanto los vocativos que aparecen en el texto como los añadi­dos van señalados también por una cruz.

2) Uso de letras minúsculas superpuestas al texto.-Básicamente, estas letras sirven para señalar el orden de palabras en la frase. Sin embargo, no se sigue un criterio uniforme al respecto. A veces, con un mismo ordenamiento se invaden varias oraciones:

 

19)                                                  a      qui    b     +

                                              Prima signa multi

 

              c  ke   d               qui

plicauitur bella et exurget unus aduer

 

                       g  quomodo                     qui dns h

sus alium,   sicut                           dixit

 

(fol. 64v, líns. 1-3)

 

 

 

En ocasiones, el orden propuesto puede resultar sorprendente:

 

20)        +        d  qui   c         a       b

    et cupiditas est multa nimis

(fol. 66r, lín. 4)

 

Por otra parte, las letras superpuestas se utilizan también para marcar el orden de palabras dentro del sintagma nominal:

 

21)       a  ke        b             c

desto    uenturo seculo

(fol. 65v, lín. 14)

 

 

Incluso se unen mediante este tipo de letras elementos separados de una misma palabra:

 

22)    a        b

mo nacus

(fol. 26v, lín. 13)

 

23)    a        b

Anti Christus

(fol. 66r, lín. 15)

 

24)   

       a                     b

quotiens      cumque

(fol. 70r, lín. 8)

 

Por último, es importante hacer notar aquí, por tratarse de un claro exponente de un orden de palabras romance, que el adjetivo posesivo se señala como precediendo siempre al nombre correspondiente:

 

25)      b                  a
principes suos

(fol. 66r, lín. 10)

 

26)      d             e .
manus suas

(fol. 66v, lín. 5)

 

27)      f        e
oris sui

(fol. 67r, lín. 7)

 

 

 

3) Signos para indicar funciones sintácticas [10].-E1 sujeto se marca con la abreviación q (qui), cortado el bajante con un latiguillo, tanto en el singular como en plural, y para cualquier género. Si el sujeto no está explícito, se añade

expresamente:

 

28)                                   b      qui    fiIius

                + quum paruulus

 

     a

esset                                                

 

(fol. 27r, lín. 9)

 

 

Cuando el verbo aparece en primera o segunda persona, se expresa también el sujeto pronominal:

 

29)   +

o principe

tu

unde uenis?                                                                              (fol. 27r, lín. 7)

 

30)                                                 ' ego feci

ego     leuantai                                            ke      bertiziones

et  suscitabi bellum effu

               corum

siones sanguinum                                   (fol. 27r, lín. 9)

 

 

El complemento directo se señala con los signos ko ke superpuestos sobre el nombre que realiza esta función sintáctica. Este se explica cuando está implí­cito, o cuando en su lugar hay un pronombre:

 

31)                         +

a in ke        ego        b        ego

In mare       fui et susci

 

leuantaui                     ke

tabi      conmotiones

moueturas

 

c                  ke mandatum

In quantum tempore hoc fe

 

cisti                                                                       (fol. 27v, líns. 2-4)

 

 

Los complementos circunstanciales se expresan mediante k o ke, precedidos de la preposición correspondiente. Hay que tener en cuenta a este respecto que casi siempre dichos signos aparecen interlineados a la derecha de las preposiciones del texto, de manera que se entienda que éstas acompañan tanto a su régimen como al pronombre interrogativo de la parte superior.

Así, por ejemplo, un hipotético sintagma preposicional del tipo cuntkeómnibus, habría que entenderlo como cum ke?-cum ómnibus. No obstante, a veces a los inte­rrogativos superpuestos se les añade también la preposición del texto; así, el caso anteriormente citado podría aparecer de la manera siguiente:

 

32)     cumke cumomnibus

 

 

En ocasiones, incluso, en el añadido se duplican las preposiciones, como en el siguiente caso, también hipotético:

 

33a)    in omni in ke  in causa

 

que habría de entenderse como:

 

33b)    in omni ke? - in omni causa[11]

 

El complemento indirecto se indica con un cui o un quibus superpuesto:

 

   34)                                      +             qui b  cui  serbi

              et        dicit    ei     dia
  bolus
                                                  (fol. 27v, lín.4)

                      b

   35)            a       +  cui regi  a qui   b         +

          Alexander dixit ei;   prima signa multi

                              ke c

       plicauitur bella                                    (fol. 64v, líns. 1 y 2)

 

   36)                qui   antichristos  ke  uolatilia

          et dauit credentibus adk se

                             quibus                                    (fol. 66v, lín. 6)

 

 

El genitivo se indica con cuius o con corum (— quorum):

 

37)                        filius

c     qui in  ke         d           e    cuius

et sederet in templum  Jdoli                             (fol. 26v, lín. 15)

 

38)                                 +          b  qui  erat      c  cuius

                          Quidam mo nacus filius sacer

qui en fot

              corum

dotis  Jdolorum                                              (fol. 26v, líns. 13-14)

 

39)       .     +            qui   a     quarum     -

famas Non est acceptio personarum                (fol. 75v, lín. 8)


 

Los incisos que contienen una comparación, y que en latín son introducidos por las conjunciones sicut, uelut, quasi, son señalados por el anotador super­poniendo el adverbio quomodo. No se trata de una glosa de las conjunciones mencionadas, aunque Menéndez Pidal, en cuatro ocasiones, así lo considera (fol. 66r, lín. 16, glosa 25; fol. 69r, lín. 14, glosa 50; fol. 69v, lín. 1, glosa 52; folio 71v, lín. 15, glosa 83). Además de estos casos hay otros cinco, de los cuales no habla Menéndez Pidal, que son comparaciones marcadas por el glosador como quomodo: fol. 64v, lín. 3; fol. 65v, lín. 5; fol. 69r, lín. 3; fol. 73r, lín. 2; folio 74v, lín. 14.

El que quomodo no es una glosa léxica queda confirmado por la manera como se inserta en el texto, la misma que las otras formas interrogativas a las que se acaba de hacer referencia (qui, cuius, cui, ke, etc.). Por otra parte, con quomodo nunca se utilizan signos de llamada, al contrario de lo que sucede con las glosas léxicas. La glosa de sicut, uelut y quasi es quemo, tal como aparece en la glosa leída por Menéndez Pidal con reactivo en el margen exterior del fol. 74v, lín. 14:

 

40)      quemo eno spillu, noke non quemo eno uello[12].

 

La explicitación de antecedentes y consecuente en el caso de los pronombres relativos se da casi constantemente en los pasajes glosados:

 

41)     d   qui populi   ke malum

         uident     quod ma

              +     b               ke

        lum faciunt et misericordiam

               a

abscondent                                    (fol. 66v, lín. 7)

 

42)                                                                        mandatum

                +  mandatum   b   ad ke

           hoc quod      ad   prof ec

                    d             c   quarum      a

tum animarum uestmrum pertinet                      (fol. 67v, lín. 12)

 

4. Medios de realce de los vocativos.-Los vocativos han llamado la atención del anotador con un interés especial. En primer lugar, se señalan, como ya se ha dicho, con una cruz superpuesta. En segundo lugar, se hace insertar en el texto, precediendo a muchos vocativos, la interjección o (h):

 

43)      +                    qui                quomodo     tu     ke

   Et clamat omnis populus deus da morte

                                        o                       (fol. 65v, lín. 5)

 

44)      a       uos          o                   et uos

  Et   surgite ossa árida audite

    c   ke      cuius

uerbum domini                                            (fol. 67r, lín. 11)

 

 

A veces, violentando el texto, se considera vocativo lo que en realidad debe ser dativo:

 

45)                                       o  +

Rex Aristotelis Alexandro episcopo:

 

tu   a      cui     b       de ke

indica mici de nobissimis temporibus

 

   a

mues

      tra                                                          (fol. 64r, líns. 15-17)

 

El gusto del glosador por los vocativos se deja ver cuando no hay en el texto original ningún vocativo v éste aparece añadido de una manera ritual casi para dar más énfasis al texto:

 

46)      ei principi                                o principe

               -            qui                   tu

      Cui dixit diabolus: Unde uenis?                      (fol. 27r, lín. 7)

 

 

O también, cuando tratándose de la parte dei códice en que se recogen una serie de homilías (folios 55 al 96), se añade en diferentes ocasiones un vocativo:

o populi

 

 

47)                                            o populi

                                         Quando

               ad eclesiam conuenitis                (fol. 69v, líns. 12-13)

 

48)      o populi

         Nolite uos ocupare ad litigan

                 parare uel aplecare demandare

dum                                         (fol. 69v, líns. 16 y 67r, lín. 1)

 

 

Y también otro tipo de expresiones invocadoras:

 

 

49)                                                       angustias

     o anima misera                                     cui

        Maiores tibi future deducimus                 (fol. 73v, lín. 15)

 

50)                                  +

                            o anima

                                     carens

                                                                    tu

tabernacula justortum        et     uidebis       (fol. 73v, lín. 17)

 

51)                                        o socii uos

                         ke                       animam

Suscítate     eam     leuiter     de  suo  corpo

re                                                                (fol. 74v, lín. 9)

 

 

 

IV,  Algunas lecturas alternativas

 

A continuación, deseo exponer lo que creo es una nueva lectura —o, en alguno de los casos, una nueva explicación— de algunas de las glosas léxicas, en relación con la interpretación que de ellas hizo Menéndez Pidal en 1926:

 

52)      Glosa núm. 10:

 

         qui diabolus        cui ei satane sunt

Et ueniens alius et dixit: Ecce qua

 

Dixit qui diabolus                         ego

                 draginta annos inpugna/ui/      quidam

cui ebreo: Uas

 

bacuum et uas                 ego     fuerza          ke monacum

                  monacum et ego uix feci eum fornicari

signatum                                                     (fol. 27v, lín. 12)

 

Menéndez Pidal leyó la glosa de uix, como ueiza, ueza o uez- El mismo no quedó satisfecho de su lectura, por eso en la nota trata de explicarnos los rasgos que encuentra en el manuscrito, que le obligan a dar como posible una de las tres formas [13].

La verdadera lectura de esta glosa creo que es, claramente, fuerza o juerga, ya que la z tiene el copete muy elevado en el renglón. La lectura se ha visto dificultada en un principio porque a la / inicial se le ha borrado el rasgo en la parte de arriba, permaneciendo claramente legible sólo la parte inferior. Pero en lo demás no hay tanta duda, sino que pueda tomarse la r visigótica por una i, cosa no extraña en ocasiones. Además la glosa cuadra perfectamente en el contexto en que se inserta.

 

 

53)      Glosa núm. 11:

                                    o      +

Rex Aristotelis Alexandro episcopo

tu  a  cui     b        deke

Indica mici de nobissimis temporibus,

a

mues

    tra                                                          (fol. 64r, lín. 16)

 

Frente a la lectura dada por Menéndez Pidal, amuestra, y fruto del estudio de los añadidos gramaticales que he ofrecido en esta ocasión, se puede pensar que la primera a que fue incorporada a la glosa, no eso sino un signo de ordenamiento sintáctico: el verbo indica, glosado por muestra, lleva el signo a, y el complemento de nobissimis temporibus, el signo b[14]:

 

 

54)      Glosas núms. 18 y 19:

      +                       ke             b                                  e los serbicios

Et multiplicabitur beneficia et in

              qui homines   d

absentia ebriab unt uino et pr/a/edas abscondent (fol. 65v, 6)

 

El contexto de estas dos glosas (elos serbicios, absentia) trata del fin del mundo y de las señales que precederán a este hecho, entre las cuales está el que multiplicabitur beneficia, es decir, 'se multiplicarán los bebedizos maléfi­cos, filtros mágicos, hechizos'"(cfr. Apocalipsis 9,21). En un primer acerca­miento al texto, el glosador puso elos serbicios, sin que pueda tener explica­ción sino fijándose en el término a glosar, beneficia, con esta grafía (b) se referiría al término que significa 'beneficios, servicios, favores', y no a uenefi-cia con esta otra grafía (u), que es lo que significa 'bebedizos maléficos'.

En el margen izquierdo aparece una nueva glosa. Según se recoge en las distintas ediciones[15], la glosa es abientia. Pero creo que hay que leer absentja, con la s algo difuminada que induce a ser tomada por i. Absentia se usaba en la Edad Media por absinthia ajenjo, licores hechos con ajenjo'. Eran licores medicinales, pero tomados en exceso podían ser muy perjudiciales. Se tenían por una de las señales del fin del mundo: el Apocalipsis (8, 11) dice que en aquellos días caerá del cielo una estrella cuyo nombre es Absinthium, y que volverá amargas la tercera parte de las aguas y a causa de esto muchos hombres morirán. Queda claro, pues, que beneficia está por ueneficia, y absen­tia (con  longa) es equivalente a absinthia 'brebaje amargo letal'.

 

 

55)   Glosa núm. 23:

                                                                           alongarsan

Et maledicent principes tuos. Et abici

 

 

 

       qui homines ke inke de cuius dei           qui

nabunt   se   itinere.        Et mulier    abebit     (fol. 66r, líns. 10-11)

 

 

 

Abicinabunt se 'se acercarán' es glosado como alongarsan 'se alejarán'. Los sorprendente es el significado contrario de la glosa respecto del término glosado. El error cometido por el glosador puede explicarse de la siguiente manera: Este texto es un paralelo de otro dentro del fol. 65r, líns. 15-16: et abicinabunt se itinere, et elongabitur amicitia 'se juntarán (los hombres) en el camino, y se alejará la amistad'. Sin duda, la glosa allí colocada (aluenge se feran) corresponde a elogabiturn 'se alejará'. Pero también ahí la glosa está mal señalada, y parece hacer referencia a abicinabunt se; como consecuencia, en el texto del fol. 66r, que es repetición parcial del anterior, se cayó en el mismo error.

 

56)      Glosa núm. 40:

                                                                    sine fine

                   regnauit in celo si uero quod deus

non quier(at)

                   non patiatur, et mala oprea exer

nos si ficieramus

                  cimus                                               (fol. 68v, lín. 7)

 

 

Las ediciones de las Glosas recogen hasta la fecha non quieti [16]. Pero se lee claramente quier y quedan dos letras más confusas y en tinta más borrosa. El sentido acoge perfectamente la forma quier(at) refiriéndose a patiatur.

 

 

57)      Glosa núm. 55:

 

                                           Ille bonus

 

                                       christianus

christianus est qui quando ad eclesiam

 

                 cui

uenerit orationi insistit et se

 

                                  non se parat

diuersis litibus non inligat                (fol. 69v, líns. 6 y 7)

 

Menéndez Pidal ofrece la lectura non separat, transcribiendo lo que en el códice aparece como una sola palabra[17]. Pero el paralelismo entre non se inligat y non se parat es a todas luces evidente, así como el hecho de que el español medieval y el clásico contaban con el verbo pararse con el valor de 'meterse en peligros, en disputas, en combate', igual que en el texto que nos ocupa.

 

 

58)      Glosa núm. 106:

                                             Demones respondunt:

 

                                                 ke                     nos                   ke ad

                            Asperius te futurum seducimus ad por

plus aspero mas

 

                           tum plausto nostro satane qui liga

feito

 

                           tus est in puteo inferni        (fol. 73v, líns. 10-12)

 

El texto original del códice en este punto se halla corrompido. La expresión ad portum plausto nostro Satane es una mala lectura, cuya redacción hubo de ser ad proto-plausto nostro Satane 'a nuestro primer cabeza, Satanás'.

Hay varias razones que exigen este cambio: la primera, que no tiene sentido que los demonios digan al alma impía que la van a llevar a un puerto; la segunda que la forma plausto, adjetivo, no suele usarse sola, sino en composi­ción; y la tercera, que la fuente del texto dice protoplaustum [18]. La expresión Protoplastus (<πρωτος πλαστός 'el primer hombre hecho') se aplicó a Adán, ya desde la versión griega de la Biblia llamada de los Setenta; y en la Edad Media se usó bastante. En España se utilizó la forma Proto-plausto, como aquí se ve [19]. En el caso que aquí se considera, por analogía, los demonios se lo aplican a su jefe, que para ellos es su Proto-plaustus.

El glosador acierta a declarar plausto por feito 'hecho', ya que procede del griego πλαστός 'modelado, hecho de arcilla o cera'. De lo que queda duda es de si entendía el texto que glosaba.

 

 

59)      Glosa núm, 115:

                                   ke                 cuius   quomodo

                Uidebis claritatem Dei sicut

 

                                                                     uide      ke claritatem

quemo enospillo facie ad faciem. Non per speciem

 

noke non quemo

eno uello neque per uelamen                 (fol. 74v, líns. 14-16)

 

 

La lectura de esta glosa es la que dio Menéndez Pidal mediante reactivo. En mi opinión, el hecho de que per speciem se glose como enospillu 'en el espejo' se debe a que el glosador no se atiene a la letra del códice, sino al texto de San Pablo (1.ª Cor. 13,12) de donde la frase está tomada: Uidemus nunc per speculum in aenigmate, tune autem facie ad faciem,

 

 

60)      Glosa núm 129:

                                                                      kate uos[20]


 

    Sed audite apóstolum dicentem:           (fol. 87r, lín. 7)

 

La señal de llamada se encuentra sobre la conjunción sed, pero es indudable que se refiere a audite. La semejanza de forma entre kate uos y katet(glosa número 65) lleva a Menéndez Pidal ([1926], 19503, §§ 70.2 y 73.6) a identificar a ambas como tercera persona del singular del presente de subjuntivo.

Por mi parte, me inclino a pensar que audite (imperativo) es glosado por kate uos, también imperativo. Lo que sucede es que no es el imperativo de catare (< captare), sino de capere (capite> capte> cate), que tiene el significado de 'entender, oír'.

 

 

61)   Glosas núms. 131 y 132:

                                                                   Esaias

non corpus meum. Dicit etiam

 

testimonium. Omnis caro fenum

          ficatore                                            (fol. 87r, líns. 15-16)

 

 

Menéndez Pidal ofrece las glosas 131 y 132 en la forma siguiente: «Dicit etiam [Esajas] testimonium [ficatore]: Ominis caro fenum...» Pero nunca explica lo que quiere decir la glosa ficatore.

Por mi parte, leo testificatore. Inspeccionando paleográficamente el códice en este punto, se observa una colocación perfectamente clara: el término ficatore está situado de tal manera por parte del glosador que recoge la pri­mera parte de la palabra situada inmediatamente encima; en concreto, ficatore arranca precisamente detrás de testi (monium). Así lo pide, además, el contexto: 'Isaías es testigo (Esaias testificatore) de que toda la carne es heno...' (de acuerdo con el pasaje de Isaías, 40,6).

 

 

 

 

V.   A MODO DE COLOFÓN

 

El presente trabajo intenta ser una contribución más al estudio interdisciplinar —paleográfico y filológico— de las Glosas Emilianenses. En consonancia con la celebración, este mismo año de 1990, del año internacional de la alfabetización, declarado por la UNESCO, bien podríamos considerar las anotaciones gramaticales y los añadidos al texto que aparecen en el cód. Emilianense 60 como una muestra del modelo de alfabetización latina imperante en los monasterios benedictinos castellanos y riojanos de la época. Al mismo tiempo puede señalarse a este respecto el hecho de que las glosas romances (así como las dos glosas vascas) de dicho códice constituyen unos primeros tanteos por parte del glosador en la adopción de un sistema de escritura para su lengua vernácula (romance o, en su caso, vasca) en los albores del segundo milenio de nuestra era.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

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M. Carrera de la ReD, Nueva edición y estudio filológico del Aemilianensis 62, Univ. Valladolid, tesis doctoral inédita, 1981.

M. C. Díaz y Díaz, Las primeras glosas hispánicas, Barcelona, Universidad Autónoma, 1978.

     Libros y librerías en la Rioja altomedievat, Logroño, Instituto de Estudio Riojanos, 1979.

  «El latín postvisigótico: aspectos sociolingüísticos», resumen de la ponencia presentada por el autor en el X Simposio de la Sociedad Española de Lingüística, Madrid, 17-20 de diciembre de 1980, en Revista Española de Lingüística, 11/1, 1981, pág. 198.

J. Fortacin Piedrafita, «Glosas morfosintácticas en el Códice Emilianense 60», en Revista de Investigación (Colegio Universitario de Soria),IV/1, 1980, págs. 67-90.

S. García Larragueta, Las Glosas Emilianenses. Edición y estudio, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1984.

Z. García Villada, Paleografía española, Barcelona, El Albir, 2 tomos ([1923] 1974). H. Lüdtke, «Die Entstehung romanischer Schriftsprachen», en Vox Románica, 23/1, 1964, páginas 3-21.

    Historia del léxico románico, Madrid, Gredos, [1968] 1974.

    «Tesis generali sui rapporti fra i sistemi órale e scritto del linguaggio», en Atti del XIV Congresso Internazionale di Lingüistica e Filología Romanza (Ñápoles, 1974), 1.1, Ñápoles, Macchiaroli, Í978, págs. 433-43.

R. Menéndez Pidal, Orígenes del español Madrid, Espasa-Calpe [1926] 19503.

A. Millares Carlo, Tratado de paleografía española, Madrid, Espasa-Calpe [19322] I9833.

J. M. Olarte (ed.), Las Glosas Emilianenses, Madrid, MEC, 1977.

M. Richter, «Latina lingua-Sacra seu vulgaris», en W. Lourdaux y D. Verhelst (eds.), The Bible and Medieval Culture, Leuven Univ. Press, 1979, págs. 16-34. R. Wright, Latín tardío y romance temprano, Madrid, Gredos [1982] 1989.

   «La sociolingüística moderna y el romance temprano», en Actes du XVIIIe Congres International del Linguistique et de Philologie Romanes (Trier, 1986), t. v: Linguistique pragmatique et sociolinguistique, Tubinga, Max Niemeyer, 1988, págs. 11-18.


 

 

 
 

 notas

 

[1] Como es bien sabido, la primera edición de los pasajes glosados en el cód. Emilianense 60 (Madrid, Biblioteca de la Real Academia de la Historia) fue publicada por Menéndez Pidal ([1926] 19503, págs. 1-10). Para el presente trabajo me he basado en la edición facsimil del códice publicada al cuidado de J. B. Olarte (1977). En ella se puede seguir perfectamente la lectura del texto y de los numerosos añadidos; no obstante, hay que hacer notar que no reproduce el fol. 25 bis y que en los folios 7, 8 y 9 una arruga del pergamino impide que se lea una línea en cada uno de ellos; por lo demás, es perfectamente válida. S. García Larragueta (1984) ha publicado la primera edición completa del códice, incluidas las glosas y añadidos, con un amplio estudio introductorio. En dos monografías consecutivas, M. C. Díaz y Díaz se ha ocupado del Emilianense 60: en uno (Díaz y Díaz, 1978, págs. 235-41) aborda el estudio material del códice, en el otro (Díaz y Díaz, 1978, págs. 26-32) el análisis de las glosas y añadidos al texto.

[2] Para la aplicación del concepto de diglosia a la descripción de la situación lingüística de la Romanía precarolingia, cfr. H. Lüdtke (1964, 1968, 1974, pág. 243 y sigs.; 1978). La aplica­ción de este concepto a la Italia altomedieval ha sido propuesta por M. Richter (1979), y a la Hispania postvisigótica por M. C. Díaz y Díaz (1981).

[3] Esta es la concepción sostenida por R. Wright ([1982] 1989, 1988).

[4] Este segundo modo de abreviar no se usa en la letra visigótica, sino en la escritura diplomática evolucionada en letra carolina; y aun en ésta se usa muy poco. García Villada ([1923] 1974) no ofrece ningún ejemplo de esta abreviatura y Millares Cario ([19322] 19833,1, pág. 112) trae dos casos de época posterior: uno, de Monzón (Huesca), escrito en letra Caro­lina del año 1210 (Millares Cario [19321] 19833, ILlám. núm. 176), y otro igual del año 1222 en el llamado Líber Admonitionis de la Biblioteca Nacional de Madrid (ibid., II, lám. núm. 182).

[5] Estudié el caso en mi tesis doctoral (Carrera de la Red, 1981,1, págs. 106, 322 y 334).

[6] Cfr. Millares Cario ([19322] 1983J), II, láms. núms. 112, 115 y 123.

[7] Un ejemplo, bien poco usual, de la abreviación de in en la escritura visigótica lo halla­mos en un documento de León, Archivo Catedralicio número 86, del 19 de febrero del 943: uindere abreviado uidre (cfr. Millares Cario [19322] 19833, II, lám. núm. 121). Hay otros ejemplos de abreviación de in en letra visigótica, pero presentan influencias Carolinas, y pertenecen a los siglos xi y xn (cfr. Millares Cario [19322] 19833, II, láms. núms. 144 y 147).

[8] En concreto, debes abreviado dbes, lo hallamos en un Penitenciario mozárabe del año 1105, que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid (cfr. García Villada [1923] 1974, II, lámina núm. 43).

[9] No está claro lo que quiere decir. Una interpretación podría ser ésta: «Dice —¿Quién?— El diablo— ¿A quién?— A un borracho (ebreo estaría por ebrio). Si no, sería: —A un judío, ¿o, tal vez, a un hebreo ebrio?— Una botella vacía y otra lacrada.» Sería una anotación jocosa del monje emilianense.

[10] Fortacín Piedrafita (1980, págs. 72-87) ha tratado detenidamente de este tipo de marcas sintácticas.

[11] Otras expresiones superpuestas son: dkd, de-kede; ke-in k-in; ke-ad k-ad, etc. En alguna ocasión, el anotador se ha equivocado en la interpretación: en el fol. 69r, lín. 8, adulterium, añade erróneamente ad ke, y de la misma forma en el fol. 74r, lín. 6, iniustitia, escribe in(ke)iustitia.

[12] Seguramente Menéndez Pidal tuvo dudas sobre si quomodo debería señalarse como glosa o no. Por eso no anotó todos los casos de quomodo superpuesto, siendo así que no hay diferencia ninguna entre unos casos y otros.

[13]  Cfr. Menéndez Pidal ([1926] 19503, pág. 4, nota 2 y 17.4); García Larragueta (1984, pág. 106) lee veiza.

[14]  García Larragueta (1984, págs. 49 y 123) lee muestra.

[15] Sobre esta glosa Menéndez Pidal ([1926] 19503, pág. 4, nota 5) dice lo siguiente: «La llamada de abientia está sobre la b de beneficia. Esta glosa está al margen opuesto de elos serbicios, y con tinta más parda y letra diferente, aunque coetánea». García Larragueta (1984, página 126) lee también abientia.

[16]   Menéndez Pidal ([1926] 19503, pág. 5, nota 2) afirma al respecto de su lectura, quieti, lo siguiente: «La sílaba ti está separada del resto por la llamada de la glosa siguiente, que, sin duda, se escribió antes que ésta.» García Larragueta (1984, pág. 132) lee, asimismo, quieti

[17]  García Larragueta (1984, pág. 134) ofrece también la lectura non separat

[18] Homilia Sancti Augustini Episcopi, Patrologia Latina, Supl. IV, columna 1980 (citada por García Larragueta, 1984, págs. 84 y 142).

[19] El Diccionario de Du Cange no recoge la variante Protoplaustus. Sin embargo, se usaba en España; lo encontramos en un documento de Fernando I (a. 1045): «Deus condidit mundum in sua sapientia, ad damulandum sibi multa prouidentia. Denique fecit in eo proto-plaustum hominis, existit in paradisi amenitatibus...» (Colección Diplomática de Fernando I, en Archivos Leoneses, 79-80, 1986, pág. 88).

[20] Mantengo la lectura de Menéndez Pidal kate uos en vez de kade uos, que propugna Díaz y Díaz (1978, pág. 32, nota 57) y que aparece en la edición de García Larragueta (1984, pá­gina 156): no está claro que haya una d; más bien parece una t con el rasgo transversal un tanto ascendente hacia la izquierda. Por otra parte, ¿cómo explicar la presencia en esta ocasión del grafema <d> reemplazando, en posición intervocálica, al grafema latino <t>,cuando en las Glosas aparece sistemáticamente este último en dicha posición: cfr. nafregatos (glosa 21), menta (glosa 27), tenete (glosa 63), peccatos (glosa 81), ganato (glosa 84), Salbatore (glosa 89), (testi) ficatore (glosa 132), además de katet (glosa 65)?

 

 

 

 

DE NUEVO SOBRE LAS GLOSAS EMILIANENSES

 

 

Micaela Carrera de la Red
Universidad de Valladolid