Las obras de Berceo suelen poseer una estructura sugerida por su fuente (por ejemplo, para la Vida de Santo Domingo de Silos, la obra de Grimaldus; para los Milagros de Nuestra Señora, un códice estrechamente relacionado con el Thott 138). Suele el poeta modificar dicha estructura hasta cierto punto, de modo que el empleo de la fuente no perjudica a la creación artística (1). A veces no se conoce todavía la fuente empleada, si no es que el poeta combinase de manera más libre elementos de diversos tipos (véanse, por ejemplo, los Loores de Nuestra Señora) (2). Parece que el Sacrificio de la Misa pertenece a esta segunda clase.
Dice Solalinde en su excelente edición, publicada a los 21 años nada más -primicias, pues, de su vida ejemplar de investigador-, que la fuente parece ser el ms. 298 de la Biblioteca Nacional, aunque sugiere a continuación una posible combinación de fuentes (3). La alusión al ms. 298 se debe, como apunta Solalinde, a Eladio Oviedo, mientras que la sugerencia posterior parece ser la de Solalinde mismo. Sin embargo, fue la calificación del 298 de fuente del Sacrificio la que hizo fortuna: como era de esperar, el mero hecho de que Solalinde transmitiese la opinión sirvió para autorizarla. Howard L. Schug publicó el texto de ms. 298, con una versión inglesa, concluyendo (después de una breve consideración de otra fuente posible) que sí era el 298 la fuente directa del Sacrificio (4). Pero la verdad resulta menos sencilla. La hermana Teresa C. Goode, después de una comparación pormenorizada del Sacrificio con varios textos latinos, concluye que no se puede establecer una sola fuente, sino que Berceo conoció al menos cinco obras sobre la Misa, y que combinó elementos de ellas, y probablemente de otras procedencias también (5). Observa Goode que, a diferencia de lo que hace en otros poemas suyos, Berceo nunca se refiere en el Sacrificio a su falta de originalidad, la autoridad de su fuente, etc. (págs. 143-44). Sugiere, por lo tanto, que en este poema Berceo combina sus materiales con más libertad, y que, aunque no hay nada nuevo en la interpretación simbólica que da a la Misa, "la innovación estriba en el método" (6). Los argumentos de Goode me convencen, a pesar de las dudas que expresó Solalinde en su reseña (7). Dice Solalinde que "los paralelos aducidos no son todos convincentes" (pág. 177), lo que es verdad, pero la mayoría de los paralelos sí me parecen satisfactorios. La fuente, sigue Solalinde, "sería una obra latina muy parecida a la contenida en el manuscrito ...298..., pero sin duda más amplia", aunque añade, ."es seguro que además conocía Berceo el poema de HiIdeberto de Tours" (pág. 178). Huelga decir que se debe tomar muy en serio algo dicho por Solalinde, pero me parece, no obstante, que los argumentos detallados de Goode valen aún más.
Todo esto -especialmente el concepto de una combinación original de materiales conocidos- autoriza un estudio de la técnica tipológica de Berceo, y de su importancia para la estructura del poema (8). Hasta cierto punto se ha estudiado ya, en el libro de Goode, y más recientemente por David W. Foster, en doce páginas de su libro sobre la tipología en la poesía medieval española (9). Sin embargo, como indica el título elegido por Goode, y como observa Foster, le interesa a ella el simbolismo más bien que la tipología. En cuanto a Foster, sus páginas sobre el Sacrificio añaden mucho a nuestros conocimientos (10), pero creo que todavía quedan aspectos que vale la pena examinar.
La forma original y esencial de la tipología es la prefigurativa : un elemento imperfecto del Antiguo Testamento prefigura un elemento perfecto del Nuevo (Adán es figura, o typus, de Cristo; el sacrificio inacabado de Isaac es figura del sacrificio acabado de Cristo). Sin embargo, la interpretación tipológica no se limita a esto, sino que se puede extender en otros sentidos. A uno de estos sentidos se puede aplicar el término "posfiguración" : la vida del cristiano, o de la Iglesia, contiene elementos que no sólo conmemoran la vida y la muerte de Cristo, sino que las imitan o reflejan, aunque, claro está, de manera imperfecta. Dicha "posfiguración" tiene mucho en común con la imitatio Christi, el esfuerzo consciente del cristiano por modelar su vida sobre la del Redentor, pero va más allá, abarcando actos conmemorativos y hasta reminiscencias subconscientes. Es más: la vida del cristiano en este mundo se puede considerar como prefiguración de su vida del otro mundo; la Iglesia Militante en la tierra prefigura la Iglesia Triunfante en el cielo. Las mismas cosas, pues, pueden ser prefiguraciones o posfiguraciones según el punto de vista. Cuando se trata de la Misa, las posibles relaciones tipológicas se extienden más todavía: aunque los antiguos sacrificios judíos se ven principalmente como prefiguración de la Pasión de Cristo, prefiguran también la Misa; y la Misa, conmemorando sobre todo la vida y la muerte de Cristo, conmemora además los antiguos sacrificios.
Los sacrificios del Antiguo Testamento y el sacrificio simbólico de la Misa se parecen de un modo esencial: se trata en ambos casos de una ceremonia religiosa celebrada por un agente humano (meramente humano, hasta recibir la gracia divina), y el material del sacrificio es un producto de la tierra (meramente animal, en el ritual del Antiguo Testamento, meramente vegetal en la Misa hasta el momento de consagración). En la Crucifixión, al contrario, se trata del sacrificio de Cristo por sí mismo: el agente y la víctima del sacrificio se funden en una persona (11), persona, desde luego, que combina lo humano y lo divino. Los antiguos sacrificios y la Misa no tienen para Berceo y su público la rnisma relación con el de Cristo, claro está: aquéllos quedan superados por la revelación cristiana, mientras que la Misa fue instituida por Cristo mismo:
Nin cabrón, ni camero, ni bue que más val,
nin palombas, ni tórtoras, ni es cosa atal
que valiés' contra est misterio spirital
quanto contra el trigo valdrie el rostrojal (122).
Sin embargo, las semejanzas ya mencionadas refuerzan la relación antiguos sacrificios-Misa, de modo que la tipología de este poema es fundamentalmente temaria, mientras que lo acostumbrado es una tipología binaria.
¿Cómo presenta Berceo estas múltiples posibilidades tipológicas? Uno de los rasgos más importantes del Sacrificio, como observa atinadamente Goode, es que combina las posibilidades, en vez de elegir entre ellas como lo hacen sus fuentes (véase la nota 7). La estructura principal del poema resulta fijada por la de la Misa, pero la que sí depende de las decisiones artísticas de Berceo es la estructura intelectual, es decir, la énfasis que reciben en diversas partes del poema la prefiguración y la posfiguración, o las relaciones Antigua Ley-Cristo, Antigua Ley-Misa, y Misa-Cristo. En parte, la contribución de Berceo consiste en elegir entre varias fuentes para la elaboración de cualquier estrofa, y en parte consiste en modificar lo que le brindan las fuentes.El propósito tipológico del poema viene constatado en la segunda estrofa:
Del Testamento Viejo quiero luego fablar,
cómo sacrificavan e sobre quál altar;
desent tornar al Nuevo por encierto andar,
acordar los en uno, fazer los saludar (2).
Se repite más adelante: "ca trae la figura del otro por venir" (145d).
Las prefiguraciones -y la superioridad del antitypus al typus- se presentan a veces explícitamente :
El cordero secundo fue de meyor oveya,
mucho de meyor carne e de meyor pelleya,
ambos ovieron sangne de un color bermeja,
mas non fue la virtut ni egual ni pareja.
La carne del primero fue en fuego assada,
la carne del segundo en la cruz martiriada.
Por la primera sangne fue Egipto domada,
al enfierno la otra diól' mala pezcoçada (154-55).
pero la estrofa siguiente matiza en parte este juicio, imposibilitando el rechazo de los antiguos sacrificios :
La virtut de la sangne, la que fue postremera,
éssa la fizo sancta ala sangne primera,
ésta era sennora, essa otra portera,
éssa fue el rostrojo, ésta fue la civera (156).
El mismo proceso se nota en el nivel simbólico. Aunque, como ya queda dicho, los antiguos sacrificios no valen "quanto contra el trigo valdrié el rostrojal" (122d), Cristo no anula el valor de lo que hace el preste judío, sino que lo cumple:
El ministro antiguo que a Dios ministrava,
quando ixié del púlpito ola archa estava,
visitava el pueblo que de fuera orava
echando les el sangne que la ley mandava.
Todo est misterio desta processión,
todo lo complió Cristo, ante de la passión;
dexó alos. discípulos, fue façer oración,
veer nolo pudieron en aquella sazón (123-24).
Las específicas relaciones tipológicas de la Misa se encuadran dentro de un contexto tipológico más general, tal vez el más conocido de todos:
que por él somos salvos e sanos del dolor,
del que nos heredaron Adán e su uxor (44cd)
Dice Foster que Berceo deja a su público la responsabilidad de comprender la importancia tipológica del sacrificio judío (pág. 36). Es verdad que a menudo faltan comentarios explícitos sobre la relación antiguos sacrificios-Cristo, pero sí hay bastantes para orientar al público (acabamos de ver algunos ejemplos), y se podrían agregar otros, como :
El preste revestido dela ropa preciosa,
significa a Cristo fijo dela gloriosa,
ca vistió limpia carne, clara non mançellosa;
San Paulo lo diz esto, non es razón mintrosa (90).
El sancto sacrificio daquest buen varón [Abrahán],
con el de Jesu Cristo trahe una razón,
és fue el cimiento, esto la cubrición,
David fabló en esto en su predicación (201).
o, más elípticamente, "sacrificó su cuerpo e rompió la cortina" 27d).
Son más frecuentes los comentarios sobre la conmemoración de los antiguos sacrificios en la Misa; por ejemplo:
Los nuestros sacerdotes, ministros del altar,
quando est capítulo enpieçan arezar,
todo esto refrescan en dezir e en far,
lo que en es tiempo solién sacrificar (114).
Otros ejemplos se pueden ver en las estrofas 115-16, 134 y 195-96. Se pueden encontrar también, aunque con menos frecuencia, alusiones a los antiguos sacrificios como prefiguración de la Iglesia (por ejemplo, estrofas 108-13).
La relación que más se comenta, sin embargo, es la posfigurativa entre la Misa: y la Pasión, lo que era de esperar, desde luego, en un poema sobre la Misa como sacrificio. Baste un ejemplo entre muchos:
El beso al altar significa el beso
el que dio adon Cristo Judas el mal apreso;
nunca omne ensieglo non fizo tan mal seso,
cuydó prender aotri, fincó él muy mal preso (209).
Se puede añadir, a título de curiosidad, que una estrofa calificada de prefiguración por Foster me parece más bien postfigurativa:
Todas las oraciones menudas e granadas,
las griegas e latinas, aquí (en el Pater noster) son encerradas,las palabras son pocas, mas de seo cargadas,
sabio fue el maestro que las ovo dictadas (254).
Según Foster (pág. 42), Berceo se refiere al desarrollo de la cultura clásica griega y latina desde la tradición hebrea, y a dicha cultura como prefiguración de la tradición cristiana. Me parece, sin embargo, que se trata de las oraciones de la iglesia occidental, o católica, y de las de la iglesia griega, u ortodoxa.
La estructura temaria de la tipología de Berceo -poco común, como ya queda dicho-- está a la base del poema entero, y a veces se formula explícitamente en una estrofa donde se vinculan los antiguos sacrificios, la Pasión y la Misa :
Abrahán, nuestro avuelo de ondrada memoria,
quando dela fazienda tomava con victoria,
offrecié Melchissedech, como diz la historia,
pan e vino, e plógol' mucho al rey de gloria.
Offrecer pan e vino en el sancto altar,
offrenda es auténtica non podrié mejorar;
quando con sus discípulos Cristo quiso cenar,
con pan e vino sólo los quiso comulgar (64-65) (12).
En la conmemoración de la Pasión por elementos de la Misa, la técnica simbólica tiene tanta importancia como la tipológica. No entra el simbolismo en el esquema de esta ponencia, y por otra parte sería inútil volver a tratar un tema investigado ya con tanta maestría por Goode, pero tal vez vale la pena observar que el simbolismo, a diferencia de la tipología, suele ser arbitrario: la voz alta del preste "las mugieres significa. ..que a Cristo buscavan dolo avién metido" (249). La tipología establece una semejanza importante entre dos cosas o personas históricas, pero el simbolismo se ve libre de esta limitación, y el autor puede elegir sus símbolos donde quiera. Por esta razón, entre otras, ofrece más dificultades para un público lego que la tipología.
Las dos técnicas comparten, sin embargo, el sentido de una realidad debajo de la superficie de los objetos cotidianos; se trata del conocido topos de la corteza y el meollo, topos que se menciona explícitamente en varios versos: "aquí jaz el meollo de la nuestra lavor" (143d; compárese 84a). En el verso 28d, "la vieja [ley] so la nueva jaze encortinada", a pesar de lo natural de la imagen, se nota un doble error artístico, ya que Berceo acaba de emplear la imagen tradicional del velo del Templo para la carne de Cristo (27d), y que la imagen del verso 28d ocasiona cierta confusión con el del meollo y de la corteza. Sin duda la imagen del 27d habrá influido en la del 28d, creando una impresión confusa en el lector.
El Sacrificio de la Misa emplea tres técnicas para "acordar los Testamentos [en uno], fazer los saludar" (2d): el simbolismo, estudiado por Goode; la profecía, que es menos importante en el poema de lo que sugiere Foster (págs. 34-35), pero que sí existe (por ejemplo, en las estrofas 24-25 y 28), y la tipología. Berceo combina estas técnicas, y combina igualmente los aspectos distintos de la tipología. Hasta se puede decir que los entrelaza, de manera análoga al entrelazamiento que se ha comentado en los libros de aventuras de la Edad Media, y sobre todos los del ciclo artúrico (13). Es posible, pues, que la estructura intelectual del Sacrificio de la Misa deba algo a la nueva moda narrativa de la prosa de ficción.
NOTAS
(1) Para los Milagros véase la edición de Brian Dutton (Obras completas, II, Londres: Tamesis, 1971), que incluye una edición de la fuente y un comentario sobre su utilización. Para los cambios efectuados en la Vida de Santo Domingo véanse Olivia C. SUSZYNSKI: The Hagiographic-Thaumaturgic Art of Gonzalo de Berceo: "Vida de Santo Domingo de Silos" (Barcelona, Hispam, 1976); Rafael SALA: "Gonzalo de Berceo's Vida de Santo Domingo de Silos: a literary study with special reference to stylistic analysis" (tesis doctoral inédita, Universidad de Londres, 1976); y Joaquín GIMENO CASALDUERO: "Berceo: composición y significado de la Vida de Santo Domingo de Silos", en La creación literaria de la Edad Media y del Renacimiento (Madrid, Porrúa Turanzas, 1977), págs. 3-17.
(2) El duelo de la Virgen: Los himnos; Los loores de Nuestra Señora; Los signos del Juicio Final. ed. Brian Dutton (Obras completas, III, Londres: Tamesis, 1975).
(3) El sacrificio de la Misa, ed. Antonio G. Solalinde (Madrid, Residencia de Estudiantes, 1913), pág. 12, nota 1. Cito según esta edición, La edición de Brian Dutton (Obras completas, V) está casi lista para la imprenta
(4) Latin Sources of Berceo's Sacrificio de la Misa (Contributions to Education, CLXXI, Nashville, Tennessee, George Peabody College for Teachers, 1936).
(5) Gonzalo de Berceo, El sacrificio de la Misa: a study of its symbolism and of its sources (Washington, Catholic University of America, 1933), pág. 143. Goode desarrolla y comprueba, pues, la sugerencia de Solalinde. Un artículo reciente de James W. MARCHAND y Spurgeon BALDWIN: "Two Notes on Berceo's Sacrificio de la Misa", MLN, LXXXIX (1974), 260-65, rectifica algún que otro detalle del libro de Goode, pero sin perjudicar sus argumentos sobre las fuentes.
(6) "The innovation lies in the method" (pág. 146),
(7) Hispanic Revjew III (1935); 177-78.
(8) El ensayo fundamental sobre la tipología es el de Erich AUERBACH: "Figura", en Scenes from fhe Drama of European Liferature (Nueva York, Meridian Books, 1959), págs. 11-76.
(9) Christian Allegory in Early Hispanic Poetry (Studies in Romance Languages, IV, Lexington: University Press of Kentucky, 1970), págs. 34-45.
(10) Se trata de una de las secciones mejores de un libro bastante desigual (véase. por ejemplo, David HOOK y Alan DEYERMOND: "La terminación del Auto de los reyes magos", Anuario de Estudios Medievales, en prensa, para unas observaciones sobre una sección floja del mismo libro). Se puede discrepar de algunas opiniones de Foster sobre el Sacrificio, pero su contribución al estudio del poema es de un valor permanente.
(11) Otra fusión parecida se encuentra en la estrofa 143a: "Sennores e amigos, vasos deI Criador". "Vasos" no puede ser error del copista por "vassaIlos", ya que la métrica es perfectamente regular. El verso siguiente dice: "que bevedes la sangne del vero Salvador" -es decir , que el pueblo de Cristo es a la vez el que contiene y el que bebe su sangre.
(12) FOSTER (pág. 38) cita las estrofas 61-65, diciendo "The discussion of the role of bread and wine in the mass offers an excellent example of how the Spaniard understands the relationship, evident in the sacrifice of the mass, between the past, the present, and the promises of the future". No me parece, sin embargo, que hable Berceo aquí del porvenir, de la vida del cielo. La relación ternaria es la del Antiguo Testamento, de Cristo, y de la Iglesia. Goode también tiende a exagerar el aspecto escatológico del poema, p. ej. en su comentario sobre la estrofa 92 (pág. 20). No quiero decir que falten elementos escatológicos -véase, p. ej., la estrofa 89-, pero me parecen más reducidos de lo que sugieren Goode y Foster.
(13) Véase Eugene VINAVER: The Rise of Romance (Oxford: Clarendon Press, 1971).
LA ESTRUCTURA TIPOLÓGICA DEL SACRIFICIO DE LA MISA
Alan Deyermond
(Westfield College, Universidad de Londres)
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