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Hacia el año 1510, Fray Gonzalo Arredondo, último abad perpetuo de San Pedro de Arlanza, compuso su Corónica Brevemente sacada..... del...Conde Fernán Gonçález... En esta obra emplea y cita el Poema de Fernán González, obra del mester de clerecía fechada hacia 1250, lo cual han notado C. Carroll Marden y R. Menéndez Pidal (1). No se ha observado aun, sin embargo, que Arredondo debía de conocer y tener a mano una obra de Berceo, la Vida de San Millán de la Cogolla. Emplea mucho dicha obra al tratar de la batalla de Simancas en los capítulos CXLIX-CLIII. De esta obra de Arredondo existen varios manuscritos, pero como solamente tengo a mano una fotocopia de los capítulos importantes de uno, Real Academia de la Historia, Madrid, Ms. 2047 (ant. 11-577) he de ceñirme a ese sólo (2). Como sería tarea pesada reproducir en su totalidad los capítulos que tratan de la batalla de Simancas me he permitido la omisión de algunos que no revelan la utilización de la obra de Berceo, los cuales resumo. Señalo los trozos que me parecen derivados de la Vida de San Millán, imprimiéndolos en bastardilla, y al final de cada trozo indico la copla y verso en paréntesis. El texto de la Crónica de Arredondo, en cuanto nos ocupa aquí, empieza en el folio 231 r, columna a, y acaba en el folio 235v, columna b.
Capítulo cxlviij Como los moros enviaron demandar parias al rey don Ramiro & al conde Ferrán Gz. & del consejo que ovieron sobre ello. Andando el año del Señor en............(3) venieron mensajeros al rey don Ramiro de León & al conde Ferrán Gonçález de Castilla, del rey Abramante, (4) rey de África, devaxo de quien era Adurramen (5) rey de Córdoba & señor de toda la Andaluzia, deziendo los envaxadores anssí: «El rey Abramante, señor de los de Mahomath, nuestro señor, vos envía a mandar que le enviés las Ix dueñas fijas dalgo en parias & tribuios, (6) como vuestros antepasados por largos tiempos han fecho, en lo qual faréys vuestro vien & probecho; et donde el contrario faziendo, nos en nombre de nuestro señor el rey Abramantevos de safiamos».[Ramiro pide tiempo para aconsejarse con 'los hombres altos de mi reygno,' los cuales le aconsejan pagar las parias pedidas, para evitar la destrucción de su reino cristiano. El rey se decide a esperar la llegada de Fernán González, el cual, una vez en la corte de Ramiro, se enfada con los consejeros, exhorta a todos diciendo que más vale morir que pecar tan gravemente. Ramiro y sus nobles resuelven luchar contra los moros, convocando los ejércitos de León, Castilla y Navarra.]
Capítulo cxlix
Estonçe convocaron el rey don Ramiro & el conde Ferrán González los moros que venieran por envaxadores, ef dixiéronles: - «Yd, amigos, con Dios, & dezid al enperador Abramante & a vuestro señor Adurramen & al rey Avenafia (7) & a todos sus consortes, que toda la tierra es acordada de antes morir o vencer que jamás les ser subjetos o les dar parias o tributos o las Ix donzellas que demandáys. Et si de otra guisa lo liverades fazer, saliros hemos a rresçebir con el ayuda de Dios, et cred vna cosa, que antes de muchos días nos veremos en vno, et[es-tonçe se definirá si os tenemos o devemos parias.» y assí con esta enbaxada se fueron y despedieron los moros. Y en este comedio mostró Dios grandes y terribles señales, quales semejantes en vn tiempo nunca fueron oydas nin vistas, a denotar que no le aplazía por este tal tributo que los christianos a los moros daban. Ca en un viernes a quatorze días por andar del mes de junio, (8) escuresçió el sol totalmente que non dio lumbre alguna desde ora de prima fasta ora de terçia, el fue día muy pavoroso y espantable, qual jamás nunca fue visto, excepto el viernes santo en que el Señor morió [378-9], de que las gentes fueron todas muy «espantables y temerosas. En ese mesmo año, martes primero día de setienbre y el miércoles siguiente y tanbién el juebes, todos estos tres días escuresçió el sol commo de noche, y toda la tierra se tornó colorada de color de sangre, la qual estubo ansy en cada día destos por espacio de tres horas y más [380 ¿?]. Lo qual viendo toda vmana carne, fueron de grande espanto quasi medio muertos y todos mesquinos y tristes y desmayados, lloraban amargosamente sus pecados [381], et demandando a Dios perdón. Et dende en pocos días vieron una nube muy escura y espantable, la qual acatando con grand amargura, aparesçió adesora en el gielo vna grand abertura, por la qual salíen grandes y espantosas llamas [382]. E mientre las gentes este sygno miraban, vieron por el çielo las estrellas se mouer y con grand arrebatamiento y roido vnas con otras se ferir a guisa de onbres que lidiando tornan y fuyen [383]. E turó esta rrebuella desde medianoche fasta que fue el día claro [384ab]. E tan grande era et espanto que las gentes tenían que non se podían fablar los vnos a los otros e non se conosçían, que bien se creyén lodos que venía la fin del mundo [385ab]. E t apenas era este sygno passado, quando sobrevino otro más fuerte y ayrado [386bcd], ca se levantó vn viento ábrigo todo escalentado y buelto en fuego rabioso y ayrado [587ab], y vyno por la parte de las Estremaduras y fizo en ellas grandes y espantosos daños, y quemó parte de Burgos (9) y parte de otras villas cabdales [388abc], y quemó vna gran partida de Sanfagún y açerca la meytad de Carrión y Frómista fue quemada y por poco ayna fuera fundida [389abc] y Fornillos del Camino con Tardajos y las aldeas de Burgos, ca estonçes non era poblada en vn lugar toda [390], y Monesterio con todo lo dende adelante fue casy destruydo y quemado [391a], y asy que por donde vino este viento enbuelto con el fuego non escapó lugar alguno que non recibiese daño, excepto Castro [389d]. (10) Lo qual viendo los cristianos, lloraban amargosamente e confessaban a Dios sus pecados [292, 393a], ca creyén y dezían que todos los signos ya passados eran por sus culpas [393b]. Estonces el conde Fernand González fizo fazer muchas proçessiones y dar limosnas, pediendo todos y rogando a Dios oviesse dellos misericordia.
Capítulo cl
Quando Abramante, emperador de África, y Adurramen, rey de Córdoba, y Abenafia, rey de Çaragoça, et los otros sus consortes vieron estos signos sobredichos tan espantables, fueron mucho turbados, et fizieron ayuntar a los viejos e grandes sabidores [401a] de su ley, los quales eran grandes atrólogos y se fazían adebinos, y rogáronles que les declarassen que cosas significaban los signos acaesçidos. Estonce aquellos sabios enbaeçidos en locura començaron de dezir: «Este es nuestro Dios Alá que por nosotros pugna et grandes señales en ayuda nuestra muestra, e grande es la su bondad y grande nuestra ventura; syn cessar le demos gracias por su grand mesura, el qual por los grandes méritos de nuestro grand propheta Maomad nos quiera dar para siempre a Espa ña por nuestra herençia [420 bcd]. Ca sed çiertos e non dubdedes que syn duda todos aquestos signos son en ayuda nuestra y en daño de los cristianos [403abc], que quando quier que la luna que es nuestra escuresçe al sol que es de los cristianos, es en daño dellos y en provecho y ayuda nuestra [404bcd]. Y vos, muy grande y trihumphante enperador, con todo vuestro exérçito sóys significado por la luna, ca vos entraréys en las tierras de los christianos, et con fuego e con sangre escureceréys y traheréys en oprobio y en denuesto para siempre la ley de los christianos. Ca el fuego y los vientos y los otros signos que acahecieron, todos fueron contra ellos [450ab], et las estrellas vnas con otras se dar significa que vos con vuestro exército, en sus tierras entrando, han de venir luego por lo vos defender, mas luego serán vencidos. Por tanto nuestro consejo sería que vuestras gentes apreçebiéssedes et contra los christianos fuéssedes, ca luego syn duda, segund los signos, serán vençidos y para siempre destruidos». [407ab¿?]Quando Abramante y los otros reys y morismas oyeron estas nuebas, fueron mucho alegres y non eran avn acabadas bien estas razones cuando llegaron los menssageros que enbiaran a los christianos por las parias, los quales recontando commo los christianos non puerían pagar sin dar las parias nin donzellas los cristianos (sic), mas que estaban aprescibipos para morir o vençer quando los alfaquís y grandes sabios y biejos oyeron estas razones y nuebas, a grandes vozes dixeron: «Agora podedes ver si es verdad lo que nosotros vos dezíamos, ca ellos buscan su mal, et agora serán perdidos y quebrantados y destruidos, pues ellos contra vos se alçan y vos quitan las parias que vosotros m ás amábades [406bcd], Pues apercebidvos todos muy presto e nos vos déys vagar en yr a destruyr e matar pues los signos ante passados os parescen dar vitoria». Quando aquesto oyeron los reys moros y Abramante, et levados todos en grand sanna y soberbia con tiránica codicia, enviaron sus cartas y mensajerías muy apriesa [409b] Venieron todos muy bien apreçebidos de armas y de lo otro necesario [409cd]. Quando aquesto oyeron los moros, esforçándose en los signos, veniéronse todos muy prestos commo a perdones, adonde los reys moros estaban. Et cuando fueron todos ayuntados, eran tantas morismas que en guisa ninguna non podrían ser contadas [410ab] Et tantos eran que non podían todos por vn camino faza tierra de christianos [venir], mas venían con sus cabdillos mui bien ordenados por diverssas partes faziendo grandes daños y estragos en la tierra de Christianos [415apc], y en fin, según que entre sy concertaron, fueron todos ayuntados çerca de Ximancas, de cuya entrada y venida fueron espantados todos los cristianos.
Capítulo clj De commo los cristianos fueron mucho espantados, viendo tanta muchedumbre de moros & de commo los esforçó el conde. [Los cristianos, al ver las fuerzas enemigas, quieren contratar paz con los moros, pero Fernán González se niega a hacer tal cosa, y propone que se pongan todos bajo la protección de sus patronos, Santiago y San Millán, asegurando que los castellanos lucharán solos, hagan lo que quieran los demás].
Capítulo clij
[El rey Ramiro explica a los suyos la vergüenza y desonra que tendrán al no ayudar al conde, y propone establecer los Votos de Santiago, proyecto que aprueban todos. El conde anima a los suyos, pidiendo que sean los primeros en la batalla, y añade: «Et vien commo ellos se encomendaron a Santiago & le fezieron voto, ansí nos nos encomendamos & encomendamos a aquel vienaventurado mi señor & grand amigo monje San Pelayo, et fagamos voto al glorioso & bendito San Millán de le dar cierta cantidad para siempre jamás, si en esta batalla nos veniere ayudar. Et en fin de la vatalla, si ansí fuere, propongamos de gelo dar & para siempre lo confirmar». El conde declara su fe en la victoria sobre los moros].
Capítulo cliij
Quando fueron esforçados los leoneses & castellanos, enderesçaron & hordenaron los christianos muy vien sus vatallas, ca ya los moros estaban esperando en el campo, et como dize don Lucas de Tui en su corónica, fue día de San Justo & de San Pastor, et era lunes a............día del mes de............ et yba el conde Ferrán González en la delantera con sus castellanos, & iba a manoderecha el rey don Ramiro con sus leoneses, et a mano yzquierda el rey don García de Navarra con sus gentes. Et començaron todos de ferir muy reciamente en los moros, llamando y deziendo: «¡Santiago, Santiago! ¡San Millán, San Millán! ¡San Pelayo, San Pelayo» et los moros fazían grandes roydos & daban vozes llamando: «¡Mahoma, Mahoma!» E los christianos de la primera entrada passaron todos las hazes de los moros & llegaron al fin de ellas. Quando aquesto vieron los moros, dieron buelta sobre los christianos, et commo eran muchos además, tomaron los cristianos en medio y feríenles muy fuertemente. Estonces los leoneses & navarros comenzaron a desmayar. Quando aquesto vido el conde Ferrand González, començó a esforçarlos y él començo de pelear muy reciamente e matar a muchos, et alcanço de vn golpe por encima de la cabeça al obispo o alphaquí principal de los moros y acodióle con otro golpe, del qual cayó en tierra muerto. Quando los moros vieron esto, esforçáronse mucho y cercaron otra vez a los cristianos, y desque los leoneses e navarros se vieron asy cercar, escomençáronse a retraher y a foyr; et por quanto les dezían y retrayan el conde Ferrand González e los reys don Ramiro e don García, non cesaban de foyr poco a poco.[Fernán González vuelve a animar a sus tropas]. Y esto deziendo, acató arriba e vio los çielos aviertos, e por la abertura dellos descender muchedumbre de angeles armados de cruces e venían entre ellos el apóstol Santiago y San Millán et San Pelayo, et ven ían en caballos blancos como cristal y trayan armas blancas y resplandecientes como el sol, y el apóstol Santiago traya en la cabeça vna mitra pontifical [458abc], y este con los otros por escudos cruces blancas; y ansy commo venían hordenados, semejaba al conde que ferian en los moros, lo qual viendo el conde y cristianos fincaron todos las rodillas [440b], et adoraron al que vibe en los siglos & por los siglos, amen. Et commo los moros non vieron la ayuda celestial, mas los christianos arrodillados, dieron vozes a sus caudillos & señores Abramante & Adurramen & Avenafia, deziendo: «Reis invitíssimos & amigos del nuestro grand propheta Mahoma, sed clementes a estos mesquinos de cristianos, que ya sentiéndose vencidos & muertos ser, os demandan con humilidad merced & perdón». En esto vieron todos los cristianos commo toda la corte & caballería del çielo veniera, herían & mataban quantos moros alcançaban. Et las mesmas armas, commo saetas & lanças & dardos & ct. que los moros tiraban se volbían a aquellos que las tiraban & los mataban [444bc]. (12) Et commo esto vieron los christianos que fuyeran, fueron muy esforçados & començaron de consuna con la santa cavallería celestial a ferir & matar en los moros. Et tan grande fue el espanto que ovieron los moros, que fueron quasi locos tornados, et los otros començaron a fuyr muy de rezio. Estonçe el conde Ferrán Gonçález començo de yr en pos de los moros, matando & feriendo muy reciamente, et arrojó una lança Avenafia, rey de Çaragoça, et dióle por las espaldas & passó la lança a la otra parte, et cayó en tierra muerto, (13) e ganó dos señas de los reis moros. [445a¿?]Abramante y Adurramen, los quales escaparon solos, fuyendo a huña de caballo. Fueron en esta vatalla, segund todas las corónicas afirman, ochenta mill muertos de los moros, et segund la corónica del mui reverendo señor don Pedro, (14) obispo de Palencia, non se ley aver sido en España tantos muertos en vna vatalla, los quales fueron, commo él dize por su latín, por misterio y vitoria angélicos. Et desque esta tan grand vatalla fue vencida y debaratada e afincada, dieron los loores e gracias a Dios et a los santos que por patrones tomaron, et offrecyéronles los mejores dones que en el campo se fallaron, y confirmaron los reys y el conde Ferand Gonçález con los obispos e abbades e prelados y justicias, çibdades e concejos e villas e logares asy poblados como por poblar [464b?] de todos los reygnos de Es paña, las quales tierras y partidas y que cosas sean de dar en cada tierra reparten los mesmos previlegios, los quales guárdense ningunos que non sean osados en algo los quebrantar o contradezir, por que non tan solamente sepan los que los fezieren en vida & en muerte tener & aver a estos vienaventurados santos por contrarios, mas tanvién son descomulgados por los apostólicos romanos, commo por sus vulas apostólicas paresçe. (15) Et mucha razón es que todos tengan & guarden la obligación & gracia que ofresçíeron a estos gloriosos santos, pues ellos tanvién la meresçieron, ca antes que lo rescibiessen, lo travajaron & afanaron, [448ab] et tanvién si debidamente con estos protimitimientos (sic) si los con voluntad serbimos, sienpre los sentiremos ayudadores. Et desque el rey don Ramiro et el conde don Ferrán González et el rey don García ovieron confirmados & corroborados los pribilegios & votos que promitieran, fuéronse todos ansí commo estaban en romería a Santiago, et desque ovieron ende fecho sus ofretas (sic) muy grandes, volbieron en romería a San Pedro de Arlança, donde estaba colocado el cuerpo de San Pelayo, et ofrescieron ende por consiguiente sus ofrendas, en el qual monasterio era estonçe abbad don Gaudio, varón de muy honesta & santa vida. Et avía en el monasterio clxxx monjes, sin los que estaban fuera en otros monasterios que eran a la casa subjetos, que eran al pie delx. Et del monasterio de San Pedro de Arlança fuéronse los reyes & conde Ferrán González en romería al monasterio de San Millán, en el qual estaba colocado el cuerpo de San Millán, (16) et era estonçe dende abbad don Ferruz. Et desque ovieron tanvién fecho ende sus limosnas, despediéronse todos para sus tierras muy alegres & en paz, dando gracias a Dios. Et desde aquel día en adelante, nunca hossaron los moros demandar parias o otros tributos a los christianos. Y en esta vatalla fue enclís del sol por espacio de vna grande hora, lo qual confirma el arçobispo don Rodrigo en su corónica por su latín asy: Tunc fuit solis eclisis per unam totam horam diei etc. Lo qual así mesmo dize el arçobispo de Antonio de Florencia en su segunda parte, en el título xvi capítulo iii ansí: Sol horribilem eclisin passus est in feria sesta, hora diei tercia, quo die in Spania Adarraman rex sarracenorum a Ramiro rege Galecie & a veligerisimo comité Ferdinando superatus in velo fuit.
NOTAS (1) C. C. Marden Poema de Fernán González (Baltimore 1904) pág. 113. R. Menéndez Pidal Reliquias de la poesía épica española (Madrid 1951) pág. 34. (2) Los demás manuscritos están detallados en Menéndez Pidal, loc. cit. (3) En este manuscrito faltan las fechas, quedando una laguna en el texto. Otras fuentes dan el año 939, aparte de Berceo y sus fuentes que dan 934; (4) Abramante, rey de África no ocurre en las demás versiones de esta batalla. Sin embargo aparece constantemente en la literatura medieval. Bramant es un moro enemigo del rey Galafre en el Mainete. Carlomagno le mató en combate y le ganó la espada Durendarte, (Primera Crónica General, cap. 597). En la épica francesa ocurre con frecuencia este mismo nombre, como se ve por la lista que da E. Langlois Table des noms propres dans les Chansons de Geste (Paris 1904) págs. 110-1. En varias épicas se le dice rey de África:
Adenés li Rois, Enfanees Ogier 3880-1, ed. Scheler (Bruselas 1874). Según el Poema de Fernán González, (ed Zamora Vicente, Clásicos Castellanos) copla 488a hubo vn rrey de los de África en la batalla de Hacinas, que se identifica con la de Simancas. En el Libro de Alexandre ed. R. S. Willis (Paris 1934) se lee (P. 1332 = O. 1192).
El manuscrito P. del siglo quince coincide en la forma abramante con el nombre del rey africano que da Arredondo. El manuscrito O. del siglo trece da tan fiero breymante, y ambas formas indican que el nombre de este rey de África se había hecho proverbial, tanto para producir un sustantivo común. ¿Es posible que Abramante sea una reducción del nombre Abdurrahman, que aparece como Adurramen en esta Crónica de Arredondo? Para las etimologías de (A) bramante, véase J. Coraminas, Diccionario [BRAMANTE & BRAMAR]. (5) Adurramen es abdurrahman III (912-61), el rey que aparece en el Privilegio de los Votos de San Millán (J. A. Llórente Noticias Históricas de las Tres Provincias Vascongadas, tomo III, (Madrid 1807) págs. 191-8). Se declaró califa el el 17 de enero de 929, y quedó independiente de cualquier emperador desde esa fecha. (6) Las sesenta doncellas pertenecen a la tradición de los Votos de San Millán. En el Privilegio de los Votos de Santiago se habla de un tributo de cien doncellas. Estas doncellas, según Arredondo, son Fijas d'algo, mientras que Berceo y sus fuentes dice que son treinta nobles, treinta plebeyas. (7) Se trata de Abu Yahya, el Abohahia de la Historia Sítense (ed. Pérez de Urbel), (Madrid 1959). pág 167) quien apoyó a Abdurrahman en la campaña de Simancas, habiéndole sido rebelde. Su nombre completo es Abu Yahya Muhammad ibn Hasim. (8) Este manuscrito dice junio donde Berceo tiene julio, S. Mill. 378a. El Privilegio Latino de los Votos de San Millán tiene xiiij klas. ag. (9) Arredondo ha leído mal a Berceo, copla 388c, donde el ábrigo soca rrava los burgos e las villas cabdales.(10) Arredondo no entendió la palabra senzida en el verso 289d: o sea ilesa. (11) La adición del nombre de San Pelayo tiene las trazas de ser parte de la elaboración arlantina de la leyenda, pro domo sua, véase Poema de Fernán González, ed. cit. sobre todo las coplas 403-9. (12) Este miraglo ocurre en la batalla de Simancas solamente en la versión de Berceo. Berceo lo derivó de la épica sobre Covadonga (cf. M. Pidal Reliquias pág. 24), y ocurre en su lugar debido en el Poema de Fernán González coplas 118-9. (13) Abenafia, según el Silense quedó prisionero de los cristianos. Berceo y las fuentes emilianenses no dicen nada de este personaje. Berceo dice expresamente que no sabía la suerte de los reyes moros, (454a). (14) No he sabido identificar este don Pedro, obispo de Palencia. Es probable, sin embargo, que sea Pedro Nuñez de Osma, autor de un «Sumario de los reyes de León y Castilla, desde don Pelayo hasta los reyes Católicos», visto por Nicolás Antonio en la Biblioteca del Conde de Vallumbrosa. (Biblioteca Hispano Vetus, X, 16, pág. 227, § 902' (15) Arredondo se refiere, igual que Berceo en la copla 464, a la Bula Pancarta de Inocencio III del 5 de mayo de 1199. Esta bula es muy sospechosa, y es seguro que la cláusula referente a los Votos,de San Millán fue insertada en una copia falsificada (véase Serrano Cartulario de San Millán (Madrid 1930) pág. xciii, nota 11). No he podido encontrar la confirmación de Gregorio IX, expedida en Aviñón en 1227 según Fray Martín Martínez, Apología por San Millán (Haro 1632) folio 27v. Desde luego no se encuentra en el archivo de San Millán, ni los demás fondos que he registrado. (16) Las palabras en el qual estaba colocado del cuerpo de San Millán indican que Arrendo sabia de la traslación de las reliquias de San Millán desde Suso hasta Yuso en el siglo XI. Ninguna otra fuente nos habla de las visitas a Compostela, Arlanza y San Millán, ni ocurre tampoco ningún abad de San Millán llamado Ferruz (Ferrucius) antes de 996 (Serrano, Cartulario, núm. 67). Sospecho una fuente falsificada, ya que la obra de Fernandus Translatio Sancti Emiliani (edición en España Sagrada tomo 50 (Madrid 1866) págs. 365-80), que data de la primera mitad del siglo XIII, durante el abadiato de Juan Sánchez (1209-53), y que emplea documentos falsos para sus fuentes (véase B. de Gaiffíer d'Hestroy. «Les sources de la Translatio Sancti Emiliani», en M élanges Félix Grat (París 1946) págs. 153 68) habla mucho de un abad Ferrucius, al parecer fabuloso, según la fechas que da Fernandus.GONZALO DE BERCEO BRIAN DUTTON (Birkbeck College, Universidad de Londres)
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EL TRIBUTO DE LAS CIEN DONCELLAS | |
De León y las AsturiasRamiro tiene el reinado.Esos moros de Barduliale enviaron su mandado,que si paz quiere con ellosel tributo les sea dadoque les daba aquese rey,Mauregato era llamado.Cada año son cien doncellaslas cincuenta hijasdalgopara se casar con ellasy tenellas a su mando.Gran pesar cobrara el reyen oír el tal recado;entró en tierra de los moros,mucho lo había estragado.En Abella1, ese lugar ,muy gran lid había trabado;despartiéralos la nocheen Clavijo, ese Collado.Los cristianos con fatigaa Dios estaban llamando,llorando de los sus ojos,muy grandes sospiros dando.Lo que le pedían eraque no los haya olvidado,ni consienta que los morosqueden muertos en el campo;ruéganle que los acorrapues es su Dios soberano.
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(Romancero Castellano)
1 Albelda |
PROCESIÓN DE LAS CIEN DONCELLAS EN SORZANO (LA RIOJA) Cada tercer domingo de mayo, la tradición llega puntual a la localidad de Sorzano para cumplir con una costumbre ancestral: la conocida como Fiesta de las Cien Doncellas, una tradicional procesión en la que participan un centenar de jóvenes mayores de 13 años, ataviadas con trajes de novia y que portan grandes ramos de acebo adornados con flores. Una ceremonia de ofrenda que se celebraba hace siglos en otras localidades del lugar pero que actualmente perdura en Sorzano. Aunque hay quien vincula esta tradición con el deshonroso tributo que Abderramán II exigía a los pueblos cristianos para no atacarles, una análisis detallado lo aproxima más si cabe a un rito pagano, concretamente a las sacerdotisas que se consagraban a Vesta, diosa del hogar, y que recibían el nombres de vestales: jóvenes vírgenes encargadas de mantener encendido el fuego sagrado de sus templos (al ser en mayo, podría asociarse también con los favores que los romanos pedían a la diosa de la fecundidad en ese mes). Más información: APROXIMACIÓN A LA PROCESIÓN DE LAS CIEN DONCELLAS DE SORZANO: | |
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