Biblioteca Gonzalo de Berceo
 

 


    
Como aproximación primera se podría decir que en Berceo el Diablo hace elpapel de antagonista y sigue, bastante fielmente, los preceptos marcados por latradición, aunque conlleva algunos matices personales del poeta riojano, como lanaturaleza de tentador: “es la vieja función del demonio que le hizo perder el paraísoterrenal al primer hombre y que en los Milagros induce aun a los personajes más noblesa pecar”22. El Demonio, por lo tanto, es el que hace pecar al hombre; de ahí que en esta
colección de milagros, los conceptos de “pecado” y “pecador” se mencionenhabitualmente mientras se prepara la aparición de Satán. Aunque “la trilogía orgullo-codicia-impureza domina el palmarés medieval de los pecados graves”23, de entre lossiete vicios del ser humano, sin embargo, el que más repercusión tiene en Berceo es el
de la lujuria.
    En el “Sacristán fornicario” se pone de manifiesto desde el título mismo,
presentando la imagen de un monje que, a pesar de que “el enclín a la Ave / teniéla bienusada (v. 80c)”, cae en la tentación carnal debido a la intervención del Diablo:

El enemigo malo, de Belzebud vicario 78
que siempre fue e ésto de los buenos contrario,
tanto pudió bullir el sotil adversario
que corrompió al monge, fízolo fornicario.

En una de las noches, en que salía “el entorpado / a la mala lavor” (v.79d),
resbala en un río cercano y muere ahogado. En ese momento arriban los ángeles y losdiablos para llevarse el alma del fallecido:


Mientras yazié en vanno el cuerpo en el río 85
digamos de la alma en qual pleito se vío
vinieron de dïablos por ella grand gentío,
por levarla al váratro, de deleit bien vazío.


Mientre que los dïablos la trayén com a pella, 86
vidiéronla los ángeles, descendieron a ella,
ficieron los dïablos luego muy grand querella,
que suya era quita, que se partiessen d’ella.


Los demonios, por tanto, han de ser representados como seres horrendos. Dehecho, parece que “la posible explicación sobre esta fealdad no se localiza en la obra delclérigo riojano, aunque sí en otras obras como las Cantigas”24. No obstante, “ningunode los personajes berceanos, como se observa sobre todo en Milagros, sufre la condenaeterna. Si mueren en pecado reciben una segunda oportunidad, y eso que, a veces, elalma está siendo maltratada por los diablos”25. La Virgen interviene, manteniendo conel Demonio una confrontación verbal, pero finalmente deberá acudir a su Hijo para quesolucione el pleito:

Serié en fervos fuerza non buena parecencia; 93
mas apello a Christo, a la su audïencia,
el que es poderoso, pleno de sapiencia,
de la su boca quiero oír esta sentencia.


El Reï de los Cielos, alcalde savidor, 94
partió esta contienda, non vidiestes mejor:
mandó tornar la alma al cuerpo el Sennor,
dessent qual mereciesse, recibrié tal onor.


    En “San Pedro y el monje mal ordenado” se sigue prácticamente el mismoesquema, únicamente que aquí la Virgen sólo interviene como mediadora entre SanPedro y Cristo, para que su Hijo admita resucitar al monje que ha muerto en pecado. Elreligioso, cuya conducta no había sido en ningún momento ejemplar, cae en la lujuria,dejando embarazada a una prostituta:


Era de poco seso, facié mucha locura, 161
porque lo castigavan non avié nulla cura;
cuntió’l en est comedio muy grand desaventura:
parió una bagassa d’él una creatura.


    Como no podía ser de otra manera para propiciar la situación milagrosa, tomaunas sustancias (parece ser que para controlar el apetito sexual)26, que le provocan unamuerte tan repentina que fallece sin confesión.
 

Vivié en esta vida en grand tribulación, 163
murió por sus peccados por fiera ocasión,
nin priso Corpus Dómini nin fizo confessión,
levaron los dïablos la alma en presón.


      Si bien es verdad que en casi todos los milagros “Berceo está profundamentepersuadido de que la salvación es muy fácil de obtener”27 y, como ya se ha mencionadolíneas más arriba, se salvan incluso aquellos que en principio no lo merecen, estaredención en concreto parece ser de las más arduas de obtener, puesto que aunqueacuden a Jesucristo San Pedro y las Virtudes (en el caso de las Cantigas de Santa Maríade Alfonso X son los Santos), no logran su perdón hasta que interviene su Madre.
     En el “Parto maravilloso” también se trata el tema de la lujuria. Una mujer desupuesta vida licenciosa llega a la ermita de San Miguel embarazada. La situaciónastronómica hace que la marea suba y ella se quede atrapada, sin posibilidad desalvarse, por las peligrosas olas del mar. Nadie acude a ayudarla porque, según afirman,“esta mesquina fue desaventurada; / sos peccados toviéronli una mala çelada” (vv. 440cy d). A pesar de que no aparezca el Diablo representado como tal, sí que se atisba sufuerza y su poder al calificar a la mujer de pecadora, o al decidir todos los que asistieronal accidente no prestarle socorro.
    Algo semejante se aprecia en “De cómo una abbadesa fue prennada et por suconbento fue acusada et después por la Virgen librada”. Tampoco en este milagro seencuentran menciones directas a la figura de lo demoníaco y, sin embargo, se hallapatente su influencia al narrar los hechos:

Pero la abbadesa cadió una vegada, 507
fizo una locura que es mucho vedada;
pisó por su ventura yerva fuert enconada,
quando bien se catido fallóse embargada.


    De estos cuatro casos que se han detallado cabe hacer constar que sólo en losque los pecadores eran varones se hace explícita la aparición y la tentación del Diablo,pero no así en los milagros protagonizados por mujeres.
    La ira, otro de los siete pecados capitales, se recoge únicamente en el “Prior deSan Salvador y el sacristán Uberto”. En el poema del riojano se presenta un monje, cuyoprincipal defecto consiste en ser soez y vulgar:


Avié el bon omne una lengua errada, 283
dizie mucha orrura de la regla vedada;
fazié una tal vida non mucho ordenada,
pero dicié sus oras en manera temprada.


    A pesar de su vileza, cada día cumple con su obligación cristiana:


Avié una costumne que li ovo provecho, 284
dizié todas sus oras como monge derecho,
a las de la Gloriosa siempre sedié derecho,
aviéli el dïablo por ello grand despecho.


    Por eso cuando fallece y es llevado a un “áspero logar” (v. 286b), la Virgenacudirá en su ayuda para sacarlo de tan penoso exilio:

Prísome por la mano e levóme consigo, 297
levóme al logar termprado e abrigo;
tollióme de la premia del mortal enemigo,
púsome en logar do vivré sin peligro.


    En este caso, el pecador ha cumplido una cierta condena, aunque, como se hamencionado con anterioridad, nunca es eterna en Berceo, ya que su verdaderapretensión consiste en que el “público lector-oyente viva y muera en gracia de Dios yalcance la salvación. En esto conecta con la intención de los predicadores y confesoresmedievales para los cuales Satanás es, paradójicamente, un auxiliar cómodo,convirtiéndose en el antagonista de la gracia en los exempla morales”28.
    El último vicio humano que se encuentra representado en los Milagros deNuestra Señora y que trae pareja la participación del Diablo es la avaricia. La primerade las narraciones es la de “Los dos hermanos”, que describe a ambos protagonistasdesde el propio comienzo:


Peidro’l dizién al clérigo, avié nomne atal, 237
varón sabio e noble, del papa cardenal;
entre las otras mannas avié una sin sal,
avié grand avaricia, un peccado mortal.


Estevan avié nomne el segundo ermano, 238
entre los senadores non avié más lozano;
era muy poderoso en el pueblo romano,
avié en “prendo prendis” bien usada la mano.
 

Era muy cobdicioso, querié mucho prender, 239
falssava los judizios por gana de aver;
tolliélis a los omnes los que lis podié toller,
más preciava dineros que justicia tener.


   Los dos fallecen y Dios decide que Esteban debe pasar el resto de la eternidad enel infierno:


Deseredó a muchos por mala vozería, 245
siempre por sus peccados asmó alevosía.
Non mereze entrar en nuestra compannía,
¡vaya yacer con Judas en essa fermería!


   Aquel lugar donde el Demonio se convierte en el único Príncipe “es unultratumba humanizado en que las almas no sólo actúan a la manera humana, sino quesiguen acordándose de la Tierra” 29:


Prisiéronlo por tienllas los guerreros antigos, 246
los que siempre nos fueron mortales enemigos,
dávanli por pitanza non mazanas nin figos,
mas fumo e vinagre, feridas e pelcigos.


    Esteban, entonces, reconoce a su hermano Pedro y le pregunta por qué seencuentra en el mismo lugar que él, cuando su comportamiento en el mundo humanofue honrado. La culpable, responde el clérigo, es, precisamente, la avaricia:

Dixo Peidro: “En vida trasqui grand avaricia, 250
óvila por amiga abueltas con cobdicia;
por esso so agora puesto en tan mala tristicia;
qui tal faze, tal prenda, fuero es e justicia.


    No obstante, y a pesar del pecado mortal en el que habían caído ambos, gracias ala mediación de San Proyecto, Esteban conseguirá resucitar, deshacer sus maldades enla Tierra y, finalmente, morir con la bendición cristiana. Pedro, por su lado, logrará queel Papa, a través de la oración, mejore su estado en el otro mundo. En este milagro, en elque, en realidad, la Virgen sólo aparece como acompañante del Santo para que su Hijoescuche su plegaria, la “gent adïablada” (v. 260ª) apenas actúa como maléfica y temible.Simplemente permiten que el alma sea repuesta en el cuerpo y ni siquiera intentanretenerla en los infiernos.
    En el “Labrador avaro” se observa el vicio del protagonista desde el propio títuloe inicio del relato:


Fazié una nemiga, suziela por verdat, 271
cambiava los mojones por ganar eredat,
façié a todas guisas tuerto e falsedat,
avié mal testimonio entre su vecindat


    De nuevo arriba la muerte, como elemento narrativo y de cohesión, y tantoángeles como diablos tratan de llevarse su alma:


Finó el rastrapaja de tierra bien cargado, 273
en soga de dïablos fue luego cativado,
rastrávanlo por tienllas, de cozes bien sovado,
pechávanli a duplo el pan que dio mudado.

     Sin embargo, se nombra a la Virgen María, y enseguida los demonios“derramáronse todos / como una neblina” (V. 278c). En esto se observa “la creenciaformalista en la omnipotencia del gesto o de la palabra” ya que “vemos a los diabloshuir tan pronto oyen pronunciar el nombre de la Virgen. Así, las palabras bastan paraponer en fuga a Satanás o para atraer la misericordia divina30. Con este tipo de seresdiabólicos, que en cuanto hallan cualquier obstáculo divino dejan de luchar por unasalmas que, en principio, les corresponderían, Berceo pretende “no hacer una teología delmiedo, y muestra una concepción apacible y liberadora de la religión, en consonanciacon el optimismo plenomedieval”31. Incluso, se podría añadir, que este antagonista quepresenta el poeta riojano de un modo, en ocasiones, humorístico, no es más que un ejesobre el cual gira el hilo narrativo de los milagros, una especie de “excusa” sin la cualsería difícil justificar la intervención mariana.
    Algo semejante ocurre en la “Iglesia despojada”, poema en el que se cuenta laacción de dos ladrones que han sido guiados por el Diablo, “que es un mal güión” (v.706 (870) d):


El uno era lego en duro punto nado, 707 (871)
el otro era clérigo del bispo ordenado;
llegaron en Çohinos, guïólos el Peccado,
el que guïó a Judas fazer el mal mercado.


    Ambos deciden robar en una iglesia cercana, pero no se contentan con llevarselas sábanas que cubren el altar, los libros y las vestimentas, sino que, además, el clérigoosa sustraer la toca de la Virgen. Sin embargo, Santa María, ofendida por los ladrones,hace que la prenda quede pegada a las manos del religioso para que todas las gentessepan quién cometió el hurto. Finalmente, el clérigo será desterrado y amenazado con elahorcamiento si regresa algún día por aquellos contornos.
    En estos tres nuevos milagros berceanos, por tanto, lo que se encuentra es unDiablo tentador que apenas es descrito porque no es lo que más interesa destacar.Únicamente se pretende señalar con estas referencias por qué todos esos hombres hancometido sus pecados y, por supuesto, la grandeza de María y su poder frente al Mal.
 


 

 

Pedestal de una columna de retablo barroco de capilla del Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla.

 

 

NOTAS

22 Carmelo Gariano, Análisis estilístico de los “Milagros de Nuestra Señora” de Berceo, Gredos,Madrid, 1971, p. 58.
23 Georges Minois, Historia de los infiernos, Paidós, Barcelona, 1994, p. 229.
24 Juan Antonio Ruiz Domínguez, El mundo espiritual de Gonzalo de Berceo, Instituto deEstudios Riojanos, Zaragoza, 1999, p. 133.
25 Juan Antonio Ruiz Domínguez, La historia de la salvación en la obra de Gonzalo de Berceo,Instituto de Estudios Riojanos, Bilbao, 1990, pp. 139-140.
26 Véase la cita a propósito de los “lectüarios” que Michael Gerli incluye en su edición de losMilagros (op. cit.) en la página 100.
27 Joël Saugnieux, Berceo y las culturas del siglo XIII, Instituto de Estudios Riojanos, Logroño,1982, p. 20.
28 Juan Antonio Ruiz Domínguez (1999), op. cit., p. 116.
29 Carmelo Gariano, op. cit., p. 68.
30 Joël Saugnieux, op. cit., p. 17.
31 Juan Antonio Ruiz Domínguez (1999), op.cit., p. 117.


Para saber más :
Biblioteca Gonzalo de Berceo

 

LA ESTIRPE DIABÓLICA: LOS SIETE DESCENDIENTES DE SATÁN
MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA: UNA GALERÍA DE PECADORES
(págs. 196-204)

Apariciones demoníacas en las obras de Berceo (Elena Núñez González)

 

 

LAS MÁSCARAS DE SATÁN.
LA REPRESENTACIÓN DEL MAL EN LA LITERATURA ESPAÑOLA,
DEL CID A LA CELESTINA

Tesis Doctoral
(texto completo en formato PDF)
Presentada por Elena Núñez González
bajo la dirección del Dr. D. Carlos Alvar
Alcalá de Henares
2007

 

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