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En el latín el relativo QUI, QUAE, QUOD y el interrogativo QUIS (QUI), QUIS, QUID eran una misma cosa. Tan solo diferían en el nominativo singular. Pronto la lengua popular eliminó el nominativo singular masculino y femenino QUlS en provecho del masculino QUl y el femenino QUAE y confundiendo el neutro QUID y QUOD. La situación latina ofrece una gran confusión de formas dentro de la cual se ve que las del masculino han ido eliminando a las femeninas hasta sustituirlas. Así,las formas latinas quedaban reducidas virtualmente a expresar la oposición masculino-femenino contra neutro, y esta situación acabaría por prevalecer. El desorden latino se perpetúa en la Península Ibérica: la flexión del relativo se redujo al nominativo masculino QUI, al acusativo masculino QUEM y al neutro QUID. Estas formas se emplearon lo mismo para el acusativo que para el nominativo, para el singular que para el plural, para el masculino que para el femenino, pues no se creyó necesario precisar el género y el número que van o pueden ir determinados con claridad por el antecedente del relativo, El origen del que romance en función relativa parte del acusativo QUEM, que en pronunciación proclítica perdió la -M y no diptongó la vocal. Tradicionalmente se caracteriza al que relativo porque desempeña una función sintáctica dentro de la proposición subordinada: es sujeto, objeto o término. El que relativo va referido a un concepto de la oración principal expreso o tácito. En la VSD este antecedente puede ser: a) Un sustantivo. En este caso el relativo acostumbra a seguir al antecedente; no hemos hallado ninguna muestra del caso contrario (vv. 2178, 1831, 972, 774, ... ). b) Un pronombre demostrativo: esso (vv. 774, 2014). esto (vv. 1792,1294), aquestas (vv. 949). c) Otra palabra distinta al nombre sustantivo: - un adverbio (v. 773), - un adjetivo sustantivado (v. (37), - otro pronombre: algunos (v. 2491), otro (vv. 2309,982), muchos (vv. 630,1541), - el sustantivo degradado «cosa», que puede referirse a todo un contenido oracional o a una o varias acciones (vv. 1134,493),
- todo un sintagma (vv. 245,1769,2265,2669 .... ). d) El artículo. La estructura más frecuente en la obra de Berceo es la de artículo neutro + que [treinta y cuatro casos (vv. 874, 1523, 3018... ) frente a ocho de el que (vv. 2284, 222 ... ) y seis de la que (vv. 34,211...)]. En la VSD hay preferencia por la construcción artículo + relativo en detrimento del relativo encabezado por qui en función de sujeto. La causa habría que buscarla en la intención del autor al escribir el texto. Y es que la pluma de Berceo actúa como un arma de doble filo: por un lado, al basarse en un texto latino tiende a mantener formas arcaicas y a ser más tradicional en la elección de estructuras; por otro lado, al sentirse propagador de la figura de Santo Domingo, debe intentar lIegar al gran público mediante denominaciones más generales, en las que puedan verse reflejadas todo tipo de personas. Cuanto más abstractas sean las designaciones, más tipos se sienten identificados. Este mismo deseo de Berceo de llegar al pueblo se manifiesta en la frecuencia con que vuelve a repetirse el antecedente del relativo de forma pleonástica dentro. de la misma oración de relativo (vv. 1792, 1530. 1323, ... ). Esta construcción es bastante frecuente en el lenguaje periódico, para de este modo evitar toda ambigüedad. Vendría a afirmar este dato la hipótesis de una posible relación de Berceo con la abogacía. Mientras los tres primeros tipos de antecedentes son claramente explícitos, en el último grupo el del artículo será el contexto el que permita deducir el concepto que deja de expresarse contando con que el oyente sabrá atribuirle la forma y función adecuadas. El pronombre relativo que carece de características morfológicas que nos permitan asignarle una función dentro de la oración subordinada. Así pues, las relaciones que establece con la oración que introduce dependen de la frase nominal que le sirve de antecedente. A partir de éste se le atribuye una función con respecto al verbo de la oración encabezada por que. La VSD deja constancia de las siguientes funciones: - El que desempeña. la función de sujeto (vv. 2427, 2959, 2927, 2799 ... ). - El que desempeña la función de complemento directo (vv. 1766. 1694, 1484 ... ). -El que es término de una preposición y desempeña la función de complemento circunstancial. Las preposiciones que le acompañan son: en (vv. 1586, 1473.,2666) y de (vv. 2794, 1984, 1972). -Acompañado por el articulo, lo oración de relativo se sustantiva y así puede hacer de sujeto (vv. 2645,294, 415, 314 ... ). complemento directo (vv. 1578,2015, .... ), indirecto (vv. 281, 1069, 1448}. complemento de una forma no personal (v. 1288), de un sustantivo (v. 1646) y un adjetivo (vv. 615,2497). - La ausencia de preposición en casos en que debería llevarla no es infrecuente y marca el paso a la gramaticalización del que (vv. 2008,1952, 1951 .. ). Dentro del capítulo dedicado al relativo nos encontramos con la forma qui. Ya hemos visto cómo en latín vulgar qui suplantó al interrogativo QUIS y en románico QUID, QUAE, QUEM se fundieron en que. De las dos únicas formas resultantes, qui sustituyó a que ya en los siglos III y lV. En los plrimeros tiempos del idioma, la misma inmadurez e inseguridad de la lengua hacia vacilar entre las posibles maneras que el latín en su herencia le brjndaba: el qui románico heredó de QUI el género masculino y de QUIS la referencia personal, así como el que continuó la feminidad del QUAE y la referencia de cosa de QUID. En la VSD no encontramos ningún testimonio del uso de qui con antecedente de persona femenina. Tampoco con antecedente de cosa femenina. Se advierte una afirmación total de qui a favor del género masculino. En cuanto a persona masculina encontramos numerosos testimonios que reflejan la pervivencia de este uso en la época. Lo mismo sucede con el qui referido a cosa masculina (vv. 678, 873,2499.3002); A. Par no recoge ningún caso de antecedente cosificado en la zona de La Rioja, si, sin embargo, en la VSD: en unos casos se podría hablar de conceptos personificados por el autor mientras que en otros se refiere claramente a objetos reales y concretos. Atendiendo siempre a un antecedente del género masculino se nos presenta desempeñando distintas funciones: hace de sujeto (vv. 555, 228, 60) y aparece sólo o acompañado por el articulo que lo sustantiva; otras funciona como complemento directo del verbo (v. 3068), y otras lo vemos junto a distintas preposciones en la función de complemento circunstancial (vv. 678, 2499). En la frase «Todos li davan algo, qui media, qui çatico » (v. 429) tiene el qui valor distributivo. No documentamos en todo el texto la forma quien. Qui será la encargada de sustituir unas veces a quien y otras a que, a pesar de la opinión de A. Alonso cuando afirma que en Berceo qui equivale simplemente a que sin que sea posible sustituido por quien. Desde luego que la permanencia de qui no es la misma en todo género de frases. Hay unos núcleos más fuertes de permanencia que se podrían resumir en las llamadas expresiones fosilizadas: - Las contenidas en oraciones tradicionales (vv. 3965, 3013,3068), - Las advocaciones espontáneas que el autor vierte ante la contemplación y reflexión de un hecho supremo (vv. 767, 3050). - Proverbios, modismos o pensamientos pertenecientes al saber popular (vv. 60, 228, 1980). - Las construcciones el qui, los qui, esti qui, en las que los pronombres y artículos conservan qui con mayor tenacidad que los nombres porque siendo el numero de aquéllos limitado, las combinaciones nombradas adquieren carta de hábito y se perpetúan más fácilmente (vv. 612, 549, 1861, 2907).
el QUE en la
vida de Santo Domingo de Silos
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EDICIONES DISPONIBLES DE LAS OBRAS COMPLETA DE BERCEO |
Edición y comentario, varios autores coordinados por Uría Maqua, 1992 |
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