74   La infanta Margarita

Lienzo. 128,5 x 100 cm

Viena. Kunsthistorisches Museum, 321

PROCEDENCIA Es, con toda probabilidad, un regalo de Felipe IV a la corte de Viena, con proyectos de futuro matrimonio / En 1816 figura en la Galería Imperial. De donde pasa al Kunsthistorisches Museum, catálogo n.º 321.

BIBLIOGRAFIA Curtis 253, Mayer 514, Pantorba 111, López Rey 394, Bardi 113, Gudiol 152.

 

 

 

 

 

    

 

 

     

 

    

       La fecha de este maravilloso retrato, oscila levemente unos meses según los autores: 1653, para López Rey, Camón, Gudiol y Brown, y 1654, hacia donde se inclinan Bardi, Pantorba y el propio Museo. La identificación del personaje se debe a Carl Justi, considerándose antaño retrato de la infanta María Teresa. La infanta Margarita nació el 12 de julio de 1651 y aparenta en el retrato entre dos y tres años. La confusión anterior con su hermanastra se debe a que también llevaba el nombre de Teresa (Margarita Teresa), muy de actualidad en la devoción española a Santa Teresa de Jesús o de Ávila. La célebre capilla Cornaro de la iglesia romana de Santa María de la Victoria, donde Gian-Lorenzo Bernini representará el Éxtasis de Santa Teresa, es de 1644-51, es decir, contemporánea de la pequeña infanta, nacida en 1651 y que había de ser el modelo mejor para Velázquez. Las dimensiones del cuadro varían muy ligeramente: de 128 x 100 cm que da el Museo a 128,5 x 100 cm de López Rey y Pantorba hasta 127 x 99 cm que da Bardi.

       La infanta Margarita Teresa era hija de Felipe IV y de su segunda esposa y sobrina, doña Mariana de Austria [CAT. 71], y nació casi en los días del regreso de Velázquez de su segundo viaje a Italia, donde había confirmado su extraordinaria valía con los retratos de la corte del papa Inocencio X y la exposición del de su criado Juan de Pareja [CAT. 66]. Pintó de esta princesa cinco retratos auténticos conocidos, el primero éste de Viena y el último el n.º 1192 del Museo del Prado [CAT. 79], considerado la última obra del artista, terminada por su alumno y yerno, Juan Bautista del Mazo, después de la muerte del maestro en 1660. El Museo de Viena posee otros dos, uno con traje claro, semejante y contemporáneo a la figura central de Las meninas de 1656 y otro, de 1659, con traje azul y manguito de martas cibelinas, además de otras réplicas, y de los retratos de la infanta María Teresa (contemporáneo o algo anterior) llamado "de los dos relojes", y de los príncipes Baltasar Carlos (1640) y Felipe Próspero (1659), todos ellos enviados por Felipe IV a su familia imperial austriaca, en preparación de los matrimonios dinásticos de los Habsburgo. De hecho, si ambos príncipes, malogrados, no llegaron a emparentar con sus primas, Mariana se casaría con su tío, Felipe IV, y la infanta Margarita llegaría a emperatriz de Austria al casarse con el emperador Leopoldo el 12 de diciembre de 1666; muerto su pintor, la retrató entonces J. B. Martínez del Mazo, poco antes de esa boda, con el luto por la reciente muerte de su padre el rey (Prado, n.º 888). Murió prematuramente el 12 de marzo de 1673 y yace en la cripta imperial de los capuchinos de Viena. Por sus retratos por Velázquez se adivina un carácter animado y simpático y el gran lienzo de Las meninas (en la época llamado La familia) la representa irrumpiendo en el taller de Velázquez seguida de su pequeña corte de damiselas (meninas) y enanos. Sin ser bella (ni su padre ni su madre eran hermosos, al menos a nuestro gusto del siglo XX) es graciosa y encantadora, con la elegante sencillez y dignidad propia de su familia y de su retratista.

       Este cuadro es el más atractivo de todos y uno de los más bellos de Velázquez. La infantita aparece en pie, al parecer sobre un estrado cubierto de una alfombra de lana, negra y roja; apoya su mano derecha en una mesita cubierta por un sedoso tapete azul verdoso y sobre la que hay un búcaro de vidrio con un ramillete de un par de rosas, lirios y pequeñas margaritas, de una libertad de ejecución inverosímil a mediados del siglo XVII; otra rosa, algo mustia, ha caído sobre la mesa. La mano izquierda de la infanta sostiene un abanico cerrado, que acentúa su importancia. Un gran cortinaje verde oscuro enmarca su cabecita de bebé de cutis nacarado, mofletuda, cabellos lisos, rubio pálido y boquita gordezuela y apretada; sus ojos negros tienen ya la expresión distante debida a su rango. El traje es regio, aunque sin guardainfante, de tela asalmonada bordada en plata, con cuello y puños de encaje negro. Lleva al cuello una gargantilla dorada; de oro es también el joyel sujeto al pecho y la cadena, que lo cruza, en bandolera, como era moda en su tiempo. Todo en este retrato subraya, con cariño, la graciosa antinomia entre el aspecto regio y protocolario de un retrato oficial y la ingenuidad encantadora de una niña de poco más de dos años. Lleva, como su madre, lazos en las pulseras, y también en la cintura, pero no en la cabeza, muy simplemente peinada.

       El color es de una sutileza armoniosa que entusiasma a los críticos, si la soltura de la técnica los asombra. La cortina y los pliegues del mantel de la mesa trazan una diagonal ante la pared muy oscura, poniendo de relieve la luminosa figura de la niña, contrapesada por las horizontales de mesa y estrado. La falda acampanada, de las llamadas "de alcuza" [ver CAT. 31], subraya por un lado la diagonal del fondo y la contradice por el otro. El bouquet deljarroncito de vidrio puede tener intenciones simbólicas (al figurar en él pequeñas margaritas, con rosas y lirios, que son flores regias), pero no podemos afirmarlo. Es como la interpretación de la florida edad de la modelo, semejante ella misma a una gran flor. El vidrio es de un asombroso efecto de brillo y transparencia, logrado con un par de pinceladas.

       Fue Stirling el primero que pensó que este "retrato de niña" pudiera retratar a la infanta Margarita (1848), cuya identidad afirma Curtis en su catálogo de 1883, idea que sostuvo Justi, contra quienes (como Cruzada o el propio Museo poseedor) pensaban en su hermana mayor, María Teresa. De este retrato hay una gran réplica, muy hermosa, propiedad de la casa ducal de Alba (Madrid) que muchos consideran autógrafa [CAT. 75].

JULIÁN GÁLLEGO

 

 

 

Del Catálogo de la exposición sobre el Diego Velázquez,
que se presentó en el MUSEO DEL PRADO a principios del año 1990,
bajo las auspicios del Ministerio de Cultura de España y 
el patrocinio de la Fundación BANCO HISPANO AMERICANO

 

     

Indice del monográfico
LA MUJER EN ESPAÑA

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