79   La infanta Margarita de Austria

Lienzo. 212 x 147 cm

Madrid. Museo del Prado, 1192

PROCEDENCIA En el Alcázar hasta 1734/ Inventariado en el Palacio Nuevo en 1747, 1772 y 1794 / Ingresó en el Prado en 1819.

BIBLIOGRAFIA Curtis 246, Mayer 537, Pantorba 123, López Rey 409, Bardi 124.

 

 

 

 

 

    

 

 

     

 

       Este maravilloso cuadro, que Velázquez no pudo concluir y que fue terminado por su discípulo y yerno Juan Bautista del Mazo, será la última obra de Velázquez. En el lienzo de Mazo La familia del pintor (Kunsthistorisches Museum de Viena) Velázquez aparece pintando, sin modelo, un retrato semejante, aunque varíen los colores. Manos y cabeza pueden ser obra del alumno, en especial el rostro, "de técnica un tanto pobre y cansada", como juzga acertadamente Pantorba (1955, n.º 123, pág. 209). Tampoco la cortina de fondo es digna del maestro, en especial las bandas laterales, de otro color. En cambio, nada comparable con el vestido de enorme guardainfante, rosado y plata, de tan pasmosos reflejos que, a escasa distancia, nos ofrece los juegos de luz de la realidad más poética; bello es asimismo el gran pañuelo que sostiene colgante de la diestra, mientras la mano izquierda tiene un exquisito ramillete de rosas y violetas. El traje, que describe el catálogo del Museo como "valona cariñana, jubón degollado de grandes haldas, guardainfante rosa de lama de plata", resulta así, pese a su (actual) extravagancia, de una incomparable elegancia y hermosura.

       No parecen admisibles las teorías que pretenden que Mazo, por orden del rey, quiso poner de actualidad la faz de Margarita, ya muerto Velázquez, para enviarle a su prometido, Leopoldo de Austria. Nos resistimos a creer que Mazo (olvidando aquel respeto que Palma el Joven manifiesta al firmar la inacabada Piedad de Tiziano, en la galería de la Academia de Venecia) se hubiera atrevido a poner el pincel en un rostro acabado por su maestro. Por lo demás, este cuadro no se envió a Viena, sino que quedó en Madrid, en el Alcázar. En Viena existe una réplica, más corta, de media figura, que pudiera ser de Mazo. En el catálogo del Prado de 1828 se dice "cuadro pintado con pincel franco y libre ya la primera vez". Figura como retrato de la infanta Margarita en los cuatro primeros catálogos del Museo, ya que antes se la tomaba por su hermana María Teresa, como en los inventarios de palacio de 1772 y 1794, a cuya idea volvió Madrazo en su catálogo "extenso" de 1872. La confusión puede deberse a que Margarita también se llamaba Teresa, por la devoción de la familia real a la doctora de Avila, recientemente canonizada; atribución que respetaron también Curtis y Cruzada-Villaamil. Justi y Beruete defendieron la identificación correcta, y lograron que el nombre de María Teresa se le atribuyera por última vez en el catálogo del Prado de 1893.

       Vladimir Kemenov, en el libro Velázquez in soviet museums (1977), cuya sobrecubierta reproduce un detalle de un retrato de Margarita, semejante al del Prado, del Museo de Arte Occidental de Kiev, defiende su autenticidad, con ayuda de buenas fotografías, que, en todo caso, revelan un rostro que, visto al natural, parece más satisfactorio que el de Madrid. Concluye de acuerdo con quienes consideran el retrato del Prado como una obra inacabada de Velázquez y el más recortado de Viena (con un broche al pecho con el águila bicéfala del imperio austríaco) como una copia de Mazo u otro ayudante del maestro. El retrato de Madrid quedaría inacabado cuando, en 1659, Velázquez recibió otro encargo para Viena, "y comienza a pintar un nuevo retrato de la infanta Margarita, algo mayor de edad, con traje azul, así como el retrato del pequeño infante (error por príncipe) Felipe Próspero. El cuadro del Prado, de mayor tamaño, permaneció inacabado". Recogemos esta teoría, que invierte la datación, aproximativa, de la Margarita azul de Viena, colocándola después de la Margarita rosa y plata de Madrid, aunque no la compartamos. Eso sí, la cabeza de Kiev es superior probablemente a la de Madrid; al menos, como quiere Kemnenov, parece ejecutada por la misma mano que ha pintado el traje.

       Sobre la infanta Margarita, ver CAT. 74. Recordemos simplemente, que, hija de Felipe IV y su segunda esposa, doña Mariana, nació en julio de 1651 y todos sus retratos por Velázquez han de ser anteriores a la muerte de éste en 1660. Además de los tres de Viena, azul y plata, blanco, rosa y plata, existe el amarillo-marfil y negro del Louvre. Mazo la retrató hacia 1666, año de su boda, de luto por la muerte de su padre, todavía en el Alcázar de Madrid, con una puerta que permite ver a Carlos II niño ya la enana Maribárbola, cuadro bellísimo, casi más cercano a El Greco que a Velázquez (Prado, n.º 888). Murió en Viena en 1673 y está enterrada en la cripta imperial de los Capuchinos. Es, evidentemente, el centro de atención de Las meninas y el más encantador modelo de la real familia.

JULIÁN GÁLLEGO

 

 

 

Del Catálogo de la exposición sobre el Diego Velázquez,
que se presentó en el MUSEO DEL PRADO a principios del año 1990,
bajo las auspicios del Ministerio de Cultura de España y 
el patrocinio de la Fundación BANCO HISPANO AMERICANO

 

     

Indice del monográfico
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