This article tries to analise in detail the narrative structure of Berceo's Milagros de Nuestra Señora. Taking into account both the position where the author places himself and the function which some character plays and the importance given to the receiver's figure, we can conclude that the poet moves away from the latin sources. organizing a very linked text where the recurrence in the perspective, the verbal person game and the tendence to the dialogue, dramatic element par excellence. prevail. Key words: focus, Berceo, verbal person, dialogue. |
RESUMEN
Este artículo pretende analizar detalladamente la estructura narrativa de los Milagros de Nuestra Señora de Berceo. Tomando en consideración tanto la posición en que se sitúa el autor como la función que desempeñan algunos de los personajes y la importancia otorgada a la figura del receptor, podemos concluir que el autor riojano se aleja considerablemente de sus fuentes latinas, organizando un texto muy bien trabado en el que predominan la recurrencia de focalizaciones, el juego con las personas verbales y la tendencia al diálogo, elemento dramático por excelencia.
Palabras clave: focalización, Berceo, personas verbales, diálogo.
Hace ya unos años que la perspectiva, esto es, la elección del enfoque narrativo que se le da a un asunto concreto, se ha revelado como uno de los aspectos determinantes tanto a la hora de diseñar un mensaje literario como de analizar sus rasgos constitutivos. Esta modalidad de estudio, puesta en el candelero por la llamada estética de la recepción, se basa en la idea de que toda obra debió ser inscrita en las relaciones lector-emisor, por lo que la postura de éste respecto a su universo de ficción resulta especialmente relevante1. Los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo son una buena prueba de la importancia otorgada por el autor a este elemento configurador, ya que si cotejamos su texto con las fuentes latinas observamos que la modificación de la posición del poeta ante el mundo representado es una de las cualidades que más resalta2.
Las causas que provocaron que Berceo eligiera un determinado punto de vista son, sin duda, personales y complejas, tal vez difíciles de captar para un lector del siglo veinte alejado espacial y temporalmente del momento de la escritura. No obstante, podemos apuntar algunas. En primer lugar, y en contra una vez más de la tan aireada falta de técnica, desmentida por la mayor parte de los análisis que de su obra se han hecho, serían las propias exigencias internas de lo enunciado, la opción por un marco narrativo con historias incrustadas, las que lo decantaron por la elección de lo que podemos presentar como un enfoque, si no múltiple, sí variable. Un segundo motivo lo constituiría la relación que el poeta quiere establecer con su público 3, mediatizada por la finalidad última de su composición: mover a la piedad y/o hacer propaganda de ciertos lugares. Estos objetivos, considerados como prernisas antes de concebir la obra, provocan la aparición de una serie de marcas textuales encaminadas a mantener la atención del receptor. Y, por último, habría que tomar en consideración la noción misma que Gonzalo de Berceo tenía de su oficio de narrador, su posición ajuglarada 4 o erudita que le lleva a una mayor o menor complicidad con su auditorio.
Los Milagros de Nuestra Señora se nos presentan como un mensaje literario en el que el emisor va variando su situación y creando una serie de nexos con los lectores, lo que aumenta la comunicabilidad del texto. Antes de pasar a su estudio detallado, podemos apuntar que la focalización varía entre el punto de vista homodiegético-intradiegético y el heterodiegético-intradiegético5, esto es, entre un narrador-personaje que habla desde el "yo" y un narrador omnisciente que relata en tercera persona. Al mismo tiempo, en el discurso se van jalonando las marcas lingüísticas del emisor (primera o tercera persona según la perspectiva), del público (segunda persona) o de ambos (primera del plural).
Un seguimiento minucioso, tanto de la postura del narrador a lo largo de la Introducción y de los distintos Milagros como del empleo de las personas verbales, nos revela una constante oscilación entre estas tendencias generales que hemos establecido, seguramente en un intento de evitar la posible monotonía del discurso. Esto se observa claramente en el siguiente cuadro, en el que se especifica además la función (introductoria, narrativa, reflexiva o de conclusión) que se persigue en cada momento6:
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Una visión de conjunto del cuadro permite constatar la coherencia de la estructura narrativa y la manifiesta tendencia a reiterar la disposición de las focalizaciones, de las personas verbales y de las funciones, pudiéndose realizar una identificación entre las mismas.
El enfoque elegido en la Introducción es el HOMODIEGÉTICO-INTRADIEGÉTICO. El autor riojano, en un intento de acercar la alegoría a todos los posibles lectores, se identifica con el romero adoptando el punto de vista del "yo". Por si la extrapolación deseada (identificación del caso particular con la vida humana) no fuera lo suficientemente clara, realiza una reflexión aclaratoria en la segunda parte incidiendo sobre el auditorio mediante la segunda persona y la primera del plural.
En los Milagros la visión es HETERODIEGÉTICA-INTRADIEGÉTICA. El poeta se aleja de su mundo narrativo, abandona su hábito de personaje (puesto que ya no es él quien protagoniza ficticiamente los relatos) y se coloca en la situación de un narrador omnisciente. Pero un constante juego con las personas verbales impide que su posición sea asimilable a la del cronista épico. La tercera persona propia de la perspectiva seleccionada aparece constantemente interrumpida tanto por el discurso transpuesto de las figuras que intervienen en el asunto como por versos en primera persona del plural o segunda destinados al público 7. Las marcas lingüísticas prueban que Berceo continúa en el texto y que su intención era evitar a toda costa un mensaje excesivamente distanciado del binomio emisor/receptor.
La distribución de las personas del verbo obedece de forma clara al tipo de función que se persigue en cada caso. Con escasas excepciones, provocadas por una necesidad de evitar la monotonía o porque el autor considera que el contenido de ese milagro resulta especialmente atractivo, podemos establecer el siguiente paralelismo:* elementos introductorios:2ª persona al público o 1ª del plural
* narración: 3ª persona con numerosos momentos de discurso traspuesto ( Iª y 2ª personas )
* conclusión u oración final: 2ª persona a la Virgen o al público junto a Iª del plural
Las incursiones del poeta en el terreno del diálogo destacan poderosamente 8. De los veinticinco milagros, únicamente los que llevan los números VI y XIV carecen de discursos transpuestos en algún punto de su desarrollo. Ambos son milagros cortos 9, caracterizados, en el primer caso, por una fuerte alusión a la fuente escrita y, en el segundo, por tratarse de un texto totalmente narrativo, lo cual no es usual en el resto de la obra. Todos los demás recogen en más de una ocasión las palabras de alguno de los personajes en estilo directo, intervenciones que podemos clasificar en tres grupos:* oraciones: de manera acorde con el tono de devoción mariana que destila: el conjunto, la narración se interrumpe en una cantidad considerable de milagros (69'5% ) para integrar uno o dos versos de oración a la Virgen o, en algún caso, a Dios. En esos momentos un personaje, superada su condición humana por los acontecimientos, enuncia una petición que provoca la mediación divina y que, por lo tanto, precipita la conclusión.
* diálogos: informan tanto de la acción como de la índole o situación anímica de los agentes. Se registran en numerosos relatos (60'8% ) y su aparición aleja el texto del original, aportando dramatismo a la escena. No obstante, Berceo no logra sacar el máximo partido a las posibilidades teóricas del procedimiento, pues aparece lastrado por la constante reiteración de verbos introductorios.
* intervenciones de índole más narrativa: del mismo modo que el autor juega en las primeras estrofas de su obra con la focalización, convirtiéndose en un alegórico romero, en los milagros hallamos múltiples ocasiones (73´9% ) en las que se da paso a otras voces que, como narradores subsidiarios 10, aportan su visión de los hechos. Estas participaciones, que hemos calificado de forma general como narrativas, pueden aparecer como tales, como reflexiones o como colaboraciones en las que la Virgen actúa o aconseja para solucionar los problemas del protagonista del milagro 11.
Veamos la distribución y frecuencia de estas intervenciones:
De todos estos momentos miméticos destacan especialmente dos. Se trata de las estrofas 276-277 (milagro XI) y 606-609 (milagro XXII). En ellas Berceo no sólo cede su voz para que otro personaje hable en primera persona, sino que este narrador que hemos denominado subsidiario recoge en estilo directo lo enunciado por otra figura, hecho que aporta una notable profundidad a la composiciónl2.
La disposición narrativa depende generalmente de la longitud de cada relato, como se puede observar comparando ambos cuadros. Los más dilatados, los milagros número XXI, XXIII y XXIV, no sólo son los que más muestras presentan de discursos transpuestos sino que, además, son los que potencian al máximo todos los procedimientos verbales de condición subjetiva y apelativa. Sus introducciones combinan la segunda persona encaminada al público con la primera del plural y del singular, personalizando el texto e integrando al lector. Salvo el milagro XXIII, la conclusión se dispone de un modo similar.
Cada milagro constituye una pieza narrativa por sí misma organizada en un marco (prólogo y epílogo del autor) más la fábula propiamente dicha. Ya lo era en la fuente y continúa siéndolo en el texto de Berceo, pero hay una intención de totalidad. Además del esqueleto temático, de esa continua reiteración de motivos marianos que actúa como eje conductor de la obra, hay un esqueleto narrativo que conecta todas las historias entre sí. Este mallazo estructural descansa en la figura de un poderoso narrador que se nos presenta como "yo" en la Introducción y que en los Milagros modifica su posición hasta la omnisciente tercera persona. Desde ahí maneja con soltura su mundo de ficción, replegándose para dejar que sus personajes cobren vida, jalonando marcas lingüísticas de primera persona para recordarnos su presencia e incidiendo constantemente sobre los que asistimos asombrados a los acontecimientos.
NOTAS
1. Cfr. E. VOLEK, Metaestructuralismo, Fundamentos, Madrid, 1985; K. MAURER, Estética de la recepción, Arco Libros, Madrid, 1987; y las obras de JAUSS, ISER y ECO.
2. Este hecho ha sido repetidamente señalado: C. GARIANO, Análisis estilístico de los "Milagros de Nuestra Señora" de Berceo, Gredos. Madrid, 1971, pág. 55; S. BALDWIN. "Narrative technique in Gonzalo de Berceo", Kentucky Romance Quarterly, XXIII, 1976, pág 52; G. GIMENEZ RESANO. "Cómo vulgariza Berceo sus fuentes latinas". II Jornadas de Estudios Berceanos, Berceo. IER. 1878. pág. 25; H. LÓPEZ MORALES, "Los narradores de los Milagros de Nuestra Señora", Actas de las III Jornadas de Estudios Berceanos, Berceo, IER, Logroño, 1981, págs. 107-111.
3. No es ahora el momento de tratar el tema del público de Berceo, abordado por varios críticos. Cfr. o. B.
GIBBON-MONYPENNY, "The Spanish Mester de clerecía and its Intended Public: concerning the validity as evidence of passages of direct address to the audience", Medieval Miscellany presented to Eugene Vinaver, Manchester, 1965, págs. 230-244; A. RUFFINATTO, "Berceo agiografo e il suo publico", Studi di letteratura Spagnola, 1968-1970. Societá Filológica Romana. Roma, págs. 9-23; R. SALA, La lengua y el estilo de Gonzalo de Berceo, IER. Logroño. 1983, pág. 153; y otros.
4. El YO del poema da cabida a su intencionada proyección juglaresca" G. GIMÉNEZ RESANO. El mester poético de Gonzalo de Berceo, IER, Logroño, 1976, pág. 83). Este aspecto ha sido también abordado por C. GARIANO (op. cit. pág. 55). D. YNDURAIN ("Algunas notas sobre Gonzalo de Berceo y su obra". Berceo, 90, enero-jumo. 1976. IER, Logroño, pág. 23). etc.
5. Seguimos la terminología de GENETTE (Figures III Seuil Paris 1972) y C. SEGRE (Principios de análisis del texto literario. Crítica. Barcelona, 1985).
6. En la columna de las estrofas sangramos las intervenciones de los personajes que forman parte de cada narración. En la de las persona.s verbales, la primera y la segunda se refieren siempre al singular, salvo que se precise lo contrario. La abreviatura "disc. tras." corresponde a 'discurso traspuesto'.
7. C. GARIANO (op. cit. pág. 55) asegura que este interés por el público es una muestra más de la técnica de la predicación. En la misma línea, I. ALBERT AGUILERA afirma: "Debería decir VOSOTROS en 'a mayoría de los casos, sin embargo, se incluye Berceo para dar así mayor fuerza persuasiva a su expresión, que es un modo de proceder característico del discurso sermonario" (Estructura funcional de los "Milagros" de Berceo, IER, Logroño, 1987 , pág. 255).
8. Aspecto ya resaltado por J. ARTILES (Los recursos literarios de Berceo, Madrid, 1964, pág. 84), G. GIMENEZ RESANO (El mester...cit., pág. 105), S. DUARTE ("Elementos dramáticos en cinco Milagros de Nuestra Señora de Berceo", Duquesne Hispanic Review, 11, 1972, Pitsburg, pág. 37) y por otros autores.
9. Poseen 18 y 13 estrofas respectivamente. Si sumamos el total de estrofas observamos que la longitud media de cada milagro es de unas 33, aunque hay grandes diferencias entre ellos.
10. H. LÓPEZ MORALES (op. cit.) resalta la importancia de este complicado mecanismo narrativo considerando que Berceo es un precursor de la estructura del Libro de Buen Amor.
11. Este tipo de final es el más corriente en los relatos, pues aparece en el 56'5%.
12. H. LÓPEZ MORALES (op. cit. pág. 105) subraya además la originalidad de los números XIX y XX, "...Ios primeros casos románicos de la literatura castellana de recursividad de estructuras narrativa-", de relatos dentro de relatos".
LA FOCALIZACION EN
LOS
MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA DE BERCEO
Mª Emilia
García Jiménez
Doctora en Filología Hispánica.
Catedrática de Lengua y
Literatura. I.E.S. Duques de Nájera.
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