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C on el adjetivo inicial de este trabajo, persigo dos propósitos: por un lado, distanciarme de cualquier parecido pretencioso con las Reliquias de la poesía épica española de don Ramón Menéndez Pidal; por otro, indicar que estas addenda reflejan sólo las últimas novedades en un corpus textual susceptible de ampliaciones. Recientemente, un artículo de Francisco Rico y otro de quien suscribe han retomado algunos de los problemas fundamentales del mesterz; mientras Rico, entre otras cosas, refuerza la tesis latina en los orígenes de la cuaderna vía española, mi intención al redactar esas páginas fue la de recordar los vínculos existentes con otras literaturas europeas y la necesidad de estudiar dicha estrofa en un marco panrománico. En Francia parece estar situado el centro irradiador de esta modalidad literaria, a través de textos latinos de corte goliardesco o por medio de obras escritas en lengua vernácula. Creo que al final de este trabajo, ambas tesis adquirirán mayor cuerpo: en primer lugar, se confirmará la existencia de fuertes nexos entre las literaturas francesa, italiana y castellana en lo que se refiere al uso del tetrástico monorrimo y otras formas próximas; en segundo término, dispondremos de nuevos testigos de la deudas que todas ellas adquirieron respecto de la literatura latina de ese mismo período. Por fin, aparte de objetivos más ambiciosos, la aportación más evidente consistirá en un notable incremento en el número de poemas conocidos que se sirven de la cuaderna vía.Los materiales rescatados demuestran que la estrofa de tetrásticos fue abundantísima como metro eclesiástico y que a ella se asimiló a menudo la prosa rimada. Por otro lado, este breve corpus constituye una auténtica novedad por los propios recipientes en que se conserva: devocionarios y libros de horas en romance, uno de los cuales conserva unos Gozos de la Virgen que verán la luz en breve 3. La existencia de textos de las horas canónicas en romance no es un fenómeno exclusivo de Castilla, como queda claro con sólo echar un vistazo a los ricos fondos de la Biblioteca Nacional de París estudiados por Leroquais 4; de ahí mi sorpresa al comprobar la que tuvo Tomás Marín cuando encontró un fragmento de unas horas canónicas en catalán s, pues, sin ir más lejos, olvidaba la existencia de unas Hores de la Setmana Sancta seguns lo us del Archibisbat de Valencia, impresas en esta última ciudad por Hagenbach y Hutz, a 21 de febrero de 1494 6.En realidad, para encontrar materiales de la misma índole basta echar un vistazo a los Manuscritos litúrgicos de la Biblioteca Nacional de Janini y Serrano 7, donde se recogen libros de horas, devocionarios y ordinarios compuestos, en su totalidad o en parte, en romance; los mss. 6539, 7495 y 10164 de la BNM son quizás los más interesantes de cuantos he revisado 8. Sin embargo, los dos códices que han constituido la base de este trabajo se encuentran fuera de ese rico centro, pues son el ms. 9/5809 de la Real Academia de la Historia y el hIV27 de El Escorial 9, a los que hay que adjuntar dos impresos, Las horas de Nuestra Señora de Thielman Kerver, París, 30 de abril de 1502 (R 31044 BNM), y las de Simón Vostre, París, ca. 15071512 (R31496 BNM), que ofrecen el mismo texto aunque con variantes de interés (éste se encuentra también en un impreso de Bonhomme, Lyon, 1551 [R31036 BNM] y en otro de Diego López, Toledo, 1565 [R16814 BNM]). Todos recogen numerosas composiciones escritas en tetrásticos monorrimos, a las que se unen fragmentos de métrica muy irregular pero próxima a aquéllos. Abordemos el códice madrileño por uno de los textos más problemáticos (f. 109r) 10:
¿Qué es lo que tenemos aquí? Las primeras estrofas, diseñadas en tetrásticos, con algún problema en la primera, han pasado a ser algo distinto en los versos siguientes: una hilación de versos monorrimos que corresponderían a más de dos estrofas de cuaderna vía. La pregunta obligada es si estamos o no ante una obra escrita con el metro del mester: ¿es acaso una ohra compuesta en tetrásticos deturpada y alterada en su tradición textual o es por el contrario un texto que sigue el patrón de la cuaderna vía para inclinarse definitivamente hacia la órbita de la prosa rimada? Resulta difícil apostar por una de estas dos posibilidades. De todos modos, no resultaría descabellado suscribir la primera propuesta tras comprobar que en el códice madrileño, entre las oraciones en prosa, hay camuflados no menos de diez textos en verso. Véanse en primer lugar los himnos al Oficio de la Pasión (ff. 83r, 84, 86v, 87v, 88r y 89):
Señor Ihu. Xpo., estas horas canónicas con deuoción presento yo a ti con mucha grand deuoción, e te pido merced con piadosa razón, pues tú sofriste penas por la mi redención, que me guardes de peccado e me des consolación. Amén.
Dejo para el final la hora tercera por no aparecer ningún vestigio de haber sido redactada con tetrásticos (f. 85):
Al hacer recuento, hemos de prescindir de la ampliación (errónea, sin duda, como se deduce de la repetición de la rima) de la estrofa de cierre y de la hora tercera, en, forma de prosa. En total, a pesar de las incorrecciones métricas, tenemos tres estrofas, una con un verso en falsa rima (por homoioteleuton) y dos formadas por pareados dobles. La proximidad de dos rimas idénticas no nos debe extrañar en el caso de las horas prima y sexta, pues media el cuerpo del Oficio entre ambas estrofas. ¿Son éstas parte de un poema previo, notablemente deturpado, que recogía el conjunto de las Horas o sólo hay, por el contrario, una especial tendencia a rimar los finales de período de acuerdo con la modalidad estrófica más difundida? u. En todo caso, poema hay; sólo resta saber si la poética de la cuaderna vía se respetó de modo más estrecho en una forma anterior. Antes de proponer ninguna solución, se hace preciso señalar que el Oficio de la Pasión aparece también en el ms. escurialense h-IV-27. Este texto presenta numerosas e importantes alteraciones en la métrica del tetrástico y desvirtúa por momentos el mensaje de las horas, diáfano en el códice madrileño n. Se repiten los dobles pareados y la irregularidad del verso inicial en la hora prima, pero aparece la rima correcta, en consonante, del último verso de las completas:
Más importancia tiene señalar que el códice del Monasterio de El Escorial corrige algunos errores presentes en el ms. madrileño, cuyo mayor desliz, como hemos visto, consiste en la presencia de cinco versos monorrimos en la estrofa de cierre:
A continuación se han copiado las Horas del Espíritu Santo a maitines, de las que se han incluido los himnos siguientes (ff. 126v127r, 127v, 129, 130v131r, 131v y 135v):
Las estrofas cuarta y quinta sorprenden dentro del conjunto de las Horas por romper el esquema narrativo y por ser el verdadero explicit, a pesar de la presencia de un tetrástico adicional 13. Como vamos a comprobar, ambas se han desplazado del lugar de cierre que les corresponde, tal como ocurre en el modelo latino del que parten. De hecho, los libros de horas latinos se sirvieron a menudo del tetrástico en el apartado correspondiente a los himnos de las horas canónicas, como puede verse en las Horae Beatae Mariae de PigouchetVostre 14:
Aue Stella matutina, peccatorum mediana, mundi princeps et regina. Virgo, sola fuisti digna.
[Matutinae de cruce]
Patris sapientia, Veritas diuina, Deus homo captus est hora matutina; a suis discipulis cito derelictus, a iudeis traditus, venditus, afflictus.
Nobis Sancti Spiritus gratia sit data,de qua Virgo virginum fuit obumbrata; cum per sanctum angelum fuit salutata, Verbum caro factum est, Virgo fecundata.
Hora prima ductus est Iesus ad Pilatum;falsis testimonis multum accusatum. In collo percutiunt, manibus ligatum; vultum Dei conspuunt, lumen celi gratum. De Virgine Maria Christus fuit natus, crucifixus, mortuus atque tumulatus. Resurgens discipulis fuit demonstratus et ipsis cernentibus celis eleuatus.
[Tertia]
«Crucifige» clamitant hora terciarum. Illusus induitur veste purpurarum; caput eius pungitur corona spinarum; crucem portat humeris ad locum penarum. Svum Sanctum Spiritum Deus delegauit.In die Penthecostes suos confortauit, et de Unguis igneis ipsos inflammauit; relinquere orphanos eos denegauit.
[Sexta]
Hora sexta Iesus est cruci conclauatus et est cum latronibus pendens deputatus. Per tormentis sitiens felle saturatus;agnus crimen diluit sic ludificatus. Septiformem gratiam tunc acceptauerunt: Quare ydiomata cuncta cognouerunt. Ad diuersa climata mundi recesserunt et fidem catholicam tunc predicauerunt.
[Nona]
Hora nona Dominus Iesus expirauit. «Hely» clamans animam Patri commendauit. Latus eius lancea miles perforauit; terra tunc contremuit et sol obscurauit. Spiritus paraclytus fuit appellatus,donum Dei, caritas, fons vivificatus, spiritalis vnctio, ignis iflammatus, septiformis gratia, carisma vocatus.
[ Vesperae]
De cruce deponitur hora vespertina.Fortitudo latuit in mente divina. Talem mortem subiit vite medicina. ¡Heu! Corona glorie iacuit supina. Dextre Dei digitus, virtus spiritalis, nos defendat, eruat ab omnibus malis vt nobis non noceat demon infernalis, sed protegat, foueat, nutriat sub alis.
[Completae]
Ora completorii datur sepulture corpus Xpi. nobile, spes vite future, conditur aromate. Completur scripture. Jugi sit memoria mors hec michi cure.
[Recommendatio]
Has horas canonicas cum deuotionetibi, Christe, recolo pia ratione, ut qui pro me passus es amoris ardore, dis michi solatium in mortis agone.
[Completae]
Spiritus paraclitus nos velit iuuare,gressus nostros regere et illuminare vt cum Deus venerit omnes iudicare nos velit ad dexteram suam appellare.
[Recommendatio]
Has horas canónicas cum deuotione tibi, Sánete Spus., pia ratione, dixi vt nos visites inspiratione vt viuamus iugiter celi regione.
Así pues, las Horas latinas sólo se sirven del tetrástico en los himnos, al igual que las distintas versiones existentes en lengua vernácula. Los ejemplos latinos confirman además que los textos romances parten del triscaidecasílabo propio de la poesía mediolatina (7 + 6), alterado por la torpeza del traductor, el descuido del copista o por problemas inherentes a su transmisión textual. Por otra parte, el uso de pareados es el resultado de varios fenómenos, entre los que no hay que excluir los problemas relacionados con la propia traducción:
Tampoco debe olvidarse que la inclusión de pareados dobles era una práctica habitual en los libros de horas latinos. Las Horae nos ofrecen un solo ejemplo en las matutinae de cruce; sin embargo, el impreso de Pigouchet y algunos códices presentan numerosos dísticos dobles en los poemas franceses que acompañan al calendario con que se abren muchos libros de horas según el uso de París:
Incluso la cuaderna vía italiana alternó con los pareados dobles en autores como Bonvesin de la Riva, autor que se sirve de esta última estrofa en De quinquaginta curialitatibus ad mensam 15. Esta forma métrica fue tan abundante en la poesía latina medieval como en la vernácula, con una presencia extraordinaria en los devocionarios y libros de rezo. Otro ejemplo más es el de los dos pareados con que se cierra el ms. Res. 149 BNM:
Por tanto, nada hay de nuevo en los textos castellanos: la tradición ofrecía todos los materiales, pareados incluidos. El texto traducido en ambos casos es el mismo de las Horae que estamos viendo o uno muy próximo ya que sólo en unos pocos lugares la traducción literal cede paso a versos distintos de los latinos. Es difícil precisar si esos cambios se deben a un problema con el latín, a modificaciones voluntarias o a variantes presentes en otras versiones; sin embargo, tengo la absoluta certeza de que las copias de El Escorial y de la Real Academia de la Historia son testimonios de una misma traducción castellana. No se puede decir lo mismo del texto de las Horas presente en los impresos, con diferencias significativas que sólo se explican a través de dos traducciones independientes del mismo modelo latino. El texto impreso, claro testimonio de la larga vida del tetrástico en la liturgia, muestra variantes mínimas; por otro lado, la traducción (con excepciones, como A4) es mucho más conservadora que la ofrecida por los manuscritos, como puede verse en el texto de Kerver:
La sabiduría del Padre e verdad diuinal, Dios et ombre, lesuchristo fue preso en la hora matutinal. Sus discípulos lo desanpararon con miedo e lo atormentaron muy mal. [Prima] E a la hora de la* prima fue Ihesu a Pilato presentado; de falsos testimonios* mucho acusado. En el cuello* lo firieron, las manos atrás le ataron; en la cara de Dios escupieron, graciosa lumbre del cielo, el qual menospreciaron. [Tertia] Vistiéronlo de púrpura por que fuese deshonrrado; la su cabeça llagaron con espinas coronado; la cruz leuar le fizieron al lugar do fue penado.
[Sexta]
E a la hora de la sesta el Señor Iesu Christo fue crucificado e entre los ladrones deshonrradamente colgado. Por los tormentos sediente, de fiel et vinagre fue abreuado; el Cordero que quita los pecados fue así abiltado.
[Nona]
E a la hora de la nona Iesu Christo espiró.La su santa ánima* a Dios Padre* encomendó. El cauallero con la lança el costado* le abrió. La tierra tremió et el sol obscureció.
[ Vesperae]
De la cruz fue descendido en la hora vespertina: la fortaleza se estendió en la mente diuina. A tal muerte se sometió Aquél que es del mundo melezina. ¡Guay!, que la corona yogo assí como cosa no digna.
[Completae]
E a la hora de las completas fue dado a la sepulturael su cuerpo mui noble, esperança de la vida futura. Fue embalsamado con vngüentos et complióse la Escriptura. Cada día me remiembre de la su muerte muy dura.
[Recommendatió]
Aquestas horas canónicas con deuoción recuento yo a ti, Iesu Christo, con piadosa razón. Tú, que por mí padeciste penas de lisión,* sey en la* mi muerte solaz* et saluación.
Horas del Espíritu Santo
[Matutinae]
Sea a nos la gracia del Santo Espíritu dada, de la qual fue la Virgen toda cercada quando del Ángel Gabriel fue saludada et de la palabra fecha carne la Virgen fue empreñada.
[Prima]
De la Virgen María fue Christo nascido, en la cruz puesto, muerto et sepultado; e resucitado a sus discípulos fue demostrado, e viéndolos ellos a los cielos fue eleuado.
[Tertia]
Su Santo Espíritu Dios enbió e en el día de Pentecostés a los suyos confortó; de lenguas de fuego los inflamó e dexar los huérfanos les denegó.
[Sexta]
Entonçe rescibieron la gracia de siete formas, por la qual lenguajes todos conocieron, et a diuersas partes del mundo salieron et a la fe christiana muchos conuertieron.
[Nona]
El Espíritu Santo fue llamado consolador, don de Dios, caridad, fuente biuificado, spiritual vnçión, fuego inflamado, de siete formas gracia e caridad nombrado.
[Vesperae]
Diestra de Dios dedo, virtud spiritual, Santo Espíritu, guárdanos de todo mal, que no nos empeza el Enemigo infernal, mas quiérenos, te rogamos, librar e guardar.
[Completae]
El Espíritu consolador nos quiera ayudar, adereçar nuestros passos e nos alumbrar por que quando viniere Dios a iuzgar nos quiera a la su diestra mano apartar.
[Recommendatio]
Estas horas canónicas con deuoción a ti Espíritu Santo con piadosa razón dize [sic] por que nos guardes en nuestra tribulaçión e por que nos lieues en el reyno de consolación.
[Variantes de Simón Vostre en las Horas de la Pasión: P—Falta la; testimonios: «testigos»; cuello: «pescueço». N anima: «alma»; tras Padre añade «la»; costado: «lado». R—penas de listón: «con heruor de grande amor»; falta la; solaz: «consuelo».] Los problemas a que nos enfrentan las Horae latinas y sus dos traducciones castellanas son muy diversos, pero entre ellos considero especialmente importante el de la datación de los triscaidecasílabos latinos y sus dos romanceamientos. Antes de brindar algunas posibles soluciones, creo obligado pasar revista al resto de los materiales. En ciertos momentos, me resisto a pensar que la rima de algunos pasajes sea algo más que pura prosa rimada 16, como ocurre en el caso siguiente (f. 141):
La métrica, de haberla, resulta realmente caótica y las rimas se refugian en la variante morfológica más sencilla, -ado. La distancia respecto de los textos anteriores es notable, pues sólo tenemos una repetición de rima que nos lleva desde un mero amago de estrofismo a lo que sólo puede considerarse, y con esfuerzo, como una tirada 17. No es mucho más lo que ofrecen los impresos parisinos en una de sus oraciones a la Virgen (cito por la edición de Kerver, d.iii):
Ahora bien, Vostre, posterior en unos cinco o diez años aproximadamente, nos ofrece el mismo poema con algunos cambios de evidente importancia (d.iiii):
En este caso, no estamos ante una forma cercana a la cuaderna vía; pero, a mi modo de ver, el testimonio es realmente valioso para defender algo que he apuntado desde el comienzo: en algunos casos no tenemos nada más que una clara proclividad por parte de ciertos autores a rimar los finales de frase o fragmentos de la misma. No he sido capaz de encontrar un modelo latino del que quizás procedan y al que, tal vez también, deban la rima; sin embargo, sea como fuere, lo cierto es que la leve asonancia del impreso de Kerver se ha transformado en dos, muy marcadas, en el libro de Vostre. Aunque no se puede confirmar si existe una dependencia directa entre ambos textos, es lícito suponer que el más tardío ha procedido a multiplicar las rimas al sustituir algunos términos; en cualquier caso, es evidente la dificultad que se presenta al tener que marcar las fronteras que separan el auténtico poema de la simple rima irregular de ciertos elementos del discurso, haya sido redactado en castellano o traducido a dicha lengua. Este problema se me antoja especialmente desconcertante en este Iuste iudex vernáculo (Kerver, O.vi, y también en Bonhomme): per. turbe el mi coraçón ni el mi cuerpo sea engañado por lazo dañoso y engañoso de trayción. Con la tu diestra fuerte, Señor, quebrantaste las puertas infernales; quebranta los mis enemigos et las sus assechangas e maldades, con las quales quieren ocupar las mis buenas obras e bondades. Oye, Iesu Christo, a my, que llamo, en pecados captiuo; pues te demando piedad, embíame consolación et abrigo por que no se leuanten los mis enemigos en denuesto mío. Sean destruyaos e enflaquezcan los que me quieren perder. El lazo de la embidia sea a ellos en cayda. Jesu piadoso, Iesu bueno, non me desampares nin me dexes perder. Tú seas my escudo guardador et defendedor por que resista a los mis maldezidores seyendo tu gouernador et por que, ellos vencidos, me goze luengamente en el tu loor. Embía de las tus altas sillas el Espíritu Santo consolador, el qual alumbre el mi consejo en el su resplandor por que arriedres de my a los que me aborrescen y el su odio e error. E la señal de la tú Santa Cruz guarnezca las mys costumbres e los mis sesos, Señor, e con perdón de vencimiento me faga vencedor, por que vencido el enemigo fallezcan las sus fuerças con dolor. Aué merced de mí, Iesu Christo, muy piadoso Saluador; aué merced de mí, que te ruego, Señor de los ángeles, tú que das el perdón, sey siempre de my arremembrador. Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, que siempre vn Dios et Señor eres llamado, a ty sea virtud perdurable e para siempre seas honrrado. Amén. No sé si atribuir de nuevo a mi torpeza el hecho de no haber sido capaz de encontrar un Iuste iudex latino rimado, aunque es probable que dicha oración no haya existido nunca en esa forma. Según creo, puede afirmarse que, en esta ocasión, estamos ante un testimonio más de pasajes rimados que no parecen ocultar ningún poema previo. Un último y curioso ejemplo es el del manuscrito madrileño de la Real Academia de la Historia, en la primera oración que añade un copista distinto al final del códice (f. 135v):
El resto de la composición, que empieza con un tetrástico, se halla escrita en su totalidad a modo de prosa. Se nos ofrecen dos opciones:
En resumen, quizás pueda localizarse algún modelo latino rimado, con importantes alteraciones en la versión romance, que explique las rimas de algunas de las oraciones que acabo de presentar, pero, en líneas generales, creo lícito afirmar que en numerosos casos sólo hay una especial predisposición a rimar los finales de período y ciertas cláusulas, sin que sea necesario suponer la existencia de un poema previo latino o castellano. Sin embargo, he afirmado, y a ello vuelvo ahora, que los devocionarios y libros de horas esconden auténticos poemas, como los Gozos o los himnos de las horas canónicas. El manuscrito madrileño guarda dos sorpresas en su abigarrado texto, en el que, a simple vista, es imposible distinguir nada. El primero es un poema de la Pasión de Cristo en coplas encadenadas de cuatro versos, con predominio de la redondilla:
El segundo poema, de notable belleza, es la Oración deuotíssima de Señora Santa María Madalena, compuesta en tercetos monorrimos, con un cuarto verso que rima en cada par de estrofas; este esquema estrófico es típico de la poesía de los goliardos, aunque es más común el pareado que el terceto, según el modelo de un poema muy conocido, que cito a través de un interesante códice, el ms. 8744 de la Biblioteca Nacional de Madrid:
El mismo esquema se encuentra en autores peninsulares, en latín (así en Juan Gil de Zamora: «Quid vigoris, quid amoris,/ quid af fectus, quid dulcoris/ habet nomen Virginis.») y en lengua vernácula (estrofa común en francés o italiano, en castellano aparece por ejemplo en el primer poema de la Historia troyana polimétrica). En ocasiones, el terceto se cierra por medio de un verso que rima en similicadencia con el de la estrofa siguiente, tal cual sucede en los Gaudia Virginis Mariae que tomo del Devocionario latinocastellano del ms. 6539 de la Biblioteca Nacional de Madrid:
Tras estos ejemplos, creo conveniente recordar que necesitamos con urgencia una revisión de la poesía latina medieval en España que vaya más allá de los tomos 16, 17 y 27 del gran corpus de Dréves y Blume (me refiero, claro está, a sus Analecta hymnica). De vuelta a nuestra Oración, cabe señalar que no he encontrado el modelo latino de que parte ni en las Opera omnia de Santo Tomás (Fretté y Mere, París, 1871) ni en sus concordancias ni en las decenas de textos a la Magdalena insertos en Analecta hymnica. En caso de que la atribución.a Santo Tomás sea falsa, es muy probable que haya existido un texto latino del que se traduce, como parece por su métrica; con todo, hay que recordar que esta forma estrófica no fue desconocida para la poesía castellana, según se pone de manifiesto en el uso de formas similares en las Coplas de Yócef (siglo xrv) o en el Tratado de la doctrina o Doctrina de la discrición de Pedro de Veragüe (mediados del siglo xv), que usa tres octosílabos y un tetrasílabo suelto al final de cada terceto. El texto del códice madrileño es el siguiente:
Este inciso me ha servido para demostrar la inclusión de auténticos poemas, en metros diversos, en los devocionarios y. libros de horas de la Castilla medieval y, por otro lado, para recalcar una vez más la dependencia que algunas de estas composiciones tienen respecto de la lírica latina o romance. En los textos escritos en cuaderna vía queda claro, por encima de cualquier hipótesis, el peso ejercido por esta modalidad de la poesía narrativa del Medievo, presente tanto en la literatura latina como en la escrita en lengua vernácula. Algunos autores se sintieron atraídos por el ritmo de la cuaderna vía al componer o traducir algunas oraciones que pasaron a formar parte de los libros de rezo en romance; en ocasiones, el resultado es un texto que sigue muy de cerca el modelo del tetrástico monorrimo, pero en otras sólo hay un ligero remedo de su estructura métrica. Hasta ahora no he tratado ningún problema relativo a la cronología de estas composiciones, aunque, en el caso de los Gozos, me he inclinado por una fecha próxima a 1300. Algunos materiales son de datación poco menos que imposible. ¿En qué momento se escribieron los himnos latinos de las horas canónicas? ¿Son las traducciones castellanas poco posteriores? Aunque el auge del libro de horas tuvo lugar al final del siglo xv, creo lícito suponer una fecha de redacción muy anterior para los himnos de las Horae Beatae Mariae, tal vez el propio siglo xn, época de esplendor del triscaidecasílabo latino y de la métrica goliardesca en general 18. ¿Co rresponden acaso al renacer de la métrica de los goliardos, acaecido en el siglo xrv? De hecho, es esta última centuria la auténtica edad de oro de la lírica religiosa latina, con notables ejemplos de los oficios en forma rimada (abundan en los siglos xra y xrv, según consta en Analecta hymnica).A través del corpus de Chevalier, Repertorium Hymnologicum. Catalogue des chants, hymnes, proses, séquences, tropes en usage dans l'Eglise latine depuis les origines jusqu'à nos jours (Paris, 18921920), sólo es posible remontarse a un incunable de 1498 impreso en Lyon como primer testimonio de la mayoría de los estrofas de las Horae, con excepción del Ave Stella matutina, documentada desde el siglo xn. En cualquier caso, los poemas latinos fueron escritos mucho antes, como deja en claro la copia de El Escorial, anterior aproximadamente en medio siglo al impreso francés; por ello, es posible postular sin temor a equivocarse una redacción anterior a 1400, aunque se hace imposible ir más allá en el cálculo. Tan difícil o más resulta arriesgar un siglo, que no año, para los textos castellanos: aquellos que hayan sido compuestos originalmente en esa lengua deben de tener un término ad quem cercano a 1400, época en que la poética de la cuaderna vía puede darse por superada; sin embargo, en el caso de las traducciones, es lícito pensar que un texto latino en tetrásticos podría haber deparado una traducción castellana en ese mismo metro en fecha muy posterior. La copia de El Escorial, de mediados del siglo xv, está plagada de lecciones aberrantes y alteraciones diversas que sólo tienen sentido tras una larga tradición textual (manuscrita y/u oral), que nos obliga, como ocurre con el texto latino, a retroceder más allá de la frontera del 1400 19.No creo que los materiales revisados puedan valer como nuevos testimonios del ocaso de la cuaderna vía, pues la superación de esa modalidad literaria no vino dada, según entiendo, por la alteración de los esquemas de dicha estrofa (ya sea por torpeza o bien por causa del olvido o desconocimiento de su poética, como parece ocurrir en el Libro de miseria de omne con el predominio del octosílabo o con la ruptura del tetrástico en otros textos). El arrinconamiento de la estrofa de Berceo y del Libro de Alexandre se produjo solamente cuando ésta no fue capaz de satisfacer las necesidades de expresión poética de un autor determinado; ese autor fue Juan Ruiz, en su intento de deslumhrar a su público gracias a la diversidad de temas y formas métricas incluidas en su Libro (de ahí la promesa de «dar algunos leción e muestra de metrificar e rimar e de trobar» en su prólogo). Tras él, el Canciller Ayala, que convivió con la primera generación de poetas de corte, continuó el patrón de Juan Ruiz al servirse de metros diversos en su Rimado de Palacio. Con don Pero muere definitivamente la cuaderna vía, que, para el Marqués de Santillana, cincuenta años más tarde, no es sino una muestra de la poesía de antaño. Los textos que acabarnos de revisar constituyen una prueba más de la pujanza de esa estrofa a lo largo de varios siglos y de la facilidad con que acogió géneros y registros literarios diversos.
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NOTAS 1 Este artículo se acabó de escribir en octubre de 1985 y se envió a El Crotalón. Anuario de Filología Española poco después. Aunque corregí pruebas en verano de 1986, el retraso o, tal vez, la desaparición definitiva de esa bella revista me ha impulsado a publicar aquí mi ya antiguo trabajo. Fuera de alguna pequeña corrección de estilo, no he incluido ningún cambio mayor, fiel a la idea que me movió al redactar estas «Nuevas reliquias»; si no fuese por otros motivos, un artículo de respuesta de John K. Walsh y Alan D. Deyermond, que conocían la versión entregada a El Crotalón, me habría obligado a respetar su forma primitiva. 2 Francisco Rico, «La clerecía del mester», Hispanic Review, 53 (1985), pp. 123 y 127150; Ángel Gómez Moreno, «Notas al prólogo del Libro de Alexandre», Revista de Literatura, 46 (1984), pp. 117127, con abundantes erratas y gazapos de los que no soy responsable. [1990: Es preciso recordar que he recogido una versión corregida de ese artículo y otros materiales de interés en Carlos Alvar y Ángel Gómez Moreno, Historia crítica de la literatura hispánica, II: La poesía épica y de clerecía medievales, Madrid: Tauros, 1988.] 3 «Los Gozos de la Virgen en el ms. 9/5809 de la Real Academia de la Historia», Homenaje a Martín de Riquer (Barcelona: Edicions deis Quaderns Crema, en prensa en vol. IV). [1990: El retraso en la publicación de este trabajo, que todavía no ha visto la luz, ha sido mayor, pues se entregó en enero de 1985]4 Les livres d'heures manuscrits de la Bibliothèque Nationale, Paris: Imprimerie Nationale, 1927; además de los materiales brindados en este libro, es posible rastrear numerosos poemas en lengua vernácula en los libros de horas franceses, según consta en E. Brayer, «Livres d;heures contenant des textes en français», Bulletin d'Information de l'Institut de Recherche et d'Histoire des textes, 12 (1963). Es fundamental el trabajo de K. V. Sinclair, French Devotional Texts of the Middle Ages. A Bibliographie Manuscript Guide, Westport: Greenwood Press, 1979, con rica bibliografía.5 «Fragmento de un libro de horas romanceado (siglo XIV), Hispania Sacra, 9 (1956), pp. 175179; este estudioso se equivoca al afirmar que en el catálogo de Leroquais no hay textos de las Horas en lengua vernácula.6 Véase Konrad Haebler, Bibliografía ibérica del siglo XV (La Haya, 1903), n. 317, o, para el ejemplar revisado (BNM, 1516), Diosdado García Rojo y Gonzalo Ortiz de Montalván, Catálogo de incunables de la Biblioteca Nacional (Madrid, 1945), n. 961. 7 Entre los que no he podido encontrar nuevos textos en cuaderna vía, fuera de unos pocos versos procedentes de los dos impresos que cito más adelante; en cambio, Ronald E. Surtz tuvo más fortuna con sus «Fragmentos de un Catón glosado en cuaderna vía», Journal of Híspanic Philology, 6 (1982), pp. 103112.8 Ms. 6539 BNM (olim Res. 126). Ene. de época con broche. Papel, 317 ff. (faltan bastante), 235 x 165 mm (ene), 220 x 150 mm. (ff.). Letra gótica del siglo XV. Es un Devocionario latinocastellano que, junto a magníficos poemas latinos como los Gozos del Ave mater graciossa, contiene unos versos del Conde de Tendi11a (f. 312v.) y una curiosa composición de la Cofradía del Rosal (f. 266v):
Pues madre de piedad
Vos
para sienpre reynad E
pues uos days tal señal Este pequeño poema tiene un claro talante dramático. El ms. 7495 del mismo centro es otro Devocionario latino-castellano con los Oficios y un buen puñado de poemas escritos por una religiosa llamada Constanza. El ms. 10164 de la BNM es un claro ejemplo de ordinario en romance. 9 Del códice 9-29-25809 de la Real Academia de la Historia doy datos más amplios en mi artículo sobre los Gozos de la Virgen (véase la nota 3); para el manuscrito escurialense, basta la descripción del padre Zarco Cuevas en su Catálogo de los manuscritos castellanos de El Escorial (Madrid, 1924-1929), vol. I, p. 247. Un dato interesante acerca de este último libro es el Prohibido que una mano del siglo xvi ha escrito en el interior de la encuademación; para entender el sentido de dicha prohibición y, de ahí, la rareza de los devocionarios y libros de horas en lengua vernácula, valgan las palabras de Eugenio Asensió: «Hubo tantas impresiones que, aunque la Inquisición en 1559 vedó casi todas las Horas en romance, numerosas ediciones han sobrevivido a la persecución y al desgaste: cada día aparecen ejemplares únicos, o dados por tales, de impresiones desconocidas», en «Un poeta en la cárcel. Pedro de Orellana en la Inquisición de Cuenca», inserto en el Homenaje a José Manuel Blecua (Madrid: Credos, 1983), pp. 87-98 [p. 93]. 10 La transcripción de este texto, como del resto, se ha hecho con absoluto respeto de la grafía de los códices e impresos, con la única excepción de j = i; por otra parte, desarrollo las abreviaturas sin indicación y puntúo y acentúo según las normas actuales. 11 Es preciso señalar que todas las rimas de este códice se encuentran dispuestas a manera de prosa. Sobre este sistema de copia, señala Colín Smith que «muchos poemas medievales se redactaban así para utilizar todo el espacio disponible en los costosos pergaminos» (La creación del «Poema de Mío Cid» [Barcelona: Crítica, 1985], p. 140). Sin embargo, en este caso como en otros, hay algo más que un mero aprovechamiento del soporte de escritura (además, el manuscrito madrileño se sirve del papel): la disposición a modo de prosa refleja un desinterés por una poética determinada, ya que estas composiciones interesan por ser oraciones y no por su forma de verso (en la Vida de San Ildefonso del Beneficiado de Ubeda, presente en el ms. 419 de la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid, la copia a modo de prosa tiene el propósito de guardar la misma disposición que el resto de las vidas de santos). 12 El texto completo es el siguiente (ff. 116v, 118r, 120, 121v-122r, 123r y 124v):
13 Primero, cabe señalar la lección corregida en E2: «estas oras con deuoción digo», a la que cabría añadir una propuesta para superar el escollo de la rima de E3: «compasión» u otro término similar en lugar de «misericordia». Finalmente, la reordenación de las estrofas de cierre se justifica además por el esquema tradicional de otros textos religiosos medievales (así los milagros marianos), en que el pasado de la narración se cierra con el presente del narrador y del público; de ahí el uso del presente narrativo «digo» y los desiderativos «quiera» o «ualas» en las estrofas cuarta y quinta frente a la forma puntual que, fuera del exordio, encontramos en estas Horas. 14 Sigo el texto del I-850 BNM, aunque hay varias copias manuscritas en ese mismo centro: ms. 17968, Res. 187 y varios más. Del texto latino hay también traducciones francesas, paralelas a las españolas pero independientes, que conservan el tetrástico; véase «Cross, Adoration of» y «Hours of Holy Spirit» en los índices de Sinclair, op. cit. 15 Hay edición asequible en J. A. Trigueros Cano, «'De quinquaginta curialitatibus ad mensam; de Bovesin de la Riva», Estudios románicos dedicados al Prof. Andrés Soria Ortega (Granada: Universidad de Granada, 1985), vol. I, pp. 531-544. [1990: He puesto de relieve la convivencia de dichas formas en varías partes del vol. II de la HCLH, antes citada, en la que recojo dos ejemplos españoles: la Historia troyana polimétrica y el códice del Archivo Histórico Nacional que contiene el planto ¡Ay, Jerusalem!, El Dio alto y los Diez mandamientos.] 16 Con el término prosa rimada no aludo al cursus ni al empleo sistemático del homoioteleuton sino a fragmentos rimados en que, por su absoluta irregularidad métrica, no cabe pensar en la existencia de poemas deturpados en su tradición textual. 17 Obsérvese que en la primera parte de esta composición se han utilizado materiales procedentes de las horas canónicas. Este hecho puede servir, en buena medida, para justificar la presencia de rimas. El mismo fenómeno parece darse en el siguiente texto del códice de la RAH (ff. 117v118):
18 No en balde afirma Ricardo García Villoslada sobre este verso (dos hemistiquios de 7 + 6 sílabas métricas): «Cuatro de esos versos de trece sílabas, enlazados entre sí por una sola rima, componen la estrofa goliardica por excelencia, el tetrástico monorrimo, que aparece por primera vez quizá en Hugo de Orleans [...] y que alcanzan su forma perfecta y definitiva en el «Archipoeta» de Colonia y en la Altercano Phyllidis et Florae», La poesía rítmica de los goliardos medievales (Madrid: Fundación Universitaria Española, 1985), p. 38.19 Para comprender en su justa medida el estado de conservación de los textos en cuaderna vía es preciso revisar una vez más el cuadro de transmisión textual que acompaño a mi edición de los Gozos de la Virgen. [Posteriormente, lo he vuelto a incluir en el volumen II del HCLH, citado en la n. 2.]
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