|
|||||
1. Introducción[1]
La cuaderna vía o tetrástico monorrimos de versos alejandrinos es el principal metro propio de la poesía narrativa de nuestra Península en los siglos XIII y XIV (Uría, 2000). Sin embargo, las obras castellanas en cuaderna son tan sólo una pequeña muestra del amplio mosaico de testimonios emparentados con el tetrástico, de orígenes latinos[2], que impregnó la Europa romance durante los siglos XIII y XIV (González-Blanco, 2010). El corpus francés de esta estrofa asciende hasta más de 170 poemas, número que en la Península Itálica roza los 50, frente a los poco más de 30 textos castellanos que conocemos[3]. Resulta paradójico, en cambio, que la mayor parte de las investigaciones sobre este verso largo hayan venido de la mano de hispanistas, mientras que los romanistas han enfocado los estudios de poesía narrativa como un conjunto global en el que el alejandrino es un verso más y no se estudia la estrofa del tetrástico como un grupo diferenciado. Por esta razón, la mayor parte de poemas en tetrásticos de origen francés o italiano resultan desconocidos, y en algunos casos, hasta inéditos[4]. La unidad existente entre los poemas compuestos en cuaderna vía en España y sus homólogos romances es, sin embargo, muy fuerte, y no solamente en términos de métrica, estilo y cronología, pues encontramos paralelos muy significativos también en los temas de los que se ocupan. Con este trabajo, nuestro objetivo es presentar unos sucintos ejemplos que corroboran la existencia de conexiones entre las diferentes literaturas vernáculas, así como las influencias comunes que demuestran que los textos se encuentran enraizados dentro de un mismo tronco.
2. Temas comunes
Los poemas romances medievales compuestos en tetrásticos se distinguen de los de tipo lírico por su diferente esquema: versos largos con hemistiquios, «a sílabas contadas», para una lectura pausada y rítmica frente a los versos más breves de la lírica, que permiten realizar juegos ágiles de palabras y cuentan con un posible acompañamiento musical. Esta distinción entre lírica y narrativa no se reduce al ámbito formal, sino que viene acompañada de la temática de la que uno y otro grupo de obras se ocupan. Frente a los asuntos más livianos y jocosos de la poesía lírica, cuyo núcleo temático gira, por lo general, en torno al amor y al juego; la poesía narrativa en lengua vernácula nace como instrumento de comunicación con el pueblo, que hereda sus esquemas del latín. Por esta razón, se va a centrar en unos temas de mucho mayor peso moral y didáctico, con el adoctrinamiento como último fin, pero a la vez utilizando un lenguaje claro y cotidiano, cercano a la lengua vulgar[5], que no va a profundizar en espinosas cuestiones de tipo teológico ni dogmático como las que preocupan a los eruditos que escriben sus tratados en latín. Procedamos ahora con el análisis temático. Para simplificar la complejidad del amplio corpus con el que trabajamos, vamos a dividir el conjunto en cuatro grandes grupos: poemas religiosos, didáctico-moralizantes, de actualidad histórico-política, y de contenido lírico-goliardesco. En cada uno de estos conjuntos señalaremos los paralelismos encontrados entre los poemas romances compuestos en las diferentes lenguas, analizando algunos de los ejemplos más significativos.
2.1. Poemas religiosos 2.1.1. Poemas marianos El primer grupo temático del que nos ocupamos, por su importancia y magnitud frente al resto, es el dedicado a los poemas de contenido religioso. En él son especialmente relevantes las obras marianas, ya sea en forma de narraciones de milagros, ya gozos, lamentaciones u oraciones. Entre los relatos miraculísticos destacan en cuaderna vía los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo. Paralelamente, en el siglo XIII, Gautier de Coinci escribe en Francia sus Miracles de Nostre Dame[6], cuyos paralelos con los textos berceanos son innegables, aunque los franceses están compuestos en su mayoría en octosílabos. Sin embargo, es importante destacar algo que generalmente ha pasado desapercibido: una pequeña parte de esta obra –concretamente la salutación inicial Li Salu Nostre Dame (664 versos), el prólogo en forma de plegaria (64 versos), una oración a la Virgen C’est une oroison a Nostre Dame (prière 37) (112 versos), y los gozos finales Les cinc joies de nostre dame (36 versos), están escritos en tetrásticos de alejandrinos que riman en pareados[7]. Hay que añadir, además, que las similitudes –métricas y temáticas- no se reducen tan sólo a estos fragmentos. Aún más desconocida para la crítica hispánica es la colección de poemas del siglo XIV conocida como Dits de Jehan de Saint-Quentin, que por su temática podríamos situar entre la fábula y la narración miraculística. Con los mismos temas encontramos en territorio italiano, también en el siglo XIII, la figura de Bonvesin da la Riva, poeta clérigo, que al igual que Berceo, dedica a Nuestra Señora gran parte de su obra[8]. Veamos brevemente algunos ejemplos de esta temática común.
EL MILAGRO DE TEÓFILO[9] El Milagro de Teófilo es uno de los milagros más antiguamente documentados[10], que narra cómo Teófilo, renegando de su suerte, hace un pacto con el diablo y le vende su alma. Tras darse cuenta del error, reza a la Virgen, que intercede por él otorgándole el perdón. Partiendo de nuestro corpus castellano, encontramos el tema en el Milagro de Teófilo narrado por Gonzalo de Berceo[11], que se repite en los milagros de Gautier de Coinci, con una versión de más de dos mil versos (octosílabos, en este caso), titulada Comment Theophile vint a la penitence. También está presente en la Cantiga 3 de Alfonso X «El Sabio». Centrémonos, sin embargo, en los textos en tetrásticos: el tema se repite en el poema francés de Rutebeuf Le Miracle de Théophile (Rodríguez Abad, 1987), compuesto entre 1263 y 1264, que consta de 663 versos y presenta variedad de metros, entre los cuales destacan los tetrásticos de alejandrinos, que el autor utiliza en aquellos momentos en que Teófilo se arrepiente y es perdonado por Nuestra Señora[12], así como en la misiva final dirigida al obispo que resume lo acontecido. Por otro lado, se encuentra además en un poema anónimo en tetrásticos de mitad del siglo XIII, La prière de Theophilus (Achille Jubinal, 1839, vol. 2: 327-331), que retoma el asunto en forma de oración en la que un pecador arrepentido –que se llama Teófilo- se dirige a la Virgen solicitando su redención. Idéntico formato tiene el poema anónimo de la misma fecha Une proiere Nostre Dame[13], en 114 cuartetas de alejandrinos que menciona de forma explícita en el cuerpo del texto el nombre de Teófilo como pecador arrepentido. El mismo tema tiene paralelos en la primera mitad del siglo XIV en el Dit du chevalier et de l’escuier de Jean de Saint-Quentin (Munk Olsen, 1978), pues en la primera parte de este poema aparece un caballero rico que, por haber quedado reducido a la más extrema indigencia, pacta con el diablo prometiéndole renegar de Dios y de la Virgen, decisión de la que se arrepentirá más adelante. En el área italiana, aunque la historia de Teófilo no aparece narrada como tal en los poemas en alejandrinos, sí que deja sentir sus ecos en el diálogo De Sathana cum Virgine de Bonvesin da la Riva (Contini, 1941). Se trata de un poema en el que se presenta, casi de un modo teatral, al diablo y a la Virgen debatiendo sus papeles. Finalmente, y a pesar de su aparente sencillez contrastada con la furia demoníaca, vence la Virgen y el diablo ha de someterse a su divina potestad.
EL CLÉRIGO DEVOTO De todos son conocidos los milagros berceanos de El clérigo ignorante y El clérigo y la flor. Pues bien, Bonvesin da la Riva funde estos dos milagros en un episodio que aparece dentro de su obra Laudes, titulado De quodam monaco qui vocabatur frater Ave Maria[14], en el que un caballero, antes de hacerse religioso, ha llevado una vida licenciosa, de la cual se arrepentirá[15]. Una vez monje, tan solo es capaz de aprender el Ave María. Gracias a su fe, sin embargo, se salva, y esta lección de ejemplar devoción mariana se manifiesta en una flor que nace en su sepulcro.
2.1.2. Poemas hagiográficos Otro de los principales temas de los poemas en tetrásticos de alejandrinos es la hagiografía. El contenido moralizante y el carácter eminentemente épico de estos poemas hacen que su fuerza expresiva sea un modelo a imitar fácilmente inteligible por el pueblo. En lo que a la temática concreta respecta, hemos de decir, sin embargo, que los paralelos entre las distintas literaturas en este campo son menores, dado que la mayor parte de los textos se refieren a santos que guardaron algún tipo de relación con el área en que se compuso la obra.
2.1.3. Poemas de temática bíblica Aunque son menos frecuentes, también encontramos algunos temas bíblicos que presentan paralelos en los tetrásticos franceses, italianos y castellanos. Por un lado tenemos los textos que recogen traducciones de himnos[16] o salmos bíblicos, cuya presencia puede rastrearse además, en muchos de los otros poemas. Por otro lado se encuentran aquellos textos que rememoran un determinado episodio del Libro Sagrado, o a uno de sus personajes.
SALOMÓN Un ejemplo de ello es la figura del sabio Salomón, que aparece dando nombre al poema castellano de los Proverbios de Salamón y tiene su homólogo italiano en el Splanamento dei Proverbi di Salamone, poema de Girardo Patecchio da Cremona compuesto en la primera mitad del siglo XIII. Las analogías entre ambos textos se hacen sentir desde sus comienzos, así como en la traducción y reutilización de algunas de las sentencias recogidas en los libros bíblicos de los Proverbios y el Eclesiastés. En Francia también dedican al sabio un poema en tetrásticos que rememora su proverbial sagacidad. Se trata de Le jugement de Salemon, compuesto a mediados del siglo XIII. Dicho texto difiere de los anteriormente descritos, pues no se trata de una recopilación de proverbios didácticos, sino de la utilización de la figura salomónica como sabio mediador de un conflicto hereditario entre hermanos.
EL JUICIO FINAL Dentro del ámbito religioso el tema del Juicio Final tiene gran peso durante toda la Edad Media[17]. Berceo lo recoge en sus conocidos Signos que aparecerán antes del Juicio, y también Bonvesin da la Riva en De quindecim miraculis que debent apparere ante diem iudicij[18]. El relato se inserta dentro de una larga tradición presente en casi todos los países de la Europa medieval: la narración de los 15 signos que anunciarán la llegada del Juicio Final divino[19], que se ve ya reflejada en los oráculos del siglo II a.C[20].
2.2. Poemas didáctico-moralizantes LOS DISTICHA CATONIS Siguiendo esta tendencia general del tetrástico hacia la expresión de contenidos de tipo didáctico y moralizante, aunque ya no necesariamente vinculados a personajes o temas religiosos, encontramos que son muy frecuentes los poemas compuestos en alejandrinos dedicados a la mera recopilación de enseñanzas proverbiales, florilegios y refranes. Es significativo el caso de las traducciones de los Disticha Catonis, poema latino medieval compuesto en torno al siglo III y basado en la colección de máximas, que alcanzó enorme fama y difusión durante toda la Edad Media. El tetrástico de alejandrinos era un molde idóneo para la expresión de este tipo de contenidos, por lo que encontramos numerosos textos que salpican la Europa medieval compuestos en dicho metro (González-Blanco, 2007). En cuaderna vía tenemos los Castigos y ejemplos de Catón[21], equiparables en Italia a las Expositiones Catonis de Bonvesin da la Riva, además de la traducción de los Disticha de Catenaccio de Anagni. Por otro lado, y aunque no derivan del texto latino, tampoco podemos olvidar la existencia de los Proverbi atribuidos a Jacopone da Todi. Ni tampoco nuestros Proverbios Morales de Sem Tob de Carrión, que siguen pautas compositivas muy similares.
2.2.1. Poemas de debate En la misma línea didáctica se encuentran los poemas de debate. También en este caso son importantes los paralelos. Aunque en literatura castellana los debates eligen, por lo general, otros metros diferentes a la cuaderna[22], los poetas italianos como Bonvesin recurren a este juego literario para expresar parte de sus objetivos. Baste citar entre sus obras la Disputatio Rosae cum Viola, una Disputatio Muscae cum Formica, y su conocida Disputatio Mensium. Estos títulos nuevamente nos trasladan al universo judío de Sem Tob, con su Disputa entre el cálamo y las tijeras, o incluso, avanzando más en la cronología, hasta el Arcipreste de Hita, que hace de este tipo de textos un artificio constante en su pluma, que comienza en el debate mediante gestos entre un griego y un romano, para culminar con las encarnizadas discusiones entre don Carnal y doña Cuaresma, el Arcipreste y Amor o doña Garoça y Trotaconventos.
2.3. Poemas de actualidad histórica y política Pasemos ahora a hablar de los Poemas de actualidad histórica y política. Aunque el breve corpus de textos medievales que conservamos en literatura castellana no nos permite hacernos una idea de lo que en aquella época se pudo escribir, la comparación con nuestras literaturas vecinas nos hace sentir la importancia que determinados temas pudieron ser objeto de la pluma de clérigos y escribanos. Los manuscritos franceses e italianos recogen numerosos poemas en tetrásticos de alejandrinos dedicados a reflejar la realidad histórica de su tiempo. Dichos poemas son de gran importancia, porque nos ayudan, en muchos casos, precisar la datación en que fueron compuestos. No vamos a centrarnos en este trabajo en su análisis[23], ya que no podemos establecer apenas conexiones con los poemas conservados en cuaderna vía, dado el tono local del conjunto.
2.4. Poemas satíricos y misóginos Para finalizar nos detendremos, ante un grupo minoritario de poemas que son frecuentes en la cuaderna europea y hunden sus raíces en la tradición goliárdica mediolatina encabezada por Gautier de Châtillon[24]. Se trata de textos que buscan retratar y criticar en sus versos las costumbres de la época, la falta de moral o la degradada situación histórica. Son frecuentes las críticas al clero[25] o a la sociedad estamental[26]. Los paralelos que sobre estos temas encontramos en la literatura española se reducen a pasajes dentro de las obras, y son especialmente frecuentes en el Libro de Buen Amor. Uno de los personajes centrales objeto de la sátira es la figura femenina, que sale muy mal parada en general ya desde las literaturas antiguas. En tetrásticos destacan sobre este tema en el siglo XIII en Francia el Chastie-Musart y el Evangile aux femmes, además del poema titulado Le dit des dames de Jehan[27]. Del siglo XIV data el poema misógino titulado Vëez cy solaz de un dame, que se ocupa de describir de forma grotesca y ridiculizante la rutina de actuación de una dama y todas, por extensión. En Italia tenemos los Proverbia quae dicuntur super natura feminarum, o la lauda 45 de Jacopone da Todi O femene, guardate a le mortal’ferute! En literatura española no se conserva ningún texto en cuaderna vía de estas características, aunque en el Libro de Buen Amor sí encontramos pasajes que recuerdan esta tendencia -Recuérdese el episodio de Pitas Pajas[28]-, que llegará a su máximo esplendor a comienzos del siglo XV en el Corbacho del Arcipreste de Talavera.
2.5. Poemas de temática goliárdica y lírica Como último eslabón de nuestro recorrido nos reduciremos a señalar la existencia en literatura francesa de un pequeño grupo de poemas en tetrásticos cuyo contenido se asemeja al de los poemas líricos y goliárdicos. Se trata de textos que, olvidando por un momento el espíritu de la estrofa de verso largo, se ocupan de aspectos más lúdicos y jocosos, como el amor, la bebida o la canción. La literatura italiana se ve, al igual que la española, mucho menos afortunada en este campo. Tan sólo podemos señalar una breve Ballata anónima de rimas irregulares que tiene como asunto central la taberna, la bebida y el juego. En nuestra cuaderna vía tan solo varios pasajes del Libro de Buen Amor se hacen eco de esta influencia, aunque la visión de Juan Ruiz como goliardo ha sido discutida por tratarse de una figura mucho más compleja que no puede reducirse solamente a dicha etiqueta. Por otro lado, la literatura española no nos ha transmitido ningún poema en cuaderna vía de contenido lírico, aunque no se puede negar el lirismo de algunos versos, como la descripción de la tienda en el Libro de Alexandre o los mencionados episodios que aparecen en el Libro de Buen Amor.
3. Universo común: delimitación genérica y estilística
Llegamos al final de nuestro recorrido, pero no queremos terminar sin hacer unas breves reflexiones sobre el panorama que hemos trazado. Las similitudes temáticas que hemos ido señalando vienen a resaltar la unidad presente en los poemas en tetrásticos monorrimos de alejandrinos compuestos en francés, italiano y castellano. Los paralelos entre ellos no se reducen meramente a la presencia de un esquema métrico común, sino a un espíritu subyacente mucho más profundo que aúna elementos estilísticos, formales, compositivos y de contenido. Nos encontramos ante un modo común de hacer poesía del cual son muy conscientes los autores (González-Blanco, 2009a), y cuyos temas se centran especialmente en asuntos de tipo didáctico-moralizante que buscan adoctrinar al lector-oyente. Son por ello muy frecuentes los poemas religiosos, hagiográficos y didáctico-morales, pero no por ello hemos de olvidar que el esquema del tetrástico también da cabida a otros asuntos de actualidad como son la historia, la política o la sátira, y en menor medida, aunque no por ello inexistentes, los poemas que se ocupan de otros asuntos de tipo lírico y goliárdico, que no podemos dejar de tener en cuenta si queremos llegar a comprender con mayor profundidad las complejas influencias y tradiciones literarias que han dado lugar en nuestra literatura a una obra tan magistral como el Libro de Buen Amor.
Bibliografía citada
Beretta, Carlo (ed.), Gonzalo de Berceo, Gautier de Coinci y Alfonso X el Sabio. Miracoli della Vergine. Testi volgari medievali, Turín, Einaudi, 1999. Bizarri, Hugo O., «Algunos aspectos de la difusión de los Disticha Catonis en Castilla durante la Edad Media (I)», Medioevo Romanzo 26, 1 (2002), pp. 127-148 y 26, 2 (2002), pp. 270-295. Contini, Gianfranco (ed.), Bonvesin da la Riva. Opere Volgari, Roma, Società Filologica Romana, 1941. Dutton, Brian, (ed.), Gonzalo de Berceo . El Sacrificio de la Misa. La Vida de Santa Oria. El Martirio de San Lorenzo, London, Tamesis Books, Ltd., 1981. Fidalgo Francisco, Elvira, Gautier, Berceo , Alfonso X . Estructuras narrativas en la literatura románica medieval de carácter mariano, Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 1993. Gago Jover, Francisco, Textos y concordancias de las versiones castellanas de los «Disticha Catonis», Nueva York, 2003 (CD-ROM). Gerli, Michael (ed.), Gonzalo de Berceo . Milagros de Nuestra Señora, Madrid, Cátedra, 1985. Girolami Rojas, Ann., Study and Critical Edition of the ‘cuaderna vía’ texts of the ‘Castigos de Catón’, Ann Arbor, Michigan, UMI, 1994. Gómez Moreno, Ángel, «Clerecía», en Historia crítica de la literatura hispánica, 2: La poesía épica y de clerecía medievales, ed. C. Alvar y Á. Gómez Moreno, Madrid, Taurus, 1988. _____ «Los Gozos de la Virgen en el Ms. 9/5809 de la Real Academia de la Historia», en Studia in honorem profesor Martín de Riquer, ed. Carlos Alvar, Barcelona, Quaderns Crema, 4 (1991), pp. 233-245. _____ «Nuevas reliquias de la cuaderna vía», Revista de Literatura Medieval 2 (1990), pp. 9-34. González-Blanco García, Elena, «Las traducciones romances de los Disticha Catonis», eHumanista, 9 (2007), pp. 20-82, http://www.ehumanista.ucsb.edu/volumes/volume_09/index.shtml _____«Las raíces del Mester de Clerecía», Revista de Filología Española, vol. LXXXVIII, fasc. 1º (enero-junio 2008), pp. 195-207. _____«El exordio de los poemas romances en cuaderna vía. Nuevas claves para contextualizar la segunda estrofa del Alexandre», Revista de Poética Medieval 22 (2009a), pp. 23-84. _____ «Algunos temas históricos en la cuaderna vía», La literatura en la historia e historia en la literatura. In honorem Francisco Flores Arroyuelo, eds. F. Carmona Fernández y J. M. García Cano, Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones, 2009b, pp. 171-196. _____ La cuaderna vía española en su marco panrománico, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2010. Hanssen, Friedrich, «Los alejandrinos de Alfonso X», Anales de la Universidad de Chile 133 (1913-14), pp. 81-114. Heller, Sondra R., The characterization of the Virgen Mary in tour 13th century narrative collections of miracles: Jacobus de Voragine's ‘Legenda Aurea’, Gonzalo de Berceo 's ‘Milagros de Nuestra Señora’, Gautier XE "Gautier de Coinci" ‘Miracles de Nostre Dame’ and Alfonso X el Sabio's ‘Cantigas de Santa María’, Ann Arbor, Michigan Xerox University Microfilms, 1975. INFANTES, Víctor, «El Catón hispánico: versiones, ediciones y transmisiones», Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de literatura medieval, II, Alcalá 1997, pp. 840-846. Jubinal, Achille, Oeuvres complètes de Rutebeuf XE "Rutebeuf" , trouvère du XIIIe siècle, París, Edouard Pannier, 1839. Ladrón de Guevara Mellado, Pedro Luis, «El milagro del monje y la flor en Bonvesin da la Riva: (variantes respecto a Berceo y Alfonso X, en Il Duecento: Actas del IV Congreso Nacional de Italianistas, Santiago de Compostela, Universidade, Servicio de Publicacións e Intercambio Científico, 1989, pp. 427-433. Montoya Martínez, Jesús, «El milagro de Teófilo en Coinci, Berceo y Alfonso X el Sabio. Estudio comparativo», Berceo 87 (1974), pp. 151-185. Munk Olsen, Birger, Dits en quatrains d'alexandrins monorimes de Jehan de Saint-Quentin XE "Jehan de Saint-Quentin" , París, Société des Anciens Textes Français, 1978. Nepaulsingh, Colbert L., Towards a History of Literary Composition in Medieval Spain, Toronto, University Press, 1986. Paris, Gaston Bruno Paulin, «Notice sur un ms. bourguignon (Musée Britanique, Addit. 15606) Suivi de pièces inédites», Romania 6 (1877), pp. 1-46. Pensado Tomé, José Luis, «Los Signa Judicii en Berceo », Archivum 10 (1960), pp. 229-270. Plenzat, Karl, Die Theophiluslegende in den Dichtungen des Mittelalters, Berlín, Ebering, 1926. Rodríguez Abad, Ernesto, «La leyenda de Teófilo: Rutebeuf y Berceo», en In Memoriam Inmaculada Corrales, La Laguna, Universidad, Vol. II, 1987, 263-267. Scheler, M. August, «Li prière Theophilus», Zeitschrift für Romanische Philologie 1 (1877), pp. 247-258. Uría Maqua, Isabel, Panorama crítico del mester de clerecía, Madrid, Castalia, 2000. Ventura, Joaquín, «Tradición satánica e pacto co demo: O Miragre de Teófilo nas Cantigas de Santa María de Alfonso o Sabio e nos Miragros de Nuestra Señora de Berceo», en Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá, 1997, pp. 1573-1580. Watts Heist, William, The Fifteen Signs before Doomsday, Michigan State College Press, 1952.
NOTAS [1] Este artículo se publica dentro del marco de la realización del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación titulado «Historia de la métrica medieval castellana» (FFI2009-09300), dirigido por el profesor Fernando Gómez Redondo y del proyecto «Creación y desarrollo de una plataforma multimedia para la investigación en Cervantes y su época», (FFI2009-11483), dirigido por el profesor Carlos Alvar. [2] He puesto de relieve este parentesco en varias ocasiones (González-Blanco, 2008, y en otros trabajos en prensa: «Estado actual del debate sobre el origen latino de las estrofas romances», en prensa para las Actas del VI Congreso de la Sociedad de Estudios Latinos (SELAT), en prensa; «Gautier de Châtillon y la cuaderna vía española y europea«», en prensa para las Actas del XIII Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (AHLM); y «Los orígenes de la cuaderna vía: entre los himnos mozárabes y la poesía goliárdica», en prensa para las Actas del V Congreso Internacional de Latín Medieval Hispánico (Barcelona, 7-10 de septiembre de 2009). [3] Consideramos 36 poemas (González-Blanco, 2010), aunque no todos los investigadores están de acuerdo en esta cifra, pues en esta cifra incluimos ciertas formas afines, como el pareado narrativo o poemas como los Gozos de la Virgen (Gómez Moreno, 1990 y 1991), cuya estructura en tetrásticos se encuentra en cierta manera difuminada. [4] Tal es el caso del manuscrito 9446 de la Biblioteca Nacional de España, que contiene varios textos en francés medieval, entre ellos una Vie de Saint-Jean l’Evangeliste, en tetrásticos monorrimos de alejandrinos, cuya existencia ha pasado desapercibida desde la edición parcial de Paul Meyer en 1878. [5] Recordemos las palabras de Berceo que nos recuerdan constantemente la cercanía al pueblo en sus expresiones coloquiales como el citado «bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino». Sobre el destinatario y el público del mester, véase mi trabajo González-Blanco (2009a). [6] Son frecuentes los trabajos que comparan algunos de los episodios narrados por Berceo con sus paralelos en la obra de Coinci y las Cantigas de Alfonso (Montoya Martínez, 1974; Heller, 1975; Ladrón de Guevara, 1989; Fidalgo, 1993; Beretta, 1999). Sin embargo, los estudios métricos de tipo comparativo son escasos al respecto (Hanssen, 1913). [7] En total suman 812 versos. [8] Sus poemas De Sathana cum Virgine y De Peccatore cum Virgine, así como las Laudes de Virgine Maria (una de cuyas partes la titula el clérigo italiano De miraculis virginis), vuelven a acercar al lector a un escenario en que la figura mariana es uno de los interlocutores, cuya intervención resulta esencial. [9] Según la leyenda relatada por una obra griega atribuida a un cierto Eutychianos, Teófilo, muerto en el 538, era administrador de una iglesia de Cilicia. A la muerte del obispo, le piden que sea su sucesor, pero él renuncia a ello, y el elegido lo expulsa a él. Abandonado de todos, hace un pacto con el diablo y le vende su alma a cambio de que le devuelva su antiguo puesto y honores. Siete años después, en un sermón, se arrepiente de lo hecho y reza a la Virgen para que le perdone. Ésta se apiada de él y deshace el pacto con el diablo. El texto se plantea casi como una obra teatral en la que intervienen diversos personajes que se van cediendo la palabra. El milagro de Teófilo gozó de una popularidad extraordinaria, tanto en clave literaria como iconográfica. Con frecuencia se asocia con la leyenda de santa María Egipcíaca, especialmente desde la traducción del texto latino de Eutychianos que Paulo Diácono, en el siglo IX, ofreció a Carlos el Calvo junto con una traducción de la vida griega de santa María Egipcíaca de Sophronios. [10] Aparece por primera vez en el siglo VI en Cilicia en la iglesia oriental. En la recopilación de Gautier de Coinci corresponde al primer milagro, de más de 2000 versos. También en la obra de Alfonso X es la cantiga 3. De la comparación y el estudio de las tres versiones se han ocupado Montoya Martínez (1974) y Ventura (1997). La versión latina la reproducen Michael Gerli (1985: 253-262) y Brian Dutton (1971: 235-241). Sobre el tratamiento del tema de Teófilo en la poesía medieval se ha ocupado Karl Plenzat (1926). Al parecer, este milagro se basa en un texto, hoy perdido, de Pablo Diácono, pero que debe su difusión a una versión de Hroswitha, monja del siglo X. [11] Nos encontramos ante la narración de la vida de un hombre muy bondadoso que trabaja como administrador del obispo y cae en la envidia por sentirse olvidado socialmente después del nombramiento de un nuevo obispo. Para poder recuperar su poder y prestigio, animado por un judío, pacta con el diablo para que a cambio le conceda poder terrenal, hecho del cual se arrepentirá y pedirá perdón a la Virgen. Ella se apiadará de él y recuperará el pacto de los infiernos. Teófilo, contrito, se va con el pacto en la mano a misa. El documento se quema ceremoniosamente, el pecador hace penitencia pública, se reconcilia con la comunidad y a los tres días muere en olor de santidad. [12] Correspondientes a los versos 384-431 y 640-655. [13] El poema ha de ser anterior a finales del siglo XIII, puesto que los manuscritos que lo recogen datan de esta fecha. Son dos: Bruselas, Königl. Bibl. 9411-26, fol. 97r-102, y Turin, Königl. Bibl. L. V. 32 Bl. 68-73. Según el manuscrito 1 con variantes del 2 tenemos la edición de A. Scheler (1877), bajo el título Li priere Theophilus, y la de Gaston Paris (1877: 627). [14] Sobre esta fusión de motivos, véase Ladrón de Guevara (1989). [15] También esto evoca el milagro de El sacristán fornicario. [16] Como los Himnos de Berceo. [17] Baste recordar la infinitud de veces que hemos encontrado representaciones iconográficas en capiteles y frescos medievales de la escena del Juicio. [18] La fuente es la Historia scholastica. In Evangelium cxli, del siglo XII (Contini 1941: xl). [19] Sobre el estudio de esta tradición panrománica y paneuropea, véase Watts Heist (1952). Para la trascendencia del tema en España, véase Pensado Tomé (1960) y Nepaulsingh (1986). [20] Esta tradición se ve ya reflejada en los oráculos del siglo II a.C. Estos oráculos se hicieron eco en escritores como Lactancio (Divinae Institutiones), San Agustín (De civitate Dei), Beda (Sibyllinorum verborum interpretatio), y San Jerónimo (Signa Iudicii). [21] Apenas contamos con ediciones modernas del texto publicadas completas, a excepción de trabajos como la tesis doctoral de Ann Girolami Rojas (1995) o la edición electrónica que se recoge en las concordancias de Francisco Gago Jover (2003). Tampoco abundan las menciones críticas, exceptuando las citas de Pérez y Gómez (1954), y los dos ricos artículos de Hugo Bizarri (2002a y 2002b). Para la transmisión hispánica en sus varias versiones, véase Infantes (1997). [22] Ya mencioné en mi última aportación al SEMYR el parentesco del poema del alma y el cuerpo castellano, derivado de la Visio Philiberti latina con textos en tetrásticos como el poema número 7 de las Laude de Jacopone da Todi, así como en el De Anima cum corpore de Bonvesin, o el poema francés del siglo XIV Du cors et de l’ame. [23] Ya lo hemos hecho en González-Blanco (2009b). [24] Véase mi trabajo en prensa para las actas del XIII Congreso de la AHLM de Valladolid, celebrado en 2009. [25] En francés encontramos varios poemas con este mismo tema, principalmente compuestos en el siglo XIV, como Le chastiement des clercs (González-Blanco, 2010: 2.28). [26] Chanson d’un proscrit Traillebaston y Le dit des «mais» de Gieffroy. [27] Frente a lo que se pudiera esperar de dicho título, lucha contra la misoginia, aunque admite que las mujeres son difíciles de tratar, pero intenta resaltar su lado bueno. [28] vv. 474-489.
|
|||||
|
|||||