ESCUSANDOSE UN AMANTE DE NO AVER MIRADO
A SU DAMA , POR EL RECATO EN UN TEMPLO
DONDE FUE AVISADO QUE FUESE A VERLA

SONETO

 
    Al que una vez miró tan encunbrado
ojos podran quedar, ojos, no vista;
que no ay quien a lo Impireo se resista,
si, como deve, eleva su cuydado.

    Queda tan en lo digno transformado,
por tan blason, en fin, de la conquista,
que no reserva parte, que no asista
a su eleccion, de si todo privado.

    Veros en mi, Señora, es el decoro,
necesitarme mas, fuera ofenderos,
una vez vista, y tantas adorada.

    Siempre os contemplo en mi, donde os adoro,
y sobrandome el Alma, donde veros,
Sagrario sois en mi, si en vos sagrada.