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Si en tu pinçel florece la azucena
candida, como pura en la fragancia,
y tan de allá del Cielo es tu elegancia,
que aplaude el alma si al oydo suena.
Si tu voz, de eficaz, sin herror suena,
fulminando la fuerça de su instancia,
y de la Fee juntando la distancia,
nos das el Alua siempre de sol llena.
Con rayos de sol pintas, hablas, luzes:
el a tu pluma presta sus colores,
el a tu voca da lengua de llama.
Justo es, pues tu la graçia a Fee reduces,
el te dé por justicia sus fabores,
siendo su aurora timbre de tu Fama.
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