EN MUERTE DE LA SERENISSIMA INFANTA MARIA
SONETO
|
|
Phelipe, si los ramos deseados
corta el Cielo por mano de la muerte,
no corta no, cultiva y nos advierte
que se obliga a voluerlos duplicados. El duro Ivierno agostador de prados,
quando ofende los arboles de suerte
que consume aun el nombre del mas fuerte,
da esperanzas de frutos sazonados.
Tu perdida primicia fue del suelo;
pues te da tanto que esperar en ella,
dexate consolar del desconsuelo;
que Mayo no es Henero de las flores,
quien esta supo reducir a estrella,
cumplió esperanzas dandolas mayores.
|
SONETO
|
|
Quanta hermosura cupo en los humanos,
y adornó las virtudes, voló al Cielo,
dexando lleno de otra igual el suelo,
estrecho a dos Tesoros soberanos:
Adviertan lo que adoran los humanos,
les servira de resplandor el yelo;
porque la luz mayor (corrido el velo )
tiene ocaso en crepusculos cercanos.
La que llenava el mundo duplicada
en nuevo sol a soberana esfera
con alas de sus meritos sucede.
O tierra, patria angosta y limitada,
que es fuerza, si uno nace, que otro muera,
porque no ay quien sin perdidas herede.
|
OCTAUA
|
|
Este Obelisco que de llamas vierte
lagrimas, y de horrores hermosura,
bien que parece triumfo de la muerte,
trono es de resplandor, no sepultura:
con lenguas de brillante luz advierte
donde y quando la Fama se asegura,
sirba el sepulchro al justo de esperanza
pues de la muerte nace su alabanza.
|
SONETO
|
|
Fabio si el Cielo obligaçion tubiera
a aquellos, que le deuen el talento,
deudor de vuestro raro entendimiento,
deudor de vuestro justo celo fuera.
De accion, que por si sola se exajera,
en vos mismo teneis mereçimiento,
y assi, donde, no alcança el pensamiento,
como puede volar pluma grosera?
No deue el cielo lo que da, mas haçe
deuda propia de propio beneficio,
y de pagar {sin ser deudor) trofeo.
De si mesmo al ingenio satisfaçe,
y como, del mas puro sacrificio,
se permite adeudar de tu desseo.
|
SONETO
|
|
Retarte a quien se deben alabanzas
maiores quanto menos pretendidas
pues con tenerlas todas merçidas
te persuades que ninguna alcanças.
Parecense a tus mismas esperanças,
pues con tenerlas casi conseguidas,
como meritos propios las oluidas
asigurando en tremulas balanças.
Si al desseo comun correspondieran
(premio de las virtudes) beneficios;
fueran los merecidos, no contados.
Por ti, en todos los animos se hiçieran
(i casi aun a ti mismo) sacrifiçios,
y fueran repetidos, y acetados.
|
SONETO
|
|
No de tonante diestra tan furioso
rompiendo çielos vaja el rayo horrendo
no tanta luz su luz, terror su estruendo
reparte al ciego, infunde al religioso
Quanto terror y luz, Cisne glorioso
quanto furor animas descubriendo
iras de Iobe, y de su horror tremendo
amenazado el impio en el piadoso.
Tiembla a tu ardiente pluma el obstinado
ya tus numeros vota, como a templo,
gratitud noble de impiedad confusa.
Deponga rayos Jupiter airado,
y el asombro remita y el exemplo
al numeroso rayo de tu Musa.
|
OTRO
|
|
Hermosa es lo de menos con ser tanto;
que a tu virtud es deuda la hermosura,
tan naturalizada la cordura,
que viene a ser de admiración espanto.
Deve a tu perfeccion la embidia llanto,
que a su aspereza vence tu blandura,
y aunque el merito propio te asegura,
ó quanto a tu beldad se opone, ó quanto!
Opongase Violante que vencida
como de tu virtud, de tu belleza,
quedará para estatua de tu gloria:
Aunque puedes matarla, dale vida;
que ella misma dirá tu fortaleza;
pues Adorno13
será de tu vitoria.
13
Nota marginal: «Llamavase la opueta Adorno».
|