Para Gloria de Jesu-Christo nuestro Señor verdadero Dios, y verdadero Hombre, y de la Gloriosa Virgen María su Madre, y aumento de la devoción de esta Santa Casa; Digo yo, Diego Gonzalez de Heredia y Gante, Contino de su Majestad, su Comisario, y Administrador General de los seguros de los Estados de Flandes: hijo que soy de Sancho Gonzalez de Heredia, y de Elena de Gante mis Señores Padres, Señores de la Villa de Rivafrecha, y vecinos de la de Navarrete; que hallandome en los dichos Estados, al tiempo que el Duque de Alva era Gobernador General de ellos; fui embiado por su Excelencia en nombre de Magestad al fin del año 1572 de Azeres, que es la Provincia de Brabante, á las Islas de Gelanda, con Comision para confiscar doscientos Navios de Alto Vorde, que eran de Luteranos, y de rebeldes á su Magestad, y estaban cargados de Mercadurias de gran valor, surtos en los Puertos de las dichas Islas.
Y como aquellos Estados estaban entonces alterados por la revelion de algunos de ellos, y levantamiento del Principe de Orange, y otros rebeldes, y Hereges, contra su Magestad, tenian tomados con sus Navios y Marineros, todos los pasos y Canales de las dichas Islas, sin que los Soldados, y Marineros Católicos, ni otros subditos de su Magestad, pudiesen dar paso alguno.
Habiendo pasado no sin mucho peligro desde Vergas á la Isla de Tola, y de alli á la Zuytucuelad, donde es la Villa de Dargus, y queriendo pasar desde la dicha Isla, del Lugar, y Village de Inquesant, á Remequin, que es dos leguas de travesia de Mar; una noche, que fue la Octava de los Gloriosos Reyes del año 1573, á las once oras de ella, habiendo yá subido la marea, que para este efecto se aguardaba, me embarqué juntamente con los Arcabuceros, y Mosqueteros Españoles, que llevaba de Escolta, y la demás gente que en mi acompañamiento iba, para el cumplimiento de la dicha Comision en tres Chalupas de Vizcaynos de á tres remos por vanda; y con gran trabajo y peligro, por causa de los muchos vaxios, y enemigos que habia, sintiendo jugar toda la noche la Artillería de sus Navios.
Se habia navegado como una legua, quando me salieron de través hacia la parte de Fregelinas, sobre el costado izquierdo, nueve Galeotas, y Barcas grandes de Luteranos rebeldes, que me tenian espiado, y me estaban aguardando, bien armadas de Gente, y Artillería, y desembarazadas para combatir. Y habiendolas reconocido, y visto la gran ventaja que nos tenian, se tomó acuerdo de volver la Proas á tierra. Ellos nos siguieron y dieron la caza por espacio de un quarto de hora, durante el qual nos combatimos, jugando su Artillería y la Mosqueteria, y Arcabucería de ambas partes á menos de tiro de Arcabúz, y tomaron una Barca de mercaderes, que se me habia juntado para pasar en companía.
En esta retirada encallaron mis Barcas diversas veces: La ultima de las quales nos vimos en tanto aprieto, asi por lo dicho, como por llegar las de los Luteranos con gran velocidad muy cerca de nosotros, que yá muchos de los Marineros, y Soldados, que llevaba, se tenian por perdidos; y asi algunos de ellos se hechaban á la Mar: Y como yo tomase un remo en la mano, y juntamente con ellos hiciese fuerza para desencallar, y con palabras animase, invoqué en mi corazon á nuestra Señora de Valvanera, y dixe calladamente : O Virgen María N. Sra. de Valvanera, valedme.
Y para gloria de ella, y de su Benditisimo Hijo, digo con verdad, que al punto que acabé de pronunciar estas palabras, desencallaron mis Barcas, y retirandonos llegaron al mismo Puerto. y encallaron, y quedaron en él las de los Enemigos, sin poder pasar de alli; hasta que las mias fueron puestas en salvo, y se desembarcaron las personas, y todo lo que en ellas llevaba. Los Vecinos de Lugar, que eran practicos en aquellos pasos, se maravillaron mucho de tan buen suceso, certificando, que habia tardado á baxar aquella noche la marea mas de lo que solia; y que si hubiera baxado, no nos pudieramos desembarcar.
Tenian los Luteranos la Presa por tan cierta, que segun dixo despues el Piloto de la Barca, que tomaron, al qual baxaron de la horca, habiendo ahorcádo á un Sargento con sus Soldados, que tenian ordenados diversos generos de muertes crueles, con las quales aun no satisfacian las rabias de sus corazones. Ruego yo á Dios, por los meritos de su Santisima Pasion, y por los ruegos de su dulce Madre acepte la Imagen de la Adoracion de los Gloriosos Reye, que en memoria y reconocimiento de tan grande merced se hizo: La qual ofrezco en esta Santa Casa, para gloria, y honra de tal Hijo, y de tal Madre; y que por intercesion de ella, alcance yo gracia, y Misericordia de él, para que viva en su santo servicio, y acabe en verdadera Penitencia. Amen.
Fecha en esta Santa Casa dia de la Concepcion de N. Señora ocho de Diciembre de 1579.
Diego Gonzalez de Heredia y Gante
SEGUNDA PARTE DE LA HISTORIA DE NUESTRA Señora de Valvanera, en la que se refieren algunos Milagros que la piedad Divina ha obrado con los Devotos de su preciosa Imagen de Maria Santisima DIEGO GONZALEZ GANTE (Páginas 325-330) |