focos de R. Men鮤ez Pidal Con la arrolladora invasi�n que sobrevino en 711, la mayor parte de Espa�a qued� sujeta al dominio musulmᮮ El orbe isl᭩co fue m᳠poderoso, m᳠adelantado en milicia, en ciencias y en artes que el mundo cristiano, asue su dominaci�n en Espa�a se consolid� por mucho tiempo. Los principales centros de vida romano-goda, Toledo, Hispalis, C�rdoba, M鲩da, Tarraco, Cesaraugusta, permanecieron cuatro o m᳠siglos teniendo por lengua de cultura el Სbe y muy aislados respecto a los cristianos del Norte: Toledo estuvo islamizada durante 370 a�os, Sevilla durante 530. La poblaci�n cristiana que vivi� sometida a los invasores se llam� mozᲡbe o 'arabizada'. Mezquita de C�rdoba | ||
III. REGIONES Y ɐOCAS
Daremos aquna idea de los grandes centros culturales, o sea centros de vida polca, social y literaria, que pod ser focos de irradiaci�n para el uso ling�ico.
Espa�a mozᲡbe.Hasta 932
86. Con la arrolladora invasi�n que sobrevino en 711, la mayor parte de Espa�a qued� sujeta al dominio musulmᮮ El orbe isl᭩co fu頍m᳠poderoso, m᳠adelantado en milicia, en ciencias y en artes que el mundo cristiano, asue su dominaci�n en Espa�a se consolid� por mucho tiempo. Los principales centros de vida romano-goda, Toledo, Hispalis, C�rdoba, M鲩da, Tarraco, Cesaraugusta, permanecieron cuatro o m᳠siglos teniendo por lengua de cultura el Სbe y muy aislados respecto a los cristianos del Norte: Toledo estuvo islamizada durante 370 a�os, Sevilla durante 530. La poblaci�n cristiana que vivi� sometida a los invasores se llam� mozᲡbe o 'arabizada' 1.
Es antigua la opini�n de que en la Espa�a musulmana la romanidad pereci� en seguida, y que alldesde el segundo siglo despu鳠de la invasi�n, se hablaba Სbe �nicamente o poco menos. Asldrete, Mariana, Burriel, Martinez Marina y otros muchos, desde el siglo XVII al XIX, pensaron que, a partir del siglo IX, al menos, el Სbe era general y el latdej� de ser entendido. Verdad es que Simonet 2 rebati� los testimonios por esos autores alegados, pero los argumentos de Simonet fueron contradichos a su vez por G. Baist, quien sent� de nuevo que, a partir del siglo X, no hay ya claros indicios de conservaci�n de lengua romance en la Espa�a Სbe 3. Eminentes fil�logos, como F. Hanssen4, tienen por buena la opini�n de Baist.
Pero la crca de Baist frecuentemente olvidaba los argumentos que le estorbaban. Veremos c�mo los mozᲡbes hubieron de conservar siempre su lengua romᮩca.
La historia de los mozᲡbes se desenvuelve en tres peros bien distintos 5.87. El primer pero es de rebeld de heroo y de martirio. Dura hasta 932, fecha de la sumisi�n de Toledo al poder califal.
1] Los mulad o espa�oles renegados se apoyaban a menudo en los mozᲡbes para rehusar obediencia a los emires de C�rdoba. En estos movimientos autonomistas, los renegados eran siempre, claro es, el elemento directivo, por su entronque con la organizaci�n oficial musulmana.
Toledo empieza sus sublevaciones a fines del siglo VIII, y, bajo la protecci�n del rey leon鳠Ordo�o I (850-866), se constituy� en una especie de rep�blica aut�noma. Zaragoza, desde 788, form� un Estado regido por el espa�ol renegado Muza ben Fort�n, fundador de la dinastmulade los Beni Casi, ora feudataria de C�rdoba, ora aliada de los toledanos, o de los navarros, o del rey de Le�n Alfonso III el Magno, quien enviaba a Zaragoza su propio hijo Ordo�o para que alluese educado (hacia 880). M鲩da, rebelde tambi鮠desde antiguo, fu頤esmantelada por el emir Mohammed en 868; pero en seguida el caudillo emeritense Ben Meruᮬ que asimismo era mulad espa�ol, se estableci� en Badajoz (875), lo fortific� y fund� alln principado casi independiente, aliado tambi鮠de Alfonso III por los a�os de 877.
2] Este siglo IX es, a la vez, la 鰯ca de mḩma exaltaci�n nacional de los mozᲡbes. El Concilio de C�rdoba de 839, donde asisten tres arzobispos y cinco obispos, muestra el celo del clero andaluz por mantener la unidad religiosa contra la herejde los que llamaban �acephalos� o con prosodia romance acebaleos (� 464). En seguida, la degollaci�n de san Perfecto en C�rdoba (850) abre una esplendente era de martirios. Los calabozos cordobeses, donde yac amontonados los confesores de la fe cristiana, entre ellos las santas Flora y Mar resonaban en himnos eclesi᳴icos, y allen la prisi�n, san Eulogio, gran cultivador de heroo, escribel Documentum martyriale para esforzar a las venes en el tremendo sacrificio de muerte (851) La cristiandad admir� a los nuevos santos, y ciertos monjes de Saint-Germain-des-Pr鳠de Parperegrinaron a C�rdoba para llevar a su abadcuerpos y reliquias de estos mᲴires mozᲡbes, prometiendo darles en Pargran culto y honra (858).
3] Entonces, adem᳠de san Eulogio, florecen los otros grandes escritores religiosos mozᲡbes: Alvaro Cordob鳠y el abad Sams�n. Aqus de recordar c�mo Sams�n, hacia 864, combatiendo al sacrgo obispo de Mᬡga, Hostegesi (a quien llama por juego de palabras Hostis Jesu), se redel mal latque gastaba el tal obispo al escribir contempti por �contenti�, y quidam pestis por �quaedam pestis�: �quidamdicitur vir, et quaedam mulier�, advi鲴ele Sams�n, y aun suministra al obispo otra larga lecci�n gramatical de concordancia 6, que muestra cu᮴a rusticidad latina usaban ciertos eminentes cl鲩gos, como el mal obispo malague�o.
Con este dato hay que confrontar el de Alvaro Cordob鳬 cuyo lndiculus luminosus, escrito en 854, lamenta la gran desnacionalizaci�n que cundentre los mozᲡbes; los j�venes cristianos adoptaban hasta tal punto las costumbres de los dominadores, que se circuncidaban por evitar denuestos, y enamorados de la erudici�n musulmana, s�lo se deleitaban en los versos y las fᢵlas Სbes, s�lo le los libros de los infieles, asue, desconociendo los textos latinos, olvidaban el propio idioma: ��Heu, pro dolor! linguam suam nesciunt christiani et linguam propriam non advertunt latini!�; �en la gente de Cristo apenas hallar᳠uno entre mil que pueda escribir razonablemente una carta a su hermano, y, en cambio, los hay innumerables que os sabrᮠdeclarar la pompa de las voces arᢩgas y que conocen los primores de la m鴲ica Სbe mejor que los infieles� 7. Claro es que Alvaro se refiere aqu la lengua. latina, �nica lengua escrita entonces.
Sin embargo, esas palabras de Alvaro han hecho creer a algunos que el romanismo se estaba perdiendo entre los mozᲡbes, aunque s�lo nos autorizan a afirmar que los mozᲡbes m᳠cultos eran biling�es, como el mᲴir san Perfecto, que hablaba en Სbe con sus acusadores 8. Tan lejos de olvidarse estaba la lengua vulgar, que sabemos habentre los musulmanes muy altos personajes, o muy venerables por su virtud, que no sab hablar Სbe y s�lo se expresaban en lengua aljamiada o romance. Por ejemplo, el padre del eunuco N᳡r, favorito de Abderrahman II, no sabhablar sino en aljam asos lo dice expresamente una an飤ota de Aljoxanal presentᲮoslo en una calle de C�rdoba, hacia 850, rodeado fastuosamente de su guardia personal y gritando en romance a las personas del s鱵ito del cad juez 9. Otra an飤ota del mismo AIjoxanos cuenta de un virtuoso cordob鳠llamado Yenᩲ (n�tese que lleva nombre romance, esto es, Januarius, Genero Giner), hombre popular y venerado por sus ortodoxas doctrinas musulmanas, el cual no hablaba sino romance, y en un proceso contra el cadhacia 836, ante los ministros del califa declara en aljam y califica al acusado con un diminutivo romance tan expresivo, que el monarca Abderrahman II, cuando le fue comunicado por los ministros el texto de la frase, qued� convencido de la culpabilidad del enjuiciado y lo destituy�10.
Mas dejando aparte estos casos extremos, repetimos que, en general, los musulmanes cultos, lo mismo que los mozᲡbes, ser biling�es, como el cad juez de C�rdoba Sul驭an ben Asuad (hacia 870), que, en la sala de la audiencia p�blica, contesta humoricamente en aljama una pobre mujer que le habla en aljampidi鮤ole justicia 11. Un alto funcionario podtener como lengua materna la romance; asen 921, entre los candidatos para el cargo de cade la capital del califato, figuraba uno cuyo padre y madre eran de familia completamente latinada 12; �qu頮o sucederen puntos alejados del gran centro oficial? Entre el pueblo dominaba sin duda el romance, y esta lengua se impona los poetas musulmanes populares, como lo muestra el hecho mencionado por Ben Bassam del ciego Mocᤤam de Cabra, el inventor del g鮥ro lco hispano-Სbe de las muswa��ahas, o canciones estr�ficas con estribillo, en las cuales se empleaba �la manera de hablar del vulgo ignorante y la lengua aljamiada� 13. Es que Mocᤤam serespa�ol de raza y tendrcomo lengua principal la romance; pero su vulgarismo y su aljamno impidieron que 鬠fuese uno de los poetas favoritos del sultᮠAbdᬬah (888-912), seg�n nos dice Ben Jald�n14.
4] Este pero de preponderancia de los mozᲡbes y aljamiados se cierra con la rebeli�n m᳠importante de todas, la de los cristianos de la serrande Ronda, que comenz� en 879, y que luego, al a�o siguiente, fu頣apitaneada por Omar ben Hafs�n, hijo de noble familia goda reci鮠renegada.
El historiador Ben Ha
ᮬ al referir estas luchas, nos viene a informar de que los andaluces sublevados hablaban lengua espa�ola. Cuando el sultᮠAbdᬬah, despu鳠de gran demora, sac� al fin su ej鲣ito para combatir a los rebeldes en 891, Omar manifest� su alegrdirigi鮤ose a su amigo Ben Mastana en unas frases dichas en espa�ol, las primeras palabras de las cuales eran ��Esto es una bravata de la boyada!�, y Ben Ha
ᮠinserta en su Სbe, para m᳠propiedad, la palabra romance boyata, explicᮤola�voz que en aljamquiere decir manada de bueye�15.Por cierto que la jactancia sali� mal por esta vez a Omar, que se vi� derrotado y despose de su castillo de Polei; mas el sentimiento nacional cristiano de los rebeldes brill� esplendoroso en la multitud de prisioneros hechos en Polei, quienes halagados por el califa con el perd�n, si se convert al Islam, se dejaron todos degollar, seg�n el mismo Ben Ha
ᮬ menos uno que flaque�, y para salvar la vida pronunci� la profesi�n de fe musulmana. El mismo Omar ben Hafs�n, continuando su guerra nacionalista, acab� por hacerse cristiano p�blicamente, y como cristiano fu頳epultado a su fallecimiento en su castillo de Bobastro, en la sierra de Ronda (917).
La muerte de Omar se�ala el fin de esta 鰯ca de insurrecci�n. Primero los cristianos y mulad de Sevilla fueron exterminados por los Სbes en 891; despu鳬 bajo el fuerte gobierno de Abderrahman III, los Beni Casi fueron desposes de Zaragoza. en 924; el �ltimo hijo de Omar ben Hafs�n entreg� a Bobastro en 928; y Toledo, tras un cerco de dos a�os, tuvo que abrir sus puertas al califa, el cual entr� vencedor en la ciudad el a�o 932. El martirio en C�rdoba de santa Argentea, hija de Ornar ben Hafs�n {937), puede ser mirado como �ltimo episodio de esta edad de entusiasmo nacionalista.
En resumen: durante m᳠de los dos siglos primeros de islamismo predomina la aljamen la Espa�a musulmana. A esto contribumucho el hecho de que los principales centros de poblaci�n, como Sevilla, estaban llenos casi totalmente por los romano-godos; los Სbes no gustaban de las ciudades; prefer establecerse en la campi�a, en las heredades de los fugitivos o de los despojados 16. Esta 鰯ca es tambi鮠la de mḩma influencia de los mozᲡbes sobre los cristianos del Norte, colaborando activamente en la repoblaci�n y en la cultura de los reinos reconquistadores.Espa�a mozᲡbe.De 932 a 1099.
88. El segundo pero en la vida de los mozᲡbes es de postramiento ; el esptu naciona] cristiano se apaga hasta casi extinguirse; en cambio, la cultura musulmana espa�ola florece, sobre todo en el reino de Sevilla, hasta que la destruyen los invasores africanos almorᶩdes. Terminamos este pero en 1099, a�o en que ocurre el primer acto conocido de persecuci�n contra los mozᲡbes por parte de los almorᶩdes; es tambi鮠el a�o de la muerte del Cid, suceso que determina el abandono de Valencia y primera emigraci�n en masa de mozᲡbes (1102).
I ] Respecto a esta 鰯ca se duda mucho de que los mozᲡbes conservasen su lengua romᮩca. El famoso c�dice de la Biblioteca Nacional, que contiene la traducci�n Სbe de los cᮯnes eclesi᳴icos, estᠥscrito, en 1049, por el presbro Vicencio y dedicado a cierto obispo, Abdelm鬩c, que, a juzgar por su nombre, era hombre arabizado; el examen de este c�dice hace decir a muchos: �� qu頣onocimiento del latni del romance podhaber entonces, cuando un libro como 鳴e, destinado a los te�logos y al clero superior, necesitaba tal traducci�n?�17. Pero estas y otras versiones Სbes, que en abundancia se hicieron, respond a la necesidad de incorporar la erudici�n cristiana a la superior cultura Სbe; no por otro motivo el arzobispo de Sevilla, Juan, habantes expuesto en Სbe las sagradas escrituras, �quas ad informatione posterorum arabice conscriptas reliquit�, seg�n dice expresamente el arzobispo Rodrigo Toledano 18.
Varias inscripciones latinas que se han hallado en C�rdoba, en Granada o en Mᬡga, pertenecientes a la segunda mitad del siglo X y a la primera del XI 19, nos atestiguan el uso del latcomo lengua escrita en aquella sociedad cristiana regularmente organizada dentro de la musulmana. Son a veces largos epitafios, rememorando a un monje Amansvindo de la sierra de Mᬡga, 982 (24 hemistiquios), a un obispo Daniel (de Badajoz?), a�o 1000, a un noble Cipriano de Granada, 1002. La lengua hablada era romance, y esto aun en C�rdoba, donde naturalmente el poder de atracci�n de la lengua oficial Სbe habde ser mayor. Asabemos que en Agosto de 971 los cristianos de C�rdoba sirvieron de int鲰retes entre los embajadores del conde barcelon鳠Borrell y el califa Alhn II, y en octubre de ese mismo a�o, el cade los cristianos de C�rdoba, su obispo I硠ben Mansur su conde Moawia ben Lupo y el metropolitano de Sevilla, Obaidᬬah ben Cᳩm, sirven tambi鮠de int鲰retes a los embajadores llegados de parte de Elvira, regente del rey leon鳠Ramiro III. Poco despu鳬 en 973, el mismo cadactuando de nuevo como int鲰rete, por traducir con demasiada. exactitud otra embajada. insultante de la rejna Elvira , fu頤estituido, y el metropolitano march� a Le�n como int鲰rete de la embajada que Alhn II enviaba a su vez ante Elvira. 20. Los mozᲡbes cultos segu, pues, siendo biling�es. El hecho de que hablasen el Სbe como lengua. propia era excepcionalisimo y exiguna explicaci�n especial; un autor musulmᮠrefiere como cosa rara que cuando el rey de Sevilla, Abulcᳩm, hizo una incursi�n en Portugal, hacia 1025, encontr� en Alafoens (al Noroeste de Viseo ) unos cristianos originarios de gentes que hab pactado con el conquistador de Espa�a Muza ben Nosair, y entre ellos habmuchos que hablaban en lengua Სbe, los cuales pretend descender de un Jebala ben AIayham, Სbe que se habconvertido al cristianismo; pero la verdad era que descend de los antiguos cristianos del tiempo de la conquista 21.
2] Entre los musulmanes tambi鮠contin�an usᮤose las dos lenguas. Abderrahman III y sus cortesanos bromean, improvisando versos en los cuales intercalan una frase espa�ola que sirve de rima 22. Todos los escritores Სbes espa�oles interesados en la nomenclatura de las cosas aluden a cada paso a la lengua romance usada entre ellos; Ben J�ljol, por ejemplo, que comenta a Diosc�rides en C�rdoba, en 982, dice una vez que la planta 'dafne" �entre nosotros se llama en latini>orbaco�, y en otra ocasi�n dice que el 'heliotropion' �se nombra en latinbsp; vulgar entre nosotros torna�ole� 23. Este biling�ismo de la Espa�a musulmana es notado por el viajero oriental Almocadasen la segunda mitad del siglo X, el cual, aunque no estuvo por los pas de Occidente, estᠢien informado de ellos, y dice: �La lengua que hablan los de Occidente es arᢩga, si bien oscura y difl de entender, distinta de las que hemos mencionado de otras regiones; tienen adem᳠otra lengua semejante o relacionada con la romͻ (esto es, con la latina)24. El hecho de carecer de este biling�ismo parece raro; el cordob鳠Ben Hạm (muerto en 1064), hablando de varias singularidades que en sus costumbres tenla familia Სbe de los Bali, establecida en Mor�n y en un pueblo al Norte de C�rdoba, dice como cosa chocante: �Por lo que toca a su lengua, no saben hablar en latin(o romance), sino exclusivamente en Სbe, y esto tanto las mujeres como los hombres� 25. Menos extraordinario era quizᠥl caso de los musulmanes que no sab Სbe: un austero asceta y director de conciencias, el toledano Temam Ben Afif (muerto en 1059), �cuando era consultado acerca de los que no sab hablar en Სbe, dec si vuestras obras se expresan con claridad, no os da�arᠬa lengua que hablᩳ) 26.
3] La cuesti�n del idioma contin�a, pues, igual que en e] pero anterior, aunque el esptu nacional de mozᲡbes y mulad no da se�ales de vida. A este postramiento contribuy� mucho la exaltaci�n isl᭩ca producida por el genio polco y militar de Almanzor, quien supo atraer a su amparo o vasallaje y a su hueste multitud de cristianos, ora mozᲡbes, ora del Norte27 y con una larga serie de campa�as, que duraron desde 977 hasta 1002, fecha de su muerte, puso a la cristiandad de la Espa�a independiente en continua derrota desde Barcelona (985) hasta Santiago (997).
No obstante, cuando a la muerte de Almanzor sobrevino la decadencia musulmana de los reinos de taifas, los mozᲡbes pudieron prestar a�n muchos servicios a la reconquista. Recu鲤ese el conde mozᲡbe Sisenando, hijo de David, que nacido en tierra de Coimbra y cautivado por el rey moro de Sevilla, se habencumbrado en la corte de 鳴e ya su servicio habcombatido a los cristianos; pero luego, acogido en la corte de Fernando I de Castilla, ayuda a 鳴e en la reconquista de Portugal, y colabora mucho en la polca de Alfonso VI28. Recu鲤ese tambi鮠que cuando ese rey Fernando I gana a Coimbra, en 1064, es socorrido con vres por los monjes mozᲡbes de Lorvᮍ29, y cuando el Cid conquist� a Valencia., 1094, adopt� la polca medida de poner por guardas de las murallas a los mozᲡbes de la ciudad, �porque fueran criados con los moros et fablavan assi como ellos et sabien sus maneras e sus costumbres� 30.
Cons鲶anse noticias del culto de los mozᲡbes de C�rdoba hacia 1025, de sus monjes en 1066; de las iglesias de Denia y Orihuela en 1058; de los obispos de Zaragoza en 1040 y 1077, etc.; se habla de la reconquista de varios lugares en el siglo XI por levantamiento de su poblaci�n mozᲡbe 31. En ese siglo los cristianos de Toledo musulmana conservaban seis parroquias y su arzobispo al frente; tambi鮠los cristianos de Huesca conservaban al menos su iglesia de San Pedro el Viejo, cuando la reconquista en 109632.
Conviene recordar un hecho importante ; un mozᲡbe toledano hacia mediados del siglo XI escribe ciertaCr�nica Pseudo-Isidoriana, inspirada en autores cristianos y Სbes; en ella resume la leyenda de la hija del conde Juliᮬ estuprada por el rey godo Vitiza, an飤ota que, seg�n todas las apariencias, proviene de un relato po鴩co, mozᲡbe tambi鮬 y en lengua vulgar33. Es decir, que los mozᲡbes toledanos, pocos a�os antes que su ciudad cayese en poder de Alfonso VI, ten alguna actividad literaria, ora en lat ora en romance.Espa�a mozᲡbe.A partir de 1099.
89. El tercer pero es de emigraci�n y gran mengua de los mozᲡbes, por efecto del advenimiento de dos dinast africanas, la de los almorᶩdes, sobre todo a partir del a�o 1099, y la de los almohades desde 1146.
1] Las varias invasiones almorᶩdes, inspiradas en gran parte por un rdo fanatismo religioso, no s�lo detuvieron durante alg�n tiempo la reconquista de los cristianos del Norte, salvo los 鸩tos del Cid, sino que se ensa�aron en perseguir los mozᲡbes del Sur. El primer episodio de persecuci�n que podemos citar se produjo en 1099, cuando los alfaqu, que tanta intervenci�n asumieron en todas las decisiones del emperador almorᶩde Y�suf ben Texef aconsejaron la destrucci�n de una hermosma iglesia de Granada; el emperador mand� en seguida demolerla y saquearla 34.
Los mozᲡbes de la ciudad de Valencia juzgaban imposible su permanencia entre los almorᶩdes cuando el rey Alfonso VI y Jimena, la viuda del Cid, abandonaron a los africanos la conquista en 1102; todos entonces se expatriaron y se fueron a Castilla con la heroica defensora, pegando fuego a la ciudad abandonada 35. A esta primera emigraci�n en masa siguieron otras. Desde luego, en 1106 fueron expatriados los mozᲡbes de Mᬡga, probablemente al frica 36.
Pocos a�os despu鳬 los oprimidos mozᲡbes granadinos intentaron una gran rebeli�n: eran nada menos que 12.000 en edad de tomar armas, y enviaron su censo al rey aragon鳠Alfonso I el Batallador, invitᮤole a ir en su ayuda, para apoderarse de Granada, y asegurᮤole adem᳠el levantamiento de los mozᲡbes de otras regiones. El Batallador emprendi� una gran expedici�n en 1125-1126, llegando hasta el mar granadino de Salobre�a, pero la rebeli�n fracas� y 10.000 mozᲡbes se expatriaron siguiendo a la hueste aragonesa en su retirada. En venganza de esta conjura, el emperador almorᶩde, Aldeport� al Africa grandes masas de mozᲡbes, en el oto�o de 1126, internᮤolos en Marruecos, principalmente en Fez y Mequinez.
La deportaci�n de los cristianos fue un principio polco de los almorᶩdes. Cuando, en el mismo a�o 1126, Alntreg� el gobierno de la Espa�a musulmana a su hijo Texefpara retirarse a Marruecos, uno de los consejos que di� a su hijo fue el de enviar al Africa todos los cautivos, hombres o mujeres; con los hombres vᬩdos formaba allᠰreciadas milicias cristianas. Y fiel a este principio, Texef al retirarse a su vez al Africa, en 1138, se llev� consigo multitud de cautivos y mozᲡbes: �multos christianos quos vocant muzarabes, qui habitabant ab annis antiquis in terra agarenorun� 37. Sin embargo, los mozᲡbes de C�rdoba manten una basca de Santa Mardonde fu頥nterrado honorcamente un sacerdote portugu鳠que alluri� cautivo y mᲴir en 114738.
2] La decadencia extrema de los mozᲡbes viene con la nueva invasi�n de los almohades, iniciada en 1146. Los destructores del Imperio almorᶩde se jactaban de ser m᳠intolerantes y fanᴩcos que sus antecesores. Cuando conquistaron a Sevilla (enero 1147), se puede decir que acaba la organizaci�n cristiana en Andaluc el metropolitano de Sevilla, los obispos de Medina-Sidonia, Niebla y otras di�cesis abandonan sus escasos fieles y huyen a terminar sus d en el reino de Castilla, en Talavera o en Toledo 39. Tambi鮠sabemos que los mozᲡbes de Granada fueron casi exterminados en una revuelta del a�o 1164. El sultᮠalmohade Abdelmumen decret� la expulsi�n de todos los cristianos y jud que no quisiesen islamizarse, y su segundo sucesor Yᣵb, el vencedor de Alarcos (1195), se jactaba de que los almohades no hab dejado en todo el Occidente musulmᮠninguna sinagoga ni iglesia. Asasaron Andaluc Murcia y Valencia el �ltimo siglo anterior a su reconquista, en el cual los mozᲡbes llegaron a punto de mayor abatimiento. Sin embargo, segu practicando la religi�n y su suerte preocupaba en Roma; Celestino III, en 1192, manda al arzobispo de Toledo que enva Sevilla y otras ciudades de sarracenos donde moran cristianos, alg�n sacerdote sabedor del laty del Სbe para que conforte a los que se mantienen firmes en los sacramentos de la Iglesia e instruya a los cas en superstici�n 40.
Asmientras las ciudades reconquistadas a comienzos del siglo XII ten a�n densa poblaci�n cristiana, por ejemplo Zaragoza, que tenun barrio mozᲡbe cuando fu頴omada en 111841, las ciudades conquistadas en el siglo XIII, como Valencia, C�rdoba y Sevilla, conservar pocos mozᲡbes, y esos faltos de importancia social, sin obispos y sin organizaci�n civil; de ellos ya no tenemos noticias apenas. No obstante, debemos recordar alguna menci�n suelta, como la de un don Jaime, mozᲡbe que residen Sevilla junto a la puerta de la Macarena en 1201, o la de permitir los moros la construcci�n de nuevos templos mozᲡbes, como lo indica una inscripci�n latina que se puso al edificar una iglesia en Sanl�car la Mayor, en 1214, y que acababa con una frase romance del arquitecto : �EN ERA DE M.CC.LII TOMɠACABӠDE LABRAR ESTA EGLESIA�42. Tambi鮠en la primera mitad del XIII, Jacobo de Vitry nos asegura que los cristianos que conviv con los sarracenos, �mosarabes nuncupati�, usaban el latcomo lengua docta en los escritos43. Por �ltimo, en 1227, once a�os antes que Valencia fuera reconquistada, naci� en esa ciudad, de padres mozᲡbes, nobles y ricos, san Pedro Pascual, escritor en laty en castellano, gran impugnador de la religi�n musulmana, que fu頯bispo de Ja鮠y padeci� martirio en Granada el a�o 1300; pero debemos considerar tambi鮠que no se hubiera destacado este �ltimo gran mozᲡbe a no haber sido recibido y ayudado por los reconquistadores.
3] En este tercer pero de gran decadencia, el romance mozᲡbe conserva todavconsiderable valor social y aun literario. Los botᮩcos que escriben entre los siglos XI y XII siguen lo mismo que en el X, juzgando necesario dar el nombre mozᲡbe de las plantas que describen, prueba de que el biling�ismo continuaba muy vigoroso en todo el Andalus.
El an�nimo sevillano que escribe en los �ltimos a�os del siglo XI y primeros del XII, da los nombres de las plantas en Სbe con su correspondencia en la aljamde al-Andalus, a la cual asigna voces como nabello (que en otro pasaje escribe con diptongo, nabiello, Asin 373�);zobolla de porco, �que en Სbe significa 'cebolla de cerdo'� (200�); yerba putda, �que quiere decir 'p�tida, hedionda'� (463�), yerba de foco, �(esto es 'de fuego'� (649�), coc�mir d'asno 'cohombro de asno' (Asin 147�) o mentra�to 'mastranzo' (Asin 351�); se�ala tambi鮠denominaciones locales que no hay que tomar como exclusivas de tal localidad, sino como frecuentes en ella, asde C�rdoba, espina alba (222�); de Zaragoza , bontronca 'bet�nica' por abundar mucho en tierra zaragozana (83�), tambi鮠cambr�n (111�); de Toledo y Zaragoza, mansanilla; de la Frontera Superior, o sea de la frontera de Arag�n y Barcelona, mauro bi�co (342�); en la aljamde l a F r o n t e r a, sin especificar qu頦rontera, malbella, �cuyo significado en Სbe es 'malvita peque�a'� (322�), o gritada ira 'gritadera', la planta que en aljamgeneral se llama tracont 'dragontea', �y se la llama gritadaira porque, cuando la corteza de su tallo se abre por la salida de los brotes, produce un sonido agudo que se oye perfectamente� (586�), camell �porque es pasto para los camellos� (112�), etc.
De ese sevillano an�nimo es contemporᮥo Aben BuclᲩx, que escribe en Zaragoza pocos a�os antes de la reconquista de esta ciudad por Alfonso el Batallador en 1118; tambi鮠鬠nos menciona muchas voces de uso general en la aIjamdel Andalus, y tambi鮠distingue algunas m᳠propias de la aljamde Zaragoza, como la ya citada bentr�nica, o la de la planta tracont, o la de vitriᩲa ' vidraria'; otras voces dice pertenecen a la aljamde Valencia, como tᰡra� 'alcaparras'; otras a la aljamdel Oriente del Andalus, como gr᭥n 'grama' 44.
Al terminarse ya la dominaci�n musulmana en la mayor parte de Andaluc el botᮩco malague�o Aben AIbeitar, muerto en 1248, aparte de unas treinta veces que cita la aljamdel Andalus, sin mᳬ especifica otras cinco veces que esa aljamandaluza era latiny hasta da una docena de nombres diciendo s�lo que son de latin o lat tambi鮠atribuye algunas voces particularmente a la Aljamdel Oriente del Andalu s como bent�nica y bobrella 45.
Este biling�ismo del Andalus no tens�lo efectos en la literatura erudita; los tentambi鮠en la poes Las canciones mozᲡbes que en el siglo IX inspiraron a Mocᤤam de Cabra siguieron influyendo sobre los continuadores de esa escuela. La muwa��aha, popularizada en el Andalus, era llamada z骥l, canci�n estr�fica con estribillo en la que se continuaban empleando palabras y frases romᮩcas mezcladas al Სbe popular andaluz 46. Se conserva un �nico cancionero de z骥]es, el de Ben Cuzmᮬ poeta cordob鳠muerto en 1160 47, copiado en Oriente, en el siglo XIII , por quien no entendnada de las voces romᮩcas insertadas en los versos Სbes, asue las deforma lastimosamente. Uno de sus versos (canci�n 828) 48 parece ser el estribillo de una albada mozᲡbe Alba, alba es de lůz en una die, donde, si nos podemos fiar de la grafᲡbe, se ve el sustantivo �d/font>� usado en g鮥ro femenino. La muwa��aha propiamente dicha, no el z骥l, ten salvo excepciones, su �ltima estrofa escrita en Სbe vulgar o en aljammozᲡbe, vulgar y callejera; por desgracia, entre las pocas muestras conservadas las hay con su estrofa final en Სbe vulgar, pero no en espa�ol. S�lo una ha aparecido �ltimamente, debida al Ciego de Tudela, AI-Amᠥl-Tutelmuerto en 1126, la cual tiene sus �ltimos versos en romance, mezclado con alguna palabra arᢩga 49. Esta extrema escasez de textos se remedia en parte mediante la conservaci�n de muwa��ahas hebreas, imitadas de las Სbes, pues en ellas se encuentran bastantes versos finales en dialecto mozᲡbe 50. Pongamos como ejemplo de Jud᠈a-Lev1075-1161?) cuando Cidello, m餩co judy ministro de Alfonso VI, visit� a Guadalajara hacia 1100: De� cuand meu Cidiello viened, \�tan buona albi�ara (albricia)! \como rayo de �ol exed \en Wadalhijara�. Tanto de los z骥les de Ben Cuzmᮠcomo de las muwas��ahas hemos recogido en estas p᧩nas algunos datos para ilustrar el dialecto mozᲡbe.
La conservaci�n de la lengua romᮩca entre los mozᲡbes hasta el siglo XIII, el siglo en que escribe el ya citado Ben Albeitar , es hecho no s�lo bien comprensible, sino de presuposici�n evidente, si tenemos en cuenta que el bereber, despu鳠de los cinco siglos y medio de islamismo que sufri� Andalucy despu鳠de otros siete siglos m᳦nbsp; contin�a hoy conviviendo con el Სbe y conserva a�n importantes zonas en Argel y en Marruecos, a pesar de ser una lengua liliteraria 51, y a pesar de no tener el gran apoyo que el mozᲡbe tenia en las lenguas romances de los reinos reconquistadores.
4] En cuanto al peque�o reino de Granada, fundado como vasallo de san Fernando y de Alfonso X, ya no sabemos ciertamente si en los siglos XIV y XV conservaba mozᲡbes en regular n�mero ni latindivulgada. Lo �nico que sabemos es el grandmo predominio que a�n conservaba alll elemento espa�ol a pesar de haberse refugiado en Granada muchos moros de los vencidos reinos de Ja鮬 C�rdoba, Sevilla, Valencia y Murcia. Dece en 1311 que entre los 200.000 musulmanes que viv en Granada no se hallaban 500 que fuesen moros de raza; todos los dem᳠eran hijos o nietos de cristianos52. En 1432 el rey de Granada tennaturales o s�bditos cristianos a quienes no debconsentir que se islamizasen, seg�n pacto que habhecho con Juan II de Castilla 53. La lengua Სbe tenallran mezcolanza de romance; el tunecino Ben Jald�n, que estuvo en Granada en 1362-1365 y en 1374, despu鳠de decir que en T�nez, Argel y Marruecos el Სbe se mezcl� con el bereber, formando una lengua mixta en que predominan los elementos extranjeros, a�ade: �En Espa�a ha ocurrido lo mismo, por sus relaciones con los gallegos (o sea, leoneses y castellanos), y con los francos (o sea, aragoneses)�54. En efecto; lengua mixta es el Სbe, lleno de t鲭inos mozᲡbes y castellanos, seg�n aparece en el vocabulario del habla granadina hecho a rade la reconquista de 1492 por Fr .Pedro de AlcalᮠCaracteres de los dialectos mozᲡbes.
90. A pesar de que el romance mozᲡbe no nos ha dejado texto alguno anterior al final del siglo XI, podemos caracterizarlo con alg�n pormenor, gracias a las noticias que pueden recogerse en los autores Სbes. Claro es que las noticias de estos escritores se refieren exclusivamente al vocabulario, no a la fon鴩ca, ni mucho menos a la sintaxis, de la aljam y por la com�n las voces que nos dan como propias de la aljamde Zaragoza, o de Valencia, o de C�rdoba son in�tiles para una caracterizaci�n fon鴩ca, sirviendo s�lo para estudios l鸩cos. No obstante, algo podemos entrever en esos datos m᳠allᠤe la lexicografmeramente enumerativa.
1] En varias regiones de Valencia sabemos que existi� la diptongaci�n espa�ola de las vocales abiertas aun en sba trabada, xierra 'sierra' (� 264), la mismo que en buena parte de Arag�n, Toledo y Andaluc diptongaci�n que, allonde existi�, despu鳠desapareci� totalmente en alguna de las regiones portuguesizadas y catalanizadas con la reconquista (v顳e � 1002).
Un resultado de m᳠alcance nos darᠥl examen de ciertos rasgos muy extendidos a todas las regiones mozᲡbes, y que son contrarios a los rasgos m᳠caractericos del castellano.
La mozarabusaba ll en vez de la j castellana. En vez del castellano conejo, cerraja, los mozᲡbes! dec conelyo, xarralya, la mismo en Toledo que en C�rdoba y Mᬡga, o en Zaragoza y Valencia (� 504), coincidiendo en esto con el aragon鳠antiguo conello, conill, con el catalᮠcunill, serralla, con el gallego-portugu鳠coenllo, coelho, serralha, y con la generalidad de los romances de fuera de Espa�a.
Los mozᲡbes usaban t en vez de la ch peculiar del castellano, y a la hierba cuajaleche llamaban lahtᩲa, y por noche dec nohte, la mismo en C�rdoba que en Zaragoza (� 504); en esto se asemejaban al gallego-portugu鳬 al leon鳠occidental y al aragon鳬 que dicen leite, noite o nueite, feito, y al catalᮬ que dice llet, nit, fet, concordando en esto con el italiano, franc鳠y dem᳠romances, a diferencia del castellano, que cre� en este caso un sonido especial.
Frente al castellano enero, hiniesta, hinojo, helar, que pierden la j- o g- latina, conservan esta consonante los dem᳠romances, incluso los de la Peninsula; portugu鳠janeiro, giesta, leon鳠y aragon鳠antiguo jenero, giniesta,. catalᮠjaner, ,qinesta. Pues los mozᲡbes de C�rdoba y de Mᬡga dec jenᩲ, yenexta (� 421}, siguiendo el uso general y no el castellano.
El castellano dice llant鮠a la hierballamada en latplantagine, y dice llorar por plorare; los dem᳠romances conservan pl- cl-latinas o las alteran de otro modo: aragon鳠plantaina, plorar; catalᮠplantatge, plorar; portugu鳠chantagem, chorar. Los mozᲡbes dec plantain, seg�n testimonios de C�rdoba, de Sevilla y de Zaragoza (� 434}.
El leon鳬 el catalᮠy parte del aragon鳬 palatalizan la l- inicial diciendo llengua, llabrar o llaurar, lluna, mientras el castellano concuerda aquon la generalidad de los romances, conservando la inicial, lengua, labrar, luna. Pues los mozᲡbes cordobeses del siglo dec yengua, con pronunciaci�n yea de la ll (� 44}. ,
Tambi鮠la diptongaci�n ante yod que se revela en el nombre toponcoCaracuey o en el vocablo uello 'ojo', es un rasgo que los mozᲡbes poseen en com�n con el leon鳠y el aragon鳠(� 253}.
De todo esto volveremos a tratar en los �� 100-102, desde puntos de vista m᳠generales. Por ahora nos basta sentar, seg�n vemos bien claro, que el uso de los rasgos castellanos en Toledo, Andalucy dem᳠territorios mozᲡbes fue de introducci�n tard como efecto de la reconquista y repoblaci�n castellana. Cosa anᬯga en Portugal: los rasgos tcamente portugueses no se introdujeron en las regiones del Sur sino por efecto de la portuguesizaci�n tard Los mozᲡbes de Lusitania, por ejemplo, no perd la -l- y -n- intervocᬩcas, como hac al Norte los portugueses del siglo XI; esto nos indican ciertos nombres toponcos del Sur, como M鲴ola < *Mirtula, Myrtilis, Baselga < basilica, Odiana < wadi-Ana o rGuadiana55, Madroneira en Beja (Madroeira en Santarem), Molino en ɶora (Moinho en el Norte), y otros asbr> 2] Aparte estos caracteres m᳠genera]es, hallamos en el mozᲡbe otros que asemejan al gallego-portugu鳠y al leon鳠occidental m᳠que al aragon鳠y catalᮮ Me refiero, por ejemplo, a la conservaci�n del grupo mb latino (� 524); como el gallego-portugu鳠pomba, leon鳠palomba, dec en Granada Colombaira al pueblo que los castellanos llamaron Colomera, ya que el castellano y aragon鳠simplifican la mb en m, diciendo paloma, y el catalᮠcoloma o paloma.
M᳠significativo es hablar, tanto en el mozᲡbe como en el gallego-portugu鳠y leon鳬 conservados los diptongos ai ei, au ou, que el catalᮠy aragon鳬 lo mismo que el castellano, monoptongaron muy pronto en e y o. En Toledo, en C�rdoba, en Granada, en Zaragoza y en Valencia se deccarrayra, 硰atᩲ, yenair , como en gallego-portugu鳠carreira, sapateiro, janeiro, en vez del castellano, aragon鳬 catalᮠcarrera, zapatero o sabater, enero o janer; se decbaiga, como en gallego y leon鳠veiga, en vez del castellano vega; se decxaira y xair�n, como en portugu鳠ceira, ceirāo, en vez del castellano sera, ser�n (� 182); la persona Yo del Futuro era demandarey (� 741); y todavperduran hoy en Granada, Mᬡga y Almernombres toponcos de apariencia enteramente gallega, como Capileira, Pampaneira, Junqueira, el cerro de Beila en el t鲭ino de Hu鴯r-T᪡r (part. de Loja). De igual modo en Valencia, To]edo o Anda]ucse declauxa, como en gallego-portugu鳠lousa, frente al castellano losa, catalᮠllosa; se decfauchil, como en gallego-portugu鳍fouce, fouci�a, por hoz, hocino, y a�n hoy se conservan nombres toponcos como Faucena, cortijada en el Ayuntamiento de IznaIloz (Granada), o La Fausilla, caseren Cartagena (Murcia) 56. Como el gallego-portugu鳠y el leon鳠son dialectos muy arcaizantes, tambi鮠lo era el mozᲡbe, y era a�n m᳠que ellos, porque mantenpor m᳠tiempo que el leon鳠las formas primitivas ai, au, en vez de ei, ou.
Otro gran arcao del mozᲡbe era la tendencia a conservar la consonante sorda intervocᬩca: toto 'todo', boyata 'boyada', aunque usaba tambi鮠la sonorizaci�n sogro 'socru' (� 464); la consonante sorda se mantuvo m᳠en Arag�n, pues aun hoy subsiste en el alto aragon鳮
Tambi鮠ofrece el territorio mozᲡbe ciertos top�nimos enque la evoluci�n de I i y n i se ve detenida en un grado arcaico i l, i n, Bail鮬 Lucainena, Concentaina � 504.
Este carᣴer arcaizante del mozᲡbe, lenguaje que se nos presenta bajo muchos aspectos como estancado en su evoluci�n, depende de una vida muy poco cultivada, a causa de hallarse cohibido por el Სbe; 鳴e se imponcomo lengua de cultura para todo uso solemne y literario, seg�n nos lo atestiguan las ya mencionadas traducciones de los cᮯnes y dem᳠libros latinos. El romance mozᲡbe, quedando relegado a la intimidad casera, se conserv� casi en el estado en que se hallaba al hundirse la monarquvisigoda, del mismo modo que el judeo-espa�ol, rodeado de otras lenguas oficiales, como el turco, el rumano, el servio, etc., se ha estancado tambi鮠en su evoluci�n.
3] Hemos visto en el punto 1 las diferencias que el territorio mozᲡbe central presentaba en su lengua con respecto al dialecto castellano propagado allespu鳠por la reconquista. De igual modo podemos se�alar en el territorio catalanizado por la reconquista diferencias mozᲡbes respecto del catalᮮ Valencia, ya lo hemos indicado en el punto 1, conocla diptongaci�n propia del Centro de Espa�a, xierra. Conoctambi鮬 sin duda extendido por todo el territorio, el diptongo ei, pandayr, Gorbayra, arcao conservado en el Centro y el Occidente de los mozᲡbes; en el Repartimiento de Mallorca de 1232-1267 se halla igualmenteCorbeira, Unqueira (� 182). Valencia y Mallorca conservaban el grupo mb, palomba, lombo, contra el catalᮠ(� 524).
Ademᳬ contra el catalᮬ Valencia y Mallorca vacilaban, como el resto de los territorios mozᲡbes, conservando la -o final o perdi鮤ola. Ben BuclᲩx reconoce cierta gran unidad lingiiica aragonesa cuando, al hablar del cuerno del ciervo, escribe: �Se dice en aljambaina de serbo; a saber: baina 'cuerno' y cerbo, entre ellos ' venado'; y esto en la aljamde Arag�n de la jurisdicci�n de Zaragoza y de Valencia�57 (� 364).Vitalidad ulterior de los dialectos mozᲡbes.
91. Es difl saber hasta qu頰unto la lengua mozᲡbe pudo influir en los dialectos modernos.
1] En los territorios reconquistados antes del siglo X, el dialectalismo mozᲡbe debi� de subsistir en gran parte, salvo en los casos donde la poblaci�n fuese muy escasa, pues entonces los reconquistadores y repobladores del Norte impondr por completo su habla. Podemos suponer, por ejemplo, que aun la regi�n del Norte del Duero, hacia Zamora, que se nos dice por los cronistas haber sido despoblada en el siglo VIII y repoblada en el IX, debi� de conservar bastante de su dialectalismo mozᲡbe. Al Oeste de Zamora, Miranda do Douro, que habla un dialecto leon鳠a pesar de su agregaci�n al reino de Portugal, creado en e] siglo Xll, parece indudablemente conservar un lenguaje originario del pay desarrollado alluando Miranda, en tiempos romanos, formaba parte del convento jurco Asturicense y no del Bracarense58; si la tierra de Miranda era primitivamente una hijuela de Astorga y el dialecto de ambas regiones es hermano, este gran parecido debe depender de circunstancias primitivas y no de emigraciones y repoblaciones de reconquista. En el dialecto m᳠antiguo de Salamanca tambi鮠se descubre alg�n rasgo occidental que pudiera depender de cuando esta regi�n perteneca la Lusitania romana y visigoda, pero aquas influencias posteriores borraron estos caracteres m᳠antiguos, a diferencia de Miranda, que los conserv� bastante bien.
2] En las regiones reconquistadas antes del siglo XII, tambi鮠los elementos mozᲡbes, si eran fuertes, pudieron conservar en ellas su lenguaje romᮩco primitivo, sin alterarlo absorbido por el de los reconquistadores. Tal sucede en la comarca de Benabarre, reconquistada en 1058; en ella los dialectos aragon鳠y catalᮠentrecruzan los ltes de sus varios rasgos fon鴩cos diferenciales, indicᮤonos que allermanece, al menos en gran parte, un dialectalismo primitivo; mientras que en las vecinas comarcas de Monz�n y de Tamarite, reconquistadas definitivamente en 1142 y 1145, el aragon鳠y el catalᮠno entrecruzan asus ltes, sino que colindan en un lte �nico y brusco en el cual coinciden los ltes de las varias caractericas diferenciales de uno y otro idioma, indicando que alll dialecto no se desarroll� primitiva y sedentariamente, sino que es dialecto de emigraci�n, llevado como de un golpe, ya en estado de completo desarrollo, por los reconquistadores aragoneses o catalanes que repoblaron y reorganizaron, respectivamente, los territorios de Monz�n y de Tamarite59. La lengua de los mozᲡbes result� aqunsignificante �-ente a las lenguas invasoras del Norte.
3] Como principio general podemos decir que, al Oeste, los dialectos primitivos fueron conservados por la poblaci�n mozᲡbe hasta Miranda, esto es, hasta el Duero y el Tormes. Al Norte de esos r, el lte de los varios rasgos caractericos del gallego-portugu鳠(outro, cantei, feito, corpo, etc.), no coinciden en una sola la, sino que se dispersan en varias direcciones, unos m᳠adentro que otros, en el territorio del leon鳻 y viceversa, rasgos leoneses (lluna, etc.), se internan en territorio gallego. Al Sur del Duero, los ltes de los varios fen�menos caractericos del portugu鳠y del leon鳠extreme�o son coincidentes, se reunen todos en una la �nica que, en general, es la misma que marca la frontera polca de Portugal; se trata, pues, de una lengua no primitiva, sino emigrada, llevada al Sur por los reconquistadores. -Al Este, respondiendo al mayor retraso de la reconquista allseg�n indicamos en nuestro mapa de Espa�a hacia el a�o 950), el punto donde cesan los dialectos primitivos estᠭucho m᳠septentrional que al Oeste, pues se halla en la comarca de Benabarre. Desde Tamarite y Monz�n, hacia el Sur, los ltes deI catalᮠy del aragon鳠(porta, les cases, lluna, etc.), son coincidentes, revelando ser efecto de la reconquista.
El Atlas Ling�ico de Espa�a debe preocuparse de delimitar con m᳠pormenores que los que suelen usar los atlas, estos y otros fen�menos de origen antiguo, para poder precisar y rectificar las conclusiones que aqunticipamos como provisionales.
4] Por lo demᳬ es claro que una regi�n que conservase al tiempo de la reconquista su dialecto mozᲡbe, pudo despu鳠perderlo. Muestra de ello es Toledo, reconquistada por Castilla en 1085, en cuya historia nos es dado ver algo del mecanismo de incorporaci�n de un centro mozᲡbe a un reino del Norte. La mozarabera en Toledo, durante los siglos XI y Xll, abundante y poderosa, pero el elemento castellano emigr� hacia alln gran abundancia e impuso al fin su modo de hablar, y el dialecto mozᲡbe no prevaleci�. La conservaci�n del dialecto primitivo depende, pues, no s�lo de la fecha de la reconquista, Sino de otras circustancias, especialmente de la importancia respectiva de mozᲡbes e inmigrantes en cuanto al n�mero y a la cultura.Vitalidad del mozᲡbe toledano.
Cuando la reconquista de 1085, los mozᲡbes eran numerosos en Toledo; ten hasta seis parroquias, desde tiempos musulmanes, y mantuvieron en ellas cierta cohesi�n nacional, continuando en el uso oficial de la lengua y de la escritura Სbe para documentos notariales e inscripciones; continuaron tambi鮠rigi鮤ose por su legislaci�n visig�tica del Fuero Juzgo, practicando su rito visig�tico, a pesar de la introducci�n del rito romano en el resto de Espa�a, y manteniendo el uso de moneda cristiana de tipo Სbe aun en el siglo XIII. El clero mozᲡbe adopt� a menudo actitud levantisca contra el Arzobispo, si鮤onos conocidas dos rebeld, una en 1096 contra el arzobispo D. Bernardo, y otra en 114760. Ademᳬ en el siglo XII recibieron refuerzo con la inmigraci�n de otros mozᲡbes en 1150, muchos miles de mozᲡbes andaluces, que formaban en Marruecos una milicia al servicio de los almorᶩdes, al derrumbarse el imperio de 鳴os, regresaron, con su obispo y su clero, a Espa�a, estableci鮤ose en Toledo61; y poco despu鳬 en 1156, la poblaci�n mozᲡbe de Zorita fue reforzada con un considerable n�mero de mozᲡbes venidos de Calatayud, de Zaragoza y de otras partes de Arag�n 62.
El habla romance de los mozᲡbes toledanos, en los siglos XII y XIII, a juzgar por las escasas muestras que de ella conocemos, tenvarios rasgos comunes con el leon鳬 seg�n ya hemos notado, y eso no s�lo la del pueblo bajo, sino la de los notables, como D. Pedro Apolech鮠y su notario (DL, 261�), que en 1191 empleaban en sus escritos la II en vez de la j: �con suasmulleres e con sos fillos� (� 504; fillo usan tambi鮠los Anales Toledanos en el siglo XIII); repugnaban el diptongoue y admit el ie: �dola ad atal foro, a est foro, a foro de Toledo, foras de Toledo, foras end, a los que vinieren, de diestro, ke lo lieven al lugar, sos nietos�; conservaban o a�ad la i en varias terminaciones de los sustantivos: �e non cambien la morancia, e si cambiaren la morancia..�; pero su lengua se parece no al leon鳠occidental, sino al central, en usar ya la ch castellana, barvecho (� 514). Otros mozᲡbes distinguidos de Toledo usan la final u: �sobrinu de don Tome� 1157 , �Muniu Micael�, 1173 (DL., p᧮ 35028 y 17; usan formas extra�as del artlo:�les maiolos) (� 65); asimilaciones rechazadas por la lengua literaria, que hoy s�lo ocurren en el habla inculta�Petro Arbarez� 1161, por. lvarez' (DL, p᧮ 35015); construcciones raras, con omisi�n de la preposici�n: �Dominico filio Guniz� (� 783); supresi�n de la vocal final, probablemente por arabismo: �Laurens Johanis� 1144 (DL, p᧠35010).
Pero los mozᲡbes no eran los �nicos pobladores del reino reconquistado. En la capital, Toledo, habtres n�cleos principales de poblaci�n: uno el de las seis parroquias mozᲡbes, otro el de los castellanos reconquistadores y otro el de los francos que hab venido a colonizar. Semejantemente, en las cuatro principales ciudades de la regi�n, Madrid, Talavera, Maqueda y Alham coexist como grupos aparte los castellanos y los mozᲡbes, y asucedtambi鮠en otros pueblos menores, como Santa Olalla; en la poblaci�n de Guadalajara se distingu, al Iado de los mozᲡbes, gentes de Castilla, de Le�n y de Galicia. La importancia relativa de estos grupos era muy varia. En algunos �rdenes de la vida el elemento mozᲡbe se sobrepuso al castellano; asl Fuero Juzgo, legislaci�n de los mozᲡbes rechazada al principio por los repobladores castellanos, se fue generalizando para todos en el curso de los siglos XII y XIII 63; de modo que en el siglo XIV se distinguen Toledo a los de fuera, que eran del reino de Castilla, en que no se reg por el Fuero Juzgo64.
En cuanto al dialecto, sucede lo contrario que en la legislaci�n. El castellano se va sobreponiendo al mozᲡbe. La causa es que, mientras los castellanos dispon de un dialecto que gozaba de gran cultivo literario, los mozᲡbes, por un mal entendido orgullo ciudadano, se encastillaron en usar el Სbe como su lengua oficial, con lo que condenaron a extinci�n segura su viejo dialecto romance. Aslos documentos toledanos en romance, de los siglos XII y XIII, como procedentes de gentes no mozᲡbes, usan, por lo com�n, formas completamente castellanas, y s�lo de vez en cuando dejan ver alg�n mozarabismo que, en ocasiones, tanto como mozarabismo pudiera llamarse leonesismo, dada la analogdel mozᲡbe con el leon鳮 Por ejemplo, laj castellana es corriente en esos documentos, fijo, muger, etc., contra el uso mozᲡbe, y s�lo por excepci�n aparece alguna forma, como allenar 'enajenar' (� 512); al lado del castellanismo de Burgos mbr, aparece el arcao semnadura, nomne,com�n con Le�n, pero tambi鮠com�n con Castilla del Norte (� 581); la i en la terminaci�n de ciertos sustantivos no deja de ser frecuente: demandancia 1210 (DL, 268�42); �su ficancia dellos en aquel logar� 1236 (DL, 278�33), por �fincanza� o 'mansi�n, morada'; marcio 1228 (DL, 276�30)' por 'marzo'; setembrio 1246 (DL, 322�); tambi鮠se halla la l en grupo conson᮴ico cambiada en r , preyto, arcalde, junto a alcalde 1246 (DL, 322�); hay casos de pronunciaci�n muy cerrada de lao, riu, curaron, �de ssu una� por 'de so uno' 1215 (DL, 273�). Las m᳠veces el dialectalismo toledano consiste s�lo en mantener ciertos arcaos por mas tiempo que en Burgos, comolimderos, comdesa (� 583), y claro es que el tradicionalismo habde ser muy arraigado entre mozᲡbes. Tambi鮠se observan rasgos que parecen aragoneses, como la y anti-hiᴩca : Mont Reial 1207 (DL, 311�), maiestro 1223 (DL, 313�),maiestre 1186 (DL, 307�); la expresi�n devant dita (� 512) 65; el arcao de la d conservada en �ad ela� (� 781} que vimos usado, no ya por los reconquistadores de Toledo, sino por el mozᲡbe D. Pedro Apolech鮬�ad atal for�� 66. Es muy curioso, bajo este aspecto dialectal, el Fuero de Valfermoso de las Monjas (pueblo cercano a Brihuega), dado, en 1189, por don Juan Pascasio y do�a Flambla, vecinos de la pr�xima villa de Ledanca, y en el cual se escribe, no s�loovella, parello, sino tambi鮠oitavas, dreitero, dreiteras 67La influencia mozᲡbe es visible tambi鮠en el estilo. Sobre todo en los incisos de bendici�n tan anᬯgos a los usuales entre los autores Სbes tras los nombres de persona y de ciudades: �las aldeas de Toledo, que Deus salvet� 1206 (DL, 266�22 y 7), �es en termino de Toledo, que Deus defenda� 1207 (DL, 267�8 y 5),�arzobispo de Toledo e primat de las Espa�as, que Dios mantenga� 1221 (DL, 274�18), 1236 (DL, 278�7, 24y 32) 68. Cierto que esta costumbre puede ser m᳠general que la influencia mozᲡbe, pues hasta. hoy conservamos alg�n rastro en la frase �que Dios guarde� cuando se nombra. oficialmente al rey, o �que santa gloria haya� cuando en estilo elevado se nombra a un difunto. Pero es lo cierto que estos incisos, que abundan en las escrituras toledanas, no son corrientes en las de otras regiones, castellanas o leonesas, y en cambio los vemos repetidos en otros documentos de origen mozᲡbe, como en los de nuestro conocido alguacil mozᲡbe de Coimbra, Sisnando �Intravit rex domnus Fredenandus, cui sit beata requies, in civitatem Colimbriam, custodiat illa.m Deus, et prehendivit eam... erexit domnun Sisenandum, quem Dominus undique exaltet, super ipsam civitatem...� a�o 1080; �cum rege et imperatore Domino meo, exaltet illum Deus, et cum omnibus christianis� 1087; �missus a rege Adefonso, glorificet eum Deus� 1088 69. En otro documento de 1097, del mozᲡbe Pedro de Almer establecido en Huesca, se lee: �hereditatem quam dedit mihi rex Petrus, quem Deus salvet et benedicat, amen, ex cuius mandato dono...�70.
Por lo demᳬ pasado el primer tercio del siglo XIII, conforme 鳴e avanza, la lengua escrita de Toledo se va uniformando cada vez m᳠con la de Castilla, aunque nunca del todo. Todaven el siglo XVI, el zamorano doctor Villalobos nota exceso de arabismos en el habla toledana: �en Castilla los curiales no dicen...albaceha, ni almutacen, ni ataiforico, ni otras muchas palabras moriscas con que los toledanos ensucian y ofuscan la polideza y claridad de la lengua castellana.�71.
NOTAS
1 En el Vocabulario del siglo XIII se traduce �arabicus�. En un documento de 1101 se escribe muziarabes (LLORENTE, Notic. de las Prov. Vascong., IV, 1) y en la Cr�nica de Alfonso VII muzarabes (Esp. Sagr., XXI, 373). La etimologvulgar del Arzobispo Toledano De rebus Hisp., III, 22, �mixti arabes� es seguida por el canciller Ayala: �mozᲡbes quiere decir christianos mezclados con alᲡbes� (Cr�n. de D. Pedro, a�o II, cap. 18). V顳e SIMONET, Hist. de los MozᲮ, 1903, p᧳. XI-XIII.
2 F. SIMONET, Glos., 1888, p᧳. XI-XXVI.
3 En el Grundriss de Gr�ber, II., 1894, p᧮ 384, y en los Philologische und volkskundliche rbeiten K. Vollm�ller dargeboten, 1908, p᧮ 256, nota 4. Para Baist, por ejemplo, el testimonio de Jacobo de Vitriaco, que luego aduciremos, no es m᳠que un error de erudito.
4 Sobre los pronombres posesivos, Santiago de Chile, 1898, p᧮ 4, nota.
5 Para la historia general de los mozᲡbes v顳e la citada de Simonet y modernamente la de ISIDORO DE LAS CAGIGAS, Los MozᲡbes, 1947 y 1948, la cual comprende hasta tiempos de Alfonso VI.
6 SAMSONIS abbatis cordubensis Apologetiicus, en la Esp. Sagr., XI, 3�. edic., 1792, p᧩nas 404-408.
7 Esp. Sagr., XI, p᧳. 273-275. En lugar de la primera vez linguam suam, ALDRETE, Del origen de la lengua, l�, 22�, lee legem suam, que sin duda estᠭejor; pero Fl�rez le corrige. SIMONET, Hist. de los mozᲡbes, p᧮ 371, acepta la lectura de Aldrete.
8 Esp. Sagr., X, 2�. edic., 1775, p᧮ 369 a; SIMONET, Hist. de los MozᲮ, 1897-1903, p᧩na 385.
9 Hist. de los Jueces de C�rdoba, por ALJOXANͬ traducida por J. Ribera, Madrid, 1914, p᧮136.
10 Hist. de los Jueces de C�rdoba, p᧮ 118. En la p᧮ 227 se habla tambi鮠de un gran se�or espa�ol que viven C�rdoba hacia 913, el cual no hablaba m᳠que aljam 24 P᧩na 243 de la edici�n de Leiden, 1906: Bibliotheca Geographorum arabicorum, edidit M. J. Goeje, Pars tertia, Descriptio lmperii moslemici, auctore AI-Moqaddasi
11 Hist. de los Jueces de C�rdoba. p᧮ 171.
12 Hist. de los Jueces de C�rdoba, p᧳. 233-234.
13 J. RIBERA. Discursos ante la Acad. de la Hist., 1915, reimpreso en J. RIBERA, Disertaciones y Op�sculos, I, 1928, p᧮ 101. Sobre Mocᤤam de Cabra v顳e �ltimamente AI-Andalus, II, 1934, p᧮ 215, y XIII, 1948.
14 Proleg�menos, III (Notices et extraits des mss. de la Biblioth. lmp鲩ale, tomo XXI, p᧩na 423).
15 Manuscrito de Oxford, fol. 74. Ribera me la traduce 'cosa hecha para asustar, bravata'. SIMONET, Glos., p᧮ XXI, no traduce, pero en la Hist.de los MozᲮ, p᧮ 557, pone �Ya sale la boyada�; Dozy. Hist. de los Musulmanes, II,15�, dice: �Ya es nuestra esa manada de bueyes.�
16 Dozy, Hist. des Musulm., II, 232-233; Recherches, 1,3�. edic., p᧮ 295.
17 Asice Baist, ya citado. Comp. SIMONET, Glos., p᧮ XIV. y para la descripci�n del c�dice, SIMONET, Hist. de los MozᲮ, p᧮ 720.
18 De rebus Hisp., IV�, 3�. Comp. SIMONET, Glos , p᧮ XII. e Hist., p᧮ 324.
19 SIMONET. Hist., p᧳. 621-627,635-636,651; GӍEZ MORENO, Iglesias Mozᬮ., 1919,p᧩nas 364 y sigs.
20 F. CODERA, Misi�n hist�rica a la Argelia y T�nez, 1892, p᧮ 99, 101 y 103.
21 R. Dozy, Scriptorum arabum loci de Abbadidis, II, p᧮ 7; SIMONET, Hist., p᧮ 654 .
22 Bibliografen R. Dozy, Recherches, I, 1881, p᧮ 87. Seg�n BEN ADHARI, El BayanAI-Mogrib, II, 243, motejᮤose en verso delante de Abderrahman III dos de sus ministros, uno de ellos, Abulcᳩm Lope,juega con el vocablo ---- del verbo 'decir', y se le ocurre busccar sonido igual en la frase romance ---- (su culo), puesta en fin de verrso; no lleg� a pronunciar la voz malsonante, y dijo s�lo su..., dejando la rima en suspenso; pero el sultᮠvio la rima y pronunci� la palabra culo, entre las risas de todos.
23 V顮se estas y otras alusiones asi, en SIMONET, Glos., p᧮ XXIV.
24 P᧩na 243 de la edici�n de Leiden, 1906: Bibliotheca Geographorum arabicorum, edidit M. J. Goeje, Pars tertia, Descriptio lmperii moslemici, auctore AI-Moqaddasi
25 En su libro Colecci�n de genealog de los Სbes, c�dice n�mero 6 de la Academia de la Historia, fol. 220 v, Iinea 10; Ben Hạm usa la expresi�n ----; RIBERA, Discursos anlte la Acad. EEsp., 1912, p᧳. 23-24, utiliza este pasaje, notando que entre las tribus berberiscas del Norte de frica las mujeres no hablan ni entienden el Სbe, sino s�lo el bereber.
26 ABEN PASQUALIS. Assila, edic. F. Codera, 1883, biograf281.� Comp. RIBERA, Discursos ante la Acad. de la Hist., 1915, p᧮ 19, donde se a�ade un texto de Abensida, probatorio de que en Murcia se hablaba romance en el siglo XI, y una an飤ota de un sabio de Santar鮬 el cual hablaba igualmente romance.
27 SIMONET, Hist. de los MozᲮ, p᧳. 629-630. En las p᧳. 543-544 se ve que los morᲡbes figuraban desde antiguo en los ej鲣itos musulmanes; el piadoso conde Leovigildo, protector de los monjes de Saint-Germain-des-Pr鳬 de que arriba hablamos, va con el ej鲣ito del califa Moh᭭ad contra los toledanos, en 858.
28 V顳e E. GARĆ GӍEZ y R. MENɎDEZ PIDAL, El conde mozᲡbe Sisnando Davidiz, en Al-Andalus, XII, 1947, p᧳. 28-41.
29 RODRIGO TOLEDANO, De rebus Hisp., VI�, 11�.
30 Primera Cr�nica General que mand� componer Alfonso el Sabio, 1906, p᧳. 587 a 11, 588 b 8. Este pasaje falta en la Cr�nica de 1344, en la Particular del Cid y en la Tercera Cr�nica General.
31 SIMONET, Hist., p᧳. 648, 657, 600, 661, 662, etc.
32 SIMONET, Hist., p᧮ 738.
33 V顳e mi estudio El rey Rodrigo en la literatura, 1924, p᧮ 16 (o Bol. de la Acad. Esp.. XI, p᧮ 108). Despu鳠de reconquistada Toledo no es probable que un mozᲡbe de la ciudad estuviese tan arabizado en su cultura y tan extra�o a las cr�nicas del Norte como muestra estarlo el autor de la Cr�nica Pseudo-Isidoriana.
34 DOZY, Recherches, I3, p᧮ 351; CODERA, Decadencia de los Almorᶩdes, 1899, p᧩na 209, aten�a este hecho, siempre empe�ado vanamente en vindicar a los almorᶩdes de la nota de barbarie e intolerancia.
35�Cunctos christianos qui tunc aderant, cum suis divitiis et substantiis secum ad Castellam reduxit�, dice la Cr�nica latina del Cid.
36 .SIMONET. Hist, p᧮ 737; CODERA, Decadencia, p᧮ 214.
37 Cr�nica de Alfonso VII, en la Esp. Sagr., XXI, p᧳. 359 y 373. V顳e tambi鮠J. ALEMANY, Milicias cristianas al servicio de los sultanes de Almagreb (en el Homenaje a D. F. Codera, 1904, p᧮ 135).
38 SIMONET, Hist., p᧮ 773,
39 RODRIGO TOLEDANO, De rebus Hisp., IV�, 3�; Esp. Sagr., VII, p᧮ 42a, y IX, p᧩na 250; SIMONET, Hist., p᧮ 763. Para la fecha de la toma de Sevilla, v顳e CODERA. Decadencia de los Almor., p᧮ 46,
40 Bolet. Acad. Hist., XI, 1887, p᧮ 455.
41 SIMONET, Hist., p᧮ 742.
42 Ambas noticias en SIMONET, Historia, p᧮ 779.
43 Esp. Sagr., III,1754, p᧮ 202. Se refiere tambi鮠a los cristianos de Africa, observantes todos de la liturgia visig�tica.De igual modo el Edrisi, hacia 1154, nos certifica de que en Africa se hablaba a�n el �latini africano� (SIMONET. Glos., p᧮ XXXI).
44 SIMONET, Glos., p᧳. IX y CVI.
45 SIMONET, Glos., p᧳. VIlI-IX, notas, y XXV.
46 Ben Jald�n nos dice repetidas veces que las moaxahas y los z骥les, inventados por los espa�oles, usaban el dialecto ordinario de las ciudades, lengua corrompida que no observaba las reglas de la sintaxis Სbe desinencial, y, sin embargo, eran admirables por su elegancia y expresi�n. Los z骥les de Ben Cuzmᮠeran m᳠cantados en Bagdad que en las ciudades de Occidente (Prol駯m., III,en Notices et extraits, tomo XXI, p᧳. 436 y441). En el z骥l XIX, estrofa 13�. (NYKL. Cancionero, p᧮46), Ben Cuzmᮠmenciona expresamente la aljamcuando pide a uno que le d鬠y que diga: �dono hed, 'toma esto' en aljam
La palabra hed serᠰronunciaci�n aljamiada del Სbe (hāda) que el poeta pone en la traducci�n Სbe. O. J. TUULIO, Ibn Quzman, 餩tion critique partielle, Helsinki, 1941, p᧩na 25, lee dono hede para suplir una silaba que faltaba al verso.
47 V顳e E. LɖI-PROVENǁL, Du nouveau sur Ibn Quzman, en AI-Andalus, IX, 1944, p᧩nas 347-369.
48 A. R. NYKL, El Cancionero de Aben Guzmᮬ 1933, p᧮ 189.
49 Publicada en AI-Andalus. XIV. 1949.
50 S. M. STERN, Les vers finaux en espagnol dans les muwassahs hispano-hebraiques, artlo que se public� en AI-Andalus, XIII, 1948, p᧳. 299-346.
51 RENɠBASSET, ɴudes sur les dialetes bereb貥s, Paris, 1894, p᧳. VI y sigs. A. HANOTEAU, Essai de gramm. kabyle, p᧮ VllI.
52 SIMONET. Hist., p᧮ 788.
53 SIMONET, Hist.. p᧮ 792.
54 Prol駯menes historiques d'IbnKhaldoun, III (en las Notices et extraits des manuscrits de la Bibliolh. lmp鲩ale, tomo XXI, Paris, 1868, p᧮ 423).
55 J. LEITE DE VASCONCELLOS, Li篥s de Philol. port., 1926, p᧳. 328 y 293; comp. p᧩nas 17 y 291
56 V顳e arriba �� 190 y 2019 3 y 5 .
57 SIMONET, Glos., p᧮ CVI, nota 3. Nuestra conclusi�n (en la edic. de 1926 m᳠extensamente apoyada) de que Valencia y Mallorca en tiempos mozᲡbes hablaban dialecto igual al del centro de la Penula y no semejante al de Catalu�a, serᠡmpliada en el artlo de ALVARO GALMɓ, El mozᲡbe levantino en los libros del Repartimiento de Mallorca y Valencia, que se publicarᠥn la Nueva Rev. de Filol. Hisp.
58 V顳e mi Dialecto leon鳠� 12. (en la Rev. de Arch., febrero de 1906). Para el documento fechado en 974, en el cual la iglesia de Astorga pretende reivindicar para si la tierra de Braganza, desde el rTueIla hasta Miranda de Duero, v顳e abajo, � 942, nota.
59 V顳e Rev. de Filol. Esp., III, 1916, p᧳. 84-86, y el mapa de la p᧮ 78.
60 SIMONET, Hist. de los MozẮ, p᧳. 678-682, 689-692; GӍEZ MORENO, Iglesias MozᲡbes, p᧮ 11; Mio Cid, p᧮ 87529
61 Cr�n. Adefonsi Imperatoris, � 101 (Esp. Sagr., XXI, p᧮ 399).
62 SIMONET, Hist. de los MolzᲮ, p᧳. 754 y 826; Docum. Ling., p᧮ 34837
63 V顳e para todo lo anterior. Docum. Ling., p᧳. 348.349.
64 Dice el CANCILLER AYALA en su Cr�nica de Don Pedro, a�o II. 1351, cap. 19: � Il᭡se en Toledo castellano todo aquel que es de tierra del se�orio del rey de Castilla, do non se juzga por el Libro Juzgo�; dice esto explicando c�mo en Toledo se conserv� el Fuero Juzgo desde 鰯ca visig�tica, por capitulaci�n concedida por los Სbes conquitadores, y c�mo, despu鳠de la reconquista, hubo un alcalde de los mozᲡbes y otro alcalde de los castellanos; 鳴e tenen el siglo XIV atribuciones muy mermadas.
65 En los Documentos ling�icos de CastiIla s�lo aparece devant dito en La Rioja Baja y en Toledo.
66 Es demasiado el escepticismo de F. HANSSEN, Sobre los pronombres posesivos, Santiago de Chile, 1898, p᧮ 4., nota: �Dificil es la cuesti�n si el romance de los mozᲡbes alcanz� a ejercer alguna influencia en la formaci�n del dialecto toledano.�
67 Publlo J.CATALINA GARĆ, Disc. ante la Acad. de la Hist., 1894, p᧮ 122.
68 Otras indicaciones en SIMONET, Glos., p᭧. CXXIII.
69 Portug. Monum. Hist., I, Lisboa, 1867, p᧳. 350-351, 404-405, 419-420.
70 V顳e F.. DEL ARCO, Huesca en el siglo XII, 1921, p᧮ 125. Tal f�rmula de bendici�nes extra�a a los documentos no mozᲡbes, asue choca al editor, quien en la p᧩na 33 nota que Pedro de Almeria �nombra con mucha reverencia� a su rey.
71 Diᬯgo de las fiebres interpoladas (en la Bibl. de Aut. Esp., tomo XXXVI, p᧩na 434 a)
R. Men鮤ez Pidal
OR͇ENES DEL ESPAяL
ESTADO LING܍STICO DE LA PEN͎SULA IBɒICA HASTA EL SIGLO XI
Obras completas VIII