Viniegra de Arriba "artesanía de la piedra negra"
Viniegra de Arriba dista 70 kms. de Logroño y 45 de Nájera. Está a 881 metros de altitud, en la subcomarca del Alto Najerilla. Su término municipal ocupa 65,5 km2. en su mayor parte montes y pastizales. El río Najerilla y los afluentes Frío, Urbión y Hormazal atraviesan sus bosques inundándolos de verdor. Es uno de los pueblos que integran la comarca de las Siete Villas (Brieva, Ventrosa, Viniegra de Abajo, Viniegra de Arriba, Mansilla, Villavelayo y Canales de la Sierra) situada en la cuenca alta del río Najerilla formada por los ríos: Neila, Canales, Portilla y Urbión. Se accede a ella desde Nájera, por la carretera LR-113 que llega hasta Canales de la Sierra. Es una ruta de gran belleza donde se topa el viajero con innumerables atractivos, desde el Monasterio de Valvanera, pasando por el románico de San Cristobal en Canales, la belleza rústica y exuberante de la comarca, y las aguas frías y repletas de truchas de sus ríos. En el 1366 aparece la villa de Viniegra de Arriba en documentos de cesión entre Enrique de Trastamara a Juan Ramirez Arellano como agradecimiento por los servicios de armas prestados a Pedro I el Cruel. Según el Catastro del Marqués de la Ensenanda de 1751 la villa perteneció a los Condes de Aguilar e Inestrillas. Y ya en 1811 se convirtió en villa exenta de la provincia de Soria, y en 1833 pasó a formar parte de Logroño.
La iglesia parroquial de la Asunción (s.XV) construida en varias fases de sillares y mampostería. Destacan al sur la galería con tres esbeltos ventanales dobles, su torre con campanil, y en el interior su coro del s.XV. La ermita de Santa Magdalena, la patrona del pueblo se encuentra al otro lado del río, de planta cuadrangular y bóveda de cañón.Otro de los edificios dignos de visitarse es la casa de los Moros, cuyo nombre procede del llamador en forma de media luna.
Su arquitectura popular se muestra en todos los rincones de la villa; sus construcciones de piedra negra, sus calles empinadas y empedradas,los corrales de la zona alta, sus puentes, y todos los detalles ornamentales conforman un paisaje único, que conserva en plenitud su esplendorosa historia de siglos pasados.
La calle Real atraviesa la población de un lado al otro, desde la llamada Casa Negra hasta la iglesia parroquial de la Asunción. Los blasones que lucen muchas de las fachadas, que datan del s. XVII, recuerdan la hidalguía de sus moradores. La Casa Consistorial con su torre y reloj destaca en su Plaza Mayor.
Su población se ha dedicado tradicionalmente a la ganadería y explotación forestal. En siglos pasados con el auge de la trashumancia y el desarrollo de la ganadería lanar principalmente, consiguió, como el resto de las Siete Villas, la modernización y bienestar de sus gentes. El turismo actualmente ayuda a recuperar el antiguo esplendor de esta noble villa serrana.
Aspectos singulares a destacar son los recursos cinegéticos, corzo, venado y jabalí como joyas de sus profundos bosques; y, también, las truchas bravías de las trasparentes aguas de sus ríos. La Sociedad Protectora de Viniegra de Arriba nacida a finales del siglo XIX, signo de modernidad de la villa, jalona las calles con sus logros sociales: puente de piedra (1894), playa de la sociedad (1913), locales de juventud, etc.
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