CAPITULO IV


En que se ponen los primeros principios del Santuario de Valvanera, y los primitivos Cultos de la Imagen de Maria.

Vidriera de la Virgen de Valvanera

Vidriera del camerino de la Virgen de Valvanera

      ( Detalle de las vidrieras del Camerino de la Virgen de Valvanera en su monasterio de los montes Distercios )

 

     Siendo el norte que sigo en esta Historia, la antigua, que hoy conserva nuestro Archivo, se debe dar  por  supuesto  ser  la  Imagen   de  Maria ,  conducida  y  colocada   en  Valvanera   por   manos Angelicales. Entre las perfecciones, que celebra el Esposo de la Esposa, una es  sus bellos  pasos,  y es a mi corto entender por agraciados, silenciosos y admirables, que no es facil conocerlos, sino con admiraciones.

    Desde muy niña supo caminar a las Montañas, pero con pasos hermosos, y tan apresurados, que no son  para sabidos, sino  para  venerados;  ya  huvo  quien  los  quiso  señalar,  diciendo,  que fué hechura  de  las  manos de S. Lucas,  reverenciada  en  Roma, y  conducida á España año de 71 por Onesimo, y Jeroteo,  Sarra,  y  Xantipa, pero fué  curiosidad  de  querer  notar  sus  pasos  sin  algun fundamento. El que hay, es el que nos dice la Historia referida, y otras memorias antiguas, que para satisfacer curiosidades, quiso poner á letra.
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" Hoc  itaque  percelebre, & santissimae  Monasterium à quodam  Latrone  famosso,  ac  itinerum grassatore Munione  exordium sumpsit :: cui eadem  Sanctissima Virgo sole clarior , imo ipso  sole amicta apparuit, indicans eidem quamdam imaginem  eiusdem Deiparae Virginis  omni  admiratione atque devotione dignam in cuiusdam  roboris prope sui summitate constituam: Illicque  Angelorum ministerio, atque conductu positam.
Y en romance :
El celebre,  y  Santisimo  Monasterio de Valvanera, tiene origen,  y  principio de  un  famoso Ladron llamado Munio, á quien la Virgen Santisima de le apareció, y le dixo buscase una Imagen suya, que estaba oculta en un Roble, y colocada en su hueco por manos Angelicales "
Descifremos este texto de nuestra Historia antigua, y digamos lo que hay en el asunpto, segun consta de ella, y nuestra tradicion tiene por cierto.

Por los años de 300 queriendo Dios  consolar el  País de  la Rioja, y de la Sierra en  las  fatigas de  la cruel  persecucion   de   Docleciano, dispuso su  piedad  favorecerle dandole, nada  menos,  que   el Tesoro  infinito  de  su  Divinidad,  la  Reyna  de  los  Cielos,  Maria Señora   nuestra.  Pero para   que supiese era solamente dadiva de su benignidad, no de su merito; se valió de la mano mas impropia, y mas agena por donde suele dar sus favores y gracias.   Y  fué á mi vér, porque asi  fuese  mayor la merced, y nuestro agradecimiento. No  concedió  este tesoro  de  la  Imagen  de Maria  por mano  de algun  Santo  ó  de  algun  amigo  suyo,  sino  por  la de un  hombre el mas perverso  del  mundo, su enemigo ,  y  su  contrario : un  hombre  Ladron  publico,  homicida deshonesto, y dado á  todos los vicios, para  que  asi  conocieramos,  que de la insensibilidad de las piedras  hijos de Abrahan, sabe hacer, y levantar el edificio mas bello de la Ciudad eterna.

Este  fué  Munio, ó  Nuño llamado  comunmente,  natural de  la villa de Montenegro en la Sierra, que dista cuatro leguas de nuestro Monasterio. Nació en ella de Padres bien honrados, que procuraron criarle con aquella educacion propia de hombres de bien, nobleza, christiandad.   No correspondio la  planta  con  el fruto  que  devía  á  su  buena  crianza, antes creció  en  la  malicia con los años,  y ayudada de su genio, en lugar de buenas obras produxo mil maldades.  Era escandalo, y  terror  de toda  la  republica, y  aborrecido de ella,  la  dexó  para  serlo  de  toda  la  comarca.  Diose  á  ladron Vandolero, y salteador de Caminos :nadie vivia seguro de su insolencia : y audacia : ni el pasagero en el Campo, el Camino, ni el poderoso en su Casa, ni la casada honesta, ni  la  viuda retirada,  ni  la doncella escondida, à todo se extendía su terrible violencia.

Estando un dia engolfado en estas, y otras maldades, se salió al Campo, ansioso  de  cebarse  en la que  se ofreciese,  y divertido en  qual sería  de  sus   deseos la  primera,  advirtió  que  un  Labrador  iba por un camino con  dos  Bueyes á  sembrar una eredad. Notó sus pasos zeloso, y secretamente fué  siguiendo  sus  pisadas  con  intencion   de  quitarle los  dos  bueyes,  el  trigo que  llevaba, y  la vida,  si  hallaba  resistencia.   Para asegurar  mejor  su  intencion,  y   executar  el  golpe,  se  escondió  en  las malezas de un zarzal, que  le  ofreció la  ocasion  á  su designio.  Miraba con advertencia lo  que  el Labrador   hacía,  sin que  el pobre  inocente pudiese registrarle. Llegó este  a su  eredad, y  antes  de comenzar los surcos, y entregar á la tierra el grano que llevaba, sepuso de rodillas con devocion y ternura, y mirando al Cielo, hizo la señal  de la Cruz, expresando sus deseos á la piedad  Divina  de esta forma:

" En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espiritu Santo, Omnipotente Dios Criador del Cielo y Tierra, que todo lo  producisteis  de  la  nada : ser  servido  que  los  granos  de  trigo  que  en  esta  eredad reparta, de tal manera produzcan, fructifiquen, y se aumenten, que con su cosecha pueda lograr yo sustentar  mi  familia,  los   Ministros  de  la  Iglesia,  y  los  Pobres,  y   con  la  bendicion  de  vuestra misericordia  no  falte á  nadie el  sustento;  para que  de esta suerte vuestro nombre sea alabado, y bendito de todos, ahora, y siempre. Amen Jesus. "

Esta devota Oracion del Labrador inocente embuelta en poderosos y divinos impulsos de la gracia, fué  para  nuestro  Munio  acerado  eslabon,  que  hiriendo  en  el  pedernal  de  su  alma endurecida, levantó tantos fuegos del Divino amor, que no caviendo  yá en  su pecho  enternecido,  despues  de algunas breves, y amorosas reflexiones, que le dictó  su vida  derramada,  salió del  Matorral,  no  yá Ladron homicida, sino Munio arrepentido; y llegandose á los pies humilde, y afectuoso. Manifestóle su intento contra su via, y hacienda, y le pidió perdon  con  las mas  cariñosas  expresiones,  que  le dictó su pena, dolor, y arrepentimiento. Temió con todo eso el Labrador inicente á vista del  aspecto formidable de aquel hombre,  pues  sabía  bien  quien  era.  Pero  sobreponiendose  un  poco  á  sus temores, advirtiendo sus palabras, y el modo de decirlas, cobró alientos,  y  confianza  en  la piedad Divina ;  escuchóle  compasivo ,  y  le  perdonó  la  ofensa ,  exortandole  al  dolor  de  sus  pecados, verdadera penitencia, y  enmienda de su vida.  Despidióse animoso,  exortandole á dar gracias  á  la piedad Divina, que de sangriento Lobo, le trocó en manso Cordero.

     Con estas sucintas  clausulas  refiere nuestra  Historia  la  conversion de Nuño,  sin  darnos  mas noticias  de  lo  que  entre ellos  pasó,  ni  tampoco  nos  dice  de  donde era  el Labrador, ni como se llamaba, acaso  porque entonces no se supo, ó él mismo  quiso ocultarlo. Pero lo mas cierto es, que en  memorias antiguas, como lo es nuestra Historia, se  encuentra  este defecto á cada paso, y lo es sin duda alguna, pues los lectores tubieran mucho gusto en leer estas circustancias.

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