CAPÍTULO III.- Descripcion de las ciudades, villas y lugares de mas importancia; de sus monumentos y santuarios.

 

 

III.

    Aunque en esta seccion de nuestro escrito debemos ocuparnos principalmente de lo relativo al interior de las poblaciones, sus monumentos, sus hijos y todo cuanto lo hace digno de atencion, hay en ellas tantos recuerdos históricos, tantos vestigios de su antigua grandeza, que algunas veces tendremos que adelantar breves indicaciones sobre el orígen de esos pueblos y sobre sucesos remotos que en los capítulos siguientes habrán de ser tratados con la debida detencion.
    Comencemos por la capital.
    «Logroño, decia en 1701 Gonzalez de Tejada, es hoy una de las mejores ciudades de España, no reconociendo ventajas á otra alguna en nobleza, riqueza y lealtad á sus reyes. Su sitio es muy llano y apacible, á las orillas del celebrado Ebro que besa el pié de sus murallas, y del rio Iregua llamado antiguamente Bero. Toda su campaña es un jardin ameno y deleitoso, poblado de infinitos árboles fructíferos, viñas, huertas y bosques, lo cual, si á la vista sirve de mayor deleite, á la comodidad ofrece ópimos frutos, frutas hermosas, legumbres, hortalizas, yerbas, flores, aves y ganados.»
    Lo que era en los tiempos de este grave escritor la capital de la provincia, es aun hoy: todo su interés y mayor importancia lo debe esta antiquísima ciudad á la posicion que ocupa. Hállase situada, como el autor indica, á la derecha del Ebro, sobre un plano sumamente inclinado y á la cabeza de su antiguo y hermoso puente. Su clima varia entre 3 grados bajo cero y 30 sobre el hielo; su cielo suele verse cubierto de nieblas en el invierno y ofrece horizontes pintorescos.
    La poblacion adolece del defecto propio del terreno en que se halla: las calles tienen por lo general una pendiente rapidísima, y solo las que corren de NE. á NO. cortando el plano inclinado pueden conceptuarse con las condiciones que se exigen en las ciudades modernas, En este caso se hallan las llamadas Mayor y de Villanueva, de Portales y Mercado, constituidas por edificios nuevos, anchos y regulares. Sus plazas no tienen nada de notable, si se esceptúa la de la Redonda, que es indudablemente la mejor y que forma un agradable conjunto. Las del Seminario, el Coso, San Blas y San Bartolomé no exigen que fijemos nuestra ateneion.
      El seminario conciliar, antes convento de jesuitas, es capaz; la casa de misericordia, el hospital civil, casa de espósitos, teatro (edificado en tiempo de Felipe IV), el instituto de segunda enseñanza, los conventos de monjas de San Agustin, de carmelitas descalzas, religiosas de la Madre de Dios, y cuatro exconventos de frailes que sirven para cuarteles, hospital y oficinas, son todos los edificios públicos de  aquella poblacion.
      Santa María de palacio es el mejor templo: tiene una torre piramidal que se eleva desde el centro del edificio sobre 200 piés. La tradicion la cree construida por órden de Constantino el Grande, por cuyo motivo lleva el renombre de iglesia imperial. Se le calculan 1,000 años de antigüedad: hace dos ó tres siglos se encontraron en su parte antigua tres lápidas con diferentes caractéres: una en letra gótica decia: «Aquí yace el Bachiller,» y siguen varios signos que segun los inteligentes quieren decir «año 510 despues del nacimiento de N. S. Jesucristo.»
      En los cláustros de este edificio habitaron los frailes del Santo Sepulcro, de modo que el prior de los beneficiados firma en los instrumentos públicos Prior del Santo Sepulcro y del Palacio.
      Los cláustros antiguos y la imágen de Nuestra Señora de la Antigua cuentan mas de 1,500 años: á pesar de ser de mamposteria, aquella parte no puede sostenerse de vieja. Allí estuvo el palacio en que se hospedaban los reyes de Castilla á su paso por la Rioja.
     Santiago está construida con piedra á escoda, pero hay quien la tiene por obra maestra y hecha con la mayor valentía: tiene 120 piés de largo por 60 de ancho, formando un sola nave sin pilar alguno. Hay quien : cree que en este templo se formó la órden de caballeros
de Santiago.
      San Bartolomé es quizás la segunda en antigüedad: cuenta de ocho á nueve siglos y es toda de piedra labrada: la portada de arquitectura gótica bizantina es bizarra y elegante.
      La Redonda tiene la fachada del siglo XVll, de estilo churrigueresco y con dos torres: lo demás es muy viejo.
      El hospital civil de la Misericordia (hospicio) fué creado en 1778: antes de la desamortizacion tenia unas escasas fincas que le producian 13,233 reales; sus productos totales, incluyendo las manufacturas de los acogidos, se elevan á 27,209.
      La casa de espósitos es dependiente de la de Calahorra y se halla tambien en estado precario.
      El Refugio provee de luz, lumbre y cama por una noche á los pobres forasteros: perteneció el edificio á los religiosos hospitalarios de San Juan de Dios.
      El Ayuntamiento es de grandes dimensiones pero mal distribuido interiormente. La cárcel mala. De edificios que conserven recuerdos históricos solo puede citarse la casa sita en la Rua vieja, donde vivió y murió San Gregorio Hostiense en 1044, y á cuya muerte asistieron Santo Domingo de la Calzada y San Juan de Hortega. 
    
      
El escudo de armas representa un puente sobre el Ebro con tres torres, y en la bordadura del escudo tres flores de lis de oro en campo azul. Es patria de los cardenales Aguirre y Salazar; del arzobispo de Lima, Sr. de Solohaga; del de Tarragona y Búrgos, Samaniego; del obispo de Marruecos, Espinosa; del de Barbastro y Plasencia; D. Francisco Antonio de Bustamante; del de Leon, D. José de Vergara; del general de caballería, D. José de Salazar, .que peleó por espacio de 40 años en Flandes, Portugal, Aragón y Cataluña, y que fué llamado el Cid de la Rioja; de D. Jacinto de Segurola, capitan general de mar y tierra en tiempo de Fernando VI; del valiente coronel D. José Cárlos Ramirez de Arellano, que. militó en toda la guerra de Italia y murió en Roma; del maestro Ortuño; de los célebres pintores el Mud.o,. Andrés García y José de Mendoza, y del general Orive, inspector de carabineros. ..
    Si, como se desprende de esta ligera descripcion, carece la capital de la Rioja de monumentos á los cuales vayan enlazados los sucesos que mas honran la provincia, no sucede otro tanto con las otras cinco ciudades que forman parte de ella. Nájera, Calahorra, Varea y otras poblaciones, suplen perfectamente el vacío que aquí se nota,
    Nájera, ciudad de reyes en antiguos tiempos y hoy simple cabeza de partido judicial, se halla situada á la márgen del rio Na,jerilla, en una ancha llanura limitada por altas peñas y grandes promontorios. Es de clima templado y saludable, aunque la combaten rudamente los vientos Norte y Sur. La poblacion tiene pocos atractivos, pues las calles se hallan mal empedradas, las plazas carecen de regularidad y los edificios no esceden de dos pisos. La parte en que reina mayor actividad es el barrio de San Fernando, situado en paraje llano y espacioso y en el cual hay sitio sobrado en todas las casas para las fábricas de curtidos y aguardientes que tanto abundan.
     Los alrededores de la poblacion son pintorescos: los paseos de San Francisco y el Vivero son muy buenos, pues él primero tiene cuatro calles de árboles de 170 piés de largo cada una, y el segundo ocupa una estension de cerca de 1,600 piés, cerrada á uno y otro lado por un verdadero bosque de chopos.
     Hay multitud de fuentes de escelente agua en los alrededores de la poblacion, y dentro de ella innumerables pozos que pueden surtir cómodamente al vecindario.
     El edificio mas notable de la poblacion, edificio que por su mérito artístico y sus recuerdos históricos debe llamar nuestra atencion, es el santuario de Santa María. Este edificio de grandes proporciones es obra del siglo XV y corresponde al género gótico. Consta de tres naves de 95 piés de alto, formadas por diez columnas de piedra con pilastras resaltadas en los pilares de las naves, que rematan arcos góticos.
     Los altares de la iglesia, la mayor parte de ellos pertenecientes á los siglos XVI y XVII, no tienen mérito como tampoco ninguna de las imágenes de que están cuajados; todo el interés artístico del templo se concentra en los sepulcros en que descansan los reyes que al nombre de Navarra unieron el de Nájera, los duques de este apellido y otros personajes que legaron á la historia su memoria.
    En el presbiterio, del lado de la Epístola, se levanta. el magnífico sepulcro, sembrado de escudos de armas primorosamente cincelados, en el cual descansan las cenizas del Primer duque de Nájera, D. Pedro Manrique, llamado el Fuerte, y juntamente con él las de su hijo D. Juan Manrique de Lara. Del mismo lado de la nave, pero detrás del coro. y á los pies de la iglesia, se hállan tambien los sepulcros del rey Don García VI de Navarra, llamado por escelencia el de Nájeria; los de su hijo é inmediato sucesor D. Sancho, apellidado el Noble; de su mujer la reina doña Blanca, hija de Ricardo de Normandía; de su hermano el infante don Ramiro; de la reina de Castilla doña Blanca, mujer del rey D. Sancho de Navarra el.Deseado,que se tituló rey de Nájera, y despues de la muerte de sú padre Alfonso VII, rey tambien de Castilla; del infante D. Ramon, hijo de los reyes D. García VI y doña Estefánía de Fox; el del infante D. Jimeno, hijo de los mismos; el de la infanta doña Urraca, llamada por otro nombre doña Gendra ó doña Usendra; el de la infanta doña Hermosinda hija tambien de los espresados D. García  y doña Estefanía; el del infante D. Raimundo, hijo natural del rey D. Sancho el Noble y de doña Jimena, dama de palacio; el del infante D. Sancho, hijo tambien del espresado rey; el de la infanta doña Mayor Garcés, hija de D. García y doña Estefanía, y por último, el de doña Angela Nuñez, hija de Nuño Muñiz y doña Toda Fortinea.
    Todos estos sepulcros son magníficos y ostentan grandes medallones de armas, con génios y figuras alegóricas, de no escaso mérito artístico. Especialmente el del primer duque de Nájera D. Pedro Manrique, tiene grandes primores de cincel.
    Los sepulcros de la nave del lado del Evangelio no son menos dignos de atencion. Hállanse enterrados en ellos la reina doña Estefanía de Fox, mujer de don García VI; el rey D. Sancho Abarca, tercero de los de este apellido; su mujer la reina doña Clara Urraca; el rey D. Sancho el Valiente. y su mujer la reina doña Beatriz; sus hijos los infantes D. Fernando y D. Ramon; el infante D. Alonso Ramirez, hijo del rey don García Ramirez; su mujer doña Sancha de Uziniga, y en otra urna de la misma nave el rey de Leon D. Bernardo III, muerto en la batalla de Tamara, aunque hay quien cree que su cadáver no está allí realmente sino en la iglesia de San Isidro de Leon.
     Al comienzo de esta inmensa série de sepulcros hay una ancha cueva de 30 pies de largo, donde se hallan enterrados la infanta doña Sancha Garcés, hermana de padre de la reina doña Blanca de Castilla; los infantes D. Gonzalo y D. Alvaro, y doña Teresa Ortiz, esposa de este, y por último, la hija del conde D. Lope Sanchez de Pamplona, llamada doña Marcela.
     El cláustro bajo, llamado de los Caballeros, no es menos notable ni menos rico en recuerdos históricos que los que acabamos de recorrer rápidamente. Constitúyelo un gran cuadrilátero de 136 piés de largo por 20 de ancho, de paredes de piedra con multitud de imágenes primorosamente cinceladas, y con arcos de
medio punto cerrados por labores de esquisito gusto. Lo que desde luego llama la atencion en este cláustro es la capilla real denominada de la Cruz, en cuyo centro se levanta una arca de piedra sostenida por seis leones, y en cuyas esquinas se ostentan las armas de Portugal. En ella descansa el cadáver de la reina doña Mencía Lopez de Haro, hija de D. Lope Diaz de Haro, undécimo señor de Vizcaya, llamado Cabeza Brava. Otra urna de la misma capilla, de no tanto mérito artístico, contiene los restos de D. Diego Lopez de Salcedo, y los huecos abiertos en los dos arcos, los sepulcros de Garcilaso de la Vega, partidario de Enrique XI de Castilla, muerto en la batalla que aquel rey dió á su hermano D. Pedro el Cruel en las inmediaciones de la ciudád que nos ocupa, y el del hijo segundo del primer Duque de Nájera, D. García Manrique de Lara. Ambos sepulcros son de piedra primorosamente labrada, y ostentan numerosas molduras perfectamente ejecutadas.
    Los demás sepulcros de este cláustro, colocados fuera de la capílla, son el de D. Diego Lopez de Haro, llamado el Bueno, décimo señor de Vizcaya que se halló como general en la célebre batalla de las Navas de Tolosa, y sobre cuya urna se levantan dos estátuas y algunos medallones con las armas de Vizcaya; el de doña Ganfreda Lopez, tercera mujer de D. García Ramirez; el de doña Toda Lopez, hija del sétimo señor de Vizcaya; el de D. Lope Iñiguez, llamado el Rubio, y el de su mujer doña Tecla.
     El monasterio de Santa María es, pues, un verdadero panteon real, obra debida al célebre arquitecto Almunio, al cual ayudaron en la ejecucion de los adornos y obras de escultura, los dos hermanos judaizantes Amulios. La magnífica sillería del coro alto es obra de ellos, y tanto por lo delicado de los relieves como por lo precioso de las figuras que representan vírgenes y patriarcas, es digna de la mayor atencion. El órgano es de bella ejecucion y perspectiva.
    La real capilla de Santa Cruz, unida un tiempo al monasterio que acabamos de describir, es un sólido edificio de 383 piés de largo y 187 de ancho; sus paredes y torres son de piedra sillería y contienen tres naves de 66 piés de altura, formadas por 17 columnas. Abunda en pinturas, algunas de mérito,  como las de los apóstoles, los retratos de Felipe III y doña Mariana de Austria; un precioso Descendimiento y dos pinturas sobre piedra que representan la crucifixion de San Pedro y la degollacion de San Juan Bautista. En escultura solo contiene dos escelentes figuras de Adan y Eva  y el escudo de armas de España con corona real, que está sobre la puerta. Los demás monumentos, á saber: la iglesia de San Miguel y el convento de monjas de la órden de San Francisco, fundado por doña Aldonza Manrique de Lara, no contienen nada digno de mencion.
    El resto de la poblacion, como ya hemos indicado, no ofrece nada notable; pero sí debe recordarse la larga série de hombres eminentes que han visto allí la luz primera. Entre ellos figuran el escelente poeta D. Estéban Manuel de Villegas; los escritores D. Diego Ontuñoz de Calahorra, autor del Caballero de Febo; Juan Alonso de Butron, que escribió la Defensa de la
Pintura;
el capuchino José de Nájera, que dió á luz el Espejo Místico; Pedro Gonzalez de Salcedo, Francisco de Ariz y Juan de Salazar; que escribieron obras de mas ó menos importancia. En religion merece especial nombre el obispo que fué de Sigüenza, Orense y Salamanca, D. Francisco Manrique de Lara, y que asistió al Concilio de Trento; los teólogos D. Cárlos Abriz y D. Sancho de Calahorra, y los benedictinos Fr. Juan Jimenez y Diego de Salazar; en jurisprudencia brillaron D. Alvaro y D. Tomás Jimenez Cabredo, D. Juan Martinez de Salazar, el doctor San Pedro, D. Francisco María Rodezno, consejero de Castilla; el doctor Salinas, y D. Pedro Gonzalez de Salcedo; por último, en armas figuraron el general D. Sancho Londoño, célebre en las guerras de Flandes y autor de un Arte militar escrito á ruegos del duque de Alba, y el sargento mayor Gayangos, que alcanzó no menos celebridad en Flandes. El escudo de armas de esta ciudad figura un puente con dos castillos.
    Nada diremos respecto á la historia civil y eclesiástica de esta poblacion, pues que habremos de ocuparnos de ella en su seccion especial.
    Calahorra, la tercera ciudad en importancia de la provincia de Logroño, es capital de la diócesis que lleva su nombre con el de Santo Domingo de la Calzada. Hállase situada en los confines de Aragon y de Navarra, á media legua del caudaloso Ebro y á la márgen del Cidacos. Su clima es frio, y la poblacion ofrece poco de notable. Las casas son por lo general de poco gusto, pero hay algunos edificios notables, tales como la casa de ayuntamiento, el palacio episcopal, el seminario conciliar, casa de Misericordia y el ex-convento de San Francisco, en cuyo espacioso local se hallan colocadas la cárcel, las oficinas del juzgado y las dos escuelas de primera enseñanza. La catedral se halla situada á orillas del rio: artísticamente considerada, ofrece poco digno de mencion; únicamente tiene de notable una puerta de órden gótico que acusa la antigüedad de esta basílica.
    La celebridad que alcanzó Calahorra en los antiguos tiempos, está atestiguada por los muchos vestigios de obras romanas que hay en los alrededores: trozos de estátuas y columnas, restos de baños, lienzos de murallas y antiguos torreones, demuestran la importancia que concedieron los romanos á esta ciudad y la predileccion con que la miró el mismo César. Hoy sus murallas son tan débiles, que no podrian resistir el mas ligero ataque; allí no hay mas que ruinas y recuerdos, solo vestigios de una pasada grandeza.
    La poblacion, como situada en punto elevado, carece de aguas, hasta el estremo de tener que surtirse del Ebro. Este rio fertiliza cerca de 6,000 fanegas de tierra, y el Cidacos 20,000; pero eI resto de aquel término permanece casi improductivo por la calidad inferior del terreno. La industria no pasa de algunos molinos, fábricas de aguardiente y dos ó tres telares.
    Los demás pueblos de la provincia, dignos de mencion por sus recuerdos, son Santo Domingo de la Calzada, fundado por el ardiente celo del santo de este nombre y engrandecido sucesivamente por todos los reyes hasta Felipe IV, en el trascurso de ocho siglos.
    Santo Domingo nació, segun varios antores, en
Tuscia, en Toscana, y en apoyo de esta opinion están las bulas de Urbano V en 1362 á Inocencio VI en que se conceden indulgencias para los que coadyuven á erigir una capilla en Santo Domingo de la Calzada para conservar el cuerpo del Santo, obra que habian propuesto el obispo, cabildo y dicha ciudad.
    Sustentan la opinion contraria hasta diez y ocho escritores, entre ellos Ambrosio de Morales y Garibay; en apoyo de estos están el Breviario de la iglesia metropolitana de Santiago de Galicia, los de la de Palencia, Búrgos y Plasencia, el rezo de la Calzada y el antiquísimo Brebiario manuscrito en pergamino de la catedral de Calahorra que se escribió en 1400, y en que se cita el original de un discípulo del Santo conservado en el archivo del Escorial.
    Ferrario dice que nació en el lugar de la Calzada, provincia de Estremadura; Basilio Santoro, y con él Mendez Silva, que en Vitoria, y todos los demás en Villoria de Cantabria, lugar á dos leguas de Santo Domingo de la Calzada.
     A los quince años pidió el hábito de San Benito en el monasterio de San Millan; estuvo cinco con San Gregorio Hóstiense; pasó cinco en una ermita en los fines de la Bureva; empleó otros tantos en labrar la Calzada, puente, hospital é iglesia del Salvador, y acabadas estas obras, vivió en dicho hospital sesenta años. Estudió en el monasterio de Valvanera. Necesitaba haber venido á España á los nueve ó diez años de edad, si hubiera sido de Italia.
     Nació el Santo en 1019 en Villoria de la Rioja, siendo sus padres Jimeno García y Orudula, nobles y poderosos señores. Cuenta Fr. Luis de la Vega en su historia del Santo, que este fué enviado por sus padres en sus primeros años á guardar ovejas en compañía  de unos criados, y que en tal disposicion fué como se presentó á San Gregorio Hostiense, quien le llamó desde luego pastor de ovejas. (Dice Gonzalez de Tejada, papa que esto no estrañe, que tambien fueron pastores en la Rioja Santo Domingo de Silos y San Millan de la Cogulla). Los breviarios dicen de él que era niño virtuoso: Primis annis virtutem insignia, aut obscuna dedit.
      
Segun el rezo divino (17 de mayo) los padres de Domingo lograron que se le admitiera á estudiar en el monasterio de Valvanera. Adelantó poco en las ciencias, pero progresó mucho en la doctrina mística, y se hizo notable por su virtud.
      En 1034 volvió á Villoria con motivo de la muerte de su padre: entonces pidió licencia á su madre para tomar la cogulla en Valvanera y San Millan. El abad del primero de estos monasterios no quiso concedérsela, acaso como dice Tejada (lib. I, cap. lV), porque su madre se la habia encomendado, y no contando mas que quince años, podia juzgarse que era un acto de ligereza en quien tantas fincas y nobleza poseia. Resuelto á abrazar la indicada religion, fuese de allí á San Millan, pero tampoco tuvo la fortuna de que aquel abad se lo concediera. Viendose tan lastimado por la repulsa, algunas personas que se hallaban presentes y que comprendian su determinacion de dejar el mundo, le dijeron que en el monte vecino á San Millan vivia en la soledad un santo ermitaño, en cuya compañía podia vivir; Afable y risueño, recibióle el ermitaño, y prendado de su semblante y compostura quísole dejar aquella estancia para ir á hacerse de otra, toda vez que su voto era vivir en soledad austera; mas Domingo halló aquello sobrado ofrecimiento, y protestándole de su amor, partió én busca de un sitio desierto.
    Cuál fuera este, lo determinan perfectamente el Breviario antiguo de Calahorra y el Legendario de Astorga, diciendo el primero en las lecciones de San Gregorio Hostiense, que cuando es este vino á España estaba Santo Domingo de la Calzada en los fines de la Bureva, y el Legendario que el sitio que eligió fué el mismo en que despues fabricó sus muchas obras, á orillas del Oja, y donde al fijar su eleccion fundó una celdilla de la Bienaventurada María Santísima.
    Era aquel sitio llano, distante como tres leguas de aquel en que vió al ermitaño, poblado de árboles y maleza, entre el rio Oja y un arroyo que bajaba por cerca del lugar de Azuela, punto del cual distaba una legua. Habia en medio dé aquel montuoso bosque restos de un. palacio de buena sillería, y al Iado de él una ermita dedicada á Nuestra Señora, del mismo material, pero muy destrozada en su techumbre. Aquel palacio de campo, derruido, y aquel bosque, pertenecian á los reyes de Nájera que lo habian dejado en descuido porque atendian mas á la guerra que á los placeres del campo. Instalose allí Domingo arreglando la capilla, y comenzó su vida anacoreta.
     Plantó una huerta y viña, y al fin de su quinquénio de ermitaño, salia á buscar á los peregrinos que pasaban á  Santiago por el camino que corria fuera del monte para socorrerlos con lo que podia en un sitio que hoy se llama Mesa del santo, verdadera mesa formada por el espacio que dejan seis encinas levantadas en un círculo de 12 piés de diámetro y coronado por el verde ramaje.
     Al venir á Calahórra y Logroño San-Gregorio Hostiense presentósele Domingo, y ambos recorrieron aquellos pueblo  predicando. Muerto aquel, despues de ordenarle sacerdote, se volvió este á su retiro de Ayuela, hizo un puente sobre el  Oja, y abrió un nuevo camino á los peregrinos que iban de Francia á Santiago de Galicia, desmontando el bosque y construyendo con su propio trabajo una larga y segura calzada en aquel terreno pantanoso.
      Así acabó su vida este hombre ejemplar que por su ardiente caridad y celo en favor de sus semejantes mereció ser canonizado, y cuya vida hemos creido interesante relatar por referirse á una de  las poblaciones principales de la Rioja. La historia de la ciudad que nos ocupa, y que, como es sabido, comparte con Calahorra la capitalidad del obispado que lleva el nombre de una y otra, la determinaremos en los capítulos siguientes.
      Arnedo goza de una de las campiñas mas fértiles regadas por el Cidacos, á cuya izquierda está la poblacion: producen sus campos todo género de frutos, vino, aceite, granos, legumbres, etc. La cosecha de pimentones, de los que se hace el pimiento en polvo, es otro artículo de estraccion y utilidad para sus habitantes.
      En esta rica ciudad aun hay familias que viven en cuevas: los vecinos pobres socavan ú horadan un género de peña blanda fácil de abrir, y en su cavidad fabrican habitaciones con ventanas, chimeneas y demás desahogos correspondientes.
    Tiene fábricas de aguardientes y alfarerías.
    Entre sus hijos ilustres se citan D. Gerónimo Gonzalez, presbítero; D. Antonio Gimenez Navarro, consejero de Castilla; el Sr. Lizana, arzobispo de Méjico, y D. Justo Ibar-Navarro, consejero de Estado, cuyo nombre está unido á. los grandes acontecimientos de Bayona del mes de abril de 1808.
    Arnedo fué desde 799 en adelante una ciudad de importancia, cuyo gobierno obtenian los  Fortuñez, señores de Cameros, muy próximos parientes de la Casa Real de Pamplona.
    Berceo, pequeño, pero muy antiguo lugar en el valle de San Millan, es memorable por este santo y por ser patria del célebre poeta Gonzalo de Berceo. Este era clérigo de aquella población y se crió en San Millan de Suso, como él mismo lo dice.
    Alfaro está situado al pié de una colina á la orilla del rio Alhama que riega parte de su fertilísima vega. Es abundante en vino, aceite, granos, legumbres, frutas y cáñamos.
    Antes de las últimas reformas tenia tres conventos de religiosos y dos de monjas, una colegiata y una abadía con jurisdiccion casi episcopal.
    Es patria del jesuita Alonso Ezquerra, autor de varias obras de mística, y de otros muchos varones eminentes en ciencias, armas y jurisprudencia, debiéndose citar entre ellos á Antonio Perez.
    A Alfaro se la llama Faro en una escritura de 1178, y dice Moret: «Así comenzó su nombre por un castillo y atalaya eminente desde la cual con visos y ahumadas se daban avisos á las fronteras.»
    Tricio conserva sin la menor alteracion el nombre que tenia hace dos mil años. Suena su nombre en el siglo X y en el XI con motivo de las representaciones al Papa Hilario, y siempre le vemos conservar su nombre. Cuando Nájera era la corte de los reyes de Navarra, existia tambien como pueblo principal, á pesar de no distar una de otra mas que media legua.
    Entre otros escritores, el arzobispo D. Rodrigo confundió á  Tricio con Nájera, lo cual no es de estrañar por la escasez de la distancia. No es posible colegir de donde sacó Masdeu que Tricio era el actual Trejo.
    El sobrenombre de Megulum ó grande que llevaba este pueblo, está  confirmado por una inscripcion hallada en Tarragona y que Masdeu dió integra en su Historia crítica de España. Dicha inscripcion es la siguiente:

T. Mamilio. Silonís. Til.
Quir. presenti.
Tríciens. Megala.
Omnibus. Honoríb.
In. R. P. S. Funeto.
Decuriali. Allecto. Italicam.
Excusato. A. Divo. Pío.
Hamini. P. H. C.
P. H. C.

    (A Tito Manilio presente, hijo de Silon, de la tríbu Quirina, natural de Tricium Megalum, insigne con todos los honores de su república, electo decurion de Itálica, eximido de este cargo por gracia de Divo Antonino Pio, flamen de provincia en la España Citerior.)
    No se puede dudar que Tricio fué una ciudad notable en tiempo de los romanos; el nombre de Megalon ó grande lo indica suficientemente, y las muchas antigüedades que cada dia se encuentran dan un constante testimonio de su antiguo esplendor. El P. Anguiano decia en su compendio historial de la Rioja: «Encuéntranse allí cada dia cultivando las tierras sus vecinos, vestigios de casas muy suntuosas, columnas de piedra blanca, albergues, encañados y fuentes para los jardines, enladrillados muy curiosos de varios colores y antigüedad (pavimentos mosáicos). Tiene asimismo los cimientos de los muros de la ciudadela y su castillo que coronaba donde hoy es la villa, y escede toda ponderacion el ver su firmeza y las minas sécretas que tenia la plaza, la cual sin duda fué fortísima en aquellos siglos, y de gran número de vecinos, cuyas casas principalmente estaban en la circunferencia de lo que hoy es villa.» Efectivamente, en nuestros dias se han encontrado tambien sepulcros antiguos, muchos monedas romanas y algunas lápidas.
    La actual villa de Tricio está parte en la colina, parte á su descenso, dominando una fértil campiña que produce todo género de frutos en abundancia, especialmente granos, legumbres, vino, lino, cáñamo,etc.
    Fué natural de esta villa el Sr. D. Andrés Cerezo y Nieva, comisario general de cruzada en tiempo de Cárlos III, Hijo es tambien de dicha poblacion el obispo que fué de Orense y Salamanca D. Fernando de Tricio, uno de los prelados mas ilustres que asistieron al Concilio de Trento.
    Valpierre, centro de gran número de villas y lugares que acudian á él á formar su concejo, está situado entre Briones y Nájera en un terreno algo mas elevado que la ribera del Ebro, circunstancia que indudablemente lo ha hecho teatro de grandes batallas.
    La primera que se fija en estos campos se dió entre Sancho Abarca, rey de Navarra, y el conde Fernan Gonzalez, sobre los años 926. En estos campos midieron tambien sus armas en 1360 y 67 los dos hermanos D. Pedro el Cruel y D. Enrique de Trastamara.
    En la llanura de Valpierre se ve hoy aun perfectamente conservada la antigua calzada romana que iba de Tricio por Leiva á Bri viesca, que será la misma de Briviesca á Atiliana.
    Munilla ha sido uno de los pueblos del antiguo señorío de los Cameros y es la segunda villa que se nombra en el privilegio por el cual la dió á D. Juan Ramirez Arellano el rey D. Enrique II. Desde entonces hasta la abolicion de los señoríos ha pertenecido con todas sus aldeas á la casa de los Ramirez de Arellano ó á los condes de Aguilar de Inestrilla, que son los mismos.
    Munilla y su tierra es país áspero y montuoso entre peñascos y barrancos profundos. Produce algunos granos, pastos, y cria de ganado lanar: tiene algunas fábricas de paños ordinarios, con los que comercian sus naturales en toda España.
    

    
De Varea dice Tito Livio ser validissimam urbem. Strabon la llama Varia, ciudad de los berones, pueblo tambien de la transmigracion de los celtas. Tolomeo la cuenta entre las poblaciones de los berones con Tritium, Megalum y Oliva.
    
En el Itinerario de Antonino Augusto se ve con el nombre de Verela, poniendo de E. á. O. Calagurra, Verela, Tritium.
    Plinio, libro III, capítulo III, de su Historia natural: «Iberus amnis navigabili comercio dives, ortos in Cantabris haud procul oppido Iuliobriga 450 M. pass fluens navium per 266 M. á Varia oppido capax quem propter universam Hispaniam Graeci appelavere Iberiam.» Sabemos por esta noticia que Varia estaba 260 millas de la desembocadura del Ebro en el mar, espacio en que era navegable, siendo Varia el último puerto.
    Tito Livio dice en el fragmento del libro XCI encontrado por Giovenazzi,. al hablar de Sertorio que «dimissis iis ipse profectus per umconum agrum ducto exercitu in confinio vironum (Veronum) possuit castra. Postero die cum equitibus progressum ad itinera exploranda, jusso pedite quadrato agmine sequi, ad Varejam validissimam regionis ejus Urbem venit.»
    
Despues de estas memorias no se encuentra Varea nombrada en la historia hasta el año 455 de Cristo con motivo de la esposicion dirigida por aquellos pueblos al Papa Hilario en favor del obispo Silvano. Pero no adelantemos todo lo que se refiere á esta, en otros tiempos importante ciudad, hoy pequeña poblacion á las inmediaciones de Logroño y reducida por tanto á vivir de sus recuerdos, históricamente hablando. Tiempo tendremos de hacerlo. Ahora vamos, para terminar esta parte de nuestra obra, á decir algunas palabras sobre los antiguos monasterios de esta provincia, que gozan de un nombre universal y que por la piedad é ilustracion de sus hijos, así como por la devocion en que los tienen los riojanos, son dignos de que se les consagre un recuerdo. Tales son los de AIbelda, San Millan y el de la popular Vírgen de Valvanera.
    Albelda es famosa en nuestra historia. Fué fundada en el sIglo IX por Muza, rey de Zaragoza, y le dió el nombre que lleva y que significa blanca. Era grande, fuerte y hermosa, pero su prosperidad fué transitoria porque Ordoño I de Astúrias, celoso de ella, movió guerra á Muza y despues de derrotarlo en el monte Laturce arrasó la poblacion hasta los cimientos. Ordoño II de Leon tomó á Nájera en 964 mientras Sancho de Navarra hacia lo propio con Viguera. Con este motivo fundó allí Sancho el célebre monasterio dedicado á San Martin que se conoce con el nombre de la poblacion.
    Los monges de este santuario se distinguieron por su ilustracion y por las muchas obras de gran mérito que compusieron y conservaron.  EI Cronicon del monge Vigila que lleva tambien el nombre de Albeldense, es una preciosidad histórica.
    En las eras de la villa parece hay algunos vestigios de castillo ó fortaleza. En la ladera opuesta se notan unos hoyos ó fosos salteados donde se descubren esqueletos de todas edades colocados juntos y con  cierto órden.      

    
El monasterio de San Millan era magnifico: su precioso archivo y escogida y copiosa biblioteca no estuvieron olvidados de los muchos y doctos monges que allí vivieron.
   En el corto espacio que ocupa toda la fábrica de Suso hay muchas memorias del tiempo del Santo. El edificio ha sido aumentado en diferentes siglos: en la nave inmediata á la puerta de la iglesia hay tres sepulcros que se dice ser de reyes, y en el tránsito de la puerta, á uno y otro lado, otros muchos donde descansan los siete infantes de Lara y varios caballeros . Dentro de la iglesia hay una capilla en medio de la cual se ve, levantado del suelo, el sepulcro del Santo, cuya cubierta es de hechura primorosa; poco mas adelante se ve otra donde está la cueva del Santo; es corta, pero, sin embargo, alÍí es donde decia misa.
   San Millan de la CoguIla fué hijo de Berceo, partido de Nájera, vivió de mozo en Bilivia al cargo de un ermitaño. Despues de cuarenta años de soledad en un yermo fué llamado por el obispo de Tarazona para encargarle una parroquia, y murió á los cien años cumplidos en el monasterio fundado por el mismo en la Rioja y que ha conservado su nombre.
   Uno de los hijos mas célebres del monasterio de San Millan de la Cogulla fué el cardenal D. José Sainz de Aguirre, llamado por Gonzalez de Tejada el Salomon de España. Nació en Logroño en 1631, de los nobilísimos Sr. D. Jerónimo Sainz de Marmanillo.y doña Antonia de Aguirre. Habiendo estudiado la gramática con gran perfeccion y cursado en la universidad de Salamanca oyendo la jurisprudencia, le Ilamó Dios á la sagrada religion de San Benito y vistió la cogulla en el monasterio de San Millan, á los catorce años y medio de edad (en 3 de abril de 1640, dice G. de Tejada, pero no puede ser, pues no tenia á esta fecha mas que nueve años). Estudió las artes en San Estéban de Rivas del Sil, colegio de su órden, y la teología en el de San Vicente de Salamanca, donde obtuvo los primeros premios. Tuvo la pasantía en el colegio de San Pedro de Eslonza, de donde salió á sustentar los actos mayor y menor por la religion en la universidad de Salamanca. Hízole la religion maestro y lector de artes en el colegio de Irache, de donde le promovió al de San Vicente de Salamanca y allí regentó las cátedras de Vísperas, Tercia y Prima de teología; fué su abad dos veces y maestro general de su religion. Graduóse de maestro en teología por dicha universidad de Salamanca en 1666, y obtuvo en ella con el mayor crédito las cátedras de Artes, de Escoto, Durando, Santo Tomás, Filosofía moral y Prima de Sagrada Escritura, siendo sus lecciones de oposicion el pasmo de todos los oyentes, y su doctrina en la regencia de sus cátedras, de universal y gran aprovechamiento. Fué examinador sinodal del arzobispado de Toledo, calificador de la lnquisicion y de su consejo. Los escritos que su mucha ciencia y y estudio dieron á la estampa sobre artes, teología, historia eclesiástica y defensas de la Sede Apostólica, fueron tantos, tan provechosos y tan aplaudidos, que le grangearon una reputacion universal. Inocencio XI lo elevó al cardenalato en 2 de setiembre de 1686. Fué protector del reino de las Dos Sicilias; asistió á las Congregaciones de la Universal Inquisicion, y á las de los
Concilios, de Ritos y del Indice, y murió en 19 de setiembre de 1699.
    «Es el monasterio de Valvanera, deciá Gonzalez de Tejada, uno de los mas célebres que en España tiene la sagrada religion de San Benito por su antigüedad, por su grandeza, por los grandes hijos que ha tenido y por la bellísima imágen de Nuestra Señora que se venera en aquella santa casa. Está fundado en un áspero retiro de los montes Dixtercios, debajo del altísimo cerro de San Lorenzo: su sitio es un valle muy estrecho que se Ilamó de las Venas, y despues Valvanera, por las muchas venas de plata, oro y cobre que sus preñadas cuestas encierran.»
    El célebre monasterio de la Orden de San Benito está situado sobre una altísima sierra que ha tomado su nombre, á ocho leguas de Logroño. En él se venera una antigua imágen de Nuestra Señora que fué hallada segun unos en el siglo V, segun otros en el X por dos anacoretas. La devocion á esta imágen es tan grande que se la tiene por abogada del país, y los riojanos han llevado el culto de la Vírgen con el título de Nuestra Señora de Valvanera, no solamente á la corte y muchos pueblos de la Península, sino hasta Méjico y otros paises lejanos. En 1808 fué abrasado el monasterio por los franceses para rendir á unos fora- gidos que se habian refugiado en él. Aunque fué restaurado, quedó desierto con la abolición de los monges, siendo la imágen trasladada á la iglesia de Brieva.

    


     

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