IX.
La
época moderna, es decir, la posterior al reinado de los Reyes
Católicos, ha ofrecido pocos incidentes de interés. Hasta la guerra
de la Independencia y posteriormente,
hasta la de sucesion de 1834, solo podemos registrar el hecho
glorioso llevado á cabo en 1521 contra los franceses. La guerra
entre la España de Cárlos V y la Francia de Francisco I ardia con
furia, y el general Asperrós, que acababa de apoderarse de Navarra,
trató de estender las armas francesas á la Rioja. El formidable
ejército que aquel general mandaba acometió inesperadamente á
Logroño, pero la ciudad resistió con heroismo, y reunidos allí los
tercios castellanos derrotaron á los invasores, haciéndoles perder
6,000 hombres, todos sus bagages y artillería. Asperrós quedó
prisionero y Cárlos V en prueba de su reconocimiento á aquella
capital por su valor y constancia, mandó añadir tres flores de lis á
su escudo de armas.
Invadida España por los franceses en 1808, Logroño fué de las
primeras ciudades que se rebelaron contra los que atentaban contra
nuestra independencia.
Al momento presentóse Verdier con dos batallones el 6 de junio,
y arrolló á los paisanos retirándose á Vitoria, despues de haber
arcabuceado á los que cogieron con las armas en la mano.
Pignatelli éntró alli, pero la evacuó con tal precipitacion y
desórden, que no paró hasta Cintruénigo, dejando al pié de la sierra
de Nalda los cañones, y seguido á la desbandada por sus soldados.
Desde este año permanecieron allí los franceses hasta 1813 (24 de
junio) en que la abandonó el general Chausel.
Al estallar la guerra civil
sublevó D. Santos Ladron á los voluntarios realistas, sin que el
gobernador militar tuviese resolucion para contenerlo.
Este mismo año fué fortificada Logroño por el general Lorenzo;
pero esto de nada sirvió, pues ello de marzo siguiente entraron
1,500 carlistas mándados por Iturralde, y el gobernador se retiró al
fuerte sin hacer cosa alguna hasta que aquellos evacuaron la plaza.
En 27 de abril de 1835 firmó allí el tratado Eliot el general
Valdés, y al dia siguiente lo firmó Zumalacárregui en Artaza.
Zumalacárregui sorprendió á Calahorra en 1834; la compañía de
cazadores de la Rioja que estaba allí de guarnicion se defendió con
valor; pero seguramente hubiera tenido que sucumbir sin la oportuna
llegada del general Lorenzo que obligó á los carlistas á abandonar
la ciudad. Aquí podemos terminar la sucinta narracion de los hechos
acaecidos en esta provincia. No hemos pretendido hacer una historia
detenida de todos los acontecimientos que registra; esto nos hubiera
llevado á escribir un grueso tomo, y tal cosa no entraba en nuestro
propósito. Para los que gusten emprender este trabajo sério daremos
al final el católogo de los escritores que se han ocupado de los
sucesos de una provincia tan importante en todos tiempos, tan rica
en recuerdos históricos, y tan digna de atencion por la
riqueza de su suelo y el noble carácter de sus habitantes.
Para completar nuestra obra nos falta dar la biografía de
aquellos de sus hijos mas distinguidos, y algunos breves apuntes de
los que sin alcanzar un nombre célebre merecen no obstante que quede
aquí consignada su memoria.
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