BIBLIOTECA GONZALO DE BERCEO

 

Duelo por la abadesa del Real Monasterio de Cañas, Doña Urraca López de Haro (†1262). Detalle de su sepulcro del 1270 aproximadamente.

 

NOTA INTRODUCTORIA

Del Poema de Santa Oria nos ha llegado un único texto que se conserva en un códice del siglo XIV, códice in folio (=F), hoy en la Academia Española de la Lengua (ms. 4b), y en tres copias del siglo XVIII, sacadas de aquél. Una de ellas se encuentra en la llamada Copia de Ibarreta (= I, ms. 93 del archivo de Silos). Otra fue hecha por el P. Diego de Mecolaeta, abad de San Millán (1737-1742), y hoy se guarda en la biblioteca particular de don Bartolomé March Servera (nota 1: Véase Uría, «La Copia del Poema de Santa Oria».); es una copia muy mala, llena de lecciones erróneas y de lagunas. De esta copia, don Tomás de Iriarte sacó otra que aún es peor que su modelo y que hoy se guarda en la Biblioteca Nacional de Madrid (ms. 18577/16=G) (nota 2:  Véase Walsh, «The Missing segment».)
    Al texto de
Santa Oria del códice del siglo XIV le faltan dos folios: el CV y el que llamo CIX', pues se perdió antes de foliarse el códice en el siglo XVI y formaba pliego con el actual CIX (nota 3: Véase Uría, «Nuevos datos sobre el perdido folio CIX'»*). Por tanto, el folio CIX' (dieciséis estrofas) falta también en las tres copias del siglo XVIII. Por el contrario, el CV se perdió después de hacerse la Copia de Ibarreta, de manera que se nos ha conservado en ésta. Mi edición se basa en el texto del códice F, supliendo el folio CV por la Copia de Ibarreta.
   Por otra parte, el texto del poema, como todos los textos medievales que nos han llegado en copias manuscritas posteriores al original, presenta lecciones corruptas y modernizaciones lingüísticas debidas a los copistas del siglo XIV. A esto hay que añadir un alto número de alteraciones del orden primitivo de las estrofas, lo que hace que el poema parezca mal estructurado y, en algunos pasajes, el sentido resulte oscuro, incluso incongruente. En mi estudio del
Poema de Santa Oria (nota
4: El Poema de Santa Oria de Gonzalo de Berceo, véanse las págs. 69-148, en las que analizo los trastrueques y hago una reordenación de la secuencia del relato.)  hice una reordenación de la secuencia del relato en aquellos pasajes que presentan un evidente desorden, basándome en criterios textuales y estéticos, así como en la lógica sucesión de los hechos.
   Ese texto por mí reordenado y ajustado al paradigma del sistema versificatorio del «mester de clerecía» del siglo XIII, tras cotejado, de nuevo, con el de la edición facsímil del códice F, es el que utilizo en esta edición, con ligeras enmiendas de puntuación y acentos.
   El
Poema de Santa Oria debió de ser el último que compuso Berceo, como parece indicado la alusión que hace a su vejez, en la copla 2ª. Además, hay otros indicios internos, como, por ejemplo, el uso de una estructura más compleja que la de las Vidas de San Millán y de Santo Domingo (nota 5: Véase Uría, «El Poema de Santa Oria. Cuestiones referentes a su estructura y género»). Incluso, la lengua parece más evolucionada que la de los otros poemas conservados en F. Todo ello hace suponer que Berceo lo escribió en los últimos años de su vida, o sea, en la segunda mitad del siglo XIII ( nota 6: " En efecto, Berceo vivía después de 1252, fecha de la muerte de San Fernando, al que alude, como ya muerto, en la copla 869ab del Milagro XXV, La Iglesia robada. Por lo tanto, si la última de sus obras fue el Poema de Santa Oria, tuvo que escríbirlo sobrepasada la segunda mitad del siglo XlII, en su vejez).
    El poema se estructura en siete partes o unidades de composición: Prólogo, Introducción, 1.ª Visión, 2.ª Visión, 3.ª Visión, Muerte de Oria y Epílogo. Las tres visiones constituyen el núcleo más importante del poema. Las partes que preceden y siguen a este núcleo sirven, respectivamente, para justificar las visiones de Oria y para testimoniar el cumplimiento de las promesas que Dios y la Virgen María le hacen en la 1.ª y 2.ª visiones. Es decir, el objeto del poema, su materia principal, es el relato de las visiones celestiales de la santa. Ahora bien, puesto que éstas son un premio otorgado por Dios, es necesario saber que Oria, antes de tener las visiones, vivió unos dieciocho años
(nota 7: Véase Uría, «Oria emilianense y Oria silense».)
emparedada en el antiguo cenobio de San Millán de Suso, entregada a la oración y mortificando su cuerpo, por lo cual Dios la premió con las visiones. Esta es la finalidad de la Introducción; en ella Berceo compendia la vida ascética de Oria desde los nueve años hasta la 1.ª visión. Además, nos informa de quiénes fueron sus padres, de las circunstancias de su nacimiento y de su precoz  vocación religiosa. El episodio de la muerte de Oria (6.ª parte) es el final obligado de un relato hagiográfico; además, viene exigido por la promesa que la Virgen María le hace en la 2.ª visión. La última parte (7.ª) tiene, como arriba señalé, una función testimonial y sirve, así, de Epílogo al poema.
   El poema tiene una estructura que puede representarse, gráficamente, como un arco ojival. Hay una parte ascendente, tensiva, y otra distensiva, en medio de las cuales está la 2.ª visión, centro y clave de la estructura del poema, pues, en ella, la Virgen María se aparece a Oria, en su celda, y le hace una promesa que se cumplirá en las dos últimas partes, las cuales, por lo tanto, vienen condicionadas por dicha promesa.
   En el poema abundan los elementos simbólicos, especialmente en la configuración de la visión primera, que es la que tiene un mayor desarrollo y ocupa, por tanto, más estrofas. Se trata de símbolos tradicionales, comunes a la literatura de visiones y relatos medievales de viajes al Otro Mundo. Ese simbolismo y, sobre todo, las experiencias sobrenaturales de la joven «reclusa» confieren al poema clara impronta mística, que no tienen las otras obras de Berceo.
   La fuente del poema fue una
Vita en prosa latina, escrita por el monje Munio, confesor de Oria y de su madre, como se dice en las coplas 6-9 y 173-174. Lo que Berceo haya añadido, cambiado o suprimido del relato de Munio no podemos saberlo, ya que ese relato no se ha conservado. Sin duda, Berceo utilizó el principio de la amplificatio) como era habitual en los escritos medievales, pero es difícil precisar hasta qué punto su poema difiere de la fuente latina, en temas, motivos y estructura.
   Lo que sí sabemos es que algunos datos que suministra Berceo están avalados por documentos emilianenses, como, por ejemplo, el lugar en que Oria fue enterrada, su entrada en el monasterio cuando aún era niña, la fecha de su muerte, la presencia de don Pedro -último abad de Suso- en el tránsito de Oria, la noticia de que su madre, Amunia, siguió el ejemplo de su hija y entró también
emparedada en Suso, donde murió y fue enterrada en el mismo lugar de su hija (c. 185-186).

* -nota del editor web: véase el artículo "Nuevos datos sobre el perdido folio CIX del códice F de las obras de Berceo" de Isabel Uría Maqua.
       Disponemos en nuestra biblioteca  de un VOCABULARIO GENERAL DE LA OBRAS DE GONZALO DE BERCEO

 

Indice del poema de Santa Oria

PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

PRIMERA VISIÓN

SEGUNDA VISIÓN

TERCERA VISIÓN

MUERTE DE ORIA

EPÍLOGO

b

 

Gonzalo de Berceo
OBRA COMPLETA
Edición y estudios de varios autores
Coordinado por Isabel Uría

CLÁSICOS CASTELLANOS
ESPASA-CALPE
MADRID 1992
Edición patrocinada por el Gobierno de La Rioja  

Biblioteca Gonzalo de Berceo
Catálogo general en linea

 

Para saber más:
POEMA DE SANTA ORIA, BIOGRAFÍA Y CRÍTICA de Isabel Uria Maqua
GLOSAS A LA
«VIDA DE SANTA ORIA» del P. Joaquín Peña